viernes, 25 de enero de 2013

Crisis que mata: Más de 200 españoles intentan suicidarse diariamente

Los médicos afirman que las patologías psicológicas en España crecen sin parar debido a la ansiedad

Publicado: 25 ene 2013 

Corbis
La crisis económica está pasando una dramática factura a los españoles. Las patologías psicológicas se multiplican debido a la ansiedad de muchas personas que están al borde de un abismo del que nadie parece querer rescatarlas, afirman los médicos.

“Cada día intentan suicidarse en nuestro país (España) un total de 243 personas ingiriendo fármacos de lo más diverso”, indica uno de los informes citados en el Congreso Nacional de Laboratorio Clínico que se lleva a cabo en la ciudad de Barcelona.

De acuerdo con el jefe de la Unidad de Toxicología del Hospital Universitario de Son Espases, Palma de Mallorca, Bernandino Barceló, “la crisis económica se ha unido como un factor más en las ideas suicidas”.

Sin embargo, el doctor Barceló considera que las personas que ingieren fármacos para quitarse la vida ya tienen un trastorno psíquico que se agrava con un conflicto familiar o con los problemas económicos.

"En las historias clínicas se observa significativamente el efecto de la crisis económica"

“En las historias clínicas se observa significativamente el efecto de la crisis económica en las personas suicidas cuando hablamos con ellas tras recuperarlas, aunque la mayoría de las veces hay un conjunto de causas desencadenantes”, le dijo el especialista a la agencia EFE.

Además, Barceló señaló que cada día ingresan  542 personas (197.830 personas al año) a los servicios de urgencia de los diferentes hospitales españoles por diversas intoxicaciones.

En el 60% de las intoxicaciones diarias (325 personas) está presente el alcohol, y el 45% (243 personas) son por la ingesta, con intenciones suicidas, de psicofármacos, fundamentalmente benzodiacepinas: antidepresivos, ansiolíticos y relajantes musculares.

Europa reclama medidas urgentes contra los disruptores endocrinos

PREVENCIÓN | Contaminación ambiental


Hasta el pasado año algunos biberones se fabricaban con bisfenol 
A. | J.C. Cárdenas
  • La Comisión de Medio Ambiente aprueba un proyecto para proteger la salud
  • Por primera vez en 10 años, el Parlamento aborda el riesgo de estas sustancias
  • Los eurodiputados votarán en marzo una resolución con medidas concretas
  • Pretenden reducir la exposición de los ciudadanos a estos compuestos
La Comisión de Medio Ambiente, Salud y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo ha aprobado un proyecto de resolución que permita poner en marcha medidas urgentes y concretas para proteger la salud de los ciudadanos de los disruptores endocrinos.

Estas sustancias interrumpen o alteran los procesos naturales del metabolismo y han sido relacionadas con la aparición de múltiples y variados problemas de salud, como una mayor infertilidad, la aparición de cánceres hormonodependientes, algunos grados de autismo y diabetes.

El texto recalca que es prioritario reducir la exposición pública a este tipo de sustancias químicas, propone diferentes mejoras en el sistema regulatorio europeo REACH (Registration, Evaluation, Authorisation and Restriction of Chemical substances) y aborda cómo la ciencia debe ser utilizada para evaluar los riesgos de los disruptores endocrinos.

Es la primera vez en 10 años que el Parlamento Europeo pasa a la acción en este asunto, y lo hace a la luz del principio de precaución. El documento contiene un mensaje claro, y es que hace falta dar un vuelco a la estrategia europea sobre disruptores endocrinos: "La estrategia debe ofrecer una protección eficaz de la salud humana, haciendo mayor hincapié en el principio de precaución para trabajar hacia la reducción de la exposición humana a disruptores endocrinos cuando sea necesario". 

