martes, 3 de junio de 2014

Ya es oficial, el agua de Barcelona está contaminada, no es potable y la población no ha sido avisada.

mayo 31, 2014
A finales de febrero de este año, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, recibía un contundente informe de 16 páginas en el que se le detallaban diversas sentencias de los tribunales y una incipiente investigación de la Comisión Europea sobre la contaminación de toda la cuenca del Llobregat, que abastece de agua al área metropolitana de Barcelona. En el escrito se detalla que Iberpotash tiene 9 concesiones mineras en Súria y una en Sallent, ambas consecuencia de un programa aprobado en el año 2003 y con autorizaciones ambientales que van desde 2006 hasta 2008.

El escrito especifica también las sucesivas sentencias judiciales como consecuencia de las cuales la Generalitat tuvo que pedir a Iberpotash una fianza de más de 585.000 euros primero y, más tarde, de 6,9 millones“a la que ha aplicado una inaudita reducción del 50%”. Y explica: “Mientras tanto, la escombrera del Cogulló, que ahora Iberpotash presenta como un depósito salino a la expectativa futura de explotación para aprovechamiento de la sal sódica, supera los 55 millones de toneladas en residuos altamente contaminantes y sigue impunemente creciendo, con las consecuencias por todos conocidos de salinización de la cuenca del Llobregat”. El firmante de la denuncia aporta también las diferentes sentencias a favor de asociaciones de vecinos.

Pero el apartado más importante desvela un dato inédito: que Europa investiga la contaminación producida. El párrafo en cuestión señala: “La Comisión Europea ha incoado un procedimiento de infracción, con referencia CHAP (2013) 01557 de la Dirección General de Medio Ambiente, por los reiterados incumplimientos de la normativa ambiental comunitaria en relación con la actividad extractiva de Iberpotash en Sallent y en Súria, a raíz de mi denuncia presentada el 14 de mayo de 2013 ante dicho organismo con sede en Bruselas”.
Rio Llobregat. (Efe)  
En esa denuncia se aseguraba que la compañía salinera incumple la obligación de gestionar los residuos salinos, que la Generalitat permanece inactiva ante la intensificación del riesgo, que se está gastando dinero público para paliar la contaminación producida por Iberpotash, la “vulneración del principio quien contamina paga”, que los daños causados pueden llegar a ser irreversibles “en la calidad de las aguas destinadas a la extracción de agua potable para la población de toda la región metropolitana de Barcelona” y que se han realizado actividades industriales sin el permiso correspondiente.

El extenso informe enviado a Europa habla también de “los obstáculos para hacer cumplir la normativa comunitaria vigente debido a la connivencia de la Administración de la Generalitat de Cataluña con Iberpotash” y demanda exigencia de responsabilidades a las autoridades públicas que permiten esta situación.

Un insigne vecino cabreado

El insigne personaje que firma tanto la denuncia a Fiscalía como la de Bruselas es Sebastià Estradé y puede presumir de ser doctor en derecho, diplomado en ingeniería industrial, exprofesor de Física Nuclear, exsecretario de la Cátedra Especial de Tecnologías del Espacio de la Universidad de Barcelona y presidente de la sección de Derecho Aeronáutico y espacial del Colegio de Abogados de Barcelona. Además, es un prolífico autor catalán (ha escrito una treintena de obras de divulgación científica, narrativa breve, ciencia ficción y divulgación ambiental) y tiene 91 años, aunque conserva toda su lucidez y agilidad mental.
Sebastià Estradé y el doctor en biología Ramon Folch.
En enero de 2013, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ya le daba la razón a Estradé en su contencioso con el Gobierno catalán y con Iberpotash, a quien reclama que gestione los residuos como hacen todas las compañías en Europa o como esa misma empresa hace en otros países. La firma, de capital israelí, tiene yacimientos abiertos en Súria y en Sallent. El fallo de enero del año pasado reforzaba una sentencia anterior de 2011 que anulaba parcialmente la autorización ambiental de la explotación minera.

El 15 de octubre de 2013, el TSJC dictaba otra sentencia dando la razón a la Asociación de vecinos Sant Antoni del barrio de La Rampinya, de Sallent, que habían denunciado a la Generalitat y a Iberpotash por la contaminación del medio ambiente. Los términos eran similares a los del anterior fallo.

Y es que los residuos mineros se acumulan en plena naturaleza haciendo que, por las condiciones atmosférica y medioambientales, puedan filtrarse a las cuencas y al subsuelo. Además, en Sallent, una montaña de 500 metros de altura da fe de la dejadez para minorar los efectos industriales. En Europa, los desechos industriales se inyectan de nuevo en las minas perforadas mediante la técnica del backfilling reduciendo en su casi totalidad los efectos nocivos sobre el medio ambiente.

