domingo, 23 de septiembre de 2012

Sanidad Universal: Manuales para desobedecer

Posted on 23 septiembre 2012

Artículo de María José Esteso Poves y Diego Sanz Paratcha el miércoles 19 de septiembre de 2012, en el Número 181 de Diagonal web.

Desde el 1 de septiembre la población en situación
irregular tendrá que pagar la atención sanitaria.
Foto: Diego Gonzalez
La campaña Yo Sí Sanidad Universal ha colgado una serie de manuales para desobedecer al Real Decreto Ley 16/2012, que elimina la atención universal en el sistema sanitario español.

Están enfocados a todas las situaciones que se pueden dar: hay uno dirigido a personal médico, otro para administrativos, uno para afectados, etc. El manual dirigido a grupos de apoyo, por ejemplo, trabaja con una premisa muy básica: es mejor seguir accediendo al sistema como si no hubiera cambiado nada.

Pero conviene seguir una serie de consejos. Tras desaparecer de la base de datos, el primer contacto con el médico de cabecera tendrá que hacerse por la ventanilla de urgencias. La campaña recomienda recuperar a partir de ahí el contacto con la consulta normal y acudir al hospital sólo en caso de urgencias, como siempre. Las reuniones previas con la dirección del centro serán necesarias para visibilizar el problema e incluso para lograr colaboración, como talleres informativos en el propio centro. Lo más importante será ganar aliados dentro y fuera del centro de salud mientras no se derogue el Real Decreto.

Más información:


No te acerques, que hasta tu olor me enferma

  • Florencio Jiménez es el único paciente de Sensibilidad Química Múltiple en Menorca
  • No puede pagar los cuidados para sobrellevar esta dolencia
Carmen Morales. Palma 23/09/2012

Un zumbido desagradable y áspero en los oídos anticipa a Florencio Jiménez que alguien llama a su móvil, sin necesidad de que la melodía llegue a sonar. Si opta por descolgar, a los 2 ó 3 minutos los dolores de cabeza le recorrerán el cerebro y le nublarán la vista. Para buscar algo de alivio, puede que decida refrescarse la cara. Entonces, tendría que apartar la tupida cortina aislante que tiene en la puerta del comedor y dirigirse al baño. Cogería un poco de suero fisiológico para lavarse el rostro. Si lo hiciese con agua, con un poco de suerte, sólo le irritaría la piel. Otras veces, le ha llegado a provocar heridas en las cejas y en la nariz.

Puede que optase por sentarse en el colchón que usa de sofá para evitar una crisis de cansancio, otro de los síntomas que a veces padece. Quizás le gustaría evadirse un rato con la lectura de un libro, pero su solo contacto le inflama los labios, le hincha los párpados y le obstruirá las vías respiratorias. En la boca, un sabor intenso a tinta se le agarra a la garganta, como si se hubiese bebido el tintero. Si quiere leer, tiene que airear el libro durante dos semanas y pasar las páginas con guantes. Si opta por la televisión, solo aguantará media hora antes de que le asalten de nuevo los dolores de cabeza.

Florencio Jiménez padece Sensibilidad Química Múltiple (SQM), un síndrome ambiental crónico, limitante y orgánico, causado por exposición a químicos sintéticos tóxicos y que provoca multitud de síntomas, que varían de un paciente a otro. Es el único enfermo con esta dolencia que vive en Menorca.

Cualquier olor, sobre todo los perfumes, y las ondas electromagnéticas le incapacitan para cualquier actividad cotidiana. Para poder recibir algún tipo de tratamiento, se desplaza a Mallorca, que carece de especialistas en esta dolencia. No es sólo un problema de Baleares, es que tampoco abundan en la península.