Crear conciencia colectiva

Para Nadia Bennich, responsable de campañas internacionales de la Fundación Vivo Sano, "es muy importante que se otorgue tanta relevancia al principio de precaución, porque es la única forma efectiva de proteger la salud pública. No podemos esperar a que se produzcan daños graves en la salud, como ya ocurrió con el asbestos. Por eso desde la Fundación Vivo Sano hemos trabajado muy intensamente con otras ONG europeas, como HEAL, para que estos temas lleguen al Parlamento Europeo, pero aún queda camino que recorrer".

El proyecto de resolución recién aprobado por la Comisión de Medio Ambiente, Salud y Seguridad Alimentaria pasa ahora al pleno del Parlamento Europeo, donde se someterá a votación el próximo mes de marzo.

Identificar la presencia en los productos de consumo de estos contaminantes, entre los más comunes los parabenos y el bisfenol A, es un primer paso para crear conciencia colectiva del riesgo, sugiere Nicolás Olea, catedrático de la Universidad de Granada, médico y radiólogo.

La eurodiputada sueca Åsa Westlund, impulsora de este proyecto de resolución, afirma: "Nuestro informe deja claro que ha llegado el momento de tomar una acción política coherente. Incluso aunque no tengamos todas las respuestas, sabemos lo suficiente para que se regulen estas sustancias de acuerdo al principio de precaución".

"Se ha demostrado que hasta que una campaña cívica no se convierte en cuestión de Estado, no hay resultados. Somos como francotiradores contra un ejercito organizado", señala Olea sobre las iniciativas privadas que desde la ciencia o las organizaciones ecologistas o sindicales alertan sobre la contaminación ambiental.

La ONG europea HEAL (The Health and Environment Alliance) acoge con satisfacción este proyecto de resolución. Lisette van Vliet, Asesora Principal de Políticas de HEAL, dice: "Según un reciente estudio realizado a ciudadanos de 17 países comunitarios, todos tenemos disruptores endocrinos en la sangre. Distintos estudios científicos vinculan la exposición a estas sustancias, en particular durante el embarazo y la primera infancia, a toda una gama de problemas de salud, incluyendo defectos genitales en bebés varones, pubertad precoz en las niñas, infertilidad, obesidad, diabetes, cánceres relacionados con las hormonas y otras enfermedades crónicas. Reducir la exposición a los disruptores endocrinos nos da la oportunidad de detener el desarrollo de algunas de estas enfermedades antes de que comiencen. Cuanto antes se ponga en marcha la UE para eliminar este tipo de sustancias químicas, mejor".

Iniciativas puntuales

Algunos países europeos ya han comenzado a regular el uso de disruptores endocrinos. Francia ya ha prohibido el uso del bisfenol A (BPA) en todos los materiales que estén en contacto con alimentos infantiles; la nueva normativa entrará en vigor este año para alimentos para niños menores de 3 años, y a partir de 2015 para niños de todas las edades.

Bélgica también ha prohibido el uso de bisfenol A desde este mismo mes en materiales en contacto con alimentos para niños menores de 3 años. Suecia, en la misma línea, ha prohibido este químico en materiales en contacto con alimentos a partir de este año.

Dinamarca, por su parte, prohibió el año pasado cuatro tipos de ftalatos (DEHP, DBP, DIBP y BBP) en cortinas de baño, manteles y otros bienes de consumo. Las autoridades danesas ya prohibieron en 2012 el uso de bisfenol A en materiales en contacto con alimentos infantiles.

Dolencias recurrentes... ¿Radiaciones en el dormitorio?

Muchas enfermedades son el resultado de determinadas agresiones del entorno o de factores de riesgo ambiental que tenemos dentro de nuestras propias casas sin saberlo. Sin embargo este concepto, que resulta familiar a cualquiera que haya visto la serie del doctor House, no parece haber calado aún en la práctica médica en España. La realidad es que convivimos con múltiples campos electromagnéticos artificiales y radiaciones naturales, así como con numerosos tóxicos ambientales.