Paralelamente, la Fiscalía barcelonesa interpuso hace dos años una querella en el juzgado de instrucción número 2 de Manresa contra tres altos directivos de Iberpotash por presuntos delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente.

Investigan cómo, las tecnologías inalámbricas, afectan al desarrollo del cerebro en niños y adolescentes.

Investigadores británicos, del Imperial College de Londres, llevarán a cabo un estudio para investigar si el uso de teléfonos móviles y otros dispositivos inalámbricos podría afectar al desarrollo cerebral en los niños.

El estudio, denominado SCAMP de las siglas del inglés Study ofCognition, Adolescents and Mobile Phones o lo que es lo mismo, estudio de cognición, adolescentes y móviles, pretende reclutar a 2500 niños de entre 11 y 12 años y seguir su desarrollo cognitivo durante dos años recopilando también datos de su exposición como la frecuencia, para qué y durante cuánto tiempo emplean el móvil o el smartphone u otro dispositivo inalámbrico.

En la actualidad los científicos no tienen certeza de si los cerebros en desarrollo de los jóvenes pueden ser más vulnerables que los de los adultos, en parte porque sus sistemas nerviosos están aún en desarrollo, y en parte porque probablemente tengan una mayor exposición acumulativa durante su vida.

Existen diversos estudios en ratas ya sean adultas o en fase embrionaria que han demostrado efectos en las funciones cognitivas tras ser sometidos a radiación electromagnética de alta frecuencia, incluso a niveles subumbral, es decir por debajo de los niveles que se consideran seguros.

Los campos electromagnéticos que producen los teléfonos móviles son clasificados por la Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer y la OMS como "posiblemente carcinogénicos para los humanos", y dicen que es vital más investigación sobre el tema. Dicha clasificación se estableció después de revisar mucha literatura científica y constatar que existe un aumento estadísticamente significativo en los casos de tumores cerebrales, cánceres de parótidas y de glándulas salivares que además coinciden en ipsilateralidad con el lado habitual de uso del teléfono móvil.

En el Reino Unido la actual política de salud pública recomienda que los niños menores de 16 años deben usar el móvil sólo para propósitos esenciales, y que siempre que sea posible usen el manos libres o manden mensajes de texto.
Este mismo consejo lo hacen muchos científicos a nivel mundial, algunos de ellos participantes en el famoso estudio Interphone, como es Elisabeth Cardis.
Los investigadores principales, de este nuevo estudio, son Paul Elliott y Mireille Toledano que comentaron que:

“Las pruebas disponibles en relación con el intenso uso a largo plazo y el uso en niños es limitado y menos claro".

"Dado que los teléfonos móviles son una tecnología nueva y generalizada para nuestras vidas, el estudio SCAMP es importante para proporcionar la base a través de la cual los padres y sus hijos puedan tomar decisiones informadas".

Otros países como Bélgica, recientemente, o Rusia tienen legislaciones que protegen a los más pequeños, aquí sin embargo no solo no se hace ningún tipo de política sanitaria de prevención sino que hemos llegado a ver campañas publicitarias de telefonía móvil donde el principal target son los menores.

La pena es que una parte de este estudio lo financia la industria. Otro de los defectos es que no se dispondrán de datos de dosimetría, es decirlos niveles de exposición reales diarios, ya que simplemente se valorará la exposición mediante encuestas para averiguar el uso de las tecnologías inalámbricas por parte de los menores y el uso de Wifi en los colegios. El periodo del estudio, tres años, y las edades de los niños entre 11 y 12 años no parecen muy adecuados. Si bien es cierto que los niños comienzan a tener móviles a los 11 o 12 años utilizan más las nuevas tecnologías en la adolescencia es decir a partir de los 13- 14 años.

Esto nos lleva por tanto a conocer de antemano el resultado final, “no existe relación entre la exposición y alteraciones conductuales o cognitivas”. Parece que el estudio está más pensado para calmar las voces de alarma en los colegios y entre los padres que a averiguar si realmente existen efectos. Debemos recordar que existen varios experimentos que han demostrado, en ratas, que si existen efectos neurocognitivos tras una exposición a valores subumbral.

En nuestro país hace ya algunos años que se está desarrollando un estudio concreto sobre el riesgo de cáncer cerebral debido a la exposición a campos de radiofrecuencia en la niñez y adolescencia. El programa, denominado, Mobi-Kids que está liderado por la prestigiosa investigadora Elisabeth Cardis.


Cómo actúan a nivel biológico las radiaciones emitidas por los teléfonos móviles y otros dispositivos inalámbricos: la activación de los canales de calcio

Por NOTICIASDEABAJO 31 MAYO, 2014

¿Por qué no se establecen criterios internacionales sobre los riesgos biológicos de las microondas?