Los primeros síntomas empezaron hace seis años. Desde que él recuerda, siempre había trabajado en entornos con una alta exposición de sustancias químicas, ya fuese como mecánico de motos, en trabajillos esporádicos en el campo y durante los tres años que trabajó en un campo de golf de Tenerife. Allí, entre carritos y aficionados al swing, fumigaba con los fungicidas y los herbicidas que le colocaron en la antesala de esta enfermedad. Cuando poco después regresaba a Menorca y se enfundaba su antiguo mono azul oscuro de mecánico, algo empezó a fallar. «Sudaba mucho, se me hinchaban los ojos y me costaba mantener la concentración», recuerda. Al principio, todo se mitigaba cuando salía del taller. Pero los meses empezaban a pasar y el malestar ya no se calmaba ni siquiera por las noches. Algo psicológico, le decía el médico. En 2007, la mitad derecha del cuerpo perdió toda la movilidad. «Principio de hernia discal, agravada por el estrés», diagnosticó el doctor. Hasta que en 2009, otro ataque le sobrepasó. «Se me hincharon tanto los párpados, que me los separaba con esparadrapo para ver», recuerda.

Y cada vez que recibía el alta, él volvía a enfundarse el mono. «Los ojos me ardían con la gasolina y me asfixiaba dentro del taller», recuerda, hasta el punto que «parecía que me había bebido el aceite». Al describir este síntoma, el clarividente doctor le despachó de la consulta tras aclararle que todo era «producto de mi cabeza».

Diagnóstico al fin

Poco después, se despertó en urgencias en el hospital tras sufrir un desmayo. La doctora decretó que padecía «alergia a la gasolina» aunque también sonaron, por primera vez, las siglas SQM. Tras una observación de tres meses, volvió a Palma y lo llevaron a Son Espases. Cuando cruzó el vestíbulo del hospital recién inaugurado y pintado, cayó fulminado al suelo. «¡Imagina la de sustancias tóxicas que había allí!», exclama al otro lado del teléfono. El doctor le diagnosticó un grado 4, el más alto, de SQM. También le pidió que no buscase información en Internet sobre la dolencia.

Ignoró el consejo y, un rato después, «pensé que me había tocado la lotería», apostilla. El SQM es una dolencia crónica, sin cura y sin cobertura por parte de la sanidad pública. «La Organización Mundial de la Salud no la reconoce aún como enfermedad», aclara la experta Carme Valls, desde Barcelona, por lo que el sistema sanitario no la contempla. La aparición de enfermedades asociadas al SQM como la fibromialgia o fatiga crónica allanan el camino para recibir tratamiento en la sanidad pública.

«El SQM es una enfermedad para ricos», se lamenta JiménezY que condena a la soledad. «Pierdes tu trabajo, a tus amigos y a tu familia», explica. Si alguien quiere visitarle, debe lavar su ropa con bicarbonato dos días antes, a mano, y secarla al sol durante ese periodo. Cuando llegue a su apartamento, él le prestará una bata o no se quitará la mascarilla. Para mantener relaciones sexuales, la otra persona debería asearse durante tres días como él, para eliminar cualquier fragancia. Ahora mismo, ha encontrado una fórmula que le va bien: rebaja lavaplatos con un litro de agua y bicarbonato. Luego, deja que la mezcla repose durante dos días para que pierda toda la fragancia. Tras probar varios jabones ecológicos, esta solución le sirve para asearse, limpiar la casa y lavar la ropa.

Tras cuatro mudanzas, ahora vive en un primer piso al lado del mar y se encuentra mejor.
Le han reconocido una discapacidad de un 86% y los únicos ingresos que recibe son los 417 euros que consiguió que le concediesen tras acampar una semana frente al Consell de Menorca.

Tras pasar una depresión de cuatro meses, se muestra optimista. «Por ejemplo, si tengo que ir a la farmacia, me pongo la mascarilla, me cubro bien y me lo tomo como una aventura», explica. Y si la sanidad pública y las administraciones le pudieran ayudar a sobrellevar su situación, mejor que mejor. La doctora Valls coincide con él, lo último a perder «es la esperanza».

INCIENSOS No todos son iguales

Usted creía ya saberlo todo sobre los inciensos. Pero aquí le pasamos información que le interesará. Algunos inciensos químicos son sospechosos de portar elementos cancerígenos. 

En las últimas décadas el incienso se ha ido extendiendo por todo el mundo y hoy en día se pueden encontrar decenas de marcas en el mercado. No obstante, esta gran variedad de marcas y de aromas son fabricados con aceites sintéticos de forma artificial y, por consiguiente, no aportan los beneficios que las plantas, especies, árboles y flores nos brindan.