En muchos casos la recuperación de una persona con ciertas dolencias pasa no sólo por tratar sus síntomas, algo en lo que la medicina contemporánea es muy diligente y eficaz, sino por eliminar la causa que los provoca y a la que estamos expuestos inconscientemente durante muchas horas al día. Hoy en día, con la creciente invasión de las nuevas tecnologías, es muy frecuente que los dormitorios se parezcan casi más a pequeños despachos con un gran número de dispositivos tecnológicos a mano: teléfonos inalámbricos, ordenadores, móviles cargando, radiorelojes despertador conectados a la corriente, etc. Todo esto, que sin duda nos trae comodidad, puede tener consecuencias para nuestro descanso a corto plazo y, lo que es más importante, para nuestra salud a medio y largo plazo.

Un campo electromagnético cerca de la cabecera de la cama puede en primer lugar interferir en nuestro sueño, hacer que sea menos profundo, que nos despertemos, que nos levantemos poco descansados o con dolor de cabeza. Esto puede estar provocado por tener un móvil cargándose en la mesilla, por la base del teléfono inalámbrico o por un despertador eléctrico que emita más de lo conveniente o que no esté bien conectado a la toma de tierra de nuestra instalación eléctrica. Si tenemos la cabecera de la cama pegada a una pared donde al otro lado hay una nevera conectada nos encontraremos con que un campo magnético rodea nuestra cabeza mientras estamos durmiendo, con las mismas consecuencias e incluso más graves.

La propia Organización Mundial de la Salud admite que el 80% de los cánceres y el 20% de la mortalidad mundial se deben a factores ambientales. Las radiaciones naturales y artificiales se cuentan entre los más desconocidos por la población general. Según expertos de la empresa Geosanix, especializada en detectar, analizar y eliminar o minimizar los diversos factores de riesgo geoambiental, "la exposición a campos eléctricos es uno de los problemas que encontramos con más frecuencia en los hogares que visitamos en el curso de nuestro trabajo. Hemos llegado a detectar campos eléctricos del orden de 180 V/m en el dormitorio, un valor muy alto y más teniendo en cuenta que se trata de la zona donde más horas pasamos. También localizamos más veces de las que quisiéramos variaciones intensas del campo magnético terrestre justo en la zona de la cama, con lo que al final resulta que estamos expuestos de forma cotidiana y sostenida a situaciones nada acordes con nuestra biología, con los consiguientes efectos acumulativos sobre nuestra salud", explica José Miguel Rodríguez, director de Geosanix.

Rodríguez insiste en la importancia de lo que él llama "el círculo vicioso geoambiental", que se produce cuando una persona está sometida en su vida diaria a un factor de riesgo y no logra recuperar la salud porque, al no ser consciente de ese riesgo, sigue expuesta a él. "Lo vemos muchas veces en nuestro trabajo, con personas que van al médico una y otra vez, y lógicamente suelen mejorar, porque el tratamiento que les ponen ataca eficazmente sus síntomas. Pero al cabo del tiempo tienen que volver a consulta porque, por desconocimiento, no han eliminado la causa que los provoca", explica.

Radiaciones naturales y artificiales

Los factores de riesgo geoambiental que analiza Geosanix pueden ser de distinto origen. Entre los tóxicos físicos están las radiaciones naturales y artificiales. Las naturales son las que proceden de la radiactividad del entorno, de alteraciones geológicas del subsuelo, las cuales provocan variaciones locales del campo magnético terrestre, o de redes Hartmann y Curry. Según José Miguel Rodríguez, una de las hipótesis que más peso tiene es que las redes naturales tienen un origen electromagnético. La explicación es que las líneas de fuerza del campo magnético y eléctrico de la tierra pueden tener una forma más o menos reticular, existiendo zonas con mayor o menor densidad en las líneas de fuerza de dichos campos, que serían las zonas llamadas geopatógenas. Así mismo en las zonas donde existen cursos de agua subterránea o acuíferos también se producirían alteraciones de dichos campos, resultando ser zonas que pueden afectar a nuestra salud, especialmente si una de estas distorsiones coincide con el espacio donde tenemos la cama colocada.

