lunes, 25 de enero de 2016

“Hay nerviosismo en las autoridades del ICAM porque cada vez es menos silenciado lo que sucede allí dentro”

Publicado en 23 enero, 2016

Hablamos con José María García del colectivo de afectados de Síndromes de Sensibilización Central, que estaba presente en la concentración frente a las puertas del ICAM. José María reitera sus denuncias sobre ese organismo: “Rigen criterios económicos y no médicos ni humanos a la hora de otorgar las incapacidades laborales temporales y permanentes a las personas enfermas. El personal medico que allí trabaja emplea contra este colectivo malos modos que rayan el maltrato y el abuso…”

¿Cuáles fueron los motivos de la convocatoria a concentrarse este martes frente al ICAM?

Este martes dia 19 de Enero, hubo una nueva concentración en las puestas del ICAM (Institut Català d´Evaluacions Mediques), en protesta contra los criterios económicos y no médicos ni humanos, que imperan a la hora de otorgar las incapacidades laborales temporales y permanentes, a las personas enfermas. Y no solo por esto, sino por los modos y maneras que emplea el personal medico que allí trabaja, que no solo es indigno, sino que traspasa la peligrosa y controvertida linea de abusos y maltratos… cosa muy grave,ya que hablamos de un organismo público, que en este caso depende del Departament de Salut de la Generaritat de Catalunya.

¿Piensas que puede modificar algo la situación con el cambio en el gobierno?

Ni el hecho de que se haya llegado a un acuerdo de gobierno, con un partido como es la C.U.P, anticapitalista, antimilitarista, anti-stablisment, y “anti” lo que se quiera, (en los acuerdos firmados para formar gobierno con Junts pel Si, presidido por Carles Puigdemont, uno de los puntos que puso como condición decía “Revisión de la política restrictiva de los dictámenes del ICAM…”,) hará detener la codicia recaudatoria de un Gobierno corrupto, aunque sea a costa de entre otras fechorías, vulnerar los derechos humanos, cosa que sucede sistemáticamente en el ICAM.

¿Qué sabes del nuevo Conseller de Salut?

Con el cambio de gobierno que ha habido, han elegido a un nuevo Conseller de Salut. Han buscado a una persona que parezca que tiene un perfil menos de derechas y neoliberal que el que ha habido hasta ahora, por haber militado en el pasado, entre otros partidos, en el PSC. Digo entre otros partidos, porque ha estado y ha ido cambiando a varios partidos, hasta que ha encontrado uno en el que le han confeccionado una chaqueta de Conseller. No importa que no tenga titulación relacionada, ni conocimientos con la Sanidad, porque para lo que parece que pretende hacer no es necesario tenerlos. Los méritos que de momento se le conocen son, hacer declaraciones, como las que hizo alabando y agradeciendo al anterior Conseller de Salut, su labor realizada en el cargo.

Digo nuevo Conseller de Salut, aunque para los que estamos afectados de Síndromes de Sensibilización Central (fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, sensibilidad química múltiple y electrohipersensibilidad), ya es una cara conocida. En tiempos en que la entonces socialista Maligna Marinna Geli era consellera de Salut (digo entonces, porque ya no es ni consellera ni socialista, cuando dejó el cargo entró en nómina de una empresa farmacéutica, y ahora también anda por ahí cambiando de chaqueta, a ver si suenan las campanas…) Toni comín, el actual conseller de salut, fue la mano negra, con mirada dulce de ojos azules, que hizo todo lo posible para boicotear la i.l.p (Iniciativa Legislativa Popular), para modificar la política sanitaria que debía mejorar la situación de los que padecemos S.S.C. Desde entonces hasta ahora, la situación de los que padecemos estas enfermedades, no ha hecho mas que empeorar.

Por eso todo parece apuntar, y ojala que me equivoque, (en el caso del ICAM es evidente que siguen igual), que este cambio de Gobierno, tanto de President de la Generaritat, como de Consellers, entre los que se encuentran el de Salut, responde mas a un cambio de imagen, que no a un cambio de políticas, para que parezca que todo cambia y finalmente seguir igual…

¿Qué puedes decirnos de la concentración frente al ICAM? ¿Existieron amenazas para que no se realizara?

En la concentración que hubo este martes, emplearon más efectivos de seguridad publica y privada que en la que hubo hace un par de meses. Para evitar que pasara lo que en la anterior concentración (ingreso y okupación de la sede del ICAM) no vaya a ser que de nuevo alteren el microclima siniestro e inhumano que les gusta recrear allí dentro, para disponer de más impunidad para vulnerar los derechos humanos.

A pesar de que este tipo de actos parezcan testimoniales, anecdóticos o inútiles, (por no convocar a excesivas personas; porque no tienen mucho o en este caso nula repercusión en los medios de comunicación públicos y privados subvencionados) hay signos que dan que pensar que tienen más relevancia y efecto de lo que parecen.