Ciertamente, las grandes casas de incienso no pueden satisfacer una demanda tan amplia como la actual con sustancias naturales, por lo que recurren a la fabricación de aceites químicos. Ésta es la razón por la que el incienso ha cogido cierta fama de ser un producto nocivo para la salud. No sin cierta razón. De hecho, varios estudios científicos publicados por renombradas revistas como "New Scientist" o "Cáncer" han sido realizados en los últimos años concluyendo que el uso de inciensos fabricados con esencias químicas aumentan las posibilidades de desarrollar cáncer, especialmente en las vías respiratorias. Sustancias encontradas en este tipo de inciensos tales como hidrocarbonos poliaromáticos, carbonilos y benzopirenos están catalogadas por la OMS como altamente cancerígenas.

INCIENSOS NATURALES

Sin embargo, el incienso natural tiene muchas propiedades beneficiosas para la salud. 
Primeramente cabe decir que el incienso consta principalmente de una resina vegetal de la familia de las burseráceas y más concretamente de un género de árboles llamado Boswellia, popularmente conocido como árbol del incienso. La resina de este tipo de árboles se extrae de las hojas, del tronco y de las ramas, y es de un color blanquecino; un látex espeso y de aroma penetrante que al secarse se convierte en un polvo de colores muy claros. La principal función de las resinas es la de proteger y nutrir los árboles y plantas, y sus aromas estimulan la respiración profunda, pues tienen propiedades balsámicas y expectorantes. Todo el mundo ha podido experimentar cómo, al encontrarse en la montaña o en mitad de un bosque, se le han dilatado los pulmones y ha podido respirar profundamente, notando una sensación de bienestar y confort con el entorno y consigo mismo. Éste, sin duda, ha sido uno de los muchos motivos por los cuales las antiguas culturas quemaban estas resinas. En sus ceremonias y actos sagrados quemaban incienso con el fin de purificar los espacios e, igualmente, se servían del incienso para ayudar en los tratamientos de innumerables enfermedades; entre ellas, cabe destacar que el incienso era muy utilizado para tratar la melancolía. Algo que recientemente ha confirmado un equipo de científicos de la Universidad de Johns Hopkins (EE.UU.), al concluir que la utilización del incienso genera ambientes de serenidad y armonía que ayudan a aliviar los estados depresivos y de ansiedad gracias a los efectos relajantes y equilibrantes de los aceites y resinas naturales que contienen. 

AROMATERAPIA

Cabría señalar que, dependiendo del tipo de árbol, plantas y flores que se utilicen, los efectos de los aromas pueden variar, siendo unos más relajantes y equilibradores (caso de los aromas amaderados), otros más dulces y sugestivos (caso de los aromas florales) y otros más vitalizantes y enérgicos (caso de los que contienen frutos y especies). El conocimiento de estos aromas empezó a tratarse hace algunas décadas gracias a la aromaterapia, que día a día va descubriendo este profundo vínculo que existe entre las emociones y los aromas naturales. Las resinas más utilizadas son la de madera de sándalo, la de benjuí, la de halmadi, más conocida como Nag Champa, la resina de salai, una planta de India conocida como
frankincense y una sustancia gelatinosa de ciertas plantas conocida como Agar cuyo aroma es muy penetrante y característico del incienso de India. No obstante, existen cientos de aromas y de combinaciones posibles. Sin lugar a dudas, los inciensos más comercializados son los orientales. 

PROCEDENCIAS

El japonés, en el que por lo general no se utilizan sticks de madera para sujetarlo, consta de barritas muy finas y uniformes, y sus aromas son muy selectos y suaves al paladar olfativo. El auténtico incienso japonés es de una calidad exquisita aunque sus precios suelen ser los más elevados del mercado. Igualmente sus paquetes y envoltorios están trabajados con mucho arte y delicadeza. El incienso tibetano suele ser más asilvestrado, de aromas más intensos y frescos. Tampoco utilizan sticks, las barritas son más gruesas y así mismo es un incienso que por lo general es totalmente natural y tiene un coste más asequible. Sin embargo, es el incienso de India el más consumido y el que más riesgo tiene de contener aceites químicos. De hecho, la gran mayoría del incienso que hay en el mercado (a excepción de los dos anteriormente mencionados) está fabricado con esencias químicas, nocivas para la salud. Para cubrir este vacío la empresa H&B Incense está introduciendo en el mercado español un incienso que garantice la naturalidad de sus ingredientes, así como las relaciones justas y solidarias. 


