sábado, 23 de marzo de 2013

NOTA DE PRENSA: WILLY MEYER SOLICITA A LA COMISIÓN EUROPEA UNA MEJORA EN EL DIAGNÓSTICO Y RECONOCIMIENTO DE LA ENCEFALOMIELITIS MIÁLGICA


NOTA 
DE PRENSA

WILLY MEYER SOLICITA A LA COMISIÓN EUROPEA UNA MEJORA EN EL DIAGNÓSTICO Y RECONOCIMIENTO DE LA ENCEFALOMIELITIS MIÁLGICA

Bruselas, 22 de marzo de 2013

Willy Meyer ha solicitado a la Comisión Europea a que ejerza sus competencias en materia de sanidad a nivel europeo para que, en los sistemas sanitarios de los estados miembros del la Unión, se disponga de procedimientos para un correcto diagnóstico y no se confunda más la Encefalomielitis Miálgica con el Síndrome de Fatiga Crónica.

La Encefalomielitis Miálgica está clasificada según la comunidad científica internacional como una grave enfermedad neurológica, sin embargo el Síndrome de Fatiga Crónica, es un concepto indefinido que puede inducir a errores de diagnosis. En 2009 la Comisaría de la Dirección General de Sanidad y Consumo Androulla Vassiliou admitió que este término podía inducir a confusión y a problemas con los pacientes, sin embargo poco se ha avanzado en la corrección de dichos diagnósticos. Las personas afectadas por la Encefalomielitis Miálgica se encuentran en una desesperada situación de indefensión debido a continuos diagnósticos erróneos que califican su enfermedad erróneamente como un problema psicológico en lugar de una enfermedad neurológica.

"Los sistemas públicos de salud de los estados miembros deben garantizar por todos los medios a su disposición la diagnosis certera de todas las enfermedades reconocidas por la comunidad científica internacional, cualquier error en este paso tiene gravísimas consecuencias para los afectados" sostuvo el eurodiputado de Izquierda Unida refiriéndose a los afectados de esta enfermedad. La Pregunta Parlamentaria presentada por Meyer recoge la necesidad de que los estados miembros deban implementar los criterios establecidos en el Consenso de Canadá 2003/ICC 2013 para una efectiva diagnosis de la Encefalomielitis Miálgica; así como insiste en que la Comisión Europea debe poner a disposición fondos para la investigación biomédica para mejorar las técnicas de diagnóstico y los posibles tratamientos para esta gravísima enfermedad neuronal.

La Comisión Europea también debe ser consciente de que los estados miembros de la Unión no pueden incumplir los acuerdos internacionales que obligan a reconocer las enfermedades identificadas por la Organización Mundial de la Salud que en su Clasificación Internacional de Enfermedades reconoce esta enfermedad. Del mismo modo la Organización Internacional del Trabajo reconoce esta enfermedad, resultando cada caso de diagnóstico erróneo de esta enfermedad, un incumplimiento de los acuerdos adquiridos con estas dos instituciones.

Que implementen una correcta e inste a los estados miembros de la Unión a que incluyan la Sensibilidad Química Múltiple y la Hipersensibilidad electromagnética como enfermedades oficiales dentro de sus respectivos sistemas sanitarios.

Meyer se ha dirigido por escrito a la Dirección General de Sanidad y Consumo de la Comisión para expresar la necesidad de que estas enfermedades sean incluidas en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) y en las respectivas listas nacionales de enfermedades profesionales. Según Meyer, "Resulta necesaria una legislación que proteja a todos los enfermos europeos y no trate de evitar responsabilidades negando la existencia de estas enfermedades". Actualmente estos problemas de salud suelen ser negados o diagnosticados como problemas psicológicos lo cual supone que estos enfermos "se encuentran una situación de completa indefensión y doble sufrimiento, puesto que más allá de sufrir los dolorosos efectos vienen a ser tratados por los sistemas públicos de salud como enfermos mentales", sostuvo Meyer.

La Sensibilidad Química Múltiple y la Hipersensibilidad Electromagnética son enfermedades que aún no está recogidas como tales por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero la comunidad científica está realizando numerosos descubrimientos y avances en la detección y evaluación de estos síndromes. Estas enfermedades muchas veces han sido diagnosticadas como el Síndrome de Fatiga Crónica, que resulta un cajón de sastre donde, en ausencia de mejores clasificaciones, se tipifican las enfermedades citadas.