Los campos electromagnéticos de microondas y los canales de calcio dependientes de voltaje

Por Martin L. Pall, profesor emérito de Bioquímica y Ciencias Médicas Básicas
Universidad del Estado de Washington
638 NE 41st Ave., Portland, OR 97232 USA
martin_pall@wsu.edu
Resumen:

Las microondas y otros campos electromagnéticos de baja frecuencia (CEM) se ha demostrado que actúan activando los canales de calcio dependientes de voltaje (VGCCs). La mayor parte de los efectos biológicos se deben a la modificación del calcio intracelular, elevándose los niveles de óxido nítrico y formándose peroxinitrito: el desequilibrio de lo que se denomina Ciclo NO/ONOO, -cuyo centro es el óxido nítrico y su derivado el peligroso peroxinitrito. [Wikipedia: El peroxinitrito es un agente oxidante y nitrante. Debido a sus propiedades oxidantes, el peroxinitrito puede dañar una gran variedad de moléculas en las células, incluyendo el ADN y las proteínas].A pesar de la gran cantidad de estudios que hablan de los efectos biológicos producidos por las microondas y la elevación del calcio intracelular, cifrándose en más de 20.000 documentos, las normas internacionales sobre seguridad no establecen criterios sobre estos riesgos biológicos.

Estas normas se basan en la falsa suposición de que los efectos de las microondas y a otros campos electromagnéticos tienen sólo unos efectos de aumento de la temperatura. Pues bien, todos los cambios biológicos recogidos en gran cantidad de estudios se pueden explicar ahora en función de un nuevo paradigma: la acción de los campos electromagnéticos y la activación de los canales de calcio dependientes de voltaje: estrés oxidativo, rotura de la doble cadena de ADN celular, rotura de la barrera hematoencefálica, reducción de los niveles de melatonina y su efecto sobre el sueño, cáncer, infertilidad masculina y femenina, disfunción del sistema inmune, disfunción neurológica, disfunción cardíaca, incluyendo taquicardias, arritmias y muerte súbita por ataque cardíaco.

Se propone un programa en dos fases para la mejora de los estándares de seguridad sobre los campos electromagnéticos.

Palabras clave: campos electromagnéticos de baja frecuencia; efectos de los campos pulsantes; señalización del calcio; señalización del óxido nítrico.

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En todo el mundo se han producido manifestaciones en contra de la exposición a las campos electromagnéticos de microondas. Esta exposición ha aumentado en los últimos años. La respuesta de los Gobiernos y de la Industria es la de que tal exposición está recogida en las normas de seguridad nacionales e internacionales , y que por lo tanto son seguras, que entran dentro de los estándares de seguridad. La pregunta que aquí se plantea es si esas normas se basan en los estudios científicos que se han venido realizando, y que por tanto debemos están tranquilos en cuanto a su seguridad.

Las normas estadounidenses actuales de seguridad y las internacionales se basan en el supuesto de que lo único que hay que tener en cuenta a nivel biológico sobre los campos electromagnéticos de baja frecuencia y de microondas, es que se produce un aumento de la temperatura (1-5), al igual que las microondas calientan en un horno, y se plantea la duda razonable de si esa suposición es correcta: que sólo se produce un calentamiento insignificante, sin ningún otro impacto biológico, y que por lo tanto son seguras.

Los defensores de los estándares actuales sostienen que las actuales normas de seguridad son 100 veces más exigentes de lo que sería necesario (1), ya que incluso un nivel de exposición 100 veces superior de lo permitido por las normas de seguridad, produciría sólo un ligero calentamiento.

Sin embargo, más de 20.000 publicaciones científicas informan de otros importantes efectos biológicos, que quedan fuera de los estándares de seguridad, de tal manera que no valdrían las actuales normas de seguridad si tuviesen en cuenta esta base científica. Estos estudios incluyen 4.000 estudios sobre efectos terapéuticos de los campos electromagnéticos que son bien conocidos y no se trataría simplemente de un aumento de la temperatura (efecto no térmicos) (6).

Hay que decir que sí existe una base razonable para establecer unas normas de seguridad sobre los efectos térmicos de las microondas. Los fotones que vibran en las frecuencias de las microondas y otros campos de baja frecuencia, son fotones con muy baja energía, es decir no tienen la energía suficiente como para producir cambios químicos en nuestro cuerpo. Es decir, difieren de las radiaciones ionizantes, o incluso de la radiación ultravioleta o visible, donde los fotones individuales tienen la energía suficiente para producir cambios químicos. ¿Entonces, cómo podemos entender los miles de estudios bien documentados que hablan de los efectos biológicos de las microondas y de los campos electromagnéticos de baja frecuencia?: por la activación de los canales de calcio dependientes de voltaje.