El ICAM , se puso en contacto con el comité de empresa de la CGT, de conductores de autobuses de TMB, que entre otros estaban convocados, para decirles -o más bien amenazarles-, que si mantenían la convocatoria y asistían a la concentración, se paralizarían las reuniones que se estaban manteniendo entre ambos.

Curioso… Al ICAM no le importa, (y lo ha llegado a comunicar fehacientemente a los afectados) si los conductores de autobuses no pueden conducir un vehículo por razones de salud. Los obliga a volver a su puesto de trabajo, y si la empresa no les cambia de ubicación, están obligados a retomar su tarea, con el peligro no solo de su integridad y su vida, sino de los pasajeros que van en ellos. Pero en cambio al ICAM SÍ que le importa que los conductores, hartos de estas situaciones, se manifiesten en las puertas del lugar y den a conocer estas situaciones.

¿Mencionabas la inquietud de las autoridades del ICAM ante la movilización de personas afectadas, sindicatos y Plataformas? ¿Entiendes que la difusión a través de la prensa independiente se vincula con esto?

Su hay un signo de nerviosismo perceptible, ya que la subdirectora del ICAM, Consol Lemonche, en declaraciones a medios de comunicación, da una imagen serena y relajada, desdramatizando y manipulando lo que realmente esta pasando. Pero luego en las reuniones que se han llevado a cabo se muestra muy nerviosa y preocupada y se comporta de manera intolerante y con maneras que la han llevado a desprogramar las reuniones que estaban previstas entre el ICAM y la CGT. Es que esta señora, acostumbrada y hecha a la época en que solo había un medio de comunicación que era el NODO, continua con esa misma mentalidad, sin darse cuenta, de que los medios alternativos, son cada vez menos minoritarios, y la impunidad del centro que dirige, un lugar tan siniestro como silenciado, como ha sido siempre el ICAM, nunca ha estado tan en tela de juicio como ahora, y eso que los medios oficiales públicos y privados subvencionados, aún no reflejan las atrocidades que allí se cometen.

¿Por qué interesa ocultar los síndromes de sensibilización central? Una historia de enfermedad y neoliberalismo

Homera Rosetti / @h_roset
Publicado en el Sentit Critic, 22 de enero del 2016

En Catalunya hay más de 250.000 enfermos y – sobre todo – de enfermas de síndromes de sensibilización central. Aún siento tantos, tienen muchos problemas para ser reconocidas como enfermedades oficiales y para poder acceder a una pensión de invalidez.

Son tres enfermedades: la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica y las sensibilidades químicas múltiples. Las tres tienen un componente genético muy importante. Las personas con fibromialgia padecen un gran dolor en los tejidos sin que haya ninguna lesión aparente, dolores de cabeza, insomnio, problemas de concentración y mareos. El síndrome de fatiga crónico o encefalomielitis miálgica (SFC/EM) causa un profundo cansancio físico y mental, infecciones crónicas y migrañas. Las personas con sensibilidades químicas múltiples (SQM), tal como indica su nombre, tienen intolerancia a productos químicos en el medio ambiente. Hace ya tiempo que se ha añadido una cuarta enfermedad, la electrohipersensibilidad. Para ninguna de estas enfermedades existe un tratamiento curativo y las analíticas básicas no sirven para detectarlas.

Se trata de enfermedades crónicas, reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero socialmente desconocidas y políticamente silenciadas en este país. ¿Por qué interesa ocultarlas? Clara Valverde – antes profesora de enfermería y ahora enferma veterana del SFC – nos da algunas claves del por qué de todo esto en su último libro : De la necropolítica neoliberal a la empatía radical. Violencia discreta,  cuerpos excluidos y repolitización(Icaria, 2015).

1. Los síntomas son invisibles y, por tanto, fáciles de silenciar. Aunque pueden tener “buena cara”, la calidad de vida de estos enfermos se parece a la de los que sufren los efectos secundarios de la quimioterapia y comparable a la de los que viven la última etapa del sida. El daño está dentro de las células o en sus membranas, y por esa razón no se perciben alteraciones en las analíticas más frecuentes. Y por eso la parte más conservadora de la comunidad médica cuestiona el diagnóstico. Estos enfermos tienen una esperanza de vida de 25 años menos que la media a causa de las complicaciones cardiovasculares, del cáncer o por los suicidios que van en aumento. Pero es difícil oír sus voces desde la cama.

2. No son rentables para la industria farmacéutica. Se trata de enfermedades complejas del sistema neurológico, inmunológico, cardiovascular y endocrinológico. Con lo cual, el tratamiento es diferente para cada paciente, ya que depende de los síntomas que haya desarrollado. En algunos países, como el Reino Unido, se ha intentado definir los SSC como enfermedad psiquiátrica, para así consolidar el negocio de los antidepresivos. Otro motivo para marginar estas enfermedades es que cuestionan la medicina alopática, excesivamente simplista y medicalizada. Eso explicaría el rechazo de buena parte del “lobby” médico a investigar y diagnosticar los SSC.

