martes, 25 de noviembre de 2014

Smart citys el camino hacia la ciudad enferma y el control de sus habitantes

La smart City será una amenaza para la intimidad el control de las personas y sobre todo la salud de sus habitantes, el tiempo lo dirá, la ciudad inteligente ya a abandonado los sensores, y ha entrado en el peligroso mundo de lo inalámbrico, todo será tipo wifi, bluetooth, contacto, etc… ya hay personas que se sienten mal utilizando estos dispositivos que pasará cuando se generalice, ¿Tenemos que prepararnos?….. son preguntas que empiezan a preguntarse los expertos que conocen sus riesgos, los otros solo ven bondades y negocio.

La «ciudad inteligente» a veces también llamada «ciudad eficiente», se refiere a un tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad que es capaz de responder adecuadamente a las necesidades básicas de instituciones, empresas, y de los propios habitantes, tanto en el plano económico, como en los aspectos operativos, sociales y ambientales. Una ciudad o complejo urbano podrá ser calificado de inteligente en la medida que las inversiones que se realicen en capital humano (educación permanente, enseñanza inicial, enseñanza media y superior, educación de adultos…), en aspectos sociales,1 en infraestructuras de energía (electricidad, gas), tecnologías de comunicación (electrónica, Internet) e infraestructuras de transporte, contemplen y promuevan una calidad de vida elevada, un desarrollo económico-ambiental durable y sostenible, una gobernanza participativa, una gestión prudente y reflexiva de los recursos naturales, y un buen aprovechamiento del tiempo de los ciudadanos.

Las ciudades modernas, basadas en infraestructuras eficientes y durables de agua, electricidad, telecomunicaciones, gas, transportes, servicios de urgencia y seguridad, equipamientos públicos, edificaciones inteligentes de oficinas y de residencias, etc., deben orientarse a mejorar el confort de los ciudadanos, siendo cada vez más eficaces y brindando nuevos servicios de calidad, mientras que se respetan al máximo los aspectos ambientales y el uso prudente de los recursos naturales no renovables.
Smart City Nansha, en Guangzhou, China.
Hoy día, el concepto de ciudad (más) inteligente o de espacio (más) inteligente, es muy utilizado en marketing por parte de expertos en sociedades comerciales y en aglomeraciones urbanas, aunque en muchos casos poniendo énfasis en un solo aspecto, lo que en buena medida traiciona el concepto que se intenta desarrollar, que tiene un importante componente holístico e integral.En efecto, una ciudad o un territorio que se considere inteligente se manifiesta fundamentalmente por su carácter multidimensional y multifacético, en términos de actores, en cuanto a dominios clave (transportes, energía, educación, salud, residuos, vigilancia, economía…), y en desarrollo y utilización de tecnologías. Naturalmente, los principales actores del sector privado implicados en un proyecto como el analizado de ciudad, territorio,barrio o edificio inteligente, son los industriales y empresarios de sectores clave, tales como energía, agua, transportes, y servicios… así como dirigentes de empresas públicas de telecomunicaciones e infraestructuras, editores, proveedores de logicales de apoyo a la gestión, así como a la administración y a la consultoría.

Fuente:wikipedia

Las smarts citys es el camino a las ciudades inteligentes o supermodernas que vemos ebn las películas del espacio donde todo o casi todo es automático, todo es controlado y todo es bonito, pero que hay detrás de todo esto, intereses, poder, control, posiblemente, el resultado es que vamos inexorablemente hacía allí por inercia.