Activación de los canales de calcio dependientes de voltaje

El autor mostró en una reciente revisión (7), que en dos docenas de estudios los efectos de los campos electromagnéticos sobre las células y los organismos podrían ser bloqueados por los antagonistas de los canales de calcio, agentes que bloquean los canales de calcio dependientes de voltaje ( también conocidos como canales de calcio dependientes de la tensión o tensión regulada).

En cada uno de estas dos docenas de estudios, los efectos se redujeron en gran medida por los bloqueadores de los canales de calcio, lo que sugiere que la activación de estos canales es responsable de la mayoría, si no todos, los efectos de los campos electromagnéticos (7). En la mayoría, peor no en todos los casos, los canales de calcio dependientes de voltaje de tipo L eran los que principalmente estaban implicados.
La activación de estos canales se cree que produce la mayoría de los efectos biológicos a través del aumento en los niveles de calcio intracelular. En estos estudios, los campos electromagnéticos estudiados fueron de varios tipos, incluyendo los campos de frecuencia extremadamente baja, como las frecuencias de 50 o 60 ciclos del cableado eléctrico, los campos con una frecuencia de microondas, con ciclos muy cortos del orden de nanosegundos, e incluso campos eléctricos o magnéticos estáticos.

Los hallazgos relacionados con los campos electromagnéticos de microondas producen una mayor preocupación, ya que han aumentado mucho en los últimos años, y el uso de nuevas tecnologías han generado nuevas exposiciones, y el incremento es cada vez mayor. La acción de estas exposiciones a las microondas mediante la activación de los canales de calcio dependientes de voltaje, apoyado por un gran número de estudios, que han sido revisados (8,9), muestran que la exposición a los campos electromagnéticos de microondas conducen a cambios en la señalización del calcio. Estos efectos también han sido señalados por Panagopoulos et al. (10.11), quienes predijeron que los campos electromagnéticos, incluidos los campos electromagnéticos de microondas, pueden actuar en los residuos de aminoácidos cargados que controlan los canales iónicos dependientes de voltaje, activando algunos de esos canales. Estos fueron estudios en modelos biofísicos y no se refieren sólo a los canales de calcio dependientes de voltaje. También argumentan que la activación de estos canales por las microondas y otros campos electromagnéticos de baja frecuencia es plausible desde el punto de vista biofísico.

Estamos, por lo tanto, en una situación en la que el viejo paradigma de los efectos de los campos electromagnéticos, que sólo consideran plausible los efectos térmicos, se sustituya por un nuevo paradigma donde la activación de los canales de calcio dependientes de voltaje por las microondas y otros campos electromagnéticos es algo plausible y proporciona una explicación en base a los más de 20.000 trabajo existente en la literatura científica, que no son explicables por el viejo paradigma.

Eso no quiere decir que no se produzcan otros efectos biológicos. Los campos electromagnéticos que no impliquen a los canales de calcio dependientes de voltaje pueden actuar sobre distintos grupos químicos, incluyendo los residuos de aminoácidos en las proteínas. Pilla revisó dos estudios en los que los campos electromagnéticos de microondas aumentaban la activación de la calmodulina (6). La calmodulina está regulada por el calcio intracelular, de modo que su activación, junto con la activación de los canales de calcio dependientes de voltaje, puede establecer dos vías de acción, que se discuten a continuación.

Dos vías de acción relacionadas que pueden activarse por los canales de calcio dependientes de voltaje

Estas dos vías de acción relacionadas, que pueden ser activadas por la activación de los canales de calcio dependientes de voltaje, se cree que provocan un aumento de los niveles de calcio intracelular. Esto es especialmente cierto en la activación de los canales de calcio de tipo L, que pueden permanecer abiertos durante largos períodos de tiempo. Mientras que la mayoría de los canales de iones sólo permanecen abiertos unos pocos milisegundos, aquellos permanecen abiertos 100 milisegundos o más. En consecuencia, su activación puede producir fácilmente un importante impacto en los niveles de calcio intracelular.

Otros efectos es probable que sucedan al activarse los canales de calcio. El aumento de los niveles de calcio intracelular se debe al estímulo calcio/calmodulina de las dos sintasas del óxido nítrico dependientes de calcio/calmodulina, nNOS y eNOS (ver abajo la figura 1), provocando un elevado aumento en los niveles de óxido nítrico (NO). El óxido nítrico puede actuar a lo largo de estas dos vías, como se indica en la figura 1, o estimular la señalización del ácido nítrico a lo largo de NO/cGMP (vía del óxido nítrico y el GMP cíclico), vía G quinasa, que se cree es la principal vía de acción del óxido nítrico en la aparición de respuestas fisiológicas normales. Esta es la razón por la que se cree que los campos electromagnéticos pueden tener efectos terapéuticos (6,7). En contraste, la vía principal de paso de óxido nítrico a peroxinitrito y el estrés oxidativo, se cree que genera respuestas fisopatológicas a los campos electromagnéticos (7); es la vía probable de acción de los campos electromagnéticos en la ruptura del ADN celular (7,15). Así que estos pueden ser los mecanismos plausibles de acción de los efectos de los campos electromagnéticos, efectos que resultaban inexplicables por los viejos paradigmas de los efectos térmicos.
Figura 1: Posible patrón de acción de los canales de calcio 
dependientes de voltaje a través del óxido nítrico (NO)  
Otras respuestas a los campos electromagnéticos de microondas también están documentadas