3. Pueden representar un importante gasto público en atención médica y, sobre todo, en pensiones de incapacidad en tiempos de recortes en el presupuesto de sanidad. El resultado es que la mayoría de las personas con algún SSC hoy en día no tienen acceso a sus especialistas (inmunólogos, neurólogos o reumatólogos) y se ha denunciado una tendencia a negar sistemáticamente la incapacidad por vía administrativa. Los enfermos tienen que iniciar un largo viaje judicial que puede llegar a los dos años, y con informes obtenidos, necesariamente en la sanidad privada. Un negocio redondo. Además, últimamente el Institut Català d’Avaluacions Mèdiques (ICAM) está dejando sin prestaciones a los que ya las tenían concedidas por vía judicial. El Col·lectiu Ronda lo ha denunciado tal como explica este extenso reportaje en el CRITIC: ‘El viacrucis de les malalties cròniques: sense poder treballar i sense pensió d’invalidesa’.

4. Son enfermedades que afectan sobre todo a las mujeres. Como en tota enfermedad relacionada con el sistema inmunológico, las mujeres son las protagonistas. También las mujeres tienen una doble exposición a tóxicos: por el tipo de empleos que tienen y en la limpieza del hogar. Por ahora, el hecho de que los SSC mantienen a un alto porcentaje de las mujeres menores de los 50 años en sus casas no crea alarma social. Si la mayoría fueran hombres, probablemente sería muy diferente y no estarían tan cuestionados durante el diagnóstico de la enfermedad como están las mujeres, a menudo etiquetadas de “depresivas” o “histéricas”.

5. Están relacionadas con la degradación del medioambiente. La OMS ha alertado del aumento de los tóxicos en el medioambiente y del aumento de la temperatura de la atmósfera que están dañando el sistema inmunológico. De hecho, las SQM están reconocidas en muchos países, incluido el Estado español, pero muchas administraciones sanitarias siguen negado su existencia, como ocurre en Catalunya. También se intenta obviar la importancia de los aspectos medioambientales en la fibromialgia y en la fatiga crónica, mientras que se niega la existencia de la hipersensibilidad electromagnética, sobre todo por algunos gobiernos y por las compañías telefónicas.

Un aviso del futuro que vendrá…

“Lo más importante que nos dicen estas enfermedades no es sobre el cuerpo sino sobre el mundo que nos rodea”, asegura Clara Valverde. Los enfermos de SSC son más que un aviso sobre el peligro que representa el empeoramiento de la salud de los humanos a causa de la degradación del medio ambiente. Las injusticias y la exclusión que vive este colectivo constituyen también un aviso de aquello que es capaz de hacer el neoliberalismo: abandonar, maltratar y dejar morir a los vulnerables. “Sé que mi noche es la noche del mundo”, escribe el filósofo Santiago López Petit, diagnosticado con SFC, en su libro ‘Hijos de la noche’ (Edicions Bellaterra, 2014).

Mujeres, enfermos y personas emigrantes reciben los golpes más duros de las políticas neoliberales en una sociedad aún muy clasista y desigual. Pero cada día aparecen nuevas rendijas. El Tribunal Superior de Justicia confirmó en su día que “estas enfermedades son altamente invalidantes” y las sentencias favorables a dar la incapacidad permanente a este colectivo ya no son excepciones aisladas.

Naty Gómez, enferma de patologías múltiples e invalidantes después de un ictus, y luego Marta Saskia, enferma de SQM, acamparon dos meses delante del ICAM para reclamar su derecho a una pensión. “Estoy enferma pero no soy tonta”, recordaba Naty desde su tienda. Las dos ya han recibido el alta mientras siguen demasiado enfermas para trabajar, pero su lucha ha dado sus frutos: hace una semana se ha constituido la Plataforma d’Afectats de l’ICAM –la PAICAM— con el objetivo de abolir o depurar un organismo que algunos usuarios comparan con el “Tribunal de la Inquisición”.

Entrevista a Ceferino Maestu Unturbe

Director del Laboratorio de Bioelectromagnetismo 
del Centro de Tecnología Biomédica 
Universidad Politécnica de Madrid
Para la asociación Electro y Químico Sensibles por el Derecho a la Salud
¿Qué mecanismos biológicos –fisiológicos o bioeléctricos- concretos propician o facilitan la interacción con estas energías de los CEM?

Los campos electromagnéticos han vivido con los seres vivos siempre. De hecho, la vida sobre la Tierra no podría existir sin campos electromagnéticos. Son campos electromagnéticos a los que nos hemos adaptado naturalmente a ellos, a lo largo del tiempo, y que han sido el vehículo de nuestra evolución, no de nosotros sino de todos los seres vivos: las plantas, los animales, etc., las bacterias, los virus... todos ellos han tenido un oscilador básico de trabajo que es el campo electromagnético.

