sábado, 6 de octubre de 2012

La Unión Europea rechaza los estudios contra los transgénicos de Monsanto

Una investigación francesa vinculó un maíz genéticamente modificado de la multinacional con un mayor riesgo de tumores

AFP / Eric Cabanis  
Publicado: 5 oct 2012

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha desacreditado el controvertido estudio francés que vincula un transgénico y un pesticida de la multinacional Monsanto a un mayor riesgo de padecer cáncer.

El análisis preliminar de la EFSA considera que la investigación gala, que duró dos años, tiene una “insuficiente calidad científica como para ser considerada válida en la evaluación de riesgos” y pidió a sus responsables ofrecer más detalles del estudio.

Investigadores de la Universidad francesa de Caen, afirmaron que las ratas alimentadas con una dieta de maíz transgénico tipo NK603 de Monsanto o expuestas a un pesticida de la misma empresa, tenían mayor riesgo de sufrir tumores, daños múltiples en sus órganos y muerte prematura.

Sin embargo, para el organismo regulador europeo, “el diseño, la forma en que se comunican los datos y el análisis del estudio, tal como se presentan, son inadecuados”. Además subraya que se plantean “muchas preguntas” sobre la metodología y la concepción del ensayo.

Entre las irregularidades señaladas por la EFSA figura que el tipo de rata utilizada en el estudio tiene una tendencia natural a desarrollar tumores a lo largo de su esperanza de vida, que es de dos años.

Al rechazar que este estudio tenga base científica válida, la EFSA descarta también revisar su opinión favorable sobre el transgénico de Monsanto puesto en duda.

En tanto Gilles-Eric Seralini, uno de los autores de la investigación gala, se mostró incrédulo ante esta decisión, y declaró que no dará más información a menos que la entidad proporcioné una conclusión más verídica.

“Es absolutamente escandaloso que (la EFSA) mantenga en secreto la información en que se basa su evaluación (del NK603)”, dijo Seralini.

Otra investigación publicada recientemente por el Colegio de Medicina de Londres, señala que hasta el momento los ensayos realizados con alimentos transgénicos no son lo suficientemente amplios y que sus efectos pueden presentar una amenaza mucho más grave.

El estudio francés con el NK603 despertó las alarmas en toda Europa, incluso provocó que en Rusia se suspendiera temporalmente su importación y comercialización.

Un grupo de científicos rusos empezará en 2013 su propia investigación con el transgénico, para intentar demostrar si sus efectos son tan peligrosos como afirman sus colegas galos. Asimismo, en su afán de no ocultar detalles sobre el estudio, se instalarán cámaras web en las jaulas de las ratas y se transmitirán por Internet todas las etapas del experimento.

Fuente: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/55241-union-europea-rechaza-estudios-transgenicos-monsanto 

20 claves para reconocer a un imbécil (en medicina)

Me llamo Daniel Flichtentrei, soy médico cardiólogo argentino. 
Me propongo escribir aquí acerca de lo que disfruto y lo que detesto de una profesión en crisis. Crónicas, reflexiones y literatura para no dejarme aplastar por la mediocridad que nos asfixia.

Las patéticas caras del éxito.

Si no fueran tan temibles
nos darían risa.
Si no fueran tan dañinos
nos darían lástima”.

J. M. Serrat

Es imposible huir de ellos. Nos rodean. Establecen las reglas del juego y nos obligan a jugarlo. Si la moneda sale cara: ganan ellos, y si sale ceca: nosotros perdemos. Tienen, en el lugar del corazón, su propio ombligo. Sonríen felices como conejos, sólo porque son idiotas como lagartos.

Van 20 claves. Pero hay más, muchas más. Casi todas ellas las he identificado en mí mismo en algún momento de mi vida. He superado unas pocas, pero el resto me vuelven a crecer como una hierba empecinada que se resiste a morir. Ustedes ya saben, ese imbécil también soy yo.
  • Supone que su condición de médico lo habilita para opinar con impunidad de todo cuanto se le ponga delante.
  • Considera que sus explicaciones respecto de los acontecimientos de la vida de las personas son: suficientes, únicas, verdaderas.
  • Convierte a todo diagnóstico en un juicio moral, distribuye culpabilidades y aplica sanciones. Su práctica es policial y él se siente un gendarme de la “vida correcta”.
  • Piensa que los modos de existencia de las personas obedecen a decisiones racionales y voluntarias.
  • No educa ni hace sugerencias, ¡da órdenes! Y acusa a quienes no las cumplen por su debilidad de carácter o su escasa inteligencia para comprender sus razones autoevidentes.
  • Se siente autorizado a dar consejos sobre la vida privada de las personas, especialmente cuando nadie se los pide. Sus temas preferidos son: las relaciones personales, la conducta sexual, los valores, incluso cuando es evidente que carece de la más mínima aptitud para hacerlo.
  • Cree que acumular información es garantía de “conocimiento”. Que la mera suma de datos produce el “significado”.
  • No establece diferencias entre la epidemiología y la clínica, entre las poblaciones y los individuos.
  • Considera que las “probabilidades” son “hechos”.
  • Considera que el ejercicio de la medicina consiste en la aplicación automática de un conjunto –bastante limitado- de algoritmos y cursos de acción.
  • Reconoce la existencia del error, pero sólo en los demás.
  • Comprende el significado de la “incertidumbre clínica”, pero jamás la ha sentido personalmente.
  • Tipifica a todas las emociones y sentimientos como síntomas y actúa en consecuencia.
  • Piensa que enseñar es exhibir lo que conoce como un tesoro al que sólo él tiene acceso.
  • Cree que el reconocimiento no proviene de las personas sino de los journals.
  • Piensa que los más jóvenes son tan ignorantes que no pueden reconocer sus méritos por lo que no se le acercan. Jamás se le ha ocurrido pensar que, precisamente porque reconocen sus atributos, es que huyen de él como de la peste.
  • Siempre encuentra escenarios donde exhibirse. Supone –¡está convencido de ello!- que los demás quieren saber de él y conocer el repertorio completo de sus merecimientos.
  • Convierte todo lo que toca en instrumento para su promoción personal. Sus actos son mercancías y sus únicas recompensas “utilidades”.
  • Busca la fama, la exhibición y el dinero porque supone que los merece. Ignora la solidaridad, la gratitud y la austeridad porque no imagina para que sirven.
  • Circula satisfecho y feliz con su producto –que es él mismo- pero sólo porque su propia vulgaridad le impide advertir el bochornoso espectáculo que representa.
Dicen los que saben que no se debe escribir enojado. Eso es precisamente lo que estoy haciendo en este momento. Afirman que la calma permite administrar las emociones negativas con inteligencia y evitar afirmaciones imprudentes que más tarde no podrán sostenerse. Lo comprendo. Pero eso no impide que lo haga.