Hay tres respuestas bien documentadas a los campos electromagnéticos de microondas:efectos terapéuticos, rotura de las cadena de ADN celular y estrés oxidativo. Todos ellos pueden ser explicados por la activación de los canales de calcio dependientes de voltaje producida por los campos electromagnéticos. ¿Y qué otros efectos están también documentados?

La rotura de la doble cadena de ADN, que se detecta a través de la acumulación de micronúcleos en las células después de la exposición a campos electromagnéticos de microondas y otros campos, puede realizarse a través de los mismos mecanismos de ruptura de una cadena simple.

Es sabido que el cáncer puede estar causado por la exposición a la radiación de microondas de baja intensidad (revisado en 12, 14). Adey hace ya muchos años mostró que los efectos sobre el calcio debido a los campos electromagnéticos débiles estaban involucrados en la etiología del cáncer (9).

Se sabe que el cáncer puede producirse por una combinación de la rotura de la doble cadena de ADN y otros cambios en el ADN producidos por el peroxinitrito y los subproductos de degradación. El paso de óxido nítrico a peroxinitrit está implicado en lo que se llama carcinogénesis inflamatoria (15-15) y proporciona un mecanismo plausible de acción en la carcinogénesis de los campos electromagnéticos y los canales de calcio dependientes de voltaje.

La ruptura de la barrera hematoencefálica es otro de los efectos de la exposición a los campos electromagnéticos de microondas. Dicho trastorno se produce por la vía del estrés oxidativo/peroxinitrito, producto de la activación de las metaloproteinasas de la matriz (MMPs) (18-20), degradando las estrechas uniones entre las células que son esenciales para mantener la barrera hematoencefálica (20,21). De nuevo nos encontramos con un mecanismo plausible de acción por exposición a los CEM: la ruptura de la barrera hematoencefálica.

Hay muchos estudios que muestran que los niveles de melatonina se reducen por la nocheen personas que están expuestas a los campos electromagnéticos de microondas, con interrupción del sueño como una consecuencia evidente. Se ha demostrado que los canales de calcio dependientes de voltaje y los efectos sobre el calcio intracelular tiene como consecuencia un desajuste de los ritmos circadianos que controlan la producción de malotonina, interfiriendo en su producción (22,23), proporcionando una sencilla explicación de esta disfunción.

También existe preocupación sobre la infertilidad masculina y femenina como consecuencia de la exposición a los campos electromagnéticos de microondas. Esta infertilidad puede ser causada por múltiples efectos debidos a la activación de la canales de calcio, incluyendo los producidos a través de la vía de estrés oxidativo/peroxinitrito. Kesari et al. demostraron el importante papel del estrés oxidativo por exposición a los teléfonos móviles, causando infertilidad masculina. La rotura de la doble cadena de ADN en las células precursoras de los gametos ha demostrado que produce infertilidad (25). Dichas roturas de la doble hélice de ADN produce una ruptura de la integridad del genoma, causando aborto espontáneo temprano y la consiguiente infertilidad. Sin embargo, altos niveles de calcio intracelular también puede inducir la muerte celular, apoptosis, por la presencia de unos altos niveles de calcio en las mitocondrias de las células (26,27). En los hombres, también se puede producir una ruptura de la barrera hematotesticular, por un mecanismo idéntico al de la ruptura de la barrera hematoencefálica, de lo que se ha hablado anteriormente.

Se puede apreciar que hay 10 diferentes efectos bien documentados de los campos electromagnéticos de microondas, que se pueden explicar fácilmente como consecuencia de la activación de los canales de calcio dependientes de voltaje: estrés oxidativo, rotura de la hélice de ADN, respuestas terapéuticas, ruptura de la barrera hematoencefálica, ruptura de la barrera hematotesticular, cáncer, reducción de melatonina, disfunciones en el sueño, infertilidad masculina e infertilidad femenina.