En los últimos tiempos hemos inventado un montón nuevo de emisores de campos electromagnéticos artificiales. Estos nuevos emisores de campos electromagnéticos artificiales tienen la característica de que nuestros sistema no está adaptado a ellos y tardará muchos miles de años en adaptarse. Es posible que nos adaptemos como nos hemos adaptado a los anteriores, pero tardaremos unos miles de años en poder hacerlo; no tenemos facilidad para hacerlo porque la evolución de los cambios en los sistemas biológicos es lenta, muy lenta, y estos cambios evolutivos hacen que tengamos dificultades de adaptarnos. Hay unas personas que lo hacen mejor, unos organismos que lo hacen mejor, y hay unos organismos que lo hacen peor; su capacidad de adaptación a situaciones cambiantes es diferente. Lo que encontramos frente a esto son diferentes mecanismos de respuesta. Un primer mecanismo de respuesta es el que está protegido por la legislación actual, que es el llamado efecto térmico. Las microondas, las radiaciones electromagnéticas generales producen calentamiento de los tejidos porque hacen oscilar a las moléculas a gran velocidad y eso hace que se calienten. Frente a este concepto está desarrollada toda la legislación actual. Pero no es el único mecanismo de interacción. Existen otros mecanismos, como es el efecto de resonancia o el efecto de inducción de corrientes o microcorrientes, o el efecto de transporte iónico transmembrana, que son mecanismos que necesitan mucha menos cantidad de energía para producirse, que de hecho se están produciendo diariamente y que están produciendo cambios. Frente a estos mecanismos que hemos dicho anteriormente no hay legislación, nadie nos protege, y se sitúan siempre en niveles mucho más pequeños que los que protege la normativa actual. Por tanto, digamos, no existen mecanismos de protección frente a estos efectos no conocidos o no legislados del campo electromagnético.

¿En qué grado podemos hablar a corto medio y largo plazo de una relación dosis-respuesta para los CEM de las radiofrecuencias de los modernos sistemas inalámbricos?

En cualquier sistema biológico existe una relación dosis-respuesta. Cualquier exposición depende de su dosis, de su intensidad para que produzca un efecto u otro. Esto, en términos generales, es verdad en la física, es verdad en la biología, pero no es verdad en la biología, digamos, de los sistemas humanos o incluso de los animales porque cada uno tiene un mecanismo diferente de respuesta. Establecer un estándar para todo el mundo igual es hoy difícil. Sí es necesario establecer un mecanismo de dosis-respuesta, pero no desde el punto de vista que conocemos habitualmente que llamamos causa-efecto. Es muy difícil encontrar que una sola dosis de radiación produzca una sola respuesta. Generalmente, esto no sucede así. Además, porque estamos en un medio muy ruidoso desde el punto de vista electromagnético, encontramos una interacción entre muchas fuentes de exposición simultáneas, que quiere decir que el mecanismo de dosis sería la acumulación de todas esas fuentes de radiación simultáneas. Pero es imposible establecer un criterio para saber cuál sería la dosis para que en cada organismo produjera determinada respuesta. Y estamos hablando en términos genéricos de respuesta, pero la respuesta se puede contemplar a nivel celular, a nivel del sistema o a nivel de todo el individuo. Y respuestas que son instantáneas o acumuladas en el tiempo. Como véis, el tema es suficientemente complejo.

En el laboratorio de Bioelectromagnetismo que usted dirige, ¿se ha detectado un incremento de la incidencia de la electrohipersensibilidad en la población?, ¿existen datos al respecto?

No existen datos al respecto. No tenemos cuantificada cuánta gente hay afectada por este problema. Hay estadísticas en Europa, de algunos investigadores, que hablan del 3-4 % de la población. Yo no sé si eso es cierto. Lo que sí se es que a mi me llegan cada vez más personas con este problema. Cada vez estamos viendo más personas que están sufriendo alguna relación con el campo electromagnético. Hay que decir que no siempre todas las personas que llegan realmente se pueden considerar hipersensibles porque hay gente que tiene otros problemas, que dicen que son hipersensibles, y luego realmente no es cierto. Pero sí que hay un incremento muy importante. En nuestro laboratorio intentamos ver qué sucede con estas personas, si podemos cuantificar su respuesta de alguna manera y si podemos poner algún tipo de tratamiento. Porque yo pienso que los problemas de hipersensibilidad electromagnética no están disociados de otras patologías que están apareciendo actualmente, como es la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, la sensibilidad química múltiple, etc. Hay una serie de patologías que tienen todas un componente común y que probablemente hoy se están tratando o diagnosticando de forma separada y hay que empezar a tener un nuevo concepto de enfoque y análisis que permita identificar que todas esas enfermedades, en realidad, son lo mismo, y que al final podrían tener un origen común. Pero todavía estamos empezando; todavía tenemos poca capacidad de respuesta.