Es evidente que el tema de ahorro y eficiencia energética etc…. estoy totalmente de acuerdo pero el tema del control del ciudadano, por retina, por ADN, no no puedo estar de acuerdo como muchos ciudadanos que creemos que la libertad de movimientos y de intimidad quedará ampliamente mermada.
Lectores de control de consumo de agua, ahora son así más adelante totalmente
inalámbrico y de forma automática  
Pero claro esto sera a cambio de unas prestaciones que tu cederás sin rechistar,
  • 1. Cámaras, en calles, plazas, etc…
  • 2. Control del trafico (personas)
  • 3. Contadores inteligentes (agua, gas, control de acceso).
  • 4. Emisión de tv y vídeo inalámbricamente, (metro,salas, esquinas de calles etc..)
  • 5. Peajes entradas salidas de diferentes zonas de ciudad (pago por servicio).
  • 6. Control biométrico, trabajo, oficinas gubernamenteles, pago de recibos.
  • 7. Instalaciones y Iluminación control inalámbrico.
  • 8. Semáforos y control de circulación repetidores wifi(Hoy en día ya están).
  • 9. Control de riegos, fuentes, caudales de líquidos inalámbricamente.
  • 10. Pago por smartphone, pago por proximidad del equipo sin tocar, bancos, compras, etc.)
Un ejemplo es los chips para los contenedores de basura que se implantaran en Reus, Tarragona y otra muchas ciudades españolas, no es casualidad estuvieron en pruebas en una ciudad inglesa en el 2007 (ahora se aran con un lector pero con el tiempo serán wifi).
El sistema consiste en dotar a los contenedores de un chip identificativo del propietario de los mismos que se situaría en la tapa. Los vehículos del servicio de limpieza, al coger estos contenedores para vaciarlos, tienen un mecanismo para calcular el peso de los mismo. Por otra parte, un lector lee la información del chip y de este modo se obtiene la información de la cantidad de residuos que ha generado el propietario.

Actualmente este sistema en pruebas en 3 municipios y, según los periódicos, esta medida no ha gustado nada al británico de a pié, que considera esta medida una forma de incrementar su ya abultado impuesto de recogida de basura (pagan 210 € anuales), a la vez que se encuentran molestos porque algunos de los ayuntamientos han pasado a recoger la basura cada dos semanas, en vez que semanalmente como venían haciendo. Además, comentan que esta medida hará que más de un ciudadano tire sus bolsas de basura al jardín del vecino.


Esto solo es el principio el método es tan simple como controlar a la población que vive en la ciudad, las smarts citys es la siguiente invasión de dispositivos la gran mayoría inalámbricos que causarán una nueva saturación de radiaciones inalámbricas, contenedores de basura, semáforos, armarios de circulación,fuentes, riegos, control de trafico, iluminación, y un largo etc… pondrá las ciudades smart citys, en una burbujas inalámbrica difícil de salir con consecuencias fatales para sus ciudadanos, el tiempo lo dirá.

Mientras unos se pelean que si es malo o no hay efectos la tecnología avanza a ritmo vertiginoso, y a esa velocidad no hay leyes, control ni nada que se le parezca que proteja a sus ciudadano, solo una cosa todo lo inalámbrico es una puerta a la vulnerabilidad de los sistemas, piratas, delincuentes entraran a sus anchas, pero lo más grave será el colapso en piratear y entrar en redes tan básicas como riegos, semáforos, contenedores, puertas de servicios, alumbrados donde los delincuentes podrán hacer su lugar de trabajo y lo bueno es que la mayoría sin que se enteren.

La electrosensibilidad será lo que más crecerá en los próximos años, aunque en parte está ya reconocida, todavía le queda mucho para que el colectivo médico la conozca y pueda dar un diagnóstico eficaz y coherente, estas personas sufren en su propia piel una tortura constante difícilmente comprensible para las personas del día a día, y estas Smarts citys no lo van a mejorar y que poco a poco no les quedará otro remedio que abandonar las ciudades y vivir aislados en el campo o en zonas donde no hay infraestructuras (zonas despobladas).

En la última reunión del G-20 una de sus múltiples resoluciones era la conexión de miles de millones de dispositivos para controlar al personal, el gran hermano cada vez se hace más grande y llegará hasta creo yo la taza del w.c.

Genoveva Seydoux: 'Una sanidad pública para todas las enfermedades'

Genoveva Seydoux, fotoperiodista i membre d'ICV-EUiA. 
Foto: Genoveva Seydoux  
El grupo de ICV-EUiA ha llevado al Parlamento una propuesta de resolución para que la Sensibilidad Química Múltiple (SQM) sea reconocida finalmente como enfermedad y los afectados puedan recibir un tratamiento digno. Los ecosocialistas pedimos también que se dote al hospital Joan XXIII con una unidad de diagnóstico y que se destinen fondos a la investigación sobre este grupo de patologías.

