jueves, 7 de abril de 2011

El número de afectados de fibromialgia se ha triplicado en los últimos dos años

LA RIBERA

La asociación de enfermos de la comarca de la Ribera ya supera los 200 miembro
Una enfermedad incomprendida. Así definen los propios enfermos de fibromialgia este mal que, en los dos últimos años ha triplicado el número de afectados en la comarca. La Asociación de Fibromialgia de la Ribera (Adafir) ha pasado de tener 68 asociados en 2004 a más de 200 en la actualidad.

DESA BATALLER/ ALZIRA

El reconocimiento de la enfermedad de la fibromialgia ha crecido de forma notable durante los dos últimos años en la Ribera, al igual que en toda la Comunitat Valenciana y el conjunto de España. Así se desprende del hecho que, durante los dos últimos años, el número de miembros de la Asociación de Afectados de Fibromialgia de la Ribera (Adafir) se haya triplicado. En concreto, esta entidad ha pasado de 98 asociados en 2004 a los más de 200 actuales.

Este mal, que celebra cada mes de mayo su día internacional, es una enfermedad reumática crónica que provoca dolores en los músculos y los huesos y que origina una sensación general de fatiga.

Los dirigentes de esta asociación atribuyen el citado incremento, además de a la importancia de la enfermedad, al mayor conocimiento de la misma que, según explica su presidenta, Mari Carmen Oliver, “se ha producido desde no hace demasiado tiempo”.

“Hace apenas un par de años, e incluso aún hoy, muchos enfermos padecen la discriminación de algunos médicos que hasta hace poco habían negado la existencia de este mal. Una situación que también afecta al ámbito laboral, porque son unas molestias que son muy difíciles de demostrar, lo que provoca que mucha gente no se crea los síntomas”, explicó Oliver.

Una situación que, según ella, añade al importante dolor físico, “problemas psicológicos y de angustia, a veces mucho más importantes, ante la falta de apoyo en los lugares de trabajo e incluso en las propias familias de los enfermos”.

En este sentido, el doctor Vicente Palop, adscrito a la Unidad de Geriatría del Servicio de Medicina Interna del Hospital de la Ribera, define este mal como “la enfermedad de las mil caras”, porque tal y como asegura, “el enfermo presenta dolor de cabeza, dolor abdominal, dolor al orinar, entre otros, y el problema es que el especialista no detecta ningún mal”.

El doctor Palop asegura que esta enfermedad “acaba deprimiendo al paciente porque se siente incomprendido” y lo peor de todo, añade, “afecta al entorno familiar, a sus relaciones laborales y también al área laboral”.

Y es que, como reconoce el doctor Palop, “esta enfermedad aún no está reconocida para dar incapacidades laborales”.

Tratamiento terapéutico

Por lo que se refiere al tipo de tratamiento, el doctor Palop considera que las asociaciones “realizan un papel terapéutico, sobre todo a nivel psicológico, tremendo”.

Y es que, “es fundamental que los enfermos empiecen reconociendo su enfermedad y que se relacionen con gente que está pasando por lo mismo que ellos”.

Además, reconoce, “es muy importante la implicación de los médicos de cabecera que son lo que más cerca están y los que más conocen a sus pacientes”.

De ahí, que hace unos tres años empezó a formarse la Asociación de Fibromialgia de la Ribera. Según Mari Carmen Oliver, la idea surgió gracias al interés de la Unidad de Salud Mental de Alzira, fundamentalmente del psicólogo José Antonio Ortega y de Blanca, la enfermera, “quienes deciden comenzar una terapia de grupo con el propósito de que, posteriormente, sean enfermas entrenadas las que se vayan ocupando de organizar y ayudar a otras aquejadas con la misma enfermedad”.

Ahora, se reunen todas las semanas para asistir a terapias y hacer ejercicios de relajación, porque como reconoce Mari Carmen, “el estrés no es bueno para nuestra enfermedad, hemos de aprender a dosificar las fuerzas”.

