lunes, 1 de abril de 2013

India falla a favor de sus genéricos contra el cáncer, diez veces más baratos que los de Novartis

El Tribunal Supremo deniega la patente de un medicamento contra el cáncer a la farmacéutica suiza, cuyo fármaco costaba 2.600 dólares por paciente al mes frente a los 200 de la versión genérica

AGENCIAS Nueva Delhi 01/04/2013

El abogado de la Asociación de Ayuda a Enfermos de 
Cáncer Anand Grover (d) muestra un envase de un
medicamento contra el cáncer de  fabricación india 
durante una rueda de prensa en Nueva Delhi. - EFE
El Tribunal Supremo de la India dictó este lunes una sentencia favorable a los fabricantes indios de medicamentos genéricos ante la demanda de la farmacéutica multinacional suiza Novartis, informó una fuente de la defensa.

El juicio debía resolver si se concedía una patente en la India al medicamento anticancerígeno Glivec de la multinacional, actualmente reemplazado en el mercado por versiones indias mucho más baratas.

El Tribunal rechazó la patente de Novartis por el mesilato de imatinib (medicamento anticancerígeno comercializado como Glivec) al considerar que es una modificación de un producto anterior y sus propiedades no han cambiado, según un abogado de la defensa, Anand Grover.

La fuente aseguró que esta sentencia da la razón a los derechos de los pobres de la India y también beneficia a los pacientes del mundo en desarrollo, pues el fármaco de Novartis costaba 2.600 dólares por paciente al mes, y las versiones genéricas 200 dólares.

De acuerdo con Grover, Novartis tendrá que cargar con los costes del juicio, aunque la compañía suiza dispondrá de 90 días para apelar la sentencia.

"Revés para los pacientes"

El director general de Novartis en la India, Ranjit Shahani, mostró a través de un comunicado su desacuerdo por la sentencia y aseguró que las patentes "deben ser reconocidas" para "fomentar la inversión en innovación médica, en especial, en necesidades médicas no tratadas". "Este fallo es un revés para los pacientes, pues entorpece el progreso médico para enfermedades sin opciones de tratamiento eficaces", sentenció Shahani.

Novartis también ha señalado que la denegación de la patente clarifica la limitada protección de la propiedad intelectual en el país y desincentiva la innovación.

Sin embargo, Médicos Sin Fronteras (MSF), que trabaja con genéricos indios, había criticado que si Novartis "tiene éxito, las patentes se concederán más ampliamente en la India, algo que bloqueará la competitividad entre productores que hace que bajen los precios".

Según MSF, la concesión dela patente a Novartis restringiría "el acceso a medicinas asequibles a millones (de personas) en la India y el mundo en vías de desarrollo", afirmó la organización humanitaria en un comunicado difundido la semana pasada.

Según diversos analistas, una sentencia favorable a Novartis habría tenido un efecto dominó con la concesión de más patentes, lo que habría puesto en peligro el papel de la India como principal proveedor de medicamentos baratos a los países en desarrollo.

La India dejó en 1970 de conceder patentes de medicamentos, pero la ley fue enmendada en 2005 para cumplir la normativa de la Organización Mundial del Comercio (OMC), de la que el gigante asiático es Estado miembro.

Nueva Delhi se abrió entonces a admitir el registro de medicamentos pero estableció el merecimiento de la patente en función de que el fármaco presentase una innovación significativa.

La ley de Patentes india contiene la cláusula 3d que específica que solo se concederán patentes a las innovaciones, para evitar que las compañías farmacéuticas modifiquen ligeramente un medicamento y alarguen la patente para impedir la producción de genéricos.

En el caso de Novartis, que lleva más de seis años inmerso en una batalla legal en la India, diferentes tribunales del país asiático habían considerado, al igual que hizo hoy el Supremo, que su fármaco no representa una innovación.

Un 'cerebro' anti-fibromialgia depende de la tómbola a falta de fondos públicos

CIENCIA | Investigando gracias a la caridad 

Un 'cerebro' anti-fibromialgia depende de la tómbola a falta de fondos públicos


  • Los enfermos apoyan con actos benéficos al investigador Mario Cordero
  • Lo hacen para que no deje de buscarles una cura
  • No recibe ni un céntimo del Estado pese a sus logros internacionales
  • Cuando acabe en septiembre la beca de La Caixa, emigrará a EEUU, lamenta
Eduardo del Campo | Carlos Márquez (vídeo) | Sevilla
Actualizado lunes 01/04/2013

La mínima mesa de trabajo del investigador Mario D. Cordero en el laboratorio del Departamento de Citología e Histología Normal y Patológica (estudio de células y tejidos orgánicos) de la vieja Facultad de Medicina de Sevilla la preside una foto pegada al cristal de la ventana. Es el retrato del histólogo y premio Nobel español Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), sobre una famosa cita suya: "Se ha dicho hartas veces que el problema de España es un problema de cultura. Urge, en efecto, si queremos incorporarnos a los pueblos civilizados, cultivar intensamente los yermos de nuestra tierra y de nuestro cerebro, salvando para la prosperidad y enaltecimiento patrios todos los ríos que se pierden en el mar y todos los talentos que se pierden en la ignorancia".

