sábado, 23 de agosto de 2014

Al finalizar su conferencia, todos estaban tan avergonzados que no pudieron ni aplaudir

Por María Hidalgo Categoría: economía 

Es una breve charla de 6 minutos que convocó a un grupo de profesionales con la promesa de exponer los trucos y curiosidades que usa la industria de la alimentación para incrementar sus ventas. Conforme avanza el vídeo, la vergüenza asoma en nuestras mejillas a la vez que lo hace en las de los asistentes. Merece la pena ver el vídeo y las caras de sorpresa y rechazo de los espectadores ante la sinceridad y el cinismo de la conferenciante que ofreció a los asistentes una charla que no esperaban oír.  

Quien está detrás de la charla es la organización Compassion in World Farming. Y Kate Cooper era realmente una actriz actuando en el papel de experta en marketing para poder exponerles con frialdad y claridad cómo nos engañan para que compremos lo que no necesitamos y cómo nos manipulan para hacernos creer en una producción idílica de alimentos que no se corresponde con la realidad. Nos lo advierte claro:

“La producción de alimentos actual es crueldad sistematizada a una escala masiva y nosotros solo tenemos éxito porque todo el mundo está dispuesto a mirar hacia otro lado”

Estos son los 3 secretos del marketing de alimentos que detalla en el vídeo:
  • 1. Todo el mundo cree lo que pone la etiqueta pero conceptos como “natural”, “de granja”, “como lo hacía tu abuela” son engañosos.
  • 2. Se ha asociado el progreso a la industrialización de la comida y esto tiene un precio (el 50% de los antibióticos en el mundo se usan en animales de granja).
  • 3. La ignorancia voluntaria y protectora: los consumidores prefieren no saber de dónde vienen los alimentos
¿PIENSAS QUE NO TE HAN ENGAÑADO AÚN?

Si te ha gustado el vídeo déjanos enseñarte otros casos algo más sencillos y que puedes encontrar en el supermercado. Por ejemplo, la legislación actual en España (para ajustarse a la normativa Europea) prohíbe usar “Eco” o “Bio” si la producción no es realmente biológica.

Pero las marcas encuentran cualquier truco, por tonto que sea (o quizás porque nos toman por tontos) para engañarnos. Mira estos dos ejemplos:

Como no puede ser Biocentury ahora lo llaman “Bicentury” (igual que Biofrutas, que pasó a ser Bifrutas).
La polémica por este y otros casos continúa en internet e invita al consumidor a mostrarse crítico con la descripción que las empresas hacen de sus productos.

Aún más polémico es el caso de las Lays “Artesanas”. Para algunos, un caso claro de intento de engaño tanto por su publicidad (que imita la elaboración artesanal) como la explicación de su envase:
“Para elaborar nuestras Lay’s Artesanas seguimos un cuidadoso método de elaboración en el que, sin ser artesanal, sólo usamos ingredientes de gran calidad”.
Las asociaciones de consumidores se muestran críticas y se plantean: ¿si no son “artesanales” porqué las llamáis “artesanales”?
La polémica se disparó aún más cuando la marca cambió su tipografía para no aparecer como “artesanales” sino como “artesancis” o “artesanais”, según se mire. Para algunos expertos, se trata tan sólo un intento de protección legal pero la Marca se defiende argumentando que:
“Lays Artesanas quería unificar su packaging nacional con el que distribuye en Portugal, por lo que se les encargó realizar un facing a dos idiomas, intentando que la marca del producto fuera única.
De aquí el ejercicio de doble lectura Artesanas en castellano y Artesanais en Portugués”. Fuente
Comparte y ayúdanos a difundir que la “ignorancia” no puede seguir siendo una excusa para nuestra responsabilidad en la producción de alimentos.