viernes, 26 de julio de 2013

Industria gravará con un peaje la producción casera de electricidad

JUANA VIÚDEZ Madrid 19 JUL 2013
Paneles fotovoltaicos en una planta de Coburgo (Alemania). / REUTERS
El Gobierno tiene la determinación de que el autoconsumo energético —producir tu propia energía mediante paneles fotovoltaicos o minieólicos y consumirla en el momento—, se implante de forma muy controlada y sin perder de vista “la compleja situación económica” que afecta al sector eléctrico. El borrador del decreto de autoconsumo —esperado como agua de mayo por numerosos consumidores para ver si se podían ahorrar unos euros en su factura— ha incluido un peaje, denominado “de respaldo”, que, de momento, sube la tarifa de quienes lo utilizan.

El decreto sobre autoconsumo ha llegado con más de un año de retraso. El Ministerio de Industria lo remitió el jueves a la Comisión Nacional de Energía, que tiene 15 días para emitir un informe que será oído, aunque no sea vinculante.

La redacción del texto reserva al Gobierno la capacidad de subir o bajar la cuantía de este peaje dependiendo de cómo vaya la implantación de estos modelos de autogeneración eléctrica. Uno de los grandes miedos de las eléctricas es que la autogeneración se descontrole y el sistema actual colapse.

Las cuantías de los primeros peajes de respaldo se incluyen en el borrador del decreto elaborado por el Ministerio de Industria. Según cálculos de la Unión Española Fotovoltaica (Unef), el peaje de respaldo que se pagará por generar energía en un domicilio será un 27% más alto que si se opta por el consumo convencional y se abona el peaje por el uso tradicional de la red. La asociación, que agrupa a unas 300 empresas y representa a un 85% del sector, critica que se impida el ahorro de los consumidores y se paralice la entrada de nueva competencia en el mercado eléctrico.

El autoconsumo está consolidado en EE UU o países como Holanda

En los últimos cinco años los consumidores han visto cómo los precios de la tecnología fotovoltaica han bajado un 80%. En un contexto de crisis en el que las tarifas de las eléctricas no hacen más que subir, producir su propia electricidad con paneles solares o molinillos se había convertido en una alternativa de ahorro muy interesante. Se ha desarrollado un pequeño mercado de autoconsumo instantáneo, amparado por un decreto de 2011, en el que se han integrado sobre todo industrias y comercios, que conseguían reducir sus facturas energéticas y mejorar su competitividad. Cuando se apruebe el decreto de autoconsumo tienen dos meses para inscribirse en un registro oficial y comenzar a pagar estos peajes. En caso contrario, se enfrentan al corte de suministro o a sanciones que llegan a los 30 millones.

Aunque en España sea relativamente nuevo, el autoconsumo energético está más que consolidado en países como Estados Unidos (sobre todo en California) u Holanda. Es el camino hacia el que se dirigen las políticas de la Unión Europea. Lo habitual en los países en los que se ha implantado es que se incentiven estas prácticas bonificando los peajes, permitiendo a los consumidores que viertan energía a la red y la recuperen cuando la necesiten u ofreciéndoles la posibilidad de venderla a la compañía eléctrica, algo que no ocurre aquí.

El decreto nombra las bondades del sector renovable y la eficiencia energética, así como las múltiples directivas europeas que las promueven. Sin embargo, no esconde que se busca una “evolución gradual” del autoconsumo que no atente contra el conjunto del sistema eléctrico. Habla de “dirigir” el desarrollo de este “novedoso mecanismo” y considera un “reto adicional” su integración en el sistema.

La energía sobrante que se vierta a la red no será remunerada

El Gobierno del PP considera que tener muchos puntos que puedan emitir energía puede ser beneficioso para un sistema de grandes centrales como el español, sobre todo en lo relativo a las pérdidas de red —que suponen entre un 10% y un 15%—. Acto seguido subraya que la generación distribuida (tener muchos productores de electricidad) no reduce los costes de mantenimiento de transporte y distribución, ni los costes ajenos al suministro que se incluyen en los peajes de acceso. “En algunos casos podría provocar costes de inversión adicionales en las redes para adecuarlas”, justifica.

La venta de excedentes energéticos —facilitar que se venda o intercambie la energía que no se utilice— se contempla como un “objetivo”, pero no se ha desarrollado. De hecho, el texto especifica que las cesiones de energía eléctrica a la red pública “no podrán llevar aparejada contraprestación económica”. La modalidad conocida como balance neto —que consiste en aportar energía sobrante a la red para luego recuperarla cuando se necesite en la misma cantidad— no se contempla de momento.

