Los disruptores endocrinos son unas sustancias tóxicas, presentes en alimentos y productos cotidianos, que hacen que nuestro cuerpo acumule grasa y no músculo
EFE / MADRID
Día 29/02/2012 - 18.44h
Un estudio ha alertado de que la contaminación no solo
provoca enfermedades respiratorias que cada año causan 370.000
muertes en todo el mundo, 16.000 de ellas en España, sino que además
propicia la obesidad.
Así
lo ha determinado un trabajo del Centro
de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatológica de la Obesidad y
la Nutrición (CIBERobn)
tras analizar los disruptores
endocrinos (EDCs),
unas sustancias tóxicas que hacen que nuestro cuerpo acumule grasa y
no músculo, y que están presentes en los alimentos y en multitud de
productos de uso cotidiano como champús, perfumes, plásticos y
cosméticos que alteran nuestro sistema endocrino.
La mayoría de estos compuestos
químicos, que se acumulan en las grasas con facilidad, pertenecen al
grupo de contaminantes orgánicos persistentes, unos compuestos
químicos (sobre todo pesticidas e insecticidas) poco biodegradables
que se mantienen durante décadas en el ambiente y se introducen en
la cadena alimenticia.
Buen
ejemplo de ello es el DDT, un pesticida prohibido en 1975 y que
todavía hoy está presente en el 88 por ciento de la población
española, explica el investigador del CIBERobn y presidente de la
Sociedad
Española de Endocrinología y Nutrición,
Javier Salvador.
Como
consecuencia de la producción agrícola y la pesca -a través de los
vertidos de aguas residuales-, la exposición de los seres vivos a
los disruptores endocrinos es universal y se acumulan en la grasa
humana de una generación a otra, ya que la madre los pasa al bebé
en la gestación y la lactancia.
Los efectos sobre la salud humana de la
exposición continua a los EDCs han sido objeto de estudio desde hace
décadas, pero ahora el CIBERobn ha avanzado en esta investigación y
concluye que contaminación y obesidad están relacionados.
En concreto, estos tóxicos aumentan el
riesgo de dos trastornos muy relacionados con ladiabetes: el
síndrome metabólico y la resistencia a la insulina. Según el
doctor Salvador, "la obesidad visceral promueve la liberación
de ácidos grasos libres que llegan al hígado y contribuyen a
generar resistencia a la insulina, lo que favorece la diabetes".
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