jueves, 14 de junio de 2012

Científicos advierten de un colapso planetario inminente e irreversible

  • Una veintena de prestigiosos investigadores asegura en la revista «Nature» que el impacto humano puede llevar a la Tierra a un «nuevo régimen» para el cual no estamos preparados en tan solo unas pocas décadas
JUDITH DE JORGE@JUDITHDJ  MADRID

CHENG (LILY) LI
Las llamadas de atención ya han sido muchas pero ésta, por el prestigio de las voces que la realizan y lo tajante de su mensaje, quizás consiga, por fin, hacerse escuchar. Un renombrado plantel de 22 científicos de todo el mundo, entre ellos algunos españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha advertido de que la Tierra se aproxima a un colapso inminente e irreversible. En cuestión de décadas, si no se toman las medidas adecuadas -algo para lo que, por fortuna, aún estamos a tiempo-, la humanidad se enfrentará sin remedio a un «nuevo régimen para el que no estamos preparados». El panorama desolador incluye carencia de alimentos y de agua potable, enormes sequías, extinción de especies y migraciones masivas de gente en busca de su propia supervivencia «como nunca hemos visto en la historia». Las causas, según explican en la revista «Nature», son el brutal crecimiento de la población, la destrucción de los ecosistemas naturales en todo el mundo y el cambio climático.

Desde sus comienzos, la Tierra ha sufrido cinco grandes episodios de extinciones masivas asociados a cambios climáticos que han transformado las características de todo el planeta. El último gran gran cambio se produjo hace unos 14.000 años, cuando el 30% de la superficie terrestre perdió la capa de hielo que la cubrió durante el último período glacial. Desde entonces, el planeta se ha mantenido más o menos estable hasta la aparición y el desarrollo de la civilización humana. Sin embargo, los científicos creen que esto está a punto de cambiar. Y la culpa es nuestra.

Para empezar, somos muchos y consumimos demasiados recursos. La tasa de crecimiento anual de la población es de unos 77 millones de personas, casi mil veces superior a la experimentada hace entre 10.000 y 400 años. Hemos alterado el paisaje gravemente y emitimos a la atmósfera cantidades ingentes de CO2. «Sí, tenemos motivos para asustarnos. Hay grandes posibilidades de llegar a un punto de no retorno, catastrófico, para el que no hay marcha atrás, y las consecuencias pueden ser enormes para nuestra calidad de vida como especie. Tendremos problemas muy grandes», afirma a ABC. es Jordi Bascompte, biólogo de la Estación Biológica de Doñana, que ha participado en el trabajo.

El científico compara al mundo con una taza en el borde de una mesa a punto de caer y hacerse añicos. No parece que se produzcan grandes cambios mientras se acerca al filo, pero un ligero movimiento al final (léase, por ejemplo, una subida de temperaturas) y, de repente, el golpe puede ser terrible. La lista de fatales consecuencias es interminable. Perderíamos la polinización de los campos agrícolas -un proceso natural que hacen insectos como las abejas y del que dependen los cultivos-, muchas especies se extinguirían y otras se adaptarían, la provisión de agua potable y de alimentos sería mucho menor a consecuencia de la disminución de la biodiversidad y aumentarían las zonas mundiales desérticas. «Las grandes sequías conllevarían grandes migraciones y el regreso de enfermedades infecciosas que en el mundo occidental creemos erradicadas», apunta el biólogo. En palabras de Anthony Barnosky, profesor de biología en la Universidad de California Berkeley y principal autor de la revisión, «realmente será un nuevo mundo, desde el punto de vista biológico».

A tiempo de evitarlo

Y todo esto puede estar a la vuelta de la esquina. Los estudios realizados por los científicos, según han podido observar en ecosistemas locales, su particular bola de cristal, predicen que puede ocurrir alrededor del año 2025. Alrededor de esa fecha, si seguimos al mismo ritmo, habremos destruido el 50% de los hábitats naturales mundiales. Y en 2045, el 55% (ahora vamos por el 43%). «Es rápido, sabemos las causas y las implicaciones. Es un buen momento para actuar y evitarlo. Si la taza está en el borde es infinitamente más sencillo empujarla hacia el lado adecuado, aunque suponga un gran esfuerzo, que intentar repararla cuando ya haya caído», dice Bascompte.

Los investigadores creen que todavía estamos a tiempo de revertir la situación. Para ello, apuestan por frenar el crecimiento de la población, reducir el uso de energía per capita en los países del primer mundo y optar por las sostenibles, emplear los recursos de forma más racional e intentar proteger las zonas vírgenes de la Tierra.

Algunos quizás consideren estas conclusiones demasiado alarmistas. A ellos, Bascompte les diría que «esa es la realidad. Puede ser dura, pero es mucho mejor enfrentarse al problema que obviarlo. Es similar a alguien que tiene un cáncer y pretende ignorar lo que le dice el médico. Ignorar la información nunca es una buena decisión».