Otras tecnologías, como la cogeneración, consiguen salvarse de estos peajes hasta el 31 de diciembre de 2010. “Se trata de excepciones”, explica David Arzoz, vicepresidente de la asociación de empresarios Cogen España. “Las plantas que estaban vendiendo energía podrán continuar hasta este plazo, pero las que hacían autoconsumo y las que se construyan tendrán que pagar este peaje y ya no será rentable”, añade el representante de esta asociación especializada en cogeneración.

Las estafas alimentarias más escandalosas de los últimos años

¿Está usted seguro de qué es lo que sirve en la mesa? Últimamente las grandes compañías de alimentación utilizan engaños cada vez más descarados para aumentar sus multimillonarios beneficios.

Les presentamos las estafas alimentarias más escandalosas de los últimos años, que afectaron a consumidores de diferentes partes del mundo.

En 2011, en una de las tiendas de la cadena Wal-Mart en China, fue detectada carne de cerdo corriente que se vendía como si fuera orgánica. Desafortunadamente para la empresa que comercializaba el producto, las autoridades chinas son muy sensibles a dos cuestiones: a la seguridad alimentaria y a las empresas extranjeras que operan en su territorio. Las autoridades locales consideraron la violación de la ley china una cuestión tan grave que inmediatamente cerraron 13 tiendas de la cadena, a la empresa se le impuso una multa de 420.000 dólares y los empleados involucrados en el fraude fueron detenidos.
En mayo de este año, unos periodistas filmaron a trabajadores de una de las cafeterías de la red Starbucks en Hong Kong preparando café con agua de los lavabos de un garaje. En Hong Kong, territorio que sufre preocupantes problemas ambientales, se recomienda beber solo agua embotellada, por lo que la noticia provocó una gran indignación en la sociedad. Sin embargo, los representantes de Starbucks justificaron el hecho alegando que los empleados de la cafetería filtraban el agua antes de utilizarla, y se comprometieron a elaborar sus bebidas exclusivamente con agua embotellada en el futuro.
Un cliente australiano desveló una práctica que tenía lugar en la red de restaurantes de comida rápida Subway. A principios de este año, colgó en Facebook una foto de un bocadillo Footlong al lado de una regla de medir, para demostrar que la longitud del sándwich era de 11 centímetros, y no de 12 como afirmaba la compañía. La imagen se extendió rápidamente a través de la Red y del tema se habló incluso en los informativos. Poco después del incidente la empresa publicó una explicación oficial asegurando que un sándwich es un alimento y es casi imposible calcular su tamaño exacto. Añadió, además, que el ‘defecto’ fue detectado en un solo restaurante concreto.
En 2004 Coca-Cola lanzó al mercado británico la marca de agua de alta calidad Dasani, que se vendía a un precio de 2,5 dólares por botella. Es fácil imaginar la indignación de los consumidores cuando la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido descubrió en esa agua un alto contenido de elementos cancerígenos. Todos los productos comercializados bajo la marca Dasani fueron retirados de la venta. Coca-Cola había destinado más de 12 millones de dólares en la campaña publicitaria del producto.
Otro caso de escándalo alimentario tuvo lugar en Moscú en 2012, cuando la Sociedad para la Protección de los Derechos del Consumidor Control Público detectó que un batido de leche de McDonald’s consistía en un 90% en grasas vegetales y, por lo tanto, no podía llevar este nombre. El motivo del análisis de los productos de la compañía fue que en el verano de 2011 McDonald’s había logrado ser reconocida como una red de tiendas en lugar de una cadena de comida rápida para evitar el pago del IVA. De acuerdo con las leyes de la Federación de Rusia, los embalajes de los productos que se comercializan en las tiendas deben indicar todos los componentes, algo que McDonald’s no hizo. Control Público acudió a los tribunales para revelar la estafa, pero finalmente perdió el caso.
En los últimos meses estallaron varios escándalos relacionados con la comercialización engañosa de carne que afectaron a toda Europa. Autoridades sanitarias de varios países encontraron carne de caballo en hamburguesas, lasañas, albóndigas y otros productos congelados. Los productos se vendían en Eslovaquia, la República Checa, Hungría, Francia, el Reino Unido, Portugal, Italia, Holanda, Bélgica, España, Chipre, Grecia, Irlanda, Suecia y otros países. El hallazgo provocó un escándalo en la región, donde no se suele consumir carne de equino. Cabe señalar que gran parte de la carne ‘fraudulenta’ fue detectada en productos de los restaurantes de la cadena Ikea en varios países.

Fuente: http://periodismoalternativoblog.wordpress.com/2013/07/26/lasestafasalimentariasmasescandalosas-de-los-ultimos-anos/