Los próximos 14 y 15, se celebrarán las segundas jornadas de fibromialgia, organizadas por el Hospital de la Ribera y en las que los enfermos podrán asistir a terapias como risoterapia, bailes, relajación y conocer a otros afectados con la misma enfermedad.

laribera@lasprovincias.es

http://www.lasprovincias.es/prensa/20061203/ribera/numero-afectados-fibromialgia-triplicado_20061203.html

SQM, alimentación “Bio”

SQM son las siglas de la nueva enfermedad “Sensibilidad Química Múltiple”. Carlos de Prada, buen amigo nuestro, publicó recientemente un libro muy significativo al respecto, con idéntico título: “SQM. El riesgo tóxico diario”. También tuvimos la fortuna de entrevistarle y sus trabajos de investigación y sus aseveraciones no dejan lugar a dudas. Las últimas ediciones de BioCultura han sido, por otra parte, cita obligada para todos aquellos que quieren saber un poco más sobre el SQM. Los propios/as afectados/as nos lo han explicado en primera persona.

Fuente foto: stock.xchng.com

Por Ángeles Parra, directora de BioCultura
redaccion@elmercadoecologico.com

Carlos de Prada habla claro sobre el SQM: “En España no se han hecho estudios epidemiológicos concretos pero las estimaciones que se han realizado por parte de los especialistas, teniendo en cuenta las investigaciones realizadas en otros países como EE.UU. o Alemania, permiten realizar algunas estimaciones. Las más serias van de un 0,2 a un 0, 5 % de personas con SQM. Estaríamos hablando, probablemente, de entre 150.000 y 400.000 personas. Algunos expertos dan datos muy superiores. De todas maneras lo que sí se sabe es que va creciendo el número de casos. Además, aunque las cifras anteriores se refieren a los que tendrían una SQM con cierto grado de gravedad, existe un porcentaje mucho mayor de personas, en torno a un 10% de la población, que reportan reacciones de hipersensibilidad más o menos leves ante ciertos productos de uso cotidiano tales como ambientadores u otros. Esto acaso indique que, al fin y al cabo, no estamos ante algo tan raro como a primera vista parece”.

Cada vez más común

Efectivamente, no es tan raro. Son cada vez más las personas, desgraciadamente, las que sufren patologías “de la civilización”. Y está bien claro que SQM lo es, pues los pacientes lo son por haber estado expuestos a determinadas dosis de productos químicos nocivos que han destrozado su sistema inmunológico, hormonal, etc. Carlos De Prada nos explica: “Los afectados de SQM son un poco como los "canarios de la mina". Reaccionan y padecen síntomas, a veces muy aparatosos, por exponerse a esos niveles "bajos" de contaminantes a los que los demás nos exponemos creyendo que no nos hacen nada. Son como "detectores humanos" de tóxicos a niveles bajos. En ellos se hace visible el daño de la exposición cotidiana a tóxicos. Son como la punta de un iceberg que en su mayor parte permanece más o menos oculto: el de la gran cantidad de enfermedades que producen esos niveles supuestamente "bajos" en sectores mucho mayores de población. Lo que hoy sabe la ciencia es que la exposición a tóxicos puede tener a ver con una parte nada despreciable del incremento de algunas de las enfermedades y problemas sanitarios que más están creciendo y que más incidencia tienen en Occidente. En el libro doy datos acerca de ello. Hablamos de los cánceres, alergias, asma, enfermedades auto-inmunes, Parkinson, problemas reproductivos, problemas cognitivos de los niños... Simplemente dar la lista de enfermedades que, en mayor o menor medida, pueden verse asociadas a los tóxicos superaría el tiempo que tenemos en una entrevista como ésta. En el libro doy muchos datos científicos que ligan enfermedades muy frecuentes, como el cáncer de mama, por ejemplo, con la exposición a tóxicos como los pesticidas”.