Esto puede ser sólo el comienzo

Cuando uno mira qué tipos de células tienen canales de calcio dependientes de voltaje funcionales, se encuentra con muchos. Vamos a exponer algunos de estos tipos, en aquellos donde se ha estudiado ampliamente:

- Las células del sistema inmune llevan estos canales de calcio. O. Johansson (28) revisó los efectos de los campos electromagnéticos de microondas sobre el sistema inmune y sugiere que se produce un aumento de alergias y de inflamaciones.

- Los canales de calcio también se encuentran en las células del sistema nervioso, donde casi todos los neurotransmisores se liberan en respuesta a la activación de los canales de calcio. Hay diversos estudios sobre el impacto de los teléfonos móviles o inalámbricos en las funciones cerebrales, pero todavía estamos en las primeras etapas del estudio de tales efectos. Pero dado el importante y generalizado papel de los canales de calcio en el sistema nervioso central, hay que considerar cuidadosamente todo tipos de respuestas neuropsiquiátricas y neurodegenerativas como consecuencia o no de esta activación, que puede estar relacionada con la exposición a los campos electromagnéticos. Muchos estudios muestran que se producen cambios en las funciones neurológicas y otros cambios en el cerebro por la exposición a los CEM de baja intensidad (Véase, por ejemplo, las referencias 30-48).

- La mayoría de la hormonas del cuerpo se liberan bajo el control de los mecanismos desencadenados por la activación de los canales de calcio (29). ¿Qué efectos puede haber entre los campos electromagnéticos y el control hormonal? Es algo difícil de comprender. Se ha estudiado en este contexto la liberación de epinefrina/norepinefrina de las células cromafin es de las glándulas suprarrenales. Se ha demostrado en dos estudios que los CEM estimulan la liberación de estas dos hormonas por las células cromafines por los mecanismos de los canales de calcio dependientes de voltaje (7), así como otros estudios del efectos de los campos electromagnéticos en las células cromafines, pero sin considerar el papel de los canales de calcio. Estas dos hormonas se producen en mayor cantidad cuando existe estrés corporal o estrés psicológico.

- Otro tipo de células donde los canales de calcio tiene un importante papel son las células marcapasos del corazón, del sistema endocrino y del sistema nervioso central (29). Estas células marcapasos tienen densidades muy altas de canales de calcio, y por lo tanto muy susceptibles de ser activados por los campos electromagnéticos. En el corazón, una hiperactividad de los canales de calcio produce taquicardias y arritmias, lo que a veces lleva a una muerte súbita cardíaca (51,52), lo que demuestra que corazones aislados de animales expuestos a campos electromagnéticos de microondas ( de conformidad con las normas vigentes) desarrollan taquicardias y arritmias, y Havas ha demostrado que se produce taquicardia cuando se expone la persona a la radiación procedente de un teléfono móvil (53,54).

Actualmente hay una epidemia de taquicardias, arritmias y muertes cardíacas repentinas, a pesar de que la enfermedad cardíaca isquémica está en retroceso. ¿Podría deberse a la exposición a los campos electromagnéticos de microondas? Esta es una posibilidad que no se puede descartar.

Todavía estamos en las primeras etapas del estudio de muchas de estas cuestiones, pero las normas de seguridad deben servir para establecer una seguridad real, no simplemente en un conocimiento incompleto y plausible de peligros.

¿Vamos a echar por la borda nuestros falsos estándares de seguridad teniendo en cuenta los efectos biológicos más relevantes?

Campos pulsantes y diferentes frecuencias e intensidades

Se sabe desde hace ya más de un cuarto de siglo que los campos pulsantes de microondas son mucho más activos biológicamente que los campos no pulsantes. Esta es otra observación que es incompatible con los efectos térmicos. Los campos pulsantes están producidos por cualquier dispositivo de comunicación inalámbrica, ya que es el patrón de pulsaciones lo que transmite la información.

Diferentes dispositivos utilizan diferentes tipos de patrones de pulsación. Sabemos que el hecho de producirse la pulsación del campo electromagnético tiene importantes efectos, pero no sabemos cómo afecta biológicamente cada uno de estos patrones. Entonces, ¿cómo podemos comparar los peligros de un dispositivo con los de otro? La respuesta es que de momento no lo podemos hacer al no disponer de la información necesaria.

Barrie Trower, un experto retirado en inteligencia militar del Reino Unido ha señalado que las diferentes longitudes de onda también influyen de diferente manera en las actividades biológicas, pero los detalles de esas actividades biológicas son consideradas información reservada por varios países, por entender que afecta a la Seguridad Nacional. El problema es que esto no ayuda a la salud de nuestros cuerpos. Pero bueno, viene a decir que no podemos comparar diferentes dispositivos de comunicación inalámbrica si estos trabajan en diferentes longitudes de onda. Además, se ha demostrado que existen una ventana (un rango determinado) de intensidad en donde la actividad biológica es mayor que a intensidades más altas o más bajas de la intensidad de la ventana (55). Este es un argumento nuevo en contra de los efectos térmicos y se hace imposible predecir la actividad biológica sin hacer mediciones reales de esa actividad biológica. En términos generales, se consideran más seguras las intensidades más bajas que las intensidades más altas, pero la presencia de ese rango de intensidades (ventana) muestra que hay algunas excepciones biológicamente importantes a ese patrón.
¿De dónde provienen las amenazas y qué podemos hacer al respecto?

