viernes, 8 de mayo de 2015

La primera casa autosuficiente sin facturas de agua ni luz se ha hecho realidad y se perfila como la vivienda del futuro

Aunque pareciera un sueño inalcanzable ya es realidad; se ha conseguido construir una casa que no depende de las compañías eléctricas porque es autosuficiente, sin facturas de agua ni luz. Ha sido bautizada con el nombre de Casa Martina y construida por José Vaquero a 40 Kilómetros de Madrid. Se trata de una de las llamadas casas pasivas que significa que tienen un mínimo consumo energético o goza de total independencia energética.

José Vaquero, ha tenido que ser muy constante durante años y sortear muchas dificultades hasta llegar a ver los resultados, pero sobre todo no dejar de creer nunca que estaba en lo cierto al pensar que es la vivienda del futuro y se hizo fuerte ante las dificultades: “España es el único país del mundo que penaliza la energía solar, si quieres consumir la energía de tus propios paneles solares debes pagarle a las compañías eléctricas una tasa, una penalización. Es como plantar un huerto y tener que pagarle al supermercado por consumir tus propios tomates”. Se lamenta el constructor y autor del proyecto para la empresa Alternativa Energética

La casa obtiene la energía de fuentes renovables, tiene sistemas de energía fotovoltaica, solar térmica y geotérmica. Pero tan importantes son las fuentes de energía renovables como tener un aislamiento perfecto y una orientación estudiada al milímetro. Teniendo en cuenta las sinergias del entorno donde se ubica la casa, se puede aprovechar al máximo la energía de la propia naturaleza.

A Casa Martina no le hace falta abrir las ventanas para ventilar, el aire circula y se renueva en su interior gracias a un pozo canadiense: una instalación que hace pasar el aire del exterior por debajo de la tierra para hacer que entre al interior de la casa a la misma temperatura que hay. A su vez, permite que salga el aire renovándolo sin perder energía. De este modo la casa está fresca en verano y cálida en invierno.

Una red de recogida y tratamiento de aguas pluviales y grises, abastece dos depósitos que permiten aprovechar el agua para llenar las cisternas de los inodoros y regar las zonas verdes y un pequeño invernadero que tiene la vivienda.
Cuando la renovación del aire del pozo canadiense no es suficiente para aclimatar la vivienda, se recoge la energía de la instalación solar térmica y de una bomba de calor geotérmica, logrando una temperatura confortable todo el año. La combinación de todos estos sistemas y acciones para ahorrar energía, hacen que Casa Martina sea un ejemplo a seguir.

En cuanto al coste, José Vaquero, afirma que no se puede decir una cifra puesto que cada casa pasiva es un proyecto que se diseña en función del cliente y de las necesidades del entorno. Sin embargo, advierte: “Hay que valorar la hipoteca energética, que es lo que mucha gente no ve, lo que te ahorras en pagar energía a las compañías durante todos los años que vivas en una casa pasiva. La inversión se suele amortizar en 8 o 10 años”

Fotos: Scheneider Electric

Para más información: www.schneider-electric.com