martes, 11 de noviembre de 2014

Los expertos abogan por la agricultura sostenible contra el hambre en África

El auditorio Alfredo Kraus acoge desde ayer y hasta el miércoles el III Congreso Mundial de Nutrición con la presencia de más de mil especialistas de 90 países

Alberto García Saleh 09.11.2014

Un momento de la inauguración, ayer, 
en el auditorioAlfredo Kraus. 
ANDRÉS CRUZ  
Antes de trabajar en la Organización Mundial de la Salud, María Neira fue coordinadora de Médicos Sin Fronteras para los refugiados de El Salvador y Honduras y trabajó como vicepresidenta de la Agencia de Seguridad Alimentaria Española.

Los expertos abogan por la agricultura sostenible como una solución al hambre en África. Esta es una de las principales conclusiones a las que se llegó ayer, en la inauguración del III Congreso Mundial de Nutrición y Salud Pública en el Auditorio Alfredo Kraus, que se desarrollará hasta el 12 de noviembre.

El congreso, que cuenta con la presencia de más de 1.000 especialistas de 90 países, tratará cuestiones como la nutrición infantil, los últimos avances en nutrición o la necesidad de un partenariado entre el ámbito público y el ámbito privado en nutrición. También se abordarán aspectos relacionados con las encuestas alimentarias, la sostenibilidad en los sistemas alimentarios, aspectos económicos relacionados con la nutrición como los impuestos alimentarios, el azúcar, la inmunidad nutricional, la nutrición fetal, la malnutrición en casos de pobreza y en casos del primer mundo, el balance energético, diferentes aspectos de la dieta mediterránea, la hidratación o la nutrición en el espacio.

Saludable

La directora del Departamento de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud, María Neira, señaló, durante la presentación, que la OMS está detrás de los objetivos de desarrollo sostenible que empezarán a funcionar a partir de septiembre del año que viene, y apoyo para sobre todo acabar con la malnutrición y el hambre en el mundo. "En África", señaló, la nutrición y el refuerzo de los sistemas sanitarios nos ayudarán a lidiar mejor con los problemas de salud de muchísimo países. La agricultura sostenible busca poder crear ambiente más saludables".

La miembro del Programa de Alimentos Mundiales de la ONU, Isatou Jallow, fue la encargada de pronunciar una de las lecciones inaugurales sobre La mejora de la nutrición en África y las mujeres. Isatou Jallow trabajó como nutricionista durante ocho años en Gambia. "Durante muchos años he defendido que la nutrición tendría que estar entre los objetivos del milenio para el desarrollo", aclaró. "Hasta entonces nunca ha habido la suficiente voluntad para incluir a la nutrición en la agenda, pero ahora sí y es un área en el que poner más hincapié", añadió.

Jallow recordó que hasta ahora las intervenciones nutricionales se había centrado en la mujer lactante y el niño, pero también había que centrarse en toda la vida de la mujer, en su vida adulta.

El director del Grupo de Nutrición Internacional MRC, Andrew Prentice, ofreció a los asistentes la otra lección inaugural del congreso sobre La investigación en nutrición y su desarrollo en África.

Andrew Prentice también trabaja en Gambia y habló de las dificultades con las que se encuentra. "Soy un científico e investigo la relación entre la alimentación y enfermedad, un ámbito en el que aún hay mucho por descubrir". Prentice recordó que esta investigación se hace en colaboración con 
Estados Unidos y Europa. "Pero no una colaboración a distancia o vía satélite", subrayó, "ya que lo realmente complicado es cómo se construyen estos cambios en el propio país de una forma continuada en los centros de investigación"

El experto recordó un aspecto muy importante publicado en uno de sus trabajos más difundidos en el que se demuestra la influencia de la nutrición materna en el niño ya desde la preconcepción y cómo esta in fluía en su genética para toda la vida adulta. "Ese periodo tan corto de tiempo condiciona la salud del niño para el futuro".

África es, para Prentice, el hogar de los problemas en busca de solución. "Y tecnológicamente, las naciones avanzadas tienen soluciones en busca de problemas, por lo que la fusión de estos dos extremos puede ser beneficiosa para fomentar la investigación y el descubrimiento a nivel mundial".

Para que tenga éxito la investigación nutricional en África, según el experto, primero hay que reclutar a las mejores mentes mundiales con apetito por la ciencia y el descubrimiento: médicos, biólogos moleculares, genetistas, científicos conductuales, programadores informáticos, matemáticos. Sin embargo, el director del Grupo de Nutrición Internacional MRC indicó que "África no debe ser solo un hotel de la investigación" sino que debe negociar en igualdad de condiciones para la investigación de la nutrición. "Esto requiere el fortalecimiento de las instituciones indígenas en todos los niveles de competencias, sobre todo en la gestión financiera, de forma que los organismos otorgantes de subvenciones puedan tener confianza en el desembolso de fondos directos a las universidades e institutos africanos, en lugar de canalizarlos a través de los socios occidentales".

Para Andrew Prentice, "África tiene un enorme potencial sin explotar para la investigación en nutrición", y por eso la ayuda al continente resulta más importante.

“En 2025, la mitad de los niños serán autistas por el glifosato”

Cada año se producen más diagnosis de autismo. ¿A qué se debe? (Stock)

El de la doctora Stephanie Seneff es uno de los nombres más polémicos de la ciencia estadounidense, especialmente después que denunciase que los alimentos genéticamente modificados (OGM) han disparado el número de enfermedades crónicas, así como las alergias alimentarias y otras dolencias como la diabetes, el alzhéimer, el párkinson, la esclerosis múltiple o el síndrome de colon irritable, entre muchos otros. Los últimos trabajos de esta científica del MIT ponen su foco en el autismo, una enfermedad cada vez más frecuente y de la que, sin embargo, aún disponemos de poca información.