Las amenazas provienen, pero no exclusivamente, de los aparatos de comunicación inalámbrica,, tales como teléfonos móviles, teléfonos inalámbricos, bases de teléfonos inalámbricos, redes Wi-Fi, torres de telefonía móvil, radares, hornos de microondas, los llamados contadores inteligentes y todo tipo de dispositivos de comunicación inalámbrica.

También existe preocupación sobre los campos de frecuencia extremadamente baja, incluyendo los campos de 50/60 ciclos/seg procedentes del cableado eléctrico. Además, tal y como se instala el cableado hoy en día, se generan distintas cantidades de electricidad sucia. Además están todo tipo de dispositivos digitales, bombillas fluorescentes compactas, los inversores digitales para convertir la energía fotovoltaica en corriente alterna a partir de la continua, o dispositivos similares utilizados en la producción de electricidad mediante aerogeneradores, algo particularmente problemático. La electricidad sucia puede moverse a lo largo de las líneas de transmisión de la energía y entrar en las viviendas y otros edificios, de modo que no sólo habría que lidiar con la que uno mismo produce, sino también con la generada en la vecindad. Los efectos biológicos de la electricidad sucia, según los estudios de Samuel Milham (56), Magda Havas y otros, son similares a los de los campos electromagnéticos de microondas, por lo que es posible que la electricidad sucia también active los canales de calcio dependientes de voltaje. No voy más comentarios sobre la electricidad sucia, a pesar de que es un problema importante.

Los diversos tipos de dispositivos enumerados en el primer párrafo de esta sección tiene todos ellos diferentes patrones de pulsación, por lo que es imposible predecir los efectos biológicos de un determinado dispositivo en base a los producidos por otro. Del mismo modo, ya que los diferentes aparatos utilizan diferentes frecuencias, tampoco podemos predecir el impacto biológico de cada uno de ellos dada nuestra escasez de mediciones y conocimiento de sus efectos. Por consiguiente, sería necesario tomar una serie de medidas de salud pública:

1.- Reducción de los actuales niveles de exposición permitidos, que utilizan sólo los efectos térmicos para comparar los dispositivos, en factores de 100 a 1000 veces. Sabemos que esto puede ser insuficiente y que todavía se producirían muchos efectos biológicos por muchos dispositivos. Pero tal reducción produciría una mejora sustancial sobre las normas actuales de seguridad.

2.- Utilizar una serie de mediciones de las respuestas biológicas para comparar las respuestas antes diferentes dispositivos, de modo que se puedan elaborar unas normas de seguridad más acordes con los peligros reales.

Reducción de las exposición en un factor de 100 a 1000 veces

Hay bastantes cosas que se pueden hacer fácilmente para mejorar la situación actual. Se pueden poner materiales que blinden la parte inferior de los ordenadores portátiles y la parte posterior de las tabletas para reducir la exposición de nuestros cuerpos. Las redes Wi-Fi están mal diseñadas, con unos niveles de exposición del orden de 1000 a 10.000 veces la intensidad necesaria para que que funcionen cuando uno está cerca de una antena Wi-Fi. Estas redes pueden ser rediseñadas para bajar considerablemente los niveles de exposición. El problema es que no se ha atendido a este problema. Está el problema del uso de las redes Wi-Fi en las escuelas, donde la comunicación entre los ordenadores se realiza mediante antenas Wi-Fi, generando campos de muy alta intensidad en un espacio muy pequeño. Mi opinión es que esmejor volver a los ordenadores que utilizan cableado para evitar exposiciones innecesarias.

Los teléfonos móviles se pueden usar con auriculares o con altavoz, con lo que se reduce sustancialmente la exposición. Los auriculares se debieran dar a cualquier persona que adquiere un teléfono móvil, para así fomentar su uso. Los teléfonos móviles pueden ser transportados en bolsas apantalladas, de modo que no resulte peligroso llevarlos cerca del cuerpo, reduciéndose los niveles de exposición.

Los teléfonos inalámbricos (DECT) están mal diseñados, ya que sus bases emiten las 24 horas del día. Hay teléfonos inalámbricos en Europa donde las bases sólo emiten cuando el teléfono está en uso. Este tipo de diseño debe ser estandarizado. Estos teléfonos inalámbricos están diseñados para que puedan utilizarse hasta una distancia de 60 m de la base. La mayoría de las personas no necesitan una distancia tan largo. Reduciendo la señal y la distancia a unos 6 metros, se podría reducir la exposición unas 100 veces; rediseño de las antenas y de los teléfonos podría producir mejoras, reduciendo la exposición a la cabeza cuando se utilizan sin auriculares ni altavoz.

