lunes, 26 de septiembre de 2011

¿Cómo nos envenena el aire?

Un informe global sobre la salubridad del aire que respiramos y cómo afecta a las enfermedades

 RAMIRO VILLAPADIERNA / BERLÍN Día 26/09/2011 - 21.10h

¿Cómo nos envenena el aire?

ÁNGEL DE ANTONIO
El olor a tigre puede ser mortal al entrar en una habitación mal ventilada; pero la Organización Mundial de la Salud va hasta demostrar que mil de millones de personas viven en estancias con un nivel excesivo de concentración contaminante y ello contribuye al desarrollo de enfermedades, con resultado incluso de muerte.
La polución se compone de muchos tipos de gases, gotitas y partículas que reducen la calidad el aire y bueno es saber que éste puede estar contaminado tanto en la ciudad como en el campo, donde puede haber por ejemplo un exceso de nitróno reactivo. Factor contaminante principal es la proliferación del transporte, pero asimismo la calidad del aire en el interior de millones de hogares, típicamente por la combustión empleada para cocinar o calentar.
El objetivo del estudio de la ONU busca evidenciar diferencias para destacar a las ciudades con mayor esfuerzo salubre y estimular al resto a adoptar medidas, declaran los expertos. España e Italia superan en un 50% el límite de microorganismos aconsejado por la OMS (20µg por metro cúbido) y son los países de Europa occidental que peor aire respiran. En todo el mundo, Botsuana y Mongolia gozan asimismo de ese incierto privilegio, superando diez veces el límite.
¿Cuántas enfermedades desarrolla el aire que se respira? La contaminación torna el organismo vulnerable, como es conocido, a resfriados, infecciones oculares y enfermedades alérgicas. Pero un centenar de científicos de 14 países parecen demostrar ahora que es responsable de 1,3 millones de muertes anuales y que, de reducirse el nivel de partículas grandes (PM10) y pequeñas (PM2,5), en el aire que se respira, podrían evitarse más de un millón de éstas.
El subdesarrollo va directamente ligado a la peor calidad del aire y estados con población masiva y escaso desarrollo, como China y la India, siguen empleando sobre todo carbón para generar electricidad. El desarrollo en cambio, como se observa en Escandinavia, mejora la calidad del aire y de la salud de la población, especialmente por el transporte colectivo y las energías renovables.
El informe global ha buscado conocer los factores ambientales que más dañan la salud y concienciar sobre las medidas que, de tomarse, podrían evitar millones de muertes. Los expertos recusan que pocas ciudades sigan rigurosamente las recomendaciones de la OMS y las de Egipto, Bangladesh, Bosnia-Herzegovina, la India, Kuwait, Nepal, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudí, Senegal, Emiratos Árabes e Irán figuran por encima de los 100µg/m3.
España tiene en Zaragoza y en Granada el peor ejemplo respirable, con 45 y 40 µg/m3 respectivamente, y tiene su aire más limpio en Santiago de Compostela (18µg/m3) y Logroño (18µg/m3), pero está muy por detrás de Francia, Alemania, Dinamarca, Austria o Reino Unido. También supera en un 33% el límite de concentración de partículas más pequeñas, con una media de 12,9µg/m3, frente al máximo de 10µg/m3 recomendado.
El informe reconoce que los países desarrollados habrían avanzado, desde que prohibieron las fábricas en las ciudades y regularon el tráfico rodado y los combustibles, pero con una concentración incremental e imparable de la población en los centros urbanos, se advierte que en un futuro la salud general va a depender de cómo sean diseñadas las ciudades, como prevención primaria: de fomentarse el transporte colectivo y el caminar, disminuirá la contaminación y las enfermedades respiratorias, como el asma o el cáncer, y se reducirán las cardiovasculares por el mayor ejercicio.
La polución puede irritar los ojos, la garganta y los pulmones. El ardor en los ojos, la tos y la presión en el pecho son comunes a la sobreexposición y se ha establecido una clara relación entre el nivel de contaminación y el número de hospitalizaciones por dos enfermedades con alto riesgo de muerte: la trombosis venosa y la embolia pulmonar.
Personas con enfermedades del corazón tales como angina, o del pulmón tales como enfisema o asma, pueden ser muy sensibles y ver su condición empeorar hasta tener que limitar sus actividades. Los niños sienten los efectos a niveles más bajos que los adultos y como efecto experimentan más enfermedades tales como bronquitis y dolores de oído.

¿Qué hay en el aire?


Fuente: http://www.abc.es/20110926/sociedad/abci-polucion-201109262053.html

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