En un artículo reciente, Panagopoulos, Johansson y George L. Carlo explican que los resultados de los estudios experimentales que muestran resultados positivos de los efectos biológicos de la radiación de radiofrecuencias estarían resultando adulterados a la baja por estar realizados por medio de simuladores en vez de por teléfonos móviles reales, cuyas emisiones son variables. ¿Está usted de acuerdo con ellos

Sí. Yo creo que uno de los grandes problemas que tenemos en la investigación en este campo es el tema de la dosimetría. Se están utilizando, generalmente, en muchas publicaciones, sistemas de modelado, de simulación de campos electromagnéticos para considerar la tasa de exposición. Yo creo que esto es un sistema incorrecto y lo que hay que hacer es establecer una buena dosimetría, saber medir en cada momento y en tiempo real cuál es la tasa real de radiación. No es fácil, pero hay que intentarlo porque es la única manera de garantizar establecer en qué proporción, digamos, las emisiones están generando respuestas en el organismo.

Nos comentaba ayer cómo uno de los factores más relevantes a tener en cuenta a la hora de valorar la contaminación electromagnética de un espacio, a su juicio, descansa en que las mediciones se tomen de cierta forma: a 360 grados de incidencia, con determinado tipo de antena y, especialmente, que los distintos valores de frecuencia no estén promediados entre sí. ¿podría explicárnoslo brevemente? 

En general, la norma que se aplica actualmente para establecer la dosimetría es una norma que proviene de un organismo de regulación internacional que se llama CEMELEC. Este organismo dijo que la manera de medir el campo electromagnético consistía en los sistemas promediados de señal, a un metro de altura, durante seis minutos, de forma continuada. Este sistema es normalmente incorrecto. ¿Por qué razón? Porque tiende a camuflar los picos de mayor intensidad que se producen en la señal capturada. La manera correcta de hacerlo, creo yo, es una medida en que el pico sea lo que consideremos como elemento básico y una medida en tiempo real, de forma que podamos estar monitorizando de forma permanente cuál es la tasa de radiación relativa que hay, sin promediar. Porque el promedio al final, como hay mucho espacio en la banda que tiene poca señal, pues baja mucho los niveles, digamos, reales de incidencia. Por tanto, creo que hay que modificar la norma, el procedimiento de medida, y hay que comenzar a medir realmente sobre situaciones de pico a pico y no de promedio.

¿Qué diferencia observa usted en la validez de esos dos tipos de datos? ¿Cómo se relacionan esas dos formas de medir con la justificación de los posibles efectos que los niveles de radiación obtenidos puedan tener respecto a la salud?

Claro, porque uno siempre toma como dato de referencia el nivel de dosis, digamos, acumulada frente a una radiación. Si esa radiación está mal medida, no podemos establecer el efecto-dosis, es imposible saber qué cantidad de campo electromagnético produce tal o cual respuesta. En todos los estudios epidemiológicos además que se utilizan habitualmente en investigación, casi en ningún caso se hace un buen estudio dosimétrico, se hace de forma intermediada por otros criterios tales como encuestas, la factura de teléfono o cosas así para estudiar cuál es la tasa de uso, por ejemplo, de un teléfono móvil, pero no se mide realmente lo que está emitiendo el teléfono móvil. Con lo cual, establecer las relaciones de las consecuencias, por ejemplo, de la exposición a campos electromagnéticos de una población, si no se hace una dosimetría buena, pues es un ejercicio un poco absurdo.

Cambiando de ámbito, ¿qué proyectos tienen en el Laboratorio?

Tenemos una parte de los proyectos que tienen que ver con la dosimetría ambiental. Nosotros diseñamos algunos sistemas de dosimetría ambiental para hacer esto de lo que hablaba anteriormente: la posibilidad de hacer registros de campo electromagnético en tiempo real. Para eso, por ejemplo, el Ayuntamiento de Leganés en Madrid, diseñamos una normativa municipal y pusimos en marcha un sistema de control integrado de la contaminación electromagnética que consistía en cien sensores, colocados encima de las casas, que permitía hacer un mapeo constantemente, en tiempo real, de lo que estaba pasando en el municipio, de forma que pudiéramos saber, en cualquier momento, cuál era la tasa de contaminación, en cualquier lugar del municipio. Este estudio, este desarrollo, que nos supuso una evolución electrónica importante fue suspendido porque hubo un juez que nos impidió continuar hacia adelante con el proyecto porque consideró que estábamos lesionando, al bajar mucho los índices de radiación media de la población, estábamos lesionando las posibilidades de comunicación de los vecinos del municipio. Este es uno de los proyectos que tenemos y saltando en otra dirección, pero con la misma preocupación hemos desarrollado un sistema dosimétrico personal, de forma que podamos calcular la tasa media de radiación que recibe cada persona a lo largo de su día y luego se puedan establecer mapeos, digamos, situacionales. Porque, claro, las personas no solamente están en su casa, están en el trabajo o están en muchos sitios y en cada lugar están sometidas a niveles de radiación diferentes. Lo que necesitamos saber es la tasa de radiación que recibe ese organismo a lo largo de un día completo. Estamos desarrollando la electrónica actualmente y ya tenemos patentado un dosímetro personal que permita hacer esto. Esta es otra de las líneas de investigación. Y luego tenemos una serie de líneas de investigación que van dirigidas hacia cómo los campos electromagnéticos pueden modificar determinados procesos del sistema biológico. Concretamente, algunas patologías como la fibromialgia, la fatiga crónica, incluso la artritis o la regeneración de tejidos a partir de la emisión de pequeños campos magnéticos, campos magnéticos que son siempre muy pequeños, tan pequeños como un millón de veces más pequeños que los que utiliza el teléfono móvil y eso consigue modificar tejidos y sistemas del organismo.