Me gustaría, con este motivo, hablar más en primera persona sobre la vida cotidiana de los afectados por la enfermedad, porque yo misma soy afectada de Sensibilidad Química Múltiple y de Encefalomielitis Miálgica-Síndrome de Fatiga Crónica. Mis aficiones se resumen con las siglas SQM y EM-SFC, pero la realidad es que, aparte de eso, sobre el desarrollo de la patología muy poco se conoce. De ahí que no se reconozcan, como enfermedades igual que las otras, y que su tratamiento sea tan deficiente. Las afectadas y los afectados nos encontramos en una situación de abandono sanitario total, absoluto y sistemático.

Hace más de un año me dieron el alta de la unidad de EM-SFC del Hospital Clínico de Barcelona, porque ya no residía en aquella ciudad. Una manera como otra de hacer recortes. Me derivaron a la (pseudo) unidad de SFC del hospital Juan XXIII, lo que significa que dejé de recibir cualquier tipo de atención. Esta unidad en cuestión está dirigida por un reumatólogo que no tiene ningún tipo de idea sobre Encefalomielitis Miálgica o Sensibilidad Química Múltiple, y su ignorancia en este sector representa un peligro grave para la salud de los pacientes. En la primera visita me recetó un antidepresivo muy potente, sin escuchar lo que le decía de mi hipersensibilidad y reactividad a los medicamentos, y la ausencia de depresión que yo presentaba. En la segunda visita me propuso, como cuidado de mis enfermedades, 'caminar más e ir a la piscina a nadar'. Este hombre no tenía en cuenta una cosa elemental: en las piscinas hay cloro, que es uno de los productos químicos que más reacciones de rechazo provoca. Dicho de otro modo: se me invitaba a ir corriendo a una intoxicación de graves consecuencias, sin contar su ignorancia del hecho de que el esfuerzo excesivo puede provocar un empeoramiento drástico en la salud de los pacientes.

Desde entonces no recibo ningún tipo de seguimiento. Los afectados nos acostumbramos a tragarnos las crisis solos, aislados en su casa, sin poder bajar de la cama, mirando como pasan los segundos, los minutos y las horas. Y si en un momento dado, cuando no podemos soportar más una crisis nos acercamos a urgencias, nos envían sistemáticamente a psiquiatría. No han entendido nada de nada. Sólo gracias a la ayuda de compañeros (de sindicatos, del partido, de asociaciones), pude enterarme del uso de las mascarillas, cuando la necesidad de respirar sin ponerme aún más enferma se volvió crónica y urgente. No debería ser una unidad de profesionales, formados y expertos en estas enfermedades que debería ayudarnos, orientarnos, ofrecernos cuidados paliativos o, por qué no, curarnos? No debería ser CatSalut quién debería financiar las mascarillas, como se financian los tratamientos de otras patologías?

Necesitamos una sanidad pública también para nuestras enfermedades; necesitamos alguien que nos ayude a mejorar nuestra salud, necesitamos apoyo para hacer frente a la situación complicada de aislamiento que supone padecer EM-SFC y SQM. Cada vez somos más los afectados y las afectadas, porque cada vez el aire que respiramos es más sucio, más tóxico, porque cada vez usamos más productos ultratòxics como ambientadores, productos de limpieza demasiado concentrados y perfumados, etc ... y la urgencia que se reconozca la enfermedad (SQM pero también la EM-SFC de verdad) es real y bien vital. Aunque son pocas las personas que se pasean por las calles con mascarilla, pero cada vez seremos más, porque cada vez el aire que respiramos es más tóxico y nuestra tolerancia merma.

Estas enfermedades incapacitan, física y mentalmente. No importan los estudios o las cualidades profesionales de que disponga una persona que lo padece -en mi caso INEF, máster y doctorado en sociología hoy día sólo puedo salir de vez en cuando con la cámara colgada al cuello, dejando lejos mis pasiones que eran la escritura y la naturaleza. Por ahora tengo que buscar un lugar donde vivir, en el campo o en la montaña, para huir de la mascarilla.

Las enfermedades me han robado todo esto. Se lo pueden robar a cualquiera. Por ello es necesario que, entre todos hagamos algo. Y eso pasa por un reconocimiento oficial de las enfermedades, con seguimiento médico público, profesional y de calidad.