Las radiaciones artificiales son las que emiten las antenas de telefonía, los aparatos inalámbricos como teléfonos, móviles o routers, las instalaciones eléctricas defectuosas de los hogares, los electrodomésticos mal instalados o sin toma de tierra, etc. Los tóxicos ambientales, por su parte, comprenden desde sustancias químicas como los formaldehidos, CO2, NO2, SO2, que se relacionan con múltiples enfermedades, como el síndrome químico múltiple, el párkinson y otros procesos neurodegenerativos, hasta el material particulado, que puede causar múltiples enfermedades del sistema respiratorio, nervioso y cardiovascular incluso con breves exposiciones.

Decálogo de salud geoambiental (Fuente: Fundación para la Salud Geoambiental)
  • 1. Alta permanencia. Evita situar tu lugar de descanso o de trabajo sobre zonas con alteraciones geofísicas, que alteran los campos magnéticos naturales en la superficie, y provocan inestabilidad e intensa radiación terrestre. Los lugares donde pasas más horas al día deben estar libres de radiaciones naturales.
  • 2. Descanso. No coloques en tu mesilla de noche aparatos eléctricos, como radio-despertadores, lámparas halógenas con transformador o teléfonos inalámbricos. No pongas el móvil a cargar al lado de tu cama. Evita los colchones de muelles y los somieres con piezas ferromagnéticas.
  • 3. Móviles. Al hablar por el teléfono móvil, hazlo con el manos libres; si evitas colocarte el aparato al lado del cerebro, estarás protegiéndote de sus radiaciones. Conecta el Bluetooth o el WiFi sólo cuando lo necesites. Procura que los niños no usen los móviles.
  • 4. Electrodomésticos. La lavadora, microondas, horno, caldera, cocinas de inducción o vitrocerámica no deben estar en la pared contigua a la cabecera de tu cama. Aun estando apagados, emiten radiaciones que traspasan la pared.
  • 5. Instalación eléctrica. Comprueba que el cableado no emite más radiaciones de lo estrictamente necesario y que las tomas de tierra funcionan bien.
  • 6. Tecnologías inalámbricas. Las tecnologías sin cables, como los teléfonos inalámbricos DECT o los routers WiFi, saturan nuestro entorno de radiaciones de altas frecuencias. Elige preferiblemente tecnologías con cable, y recurre a las tecnologías inalámbricas sólo si es inevitable, siempre colocando las fuentes de las radiaciones lejos de los lugares de alta permanencia.
  • 7. Gas radón.Cuando decores tu casa, evita el uso de basaltos o granitos, algunas cerámicas y ciertos tipos de gres, que pueden ser fuente de gas radón; es radiactivo y puede causar cáncer de pulmón. Si el inmueble tiene estos materiales, asegúrate de que hay una buena ventilación.
  • 8. Antenas y cables. Antes de adquirir una nueva vivienda u oficina, vigila que no haya cerca antenas de telecomunicaciones o de teléfonos móviles, líneas de alta tensión, tendido eléctrico o transformadores urbanos.
  • 9. Electricidad estática. Evita el uso excesivo de materiales sintéticos: moquetas, tejidos, encimeras de cocina, mobiliario, etc. Coloca humidificadores y utiliza preferentemente materiales naturales.
  • 10. Edificios inteligentes. Los lugares cerrados con ventanas impracticables, suelos o techos técnicos y aires acondicionados son caldo de cultivo de bacterias y hongos por el aumento de la ionización positiva del aire. Hace falta una buena ventilación y utilizar ionizadores para mejorar la calidad del ambiente.
Clara Román