¿Cómo ve la situación del Bioelectromagnetismo en España?

La situación no es buena. No es buena porque somos muy pocos los investigadores que nos estamos dedicando a este campo, ya nos gustaría que hubiera más preocupación y es más, los que estamos en este mundo ya nos estamos casi jubilando. Es decir, que no hay muchos relevos, que nos permitieran continuar con esta investigación. Parece que se va apagando poco a poco lo que es la influencia de esta corriente de investigación. Espero que haya nuevas personas que se incorporen. Y una de las razones de esto es que las administraciones públicas sistemáticamente bloquean los fondos de investigación que tienen que ver con este campo. Ni en los organismos europeos, ni en España existen buenas dotaciones económicas que permitan investigar seriamente esto y esto hace que las nuevas personas que se incorporan no puedan progresar.

¿Cuéntan las instituciones oficiales nacionales con el consejo de los especialistas que trabajan acerca de los daños biológicos de los CEM?

A mi las autoridades nunca me han consultado. Yo no puedo hablar por los demás, pero por mi debo decir que solamente en la redacción de esta nueva Ley de Telecomunicaciones tuve varias comparecencias en el Parlamento para preguntarme cuál era mi opinión sobre el tema y fueron comparecencias pedidas por los afectados por los campos electromagnéticos, no por los partidos políticos. Las instituciones públicas en general están poco preocupadas o nada preocupadas por este problema.

La resolución 1815 recomendaba proteger y atender al colectivo de científicos que advierten sobre los riesgos potenciales de la contaminación electromagnética ¿Se está cumpliendo esa recomendación? ¿Considera usted que es necesaria?

Somos una especie en extinción (bromea), creo que deberíamos estar más protegidos. Realmente, no se está cumpliendo nada. La presión a la que está sometida la administración pública por la industria hace que no interese demasiado saber mucho del tema y, por tanto, la progresión de la investigación tiene que ver con la capacidad económica con la que se dote a este área de investigación. Por ahora, tenemos pocos recursos.

Ha sido usted invitado como experto por la Comisión sobre Emisiones Electromagnéticas de la Universidad de Murcia ¿Qué mensaje ha trasladado usted a la comisión?

En esta comisión, hemos estado hablando de las preocupaciones y de lo que llamamos entre comillas “evidencias científicas” sobre este problema. Existen diferentes opiniones sobre lo que significa una evidencia científica. Yo les he expresado mi opinión sobre lo que consideraba que no se podía establecer como un absoluto en la evidencia científica, porque la hipótesis general manejada era que no había evidencia científica en torno a este problema. Debo recordar que hay más de 25 mil artículos publicados en este tema, de los cuales más del 50% encuentran efectos que de alguna manera modifican las condiciones biológicas normales. Si esto no es evidencia, pues no lo sé. Lo que sí es cierto es que la evidencia está muy contaminada por lo que llamamos los intereses generales de la industria y hay que pensar que esta comisión que, yo entiendo que con buena voluntad intenta resolver un problema planteado en el Campus de la Universidad de Murcia en torno a la contaminación electromagnética, debe tener los oídos más abiertos a otras opiniones que permitan enfocar las cosas desde un punto de vista proteccionista. Hay que entender que hay personas que están sufriendo este problema y estas personas que están sufriendo este problema deben tener un marco para desarrollar su trabajo sin estar sometidos diariamente a estas formas nuevas de contaminación. Y eso significa que la Universidad debe preocuparse de establecer esos espacios propios para ellos. Yo creo que eso podría ser una conclusión, pero no sé finalmente en qué quedarán las cosas.

La exposición de los niños a la contaminación electromagnética supone una de las grandes preocupaciones de científicos, padres y ONG’s implicadas. ¿Qué recomendaciones al respecto podemos extraer de las actuales evidencias en bioelectromagnetismo? 

