- Hasta 19 estados han enviado las restricciones legales a la Comisión para que informen a los dueños de las patentes de semillas modificadas genéticamente
- "Es más un brindis al sol porque gran parte del maíz modificado que se cultiva en Europa se planta en España", analiza el bioquímico José Miguel Mulet
- Es una "señal evidente de que estos cultivos y las empresas que los comercializan no son bienvenidos", dice la organización Amigos de la Tierra
Raúl Rejón 06/10/2015
La mayoría de los países de la Unión Europea ha decidido no permitir el cultivo de plantas transgénicas
en sus territorios. España no es uno de ellos. 19 –de 28–
estados han dado a conocer a la Comisión esta restricción antes del
límite legal que expiró el 3 de octubre. El Gobierno español no ha
remitido ninguna comunicación oficial por lo que la siembra del maíz modificado genéticamente (OMG) sigue vigente.
"Es más un brindis al sol sin
mucha trascendencia práctica", analiza el profesor de
Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia, José Miguel Mulet, ya que "la mayoría de lo que se planta en Europa
se planta en España por motivos de la plaga del taladro". Y
aquí la situación seguirá como hasta ahora. Acompañan a España
en el club de territorios pro-transgénicos Portugal, República
Checa, Eslovaquia, Irlanda y Rumanía –que sí cultivan este maíz–
además de otros como Finlandia o Estonia –con clima poco propicio
para este producto–. Para la directora de la organización Amigos
de la Tierra, Liliane Spendeler, la batería de peticiones para
prohibir los OMG "constituye toda una avalancha. Nunca ha habido
una señal tan evidente de que los cultivos y alimentos transgénicos
y las empresas que los comercializan no son bienvenidos".
El uso de plantas con genes manipulados
en el laboratorio es defendida por diversos científicos con respecto
a la seguridad de su composición bioquímica (la estructura del
maíz) pero ha generado polémica porque su cultivo implica la
utilización de de agrotóxicos contra las plagas considerados
dañinos para la salud (como el glifosato). También existe una
oposición por las grandes extensiones de tierra dedicadas al
monocultivo de variedades transgénicas solo al alcance de grandes
agricultores (en detrimento de productores locales).
Las decisiones de estos países deben
ser enviadas ahora, según la legislación europea, a las empresas
dueñas de las patentes de semillas modificadas, como Montsanto o
Pioneer, que tienen reconocido el derecho de recurrir estas
prohibiciones. Actualmente, la única variedad permitida para
cultivar en la Unión Europea es el llamado maíz GM. Entre los
países que han optado por no admitir esta planta en sus campos están
Francia, Países Bajos, Grecia, Polonia, Italia, Lituania, Austria,
Croacia, Chipre, Letonia, Dinamarca, Bulgaria, Hungría, Eslovenia,
Luxemburgo y Malta. Alemania también ha solicitado la restricción
aunque permitirá la investigación. En Suecia no hay una posición a
favor o en contra general sino que cada uso de OMG se evalúa
individualmente.
¿Qué países de la Unión Europea
prohíben los transgénicos?
Fuente: Comisión Europea | Gráfico: Belén Picazo
Se da la circunstancia de que en Gran
Bretaña, los gobiernos de Escocia y Gales han decidido no permitir
el maíz transgénico mientras que en Inglaterra sí se cultivará.
De igual manera, en Bélgica, la zona francófona de Valonia ha
prohibido los OMG pero no así la flamenca –el creador de la
primera planta transgénica fue el belga flamenco Marc van Montagu–.
De esta manera, se crearán zonas geográficas anexas que tendrán
cultivos de una variedad y de la otra. "No es fácil pero es
posible mantener un territorio sin transgénicos aunque los
colindantes sí tengan", analiza Blanca Ruibal de Amigos de la
Tierra. "En realidad es una situación que ya tenemos ahora con
países que de facto no han dejado plantar los OMG", como
Francia respecto a España. Ruibal recuerda que mantener dos líneas
de producción de cereal (una modificada y la otra no) es
"evidentemente más costoso" para el sector.
Lista de variedades pendientes
Para esta organización, la directiva
europea acelerará la autorización administrativa de más variedades
de organismos modificados genéticamente ya que los países que se
han mostrado contrarios tendrán la vía de escape de impedir la
siembra en sus territorios. Hay una lista de "nuevos
transgénicos pendientes" de recibir el visto bueno de la Unión
Europea, advierten. Hasta ahora, los estados debían recurrir a una
"moratoria" para impedir que los agricultores sembraran
estas semillas que habían sido legalizadas a escala europea.
La "realidad es que se rompe un
consenso en Europa", protesta Mulet. El investigador recuerda
que "a día de hoy, la Unión Europea solo permite el cultivo de
un tipo de maíz pero sí se pueden importar hasta más de 50
variedades [son 58] de OMG entre maíz, algodón, soja y colza. Yo me
doy cuenta de que a los consumidores les da un poco igual. De hecho
existe una menor presión por parte de los ecologistas en contra de
estos productos y ahora salen los políticos con estas...".
No coinciden en Amigos de la Tierra
que, ante el puzzle del maíz modificado en Europa, analizan que
"esta nueva situación está pidiendo a gritos una normativa de
etiquetado que permita a las personas consumidoras saber si lo que
comen tiene o no transgénicos"