La industria

Los tóxicos nocivos están por todas partes y nos exponemos a ellos continuamente. Hablamos, por ejemplo, de productos de limpieza, de higiene personal, de cosmética… Pero la cosa no queda ahí. En los alimentos también hay residuos de pesticidas, herbicidas… Luego, están los insecticidas de uso cotidiano, los que se están en los hospitales o trenes, aquellos con los que se rocían escuelas o parques… El cloro, el flúor, metales pesados, etc. Todo nuestro entorno es peligroso. A unas personas les supone más daños que a otros. Quizá la edad también tenga que ver. Y el estado de salud de cada cual. En cualquier caso, incluso si tenemos las mejores condiciones, no hay “dosis bajas” de peligro. Cualquier exposición es dañina. Y sus consecuencias se mostrarán tarde o temprano.

La alimentación… “Bio"

Para Carlos de Prada la alimentación convencional es uno de los primeros focos de exposición a tóxicos peligrosos y, por tanto, un hábito que puede generar, a la larga, la patología SQM: “Por supuesto. Los pesticidas son, de hecho, uno de los problemas más serios. Están en el origen de muchas enfermedades, desde problemas reproductivos a cáncer, pasando por el Parkinson entre otros muchos. Obviamente la agricultura ecológica es un antídoto muy poderoso contra esta locura envenenadora de nuestro planeta y nuestros organismos. La gente muchas veces no es consciente de la importancia de estas cosas. No es consciente de los millones de toneladas de venenos que se vierten deliberadamente sobre nuestros alimentos, sobre los suelos y las aguas y que pueden luego llegarnos de las más diversas formas. Creen que con eso de que los tóxicos que lleguen a nuestros cuerpos estén dentro de los límites "legales" no hay problema. Lo que no saben es que la comunidad científica cuestiona esos límites "legales". Que lo "legal" es una cosa y otra muy diferente lo seguro. Que hoy se sabe que los niveles "bajos" de tóxicos -esos que hay en los cuerpos de buena parte de la población- pueden estar teniendo muy hondos efectos en todos nosotros. Una respuesta contundente a la exposición a tóxicos a través de la dieta es la alimentación ecológica”.

Ignorancia médica

La clase médica vive, en muchas ocasiones, de espaldas a la realidad. Así, muchos doctores van muy retrasados con respecto a las nuevas enfermedades de origen medioambiental. No tienen información, no saben a quién consultar, van más perdidos que los propios enfermos. Carlos de Prada lo resume así: “Muchas de las investigaciones científicas que denuncian todas estas cosas, y hablo de millares de investigaciones, se publican en revistas científicas médicas de primer orden. Muchos médicos trabajan muy seriamente en estos temas.

Lamentablemente una parte del estamento médico parece no estar al corriente. Siguen con las inercias de siempre. No se dan o no quieren darse cuenta de los cambios ambientales brutales que se han dado en las últimas décadas y el efecto de todo ello sobre la salud humana. Es muy necesario que estos médicos actualicen sus conocimientos. No hablaré aquí de cómo la industria química puede tener en sus manos a los médicos y "adormecer" sus conciencias. No hablaré de ciertas cosas muy espinosas pero muy extendidas. Tampoco hablaré del lamentable espectáculo de ciertas asociaciones de enfermos subvencionadas que tampoco están haciendo demasiado bien, al no hablar nunca prácticamente de prevención sino estar sirviendo, en el fondo, a los intereses de quienes se benefician con la situación. Creo, como digo en el libro, que ha comenzado la era de la medicina ambiental y que la medicina, de aquí en adelante, o habrá de ser ambiental o, simplemente, no será. Toda medicina que no tenga esto en cuenta será pseudo-medicina, porque no contribuirá a que haya menos enfermos, más salud, sino sólo a lucrarse con la enfermedad que no se ha prevenido. El papel de la contaminación química en la salud humana no es algo anecdótico, sino que tiene que ver con un porcentaje muy importante de la carga social de las enfermedades que se padecen en Occidente y en todo el mundo”.

En primera persona

En BioCultura nos hemos propuesto dar voz en primera persona a testimonios de muchas personas afectadas por SQM, principalmente mujeres. Son testimonios que ponen a la sala entera a llorar. Porque las afectadas y los afectados viven un drama silencioso. Los políticos no quieren oírlo. Las empresas dicen que sus productos son seguros. Y las instituciones intuyen que esto es sólo la punta del iceberg y no quieren saber nada. Mientras, en BioCultura damos voz a los silenciados y ofrecemos alternativas. Es nuestro compromiso.