Como todas las modas –esta es otra nueva moda que se ha puesto en marcha, se considera que es muy beneficioso para la educación haber puesto en marcha la Escuela 2.0. escuela que conecta al alumno con el mundo a través de internet. Yo también estoy de acuerdo con eso. El problema es que para conectarse con el mundo a través de internet no hace falta hacerlo utilizar para ello medios inalámbricos. Todo el sistema que hoy se ha vendido como inevitable, que es el sistema wifi, en los colegios, no tendría porqué haberse producido. Se pueden cablear perfectamente los colegios para que tengan acceso a internet sin necesidad de someter a los alumnos a las radiaciones de este sistema wifi. Hay que recordar que el wifi utiliza una frecuencia de trabajo de 2.45 Gigaherzios que es la misma frecuencia que utiliza el horno de microondas de nuestra casa. Si el horno de microondas es capaz de calentar los tejidos a esa frecuencia, probablemente la frecuencia que utilicemos produzca efectos también en el comportamiento normal de ello. Por tanto, creo que no es adecuado tener a los niños expuestos. Sobre todo en un aula, en donde hay normalmente veinte o treinta ordenadores simultáneamente produciendo cada uno con su wifi emitiendo. Mis experencias de, por ejemplo, cuando he ido a medir a algún sitio donde los padres se quejan, por ejemplo, de una antena que hay cerca del colegio y mido la antena y mido lo que hay dentro del aula, me encuentro con que la radiación relativa que hay dentro del aula con los wifis de los niños es superior a la de la antena próxima. A eso estamos sometiendo a nuestros hijos diariamente. ¿Cuál es la consecuencia a corto o medio plazo de eso? No la sabemos muy bien, pero creo que, razonablemente, el principio de precaución obliga a que eso no suceda. Además, hay que tener en cuenta otra cosa importante y es que nosotros no hemos vivido con los sistemas inalámbricos nunca. Por tanto, no conocemos la evolución a corto-medio plazo que van a tener estos procesos. Nuestros hijos nacen hoy con un móvil en la mano, prácticamente, incluso, antes de nacer. La posible consecuencia patológica que tengan esos niños será más rápida porque sí sabemos que tiene un efecto acumulativo en el tiempo y que no sabemos las consecuencias reales que van a tener. Tardaremos unos cuantos años hasta que comiencen a aparecer los primeros procesos. Creo que, racionalmente, debemos establecer medidas de precaución para evitar que eso suceda: limitar el uso de los teléfonos móviles en los niños pequeños y grandes, conseguir que se use solamente para llamadas breves, conseguir que no se use en el momento de establecer la llamada en que utiliza el móvil la máxima potencia para emitir, hacerlo solamente cuando aparece en la pantalla el número de teléfono llamado que reduce la potencia a menos de la mitad, conseguir que se utilice lo que se puedan los “manos libres”, es decir, hay una serie de medidas de precaución que permitirían aconsejar esto y, sobre todo, evitar que nuestros hijos sean dependientes del móvil, que el móvil no es un juguete. Al final es un elemento que va a condicionarles, no solamente desde el punto de vista de las radiaciones electromagnéticas sino también de su conducta diaria y va a hacerles que no sepan hacer otra cosa que no sea utilizar el móvil como elemento de juego. Creo que hay otras cosas y creo que hay que buscar alternativas y, sobre todo, cuando no sabemos cuáles van a ser las consecuencias a corto-medio plazo de este proceso.

Hace escasas fechas ha tenido lugar el primer encuentro de la asociación nacional Electro y Químico Sensibles por el Derecho a la Salud. Esta entrevista va a ser publicada en la web de nuestra asociación. Nos gustaría que dirigiera unas palabras al colectivo.

Creo que es muy importante que las personas que tienen estos problemas o que suponen que los tienen se organicen. Creo que es muy importante establecer una fuente de convicción a la sociedad. La sociedad, los científicos y los medios de comunicación hoy no están convencidos de que esto sea real. Siguen considerando, incluso la OMS, que las personas que dicen que sufren este problema, pues son poco más o menos que carne de psiquiátrico, ¿no?, que es una enfermedad psicosomática que está poco más o menos que inventada. Creo que esto no es así, que la enfermedad es real, que la patología es real, que es una respuesta excesiva del organismo y que lo que tienen que hacer las personas que comienzan a tener pequeños síntomas tales como cefaleas, trastornos del sueño, desorientación, malestar general, mareos, es acudir a un especialista, ponerse en contacto con una asociación que permita identificar que sus síntomas tienen algo en común. Hay mucha más gente que está sufriendo este problema sin saber que realmente tiene este origen. Creo que es importante que haya asociaciones fuertes que permitan poner a la sociedad frente a sus propias contradicciones y esta es una contradicción importante en esta sociedad.


Fuente: http://cemyelectrosensibilidad.blogspot.com.es/2015/10/entrevista-ceferino-maestu-unturbe.html

jueves, 7 de enero de 2016

SE DISPARA LA TASA DE DEMENCIA Y ENFERMEDADES NEUROLÓGICAS ENTRE GENTE CADA VEZ MÁS JOVEN

Estudios realizados por investigadores de la Universidad de Bournemouth en Inglaterra y publicados en la revista Surgical Neurology International, revelan que la demencia y otras enfermedades cerebrales neurológicas están afectando cada vez a persona más jóvenes.