Ciudad de Ojai Primero So Cal para atacar al Gobierno Metros



La ciudad de Ojai semana pasada se convirtió en el primer gobierno en el sur de California para adoptar una ordenanza que prohíbe oficialmente a los contadores inteligentes dentro de su jurisdicción. Nuestras felicitaciones y el respeto tanto al consejo de la ciudad y los residentes de Ojai, que han llevado a esta votación histórica. Ojai se une a un cuerpo de élite de los orgullosos y los gobiernos locales en California, incluyendo Santa Cruz, Marín, Lago, y los condados de Mendocino, que han seguido a través de su obligación legal y moral de la derecha para pasar leyes que protegen a sus habitantes a partir de una industria de servicios públicos y un marco regulatorio fuera de contacto con la salud, la seguridad y la cordura. Más de 56 gobiernos locales del estado han declarado oficialmente su oposición a la política actual de la red eléctrica inteligente, una declaración de mayoría de la oposición democrática a un sistema defectuoso y peligroso.

Mientras que algunos gobiernos locales, como la ciudad de Fairfax han indicado su disposición a hacer valer su ordenanza de uso de poderes de la policía, que ha mantenido los medidores inteligentes fuera de la ciudad en su mayor parte, otros como Santa Cruz, alguacil del condado de Phil Wowak han eludido su responsabilidad de hacer cumplir la ley, en lugar de arrestar a los manifestantes pacíficos y facilitar el despliegue ilegal, permitiendo que los contadores inteligentes y repugnante a muchos. No está claro si la policía Ojai se preparan para citar violaciónes de la ordenanza de Corix y SCE, o si el público se dejará de hacer cumplir la prohibición por sí sola.

En cualquier caso, Ojai ha abierto un camino para que otros gobiernos en el Sur de California y más allá-a seguir.

La cobertura de los medios de comunicación local se puede encontrar aquí. La ordenanza completa se puede descargar desde sitio web de Ojai (pdf). A continuación se presentan extractos de la ordenanza aprobada:


El Ayuntamiento de Ojai: "las normas de seguridad de la FCC son inadecuadas .... (medidores inteligentes son) una amenaza real e inmediata para la salud." Prueba de la democracia es todavía por lo menos vivo, menos a nivel local!
Base en Ojai correr la voz!

Jill Anderson presenció la muerte de su marido y fue acusada por ello

Las personas con las que te gustaría compartir la vida no abundan. Por ello, la historia que nos llega desde Inglaterra entristece y, también, emociona. Jill Anderson vio cómo su marido se iba consumiendo y perdiendo la salud, hasta que consumó el suicidio que había intentado otras veces. Por presenciar su muerte y no hacer nada fue acusada de homicidio involuntario.

Jill Anderson en su casa de Devon (Inglaterra) Fotografía: Jim Wileman
para 'The Guardian'
Conoció a Paul en 1992, cuando ella tenía 37 años, y sintió que era el amor de su vida. Dos años y medio después estaban haciendo preparativos para casarse. Pero su bonita historia se truncó cuando Paul cogió una especie de "gripe" que pareció no curarse durante semanas. Veinte años después, en 2003, Paul cometió suicidio, tras varios intentos. Entre la primera fecha y la segunda, su mujer asistió al empeoramiento progresivo del marido y se convirtió en su cuidadora veinticuatro horas, sin tener explicación factible, durante años, de qué problema estaba mermando las fuerzas del hombre al que quería.

Hasta que un médico sí encontró una explicación para el cansancio permanente y el dolor muscular, entre otras dolencias: Paul sufría síndrome de fatiga crónica o encefalopatía miálgica (EM/SFC). Sistemas tan vitales como el inmunitario, el neurológico, el cardiovascular y el endocrino se ven afectados progresivamente, y los tratamientos sólo sirven para paliar el dolor (en el caso de Paul, tampoco).


Cada vez se cansaba más deprisa y dejó de dar largos paseos por el campo. Se vio obligado a dejar de trabajar y, al final, también abandonó su hobby más querido, salir de pesca. Mientras lo veía empeorar, Jill se esforzaba por hacer su vida un poco más llevadera. La primera vez que Paul intentó quitarse la vida, dejando una carta de amor para su mujer, ella lo llevó al hospital de inmediato. Pocos meses después lo intentaba una segunda vez, tomando píldoras. No soportaba la idea de verse postrado, a punto de solicitar un subsidio como incapacitado permanente.

En el cuarto intento, lo consiguió. Cuando Jill lo encontró moribundo al volver de la compra se sintió derrotada. Esa vez no hizo nada. Lo dejó dormir y él murió al día siguiente por la mañana. Pero pocas semanas después fue arrestada y acusada de asistencia al suicidio y homicidio involuntario. El juicio se celebró en 2005 y, a pesar de las dificultades por demostrar que aquella vez sólo dejó cumplir su voluntad, fue absuelta. En la entrevista que ha dado a The Guardian ha declarado que hasta que no terminó el juicio, no comenzó el duelo por su pérdida. Además, ha contado su historia en un libro. ¿Qué harías tú por la persona que amas si ésta quiere dejar de vivir?