El reconocimiento de estas enfermedades supondría, según el eurodiputado, la necesidad de "aplicar las normas existentes en términos de radiación electromagnética y exposición a sustancias nocivas, así como revisar los límites actuales hasta garantizar el mínimo impacto sobre la salud de los enfermos", cuestión por la que su reconocimiento supondría elevados costes. En la actualidad se toleran límites de contaminación electromagnética y química que impiden a estos enfermos llevar a cabo una vida normal y es por ello que la Comisión debería actuar para garantizar el derecho a una vida saludable a todos los ciudadanos europeos.

Para más información, Oficina de Willy Meyer: willy.meyeroffice@europarl.europa.eu
Tfn: +32 2284 5557 Fax: +32 2284 9557

Inglaterra: el mayor avance farmacologico contra el cancer de mama no sera financiado por el NHS por


Revolucionario medicamento contra el cáncer de mama, “demasiado caro”

2013-03-22

Un medicamento contra el cáncer de mama, descrito como el mayor logro en casi 20 años, ha sido rechazado por el organismo de control del gobierno por considerarlo demasiado caro.

Los oncólogos tienen grandes esperanzas en el everolimus, comercializado por Novartis bajo la marca Afinitor, del que podrían beneficiarse hasta 8.000 mujeres con cáncer de mama al año.

Pero el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (Nice, por sus siglas en inglés) ha decidido que, al precio de 36.000 libras anuales por suministro, resulta demasiado caro.

Everolimus está indicado para 3 de cada 4 pacientes con cáncer de mama que tienen una variante de la enfermedad provocada por estrógenos, la hormona femenina.

Más concretamente, se aconseja para pacientes postmenopáusicas cuyo cáncer haya empezado a avanzar, y que además hayan desarrollado resistencia a tratamientos “hormonales”. En ese punto, la quimioterapia suele ser la única opción.

El pasado septiembre, la publicación de ensayos clínicos iniciales mostraba que, al combinarlo con quimioterapia, el everolimus duplicaba (o más) el tiempo en que los tumores quedaban “paralizados”, en comparación con el uso de quimio sólo. Las cifras respectivas eran de 7,8 y 3,2 meses.

El profesor Stephen Johnston, del Royal Marsden Hospital de Londres, dijo entonces:

“El everolimus tiene el potencial de redefinir cómo tratamos este tipo común de cáncer de mama y, lo que es muy importante, ofrece a las mujeres una alternativa eficaz a las sesiones de quimioterapia”.

La Dra Rachel Greig, de la ONG “Breakthrough Breast Cancer”, lo describió como “uno de los mayores avances en muchos años en el tratamiento del cáncer de mama”.

Sin embargo, Sir Andrew Dillon, alto ejecutivo de Nice, dijo ayer (por el miércoles): “Para que Nice recomiende un tratamiento, debe probarse que es rentable. Esto significa que debe funcionar igual de bien, o mejor, que el tratamiento actual del SNS, teniendo en cuenta cualquier posible efecto secundario y el coste que se le requiere al SNS”.

Mientras que el comité de valoración “reconoció que el everolimus puede ofrecer un cambio significativo en el tratamiento”, Sir Andrew observó que había “incertidumbre con respecto a en qué medida el tratamiento aumenta los índices generales de supervivencia”.

La valoración está aún en fase de borrador, lo que implica que Nice podría cambiar de opinión.

La Dra Greig describió este hecho como un “revés”, diciendo: “Esta decisión se reduce a los costes, y esperemos que Nice pueda acercar posiciones con los fabricantes hasta encontrar una solución”.

Ibrahim ElHoussieny, director médico de oncología para Novartis Reino unido e Irlanda, dijo: “Nos comprometemos en aportar tanta información como sea posible para demostrar el valor del everolimus a las pacientes y al SNS. Nuestro objetivo es garantizar que las pacientes con este tipo de cáncer de mama avanzado puedan beneficiarse al máximo de este revolucionario tratamiento”.

Traducido por Luisa Cazorla para CAS