Fuente: stock.xchng.com

Para BioCultura en Barcelona (13-16 mayo-Palau Sant Jordi) preparamos una mesa redonda que dará todos los detalles sobre la enfermedad. Contaremos con expertos y con afectadas. Se proyectara también el film “Los pájaros de la mina” y habrá instalada una exposición fotográfica de testimonios reales.

Continuamos con la recogida de firmas para conseguir que España reconozca oficialmente esta enfermedad.

Más información: http://www.biocultura.org/

Fuente: http://www.elmercadoecologico.com/revista/2011/marzo/salud/SQM-alimentacion-Bio-agroindustria.asp

¡Ay doctor, me duele la privatización!

Clara Valverde
Rebelión

La privatización de la sanidad duele.

No es un tema que podamos mantener a un nivel teórico. El estar en lista de espera durante meses para una operación de cadera, duele. El tardar ocho horas en ser atendido en urgencias, duele. El no poder empezar la quimioterapia, duele. El tener que recurrir y pagar a un neurólogo privado por no poder seguir en lista de espera durante meses con problemas de memoria y orientación, duele. Duele profundamente. Es un dolor “molecular”, que diría Gramsci1.

Pero en la izquierda independiente hemos tardado demasiado en dejarnos notar ese daño. Ahora empezamos a hacer caso al buen trabajo de Miran Etxezarreta2, CAS Madrid3, CATAC, Angels Martínez i Castells4, Drets i Defensa del Serveis Públics y otros autores y grupos. Pero antes nos han tenido que hacer mucho daño la privatización encubierta de Marina Geli, la, sin tapujos, de Esperanza Aguirre y, ahora, el tijeretazo de CiU en Cataluña.

Hemos tardado, pero desde hace 15 años, los enfermos de los Síndromes de Sensibilidad Central (SSC: Síndrome de Fatiga Crónica/Encefalomielitis Miálgica, Sensibilidades Químicas Múltiples y Fibromialgia) del Estado Español nos están avisando de cuánto duele la privatización. Estos 3 millones de ciudadanos han estado, como faros, poniendo en evidencia la crueldad del neoliberalismo y avisándonos del desamparo que conlleva el no tener acceso a servicios sanitarios públicos. Nos han avisado de lo devastador que es estar enfermo y estar de lista en espera de 3 años para ver a un especialista que no hace analíticas ni tratamientos, lo cual les ha forzado a acudir a la sanidad privada, aunque la mayoría de ellos han perdido sus ingresos al estar demasiado enfermos para trabajar.

Estos enfermos no han estado callados. A través de Iniciativas Legislativas Populares5, manifestaciones, encierros, blogs6, webs7, libros8, artículos9, revistas y huelgas de hambre, nos han avisado sobre la próxima etapa salvaje del neoliberalismo. Pero no hemos hecho caso. ¿Por qué?

Imagínate estar demasiado enfermo para ir a trabajar, para cuidar de tus hijos, para levantarte a comer y ver que no mejoras año tras año. No puedes ir a Atención Primaria porque el médico de familia no ha sido formado en estas enfermedades que llevan décadas investigadas y reconocidas y piensa que son enfermedades psicológicas. Cuando empeoras, no puedes ir a urgencias porque te dirán que lo tuyo es “cuento”. No puedes ver a un especialista porque la lista de espera es de tres años y, si algún día lo consigues ver, te dirá que no tiene presupuesto para hacerte analíticas y lo que tienes que hacer es “adaptarte”. Y no puedes recurrir a la sanidad privada porque ya no tienes ingresos con los cuales pagar los 4.000 a 6.000 euros que te costarían las analíticas y los tratamientos cada año.

Los enfermos de SSC llevan años avisándonos de la crueldad del neoliberalismo y del desamparo que conllevan la privatización. Ellos llevan años sufriendo y ahora, ahora a nosotros, ¡ay, nos duele la privatización!

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=125962