sábado, 23 de julio de 2011

Somos indignados que patean - videoclip Marcha Popular Indignada

Subido por  el 22/07/2011
Videoclip de la canción "Somos indignados que patean".
Ruta Nororiental. Julio 2011
Composición y interpretación: Silvia i Walter
Dirección, edición y filmación: Eli i Naya

15-M: Regreso al kilómetro cero

Las siete columnas de la marcha de los

indignados, que han recorrido España durante 

casi un mes, confluirán esta tarde en el lugar donde 

nació el 15-M: la puerta del Sol de Madrid. 'Público' 

pasa la penúltima etapa con cuatro de ellas


PAULA DÍAZ / ISABEL ALONSO MATÍAS / ANA REQUENA / MAITE INIESTA MADRID 23/07/2011 09:28 Actualizado: 23/07/2011 09:53

La acampada se va, el movimiento continúa". Con esta advertencia, los indignados levantaron los campamentos de la mayoría de plazas españolas a finales de junio pasado. Y, por el momento, el 15-M está demostrando que cumple sus promesas. Después de la manifestación del 19-J, la unión de las siete marchas indignadas, procedentes de todos los puntos cardinales del país, se convertirá esta tarde en otro de los momentos más relevantes de la historia de la ‘SpanishRevolution'. El domingo, además, el centro de Madrid volverá a ser escenario de la tercera gran concentración del movimiento: miles de ciudadanos, juntos de nuevo, contra la crisis.

NOROESTE. "En Sol habrá lágrimas, muchas lágrimas"

 "¡Con los pies cocidos no nos damos por vencidos!". Con gritos de ánimo como este, los indignados del noroeste -gallegos, asturianos y castellanoleoneses- consiguieron llegar ayer al municipio madrileño de Majadahonda, la última parada de su ruta antes de llegar a Sol. 
Al llegar al parque Colón de la localidad, casi un centenar de personas dejaba atrás una caminata de más de 500 kilómetros, muchas horas de calor y miles de anécdotas. Incluso aumentaron la familia con un pequeño gatito abandonado, adoptado por un marchante de Vigo y que fue bautizado como "Indi, de indignado". 
"Nos encontramos alcaldes geniales. El de San Adrián del Valle (León) nos cedió una piscina y nos invitó a vino y el de Riego de Ambrós (León) nos dejó un parque con cerezos en el que podíamos coger la fruta", recuerdan Cristian Rivas, Miguel González y Andrea Portela, tres amigos que se conocieron en la acampada de A Coruña. 
Con sus chalecos amarillos y sus banderas autonómicas, partieron de la ciudad gallega el pasado 25 de junio. Por el camino, casi un Camino de Santiago en sentido inverso, el grupo fue aumentando. Y lo mismo ocurrió en la vía asturiana. 
"Conquista asturiana"
"El del Puerto de Pajares fue el tramo más emocionante porque simbolizaba la conquista asturiana de la Meseta", recuerda Arturo, uno de los marchantes que partió de Avilés el 30 de junio. "Fue uno de los días más duros, pero había tanto ánimo que la marcha se duplicó", añade. 
Miguel Ángel Sáez, uno de los cocineros de la marcha indignada, se unió a ellos ya en Benavente (Zamora). "Soy un nómada que ignora a banqueros y políticos. No estoy indignado, estoy feliz de ver que la gente ha reaccionado. ¡Al fin veo mi sueño cumplido!", exclama. A sus 53 años, espera con emoción el momento en el que hoy se unirán todas las columnas en el kilómetro 0 de Sol. "Habrá lágrimas, muchas lágrimas", aventura.
Ayer no hubo lágrimas, pero sí emoción. Una veintena de indignados recibió a sus compañeros de la ruta con aplausos, abrazos y besos. El lema de "El pueblo unido jamás será vencido" se volvió entonces más fuerte. Poco después, sólo tuvieron fuerzas para comer y caer rendidos a echarse la siesta.
Ya por la tarde, participaron en los talleres preparados para la ocasión: música, customización de camisetas y un cine fórum antes de dormir. También hubo tiempo para trabajar en las comisiones y celebrar una asamblea. Porque, como advertían en su pancarta de cabecera, hoy tomarán "el Sol".