¿Qué diría Ramón y Cajal si resucitase y viera ahora que, tras el gran salto adelante de la ciencia y la educación de su país, se está retrocediendo hasta límites lastimosos debido a/con la excusa de la crisis? ¿Qué diría si supiera que un científico como Mario Cordero, de 36 años, que publica en revistas internacionales estudios sobre el origen genético y las posibles terapias para la fibromialgia (enfermedad que afecta a entre el 3 y el 5% de la población española), está abocado a emigrar a Estados Unidos porque aquí no recibe ni un céntimo del Estado para investigar?

¿Qué diría si supiera que depende de tómbolas y donaciones de los pacientes y que en septiembre se le acaba la beca de dos años de La Caixa con la que ahora sobrevive con 1.200 euros al mes? ¿Qué diría si supiera que como él hay miles? 

Su reacción contra los recortes en la ciencia sería demoledora. Sus palabras de ayer aún valen hoy: ¡salvad los ríos que se pierden en el mar! Cordero ha comprobado que el gen AMPK está relacionado con la fibromialgia (caracterizada por un dolor físico intenso y difuso), lo que facilitará usar ese gen como diana terapéutica. Ha probado también que la coenzima Q10 beneficia a muchos de los enfermos. Y está desarrollando dos nuevos ensayos clínicos con pacientes, en el hospital de Puerto Real y a nivel europeo.

Su trabajo peligra no por falta de ideas, sino por asfixia económica. Si no obtiene un sueldo después de septiembre, no le quedará más remedio que emigrar, lamenta. Como tantos. "España tiene un gran potencial científico", dice, pero "después de todo el dinero que ha invertido en la formación de los investigadores, el fruto se lo llevarán otros países".

Trabaja en este departamento dentro del grupo de investigación Biopatología y Estrés Oxidativo, con ocho miembros que estudian la relación entre la oxidación de las células y el cáncer, la depresión o la fibromialgia. En este último campo, Cordero investiga solo. Cuenta con la ayuda puntual de sus compañeros, pero carece de ayudantes fijos.

El director del grupo, Manuel de Miguel Rodríguez, dice que no les han concedido nada en las convocatorias de investigación del Gobierno central y de la Junta, y lamenta que les perjudica ser un grupo nuevo y pequeño, cuando debería ser al revés: para que se consolide tendrían que regarlo. A falta de dinero público, intentan obtener financiación de empresas y entidades privadas y donaciones de particulares, para lo que De Miguel ha creado la asociación por el Fomento de la Investigación en Cáncer y Mitocondriopatías (Foicam).

Sin dinero para anticuerpos

En el caso de la fibromialgia, Cordero se sostiene gracias a las donaciones de la federación andaluza de enfermos. En el último acuerdo le dieron 6.000 euros para el año. "Es mucho esfuerzo para ellos y muy poco dinero para la investigación", dice. Enseña un aparato para identificar proteínas que ha dejado de usar por falta de los 600 euros que cuestan los anticuerpos necesarios para cada tanda de unas 20 pruebas.

El sábado 16 de marzo, la asociación de enfermos y familiares celebró una gala en San Juan de Aznalfarache para recaudar fondos con los que Mario pueda seguir buscándoles una cura. Una de las fuentes de ingresos de la fiesta fue una tómbola. La investigación de una enfermedad con cientos de miles de afectados (el 70%, mujeres), pendiente de una humilde tómbola benéfica.

Y antes era peor. Mario dice que hasta hace poco el trato a las enfermas de fibromialgia "era horrible" en los centros sanitarios. Se las trataba "de neuróticas, depresivas", como si se inventaran su dolor. Ahora "hay más comprensión" y no se discute su existencia, aunque su causa, con un gran componente genético, aún no se haya precisado. Pero el hecho de que carezca de financiación hace sospechar que persiste parte de la incomprensión despectiva de antaño.

Calculan que para que el grupo funcionase a pleno rendimiento necesitarían entre 30.000 y 40.000 euros al año para fungibles, sin contar el dinero para renovar aparatos y hacer más contratos: no de expertos internacionales, eso es soñar, sino de alumnos predoctorales y mileuristas.

Ahora se apoyan en algunos estudiantes. Pero no están siempre disponibles. Hay fines de semana en que De Miguel se lleva de ayudante a su hijo de 14 años. Para que le sostenga los ratones mientras él les inyecta células para su estudio contra el cáncer.