Redacción

H&B INCENSE

DESDE TARRAGONA


H&B Incense es una empresa española afincada en Alforja (Tarragona), especializada en incienso natural que nace en 2011 con la premisa de ofrecer un incienso libre de sustancias químicas. Actualmente el incienso es un producto al alza y en su fabricación se utilizan varios agentes tóxicos para la salud, tales como el ftalato de dietilo: un disolvente cancerígeno; el ácido benzoico: un conservante químico; y la nerolina bromelia: un fijador de aroma a base de sustancias químicas. 


Éste es el motivo que ha motivado a H&B Incense a emprender un proyecto dirigido a ofrecer un producto respetuoso con el medio ambiente y donde prime la salud de las personas al desmesurado afán de lucro reinante en la sociedad. 


SOLIDARIDAD

-Habladnos de cómo utilizáis parte de vuestros beneficios para proyectos de solidaridad en India…


-En un momento en que todo el mundo habla de la situación de crisis actual, nosotros consideramos que la crisis representa una gran oportunidad para que los tiempos de la competencia dejen lugar a la colaboración entre empresas y a un tipo de comercio más justo, transparente y solidario, que repercuta en otras personas y comunidades más desfavorecidas. Por este motivo el 5% de los beneficios se destinan a una ONG que trabaja con niños que han sido rescatados de las calles de Jaipur (India). Un proyecto humilde que vivimos de cerca y que ofrece a estos niños un entorno familiar, educación escolar y atención sanitaria. 


-También se podría decir que vuestros inciensos son de comercio justo…

-A su vez nos hemos preocupado de establecer las bases de unas relaciones comerciales justas y honestas desde el fabricante hasta el consumidor final. Controlamos que en los procesos de fabricación no haya mano de obra infantil y que el fabricante cobre un precio justo. Igualmente nuestros márgenes han sido ajustados con el fin de ofrecer un producto de la más alta calidad a un precio muy competitivo. 


-¿Qué os diferencia?

-A pesar de que no es nuestra intención desprestigiar otros inciensos, es necesario decir que las grandes marcas de incienso no pueden permitirse utilizar productos naturales por el enorme volumen de producción. Sin embargo nuestro incienso es fabricado por una empresa familiar de producciones modestas, lo que permite la utilización de productos naturales en detrimento de los aceites químicos que utilizan los grandes fabricantes para emular los aromas. Esto garantiza que en la fabricación del incienso H&B se utilicen únicamente ingredientes naturales: cortezas de árboles, ramas, resinas, cáscaras de frutas, aceites de plantas, flores, frutos, especies… Estas diferencias son claramente apreciables en la calidad y fidelidad de los aromas originales, así como en la propia salud del consumidor; pues éste no estará respirando ningún compuesto químico. 


-Habladnos del proceso de fabricación…

-En primer lugar se recolectan las especies, las maderas aromáticas, las resinas naturales, las hierbas y las plantas que se van a utilizar. Posteriormente se separan las flores, los tallos, las hojas y las raíces según sea la parte que se desee utilizar. Según procedimientos tradicionales se destilan y se extraen los aceites que habrán de ser utilizados. Una vez transcurrido el proceso de secado de los diferentes ingredientes, se muelen hasta conseguir un fino polvo. Con este polvo se realizan las mezclas para conseguir la fragancia deseada y se añaden las resinas naturales y el carbón vegetal que se extrae de la cáscara del coco. Con esta pasta se enrollan los palitos de bambú. Una vez se les ha dado forma, se dejan secar al sol durante varios meses (el tiempo es variable dependiendo de la humedad y de la temperatura). Una vez se ha secado la pasta, ya están listos para empaquetar. Este proceso de fabricación que se realiza en su totalidad artesanalmente… está gestionado por una pequeña comunidad de mujeres.