SUROESTE. "No podemos esperar soluciones sentados"

 "¿Habéis traído polvorones para el camino?", comenta entre risas José Miguel Barrero, mientras camina con sus compañeros de ruta. Este marmolista de Losar de la Vera, en Cáceres llegó a Navalcarnero caminando. Lo cierto es que las ampollas y rozaduras en los pies le obligaron a volverse a casa en un primer intento por hacer la marcha completa desde su casa en Losar. Pero eso no fue suficiente para detenerle. Hace tres días salió de Sotillo del Real y anduvo hasta la casa de Mariana de la Calle, de 67 años, que le acogió para "colaborar de alguna manera más con la causa". Esta asegura que le va "a echar mucho de menos". 
Tan sólo dos han llegado caminando a Navalcarnero para realizar el penúltimo tramo de la marcha. La idea inicial era que los indignados de los pueblos del suroeste y de Extremadura hicieran el mismo recorrido, pero finalmente se acercaron en automóviles hasta Móstoles, donde se esperó a los caminantes en la vía verde por la que llegaron con sangría y buen ánimo. Además, ya en la ciudad se realizó un pasacalles y otras actividades festivas para prepararse para lo que les queda de camino hasta Sol, donde ya sí irán todos juntos.
Por la vía verde
A las 16.30 horas, una veintena de personas se daban ánimos y se organizaban en la Plaza de Segovia, en Navalcarnero. Dos coches con comida y mochilas, uno de ellos de Alberto Gómez Núñez, jubilado, que asegura que "apoya la marcha llevando la comida". El resto, 14 personas, caminan a ritmo relajado por la vía verde. 
Pedro Manuel Benítez Muño camina con un cartel que dice "Alba y Alexis, su futuro, mi ruta". Este autónomo, padre de familia, está caminando por sus dos hijos, y no sólo apoya al 15-M, sino que es también su forma de pedir que se mejore la vía verde por la que hacen el recorrido. "Que la arreglen de una vez, está totalmente abandonada", asegura. Además quieren dar voz a la necesidad de construir un nuevo centro de salud, que desde el pueblo llevan tiempo solicitando y que es donde se manifestarán, de nuevo, el 28 de este mes a las 10.30 horas.
Este pequeño grupo cuenta con gente de todo tipo. Estudiantes universitarios, como Corina Torres, quien charla sobre las razones que la llevan a Madrid con su amiga Érika Esteban, jardinera. Una acupuntora, Aurora Rodríguez que, además, realizó su marcha durante las tardes, empezando cada día en donde lo dejaba el anterior. O un técnico deportivo, Mario Molina, quien además afirma: "No podemos esperar soluciones sentados".

NORTE. "Necesitamos que este sistema sea más justo"

 Con el sol ya bajo y la tarde bien entrada, unas cien personas de las asambleas del norte de Madrid esperaban ansiosas la llegada de la columna norte. "Bienvenidos a la lucha", rezaba una pancarta a la entrada del Parque Norte, en Madrid, el punto de encuentro. De repente, un rumor de gente se escucha a lo lejos. La columna ya asoma. 
El recibimiento es caluroso y las emociones de unos y otros estallan al encontrarse. "De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue cueste lo que cueste", les cantan a los recién llegados. Y en medio de la calle, el grupo se une en un abrazo colectivo que corea gritos y que hace saltar las lágrimas de muchos.
"Hoy ya no podía con mis pies, tengo muchísimas ampollas, pero llegar aquí y ver esto es tan emocionante", decía con la voz entrecortada y los ojos hinchados Samuel, de 33 años, un empresario que salió de Logroño. Las caras son de agotamiento, pero también de ilusión y ganas. Los anfitriones acompañan a los recién llegados al interior del parque. Allí hay preparadas algunas mesas y sillas, y comida, mucha comida. 
Poco a poco, todos van descargándose de sus mochilas. Siguen los abrazos, las palabras de ánimo, y comienzan los corrillos y las conversaciones. La euforia lleva a un grupo a meterse en la fuente para refrescarse y celebrar su llegada. "¡Sí, sí, sí, estamos en Madrid!", gritan. Cerca de allí, Antonio, profesor de instituto de 44 años, hace alguna foto. "Es una catarsis, ha sido difícil gestionarlo, no nos conocíamos de nada, pero ha sido como una camino de Santiago: en vez de apóstol hay un movimiento que lo impulsa todo", dice frenético. 
Antonio salió de Reinosa (Cantabria) y ha hecho prácticamente toda la ruta. En ella ha comprobado algo que ya sabía, la hereogeneidad y diversidad del movimiento. Este profesor ha estado al tanto de lo que sucedía y se muestra indignado con lo que ocurre en la Unión Europea: "Empecé la ruta con la prima de riesgo en 210 puntos y cuando la acababa estaba por encima de 300, y lo peor es que no sé lo que significa". Algunos comienzan a levantar tiendas de campaña. El parque será su dormitorio hasta que hoy emprendan otra vez su ruta hacia el centro de Madrid. "He llegado hasta aquí y quiero acampar en Sol", dice David, de 23 años, que desde finales de mayo vive entregado
al movimiento. 
Salió de Bilbao y ha caminado cientos de kilómetros que le han resultado "enriquecedores". "Necesitamos que este sistema cambie hacia algo más justo para todos", afirma. A su alrededor, todo el mundo sigue eufórico. Hay cuerda para rato.