Según la presentación que realizó el pasado mes de junio, el glifosato, componente principal del herbicida Roundup, es el principal causante de que estas enfermedades se hayan disparado de forma tan rápida, así como la intolerancia al gluten. El problema es que dicho herbicida es producido por Monsanto, el mayor fabricante mundial de semillas transgénicas y una de las multinacionales más poderosas del mundo, que ha defendido la seguridad de su producto en su propia página web. Muchos no han tardado en desacreditar la teoría de Seneff, como ocurre con la veterana periodista de nutrición Tamar Haspel en las páginas de The Huffington Post. En dicho artículo, la autora recuerda que no se trata más que pura especulación, no refrendada por ningún dato y, además, desvela que Seneff está especializada en ciencia computacional e ingeniería eléctrica, y que su interés por la alimentación es reciente.

Sea como sea, lo que es innegable es que la prevalencia del autismo ha aumentado sensiblemente durante las últimas décadas, y aún no hemos sido capaces de llegar a un consenso sobre la misma. Actualmente, alrededor de uno de cada 175 niños de todo el mundo nace con este trastorno, aunque varía en cada país. En Estados Unidos, la prevalencia se encuentra actualmente en el 1,5%, mientras que en 1975, tan sólo uno de cada 5.000 niños tenía autismo, según los datos publicados por K. Wintraub en un artículo publicado en Nature. Seneff utiliza este cuadro para trazar su previsión y asegurar que, si el crecimiento sigue estable, para el año 2025 la mitad de los niños podría sufrir autismo. "Al ritmo actual, uno de cada dos niños será autista", anunció en la conferencia celebrada en Groton, Massachusetts.
Uno de los principales problemas con el autismo es que, en la mayor parte de casos, sus causas son desconocidas. Como explicaba dicho artículo de Wintraub, en un 46% es imposible explicar el origen del trastorno, aunque aduce otras razones por las que se haya disparado el número de diagnósticos. Es el caso de que algunos de los que simplemente habrían sido considerados como víctimas de retraso mental ahora se clasifican como autistas (25%) o aquellos que encajan en la descripción por un mayor conocimiento de la enfermedad (15%). No existe un consenso sobre los orígenes de la enfermedad, que se atribuyen tanto a causas genéticas (los hermanos mellizos suelen desarrollar de igual manera la enfermedad) o alteraciones neurológicas.

El estudio presenta una correlación casi perfecta entre el aumento de la utilización de glifosatos y la prevalencia del autismo aunque la correlación no tiene por qué significar causalidad

Más preocupante aún resulta que el autismo se deba a agentes ambientales, como la exposición a determinadas sustancias durante el embarazo, algo se encontrarían en sintonía con la tesis defendida por Seneff. Esta presenta una correlación casi perfecta entre el aumento de la utilización de glifosatos y la prevalencia del autismo aunque, como de costumbre, la correlación no tiene por qué significar causalidad. Según la teoría de la científica del MIT, el glifosato inhibe las encimas CYP (citopromo p450), activas en muchos procesos metabólicos, y daña la ruta del ácido skihímico, que sin embargo sólo es llevado a cabo por bacterias, plantas, algas y hongos, pero no por animales, algo que sus detractores o la propia Monsanto han planteado como una importante inconsistencia. Seneff aclara, a tal respecto, que la bacteria estomacal sí realiza dicho proceso, y que es necesaria para proveernos con aminoácidos esenciales.
Otra dificultad con la que se encuentran dichas investigaciones es que no han podido demostrar la correlación entre el compuesto y su supuesto efecto pernicioso entre hombres. Pero Seneff recuerda que este efecto es acumulativo, y que es imposible que se refleje en estudios a corto plazo, como los que se han realizado hasta el momento. Tan sólo una investigación a largo término podría demostrar dicha vinculación. El estudio publicado en la revista Entropy y realizado junto a Anthony Sampel fue calificado como “falaz” por un artículo en The Examiner, que recordaba que este no había aportado ninguna información, sino que se había limitado a revistar otros estudios previos, algunos de los cuales habían sido desacreditados, como aquel en el que Gilles-Eric Sérallini aseguraba que las comidas genéticamente modificadas provocaban la aparición de tumores en ratas.

La única solución, para Seneff, es esa: prohibir por completo la utilización del glifosato en agricultura

El glifosato, explican los investigadores, puede encontrarse en la orina y en la sangre de las embarazadas. En Estados Unidos, estos niveles son 10 veces superiores a los de Europa. Y algunos de los biomarcadores del autismo como el mal funcionamiento de la bacteria estomacal, la deficiencia en metionina, el desorden mitocondrial o el síndrome de deficiencia de la aromatasa pueden ser producto de una única causa, el tan peligroso glifosato. En una entrevista con Alternet, Seneff aclaraba que en Sri Lanka o El Salvador, muchos trabajadores del campo morían jóvenes de problemas renales causados por el glifosato, lo que ha provocado su prohibición en dichos países. La única solución, para Seneff, es esa: prohibir por completo la utilización del glifosato en agricultura.

Como cada vez que aparece una disputa semejante, es complicado saber quién tiene razón y quién no, y sobre todo, hasta qué punto. Ni siquiera un experto en química y nutrición podría asegurar la falsedad o verosimilitud de dichas investigaciones sin dedicarse, por su cuenta, a investigarlo, y ni aun así llegaría a una conclusión definitiva. Además, siempre quedará la sospecha de la influencia que grandes corporaciones ejercen no sólo sobre diversos científicos a nivel individual, sino también cómo esto condiciona a la comunidad científica en general. Mientras tanto, el número de autistas, probablemente, seguirá creciendo.