H&B Incense
C/ Pla de Nabril, 7
43365 – Alforja (Tarragona)
www.inciensonatural.com
info@incienso-incense.com

Un nuevo estudio desacredita la teoría viral del síndrome de la fatiga crónica

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MARTES, 18 de septiembre (HealthDay News) -- En confirmación de unas dudas científicas anteriores, un estudio reciente concluye que el síndrome de la fatiga crónica no es provocado por dos virus conocidos como XMRV y pMLV.

Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., la Universidad de Columbia y otras instituciones, entre ellos algunos de los científicos que realizaron la investigación original, examinaron a 147 pacientes de síndrome de fatiga crónica en ubicaciones de todo el país, y los compararon con 146 personas sanas.

¿El resultado? "Este análisis no reveló evidencia de infección con XMRV ni con pMLV", escribieron los autores. El estudio aparece en la edición de septiembre y octubre de la revista mBio.

El síndrome de fatiga crónica, también conocido como encefalomielitis miálgica, afecta a alrededor de un millón de personas en Estados Unidos, según un comunicado de prensa de la Columbia, y las mujeres tienen más probabilidades de recibir el diagnóstico. La afección se caracteriza por una fatiga sin explicación que no mejora mediante el reposo en cama.

Los pacientes también reportan problemas de memoria o con otras habilidades del pensamiento, dolor muscular o articular, dolor de cabeza y otros síntomas.

En 2009, un trabajo publicado en la revista Science conectó el síndrome con la infección con un virus ratonil conocido como XMRV, por la sigla en inglés de virus xenotrópico relacionado con el virus de la leucemia murina.

En 2010, otro estudio halló un virus, el virus politrópico de la leucemia murina, llamado pMLV, en algunos pacientes, lo que dio más respaldo a la teoría viral.

Sin embargo, los editores de Science retractaron el informe de 2009, diciendo que hallazgos de seguimiento no confirmaron los hallazgos originales.

Los investigadores iniciaron el nuevo estudio para resolver el asunto.

Evaluaron las muestras sanguíneas de un grupo afectado por el síndrome de la fatiga crónica y de personas no afectadas.

Ninguna de las muestras mostró evidencia de ninguno de los dos virus.

El nuevo estudio debe acabar con cualquier preocupación de que la enfermedad sea causada por virus, señaló K. Kimberly McCleary, presidenta de la Asociación Americana de SFCDI (síndrome de fatiga crónica y disfunción inmune).

"Durante los últimos tres años, más de 70 publicaciones han seguido al informe original que relacionaba el SFC con el XMRV", apuntó.

El nuevo informe aborda puntos débiles de las investigaciones anteriores, afirmó. También "provee una respuesta concluyente y ofrece un desenlace. La totalidad de la evidencia publicada indica claramente que no debe haber preocupaciones persistentes sobre la infección con XMRV/pMLV entre los individuos con SFC".

"Ya no puede haber ambigüedad", apuntó el Dr. Jonathan Stoye, director de virología del Instituto Nacional de Investigación Médica MRC, en Londres. "No queda evidencia que relacione al XMRV ni al pMLV con [el síndrome de fatiga crónica/la encefalomielitis miálgica]", afirmó.

Durante años, los investigadores han estudiado muchos tipos de infecciones para ver si podrían desencadenar o provocar el síndrome de fatiga crónica, según los CDC. Entre ellos se encuentran el virus que provoca la infección de Epstein-Barr, el virus del herpes humano, el virus de Ross River, y otros.

Los estudios sobre si cambios en el sistema inmunitario de una persona podrían llevar al SFC han arrojado resultados mixtos. No hay evidencia de que el síndrome de fatiga crónica sea provocado por deficiencias en la nutrición, aunque los expertos recomiendan una dieta equilibrada a todo el que sufre de la afección.

El síndrome de fatiga crónica no tiene cura. Los CDC apuntan que el tratamiento se personaliza según los síntomas específicos de las personas. Los CDC recomiendan abordar los síntomas más perjudiciales, como la fatiga, los problemas para dormir, la depresión o la ansiedad.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare via nlm.nih.gov