SUR. "Tenemos que ir despacio porque vamos muy lejos"

 Mañana se cumplirá un mes desde que 15 valientes decidieron hacer realidad la Ruta Sur de la marcha popular. Era la noche de San Juan cuando Alejandro Valcárcel y otros indignados resolvieron coger carretera y manta. Ayer llegaron a San Martín de la Vega (Madrid) con más de 600 kilómetros a sus espaldas y 180 caminantes en sus filas.
"Si hemos llegado hasta Madrid, podemos llegar a cualquier sitio", expone Alejandro, que no quiere resignarse a volver a casa sin más. Después de tantos días andando, los caminantes se han vuelto más resistentes. "Hice un tiempo de coche escoba y al principio solíamos coger a seis o siete personas. En los últimos días ya no recogemos a nadie", observa.
Empezar el día con buen pie es esencial, por eso los indignados han organizado un despertador en cadena. "Hay que despertar al otro con mucha suavidad y mucho cariño, a todo el mundo", relata Andrés, de Almagro. 
A las cinco de la mañana empieza el día de los indignados. Primero se levantan los encargados de cocina, que van preparando el desayuno de los demás. Luego llega la hora de caminar. Para Gregorio Herrero, de 71 años, la etapa más dura fue la de Despeñaperros. "Fue la más difícil y la más grata. Tuvimos la mayor cantidad de bocinazos. Incluso algunos se acercaron para mostrarnos su solidaridad y regalarnos su sonrisa", comenta satisfecho. 
"Hemos sembrado 15-M"
Gregorio, el más veterano de los caminantes, espera que Madrid les reciba con cariño. "Esperamos que el pueblo se vuelque para darnos besos, abrazos y toda su alegría", declara con optimismo. Pero no viaja solo, a su lado camina su pareja desde hace 32 años, Feliciana Mora, que comparte su entusiasmo y su vitalidad. "Soy activista desde los años setenta. Con el tiempo, manifestarse se convirtió en algo muy minoritario y eso me entristeció", confiesa. "Ahora, al ver que los jóvenes se han puesto en pie, es el momento de apoyarles hasta las últimas consecuencias", explica.
Raúl Herrero, obrero minero metalúrgico, ve en el Movimiento 15-M un auténtico despertar. "Muchos jóvenes están tomando conciencia política y espero que trabajen para cambiar la sociedad", dice.
Gregorio, desde su experiencia, cree que el movimiento no debe convertirse en un partido político. "Tiene que seguir desde la calle. Hemos sembrado toda España de 15-M. La marcha ha servido para la cohesión interna de todo el movimiento", opina convencido. "Vamos despacio porque vamos muy lejos", sentencia.

Sensibilidad química múltiple: arresto domiciliario por enfermedad

julio 20, 2011 in ENTREVISTAS/OPINIONES, NOTICIAS, Otras Ideas, Webs y blogsTags: , , , , 

Aunque no está reconocida oficialmente como enfermedad, la sensibilidad química múltiple (SQM) es un trastorno que provoca respuestas fisiológicas anómalas ante cualquier producto químico presente en el ambiente y tolerado por el resto de la población. La SQM supone el aislamiento de los pacientes, un gasto económico desmesurado y muchas veces, la incomprensión del resto de la sociedad.

Mª José antes de
desarrollar la
enfermedad
Un simple champú, el detergente que limpia nuestra ropa, muchos medicamentos y alimentos o las ondas electromagnéticas que irradian la televisión y el teléfono son algunas de las cosas que para los enfermos de sensibilidad química múltiple son intolerables.

El contacto con productos tan cotidianos como los citados les puede producir dolor pectoral, dermatitis, problemas gastrointestinales, dolor muscular y articular, fatiga extrema, migrañas, alteraciones en el hígado, en el sistema inmune y nervioso. Y un largo etcétera.

La sensibilidad química es una enfermedad invalidante, que impide trabajar y hacer una vida normal. Los que la padecen no pueden entrar en ningún espacio público sin que les afecte, les condena a vivir en una burbuja.

¿Imaginan vivir así? “Es como si el mundo te agrediera”, declara una paciente.