Los contadores inteligentes deben ser prohibidos, ya que utilizan pulsaciones de microondas muy cortas y de alta intensidad. Sabemos que las pulsaciones del orden de nanosegundos son muy perjudiciales y actúan como activadores de lo canales de calcio, cuya activación puede continuar incluso después de haber cesado las pulsaciones (7). Ya se sabe desde hace más de 30 años que las pulsaciones cortas de microondas pueden causar un enorme daño celular (57). Hasta que no dispongamos de más datos de los efectos biológicos de los contadores inteligentes, cuyo uso es una temeridad, en mi opinión no se deben utilizar.

Las torres de telefonía móvil y otras torres de emisión de microondas deben ser rediseñadas para reducir la exposición en las cercanías de la torre. Austria ya las está rediseñando, bajando los límites de exposición unas 1000 veces, y no hay ninguna razón para que no se haga algo similar en otros lugares.

Los hornos de microondas también funcionan con campos pulsantes, con la frecuencia de la corriente que los produce. La exposición a los hornos microondas también puede fácilmente reducirse 100 veces con un simple rediseño, incluyendo la colación de una fina malla de metal conectada a tierra a través de las ventanas.

En la década de los años 1950 y 60 hasta los años 1980, la seguridad en los automóviles se convirtió en un gran problema, por lo que las compañías empezaron a competir en fa favor de la seguridad, no sólo fijándose en el diseño o el rendimiento. Algo similar necesita la Industria electrónica. Esto es algo que puede hacerse si el público empieza a conocer y por tanto lo exige, pero no puede llevarse a cabo sin la información se oculta.

Evaluación biológica

Hardel y Sage (58) argumentaron a favor de establecer unos estándares de seguridad sobre la base de los efectos biológicos de los campos electromagnéticos antes de que se conociesen los mecanismos de acción de los canales de calcio dependientes del voltaje. Es posible que la acción de los campos electromagnéticos influya en otros factores biológicos, pero hasta que se identifiquen esos factores, no solamente el de los canales de calcio, no se puede realizar fácilmente una evaluación. Sabemos que la activación de los canales de calcio tiene una gran importancia biológica, y este debe ser el enfoque actual de las pruebas biológicas.

Hay 10 tipos distintos de canales de calcio dependientes de voltaje, incluyendo cuatro canales del tipo L y también otros cuatro tipos: tipo N, P/Q, tipo R, tipo T), con los canales de tipo T de tres formas diferentes. Estos 10 canales de calcio difieren uno de otro en sus propiedades y por lo tanto pueden diferir en los efectos y cómo se activan por los campos electromagnéticos.

Estos canales también están sujetos a múltiples formas de regulación biológica, lo que aún puede producir más heterogeneidad en cuanto a las respuestas biológicas frente a los campos electromagnéticos. Las células difieren unas de otras en si tienen canales de calcio dependientes de voltaje o no (la mayoría, pero no todas los tienen), en los tipos de canales de calcio que se encuentran en determinados tipos de células y la densidad de los canales de calcio en la membrana plasmática y cómo estos canales de calcio son regulados en células específicas en condiciones específicas.

Sería deseable realizar estudios para conocer las diferentes respuestas biológicas a los campos electromagnéticos, para así reducir la probabilidad de desconocer importantes efectos que pudieran producir esos campos.

Se proponen aquí tres tipos de pruebas de respuesta biológica. Se presenta el enfoque general, pero no se entran en detalles de cada una:

1.- Pruebas de cultivos celulares: Se deben utilizar células que se sabe son sensibles a los campos electromagnéticos. La forma más sencilla de medir las respuestas sería la de utilizar un electrodo de óxido nítrico en fase gaseosa situado sobre las células en cultivo para medir los aumentos en la producción de ácido nítrico, como ya fue realizado por Pilla (59).

2.- Los efectos biológicos observados en experimentación animal. Algunos de los efectos que se deben considerar son: taquicardia y otros cambios en los latidos del corazón; los niveles de adrenalina/noradrenalina en la sangre; cambios en la función neurológica, como los indicados durante el uso de los teléfonos móviles o inalámbricos.
3.- Medición de la producción de óxido nítrico en los animales. El óxido nítrico es inestable en el cuerpo y se mide generalmente por la presencia de nitratos/nitritos en la sangre.

Es muy importante comenzar a realizar este tipo de estudios, que son esenciales para abordar una seguridad genuina, en lugar de esta ficticia de la que disponemos ahora.

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