Según opinan enfermos y expertos, la sociedad no es del todo consciente a esta problemática. Cuesta de entender y muchas veces se atribuye erroneamente a causas psiquiátricas. “Si piensas que te hará daño, te lo hará. Sal y diviértete” o “Es que estás deprimida, aunque creas que no”…son algunas de las muletillas que tienen que escuchar a diario.

Además, la SQM suele venir acompañada de otras patologías asociadas como la fibromialgia o el síndrome la fatiga crónica, otras enfermedades que tampoco han sido debidamente reconocidas.

El caso de Maria Jose Moya. La fortaleza de Mi Estrella de Mar
  • “Con tener lo justo para vivir con un desahogo modesto me es suficiente. Me siento bien conmigo misma y voy aceptando cómo me viene la vida. Tal y como va el mundo, el simple hecho de haber nacido en su cara afortunada y tener capacidad de juicio y crítica personal sobre lo que me rodea me hace sentir afortunada”.
                                                     Maria Jose Moya Villén

Maria Jose Moya Villén es madrileña, del castizo barrio de Lavapiés. No obstante, hace seis años que no pasea por su barrio. Hace seis años que vive en un búnker antitóxico y generalmente sola. Para estar junto a ella se debe seguir un estricto protocolo (no llevar químicos, utilizar ropa lavada de manera adecuada…) para no afectar a su salud.

“Nadie se puede imaginar la dinámica de locura en la que esta patología te obliga a entrar. La situación es agotadora y te cambia a todos los niveles”, declara Maria José.

Sufre sensibilidad química múltiple en grado grave y las enfermedades asociadas (síndrome de fatiga crónica, electrosensibilidad y fibromialgia) desde el diagnostico en 2005.

Sin apenas posibilidad de tomar medicación analgésica alguna, Maria José se ve obligada a vivir en una “constante alerta química” para evitar los síntomas que le produce la enfermedad.

Mª José una vez desarrollada la
sensibilidad química múltiple
A pesar de todas las precauciones para evitar el contacto con los químicos del ambiente, lleva una aparatosa mascarilla durante gran parte del día, su salud es muy débil y algo tan cotidiano como conectarse a Internet la deja exhausta durante días.
 
Arruinados por diagnóstico
Padecer sensibilidad química múltiple es, además del sufrimiento que conlleva, una condena económica. Los purificadores, las reformas en el mobiliario, los alimentos ecológicos, los productos especiales y sobre todo, no poder trabajar, pueden llevar a los pacientes a la ruina.

Las penurias económicas no hacen más que agravar el problema. Y es que, las ayudas son irrisorias. Y no al no estar reconocida, la SQM no se tramita como una baja laboral.

Maria Jose trabajaba como documentalista en una institución que tenía el archivo en un espacio con mala ventilación. Su caso, por las características que presentaba, debería haberse catalogado de accidente laboral para poder cobrar una pensión por incapacidad. No ha sido así.

“Quiero ser una enferma en las mismas condiciones que cualquier enfermo”

Y es que, al igual que los enfermos de fibromialgia, los de sensibilidad química múltiple llevan una lucha constante para que su enfermedad deje de ser invisible.

“Si no se nos quiere reconocer, simplemente no existimos para la Administración, en ningún área. Es el desprecio absoluto hacia el enfermo no reconocerle derecho alguno.

Pero, ¿que NO se nos reconozca significa que NO existamos? ¿No querer vernos es la “solución” al problema?

Esta invisibilidad también afecta a la investigación que se lleva a cabo para conocer y combatir esta enfermedad.
“Hay pocas posibilidades de que se difunda y promueva, incluyéndola en planes de estudio universitarios, exámenes, concursos públicos, subvenciones y demás incentivos. Tampoco de que los investigadores interesados, puedan solicitar ayuda económica”, declara Maria José.

Mi Estrella de mar, una ventana al mundo. Un blog lleno de esperanza

Mi Estrella de mar  es un blog pionero en información sobre SQM. Maria Jose le dedica todo su tiempo y ha conseguido que sea un referente tanto para pacientes como para profesionales de la salud.

Mi Estrella de mar  es la ventana al mundo de Maria José. Una herramienta de salud 2.0 que, junto con la colaboración de profesionales como el Dr. Solà, del Hospital Clínic de Barcelona, informa sobre remedios para sobrellevar la sensibilidad química e información, tanto de carácter científico médico como de carácter jurídico.

Pero sobre todo, es la forma que tiene Maria José de comunicarse con aquellos que la siguen, de reivindicar e intentar que la enfermedad sea cada vez más visible. Y de ayudar, en la medida de lo posible, a aquellos que también la padecen.