Según los investigadores, estas enfermedades han alcanzado niveles que son “casi epidémicos”, lo que podría deberse fundamentalmente a factores ambientales.

Los investigadores compararon las tasas de enfermedades cerebrales neurológicas en 21 países occidentales entre 1989 y 2010. Descubrieron que a partir de 2010, la tasa media de aparición de la demencia fue de 10 años más temprana de lo que era en 1989. Además, las muertes por enfermedad neurológica han aumentado significativamente en las personas mayores de entre 55 y 74 años y casi se ha duplicado en las personas de 75 años o más.

“Los cambios ambientales en los últimos 20 años han evidenciado un aumento en el entorno humano de los productos petroquímicos, una cuadruplicación del número de vehículos de motor, los insecticidas y un sensibiascenso de los campos electro-magnéticos en el entorno diario”.
A ello, según muchos expertos, se podría incluir la exposición al mercurio contenido en muchas vacunas.

Se sabe que a largo plazo, la exposición al mercurio produce los mismos efectos observados en la enfermedad de Alzheimer, incluyendo confusión y alteraciones en la memoria y la función cognitiva.

Otro ingrediente común de las vacunas, el aluminio, también ha sido vinculada con la demencia.


lunes, 4 de enero de 2016

Afectados por las radiaciones reclaman parar la difusión de la red wifi en León

Alcoe calcula que 24.000 leoneses sufren los efectos de las ondas electromagnéticas
Vicente García y María Lobo, de Alcoe, en una de las antenas en la Avenida de Asturias. 
MARCIANO PÉREZ  
ARMEN TAPIA | LEÓN

Irritabilidad, cefalea, somnolencia, mareos, alteraciones de la frecuencia cardiaca, infertilidad, dermatitis, alteraciones del sistema inmunológico y mayor riesgo de incidencia de cáncer. Las dolencias de 24.000 leoneses pueden estar relacionadas con los efectos de las ondas electromagnéticas y no saberlo. Esos son los cálculos que hacen los miembros de la Asociación Leonesa Contra las Ondas Electromagnéticas (Alcoe) que acaban de presentar una petición al Ayuntamiento de León para que la Concejalía de Turismo, liderada por Margarita Torres, paralice el proyecto de expansión de la red wifi por toda la ciudad. Esta semana pedirán una reunión con la concejala e iniciarán una campaña de reparto de octavillas en los colegios, comenzando por Las Anejas.

El objetivo del Ayuntamiento es convertir a León en centro de referencia para innovación en el ámbito turístico en el Camino de Santiago y el noroeste de España. Una apuesta que el Ayuntamiento ha presentado a la convocatoria de ayudas del programa de Ciudades Inteligentes de la Agenda Digital para conseguir que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través de la sociedad pública Red.es, financie el 65% de los 436.017 euros que cuesta el proyecto. Los miembros de la asociación Alcoe se oponen. «Es una locura», dice Vicente García, miembro de Alcoe y afectado por las ondas electromagnéticas. «Mi enfermedad no existe en España pero en Suecia hay 300.000 personas diagnosticadas», asegura.

Vicente sale todos los días de casa casi acorazado, protegido con telas especiales con hilos de plata y cobre y redecillas de metal en el sombrero. «Hasta la ropa interior la llevo protegida». Su casa es como un búnker «blindada con una tela mosquitera y cortinas que pido a Alemania». Y «no voy ni loco» a determinadas zonas de León como la explanada de la delegación de la Junta, Santo Domingo, Padre Isla y la Plaza Mayor. También se protege para pasar por un edificio de la avenida de Asturias. Estas zonas llenas de antenas que emiten radiaciones electromagnéticas artificiales generadas por los móviles, inalámbricos y wifis «y que son capaces de interferir y distorsionar el funcionamiento normal del organismo humano».

Pero los miembros de la asociación no lo tienen fácil para demostrar lo que es una sospecha aquí y está ya regulado en otros países. León cumple con la normativa y la emisión de ondas están dentro de los límites legales establecidos. La Organización Mundial de la Salud, sin embargo, recomienda reducir esas emisiones. «En este país se permite que la antenas emitir 400 microwatios por centímetro cuadrado. En el resto de países europeos están en 10 microwatios y la OMS aconseja 0,1. Lo de aquí es una salvajada».

María Lobo tiene 34 años y también es sensible a las ondas electromagnéticas. «Sufro lipodistrofia. Hace años tuve una intoxicación por los metales pesados del marisco, pero nadie me lo reconoció. Los médicos tienen sospechas pero ninguno me da el diagnóstico. Desde entonces cada vez que me acerco a un edificio donde hay antenas noto dolor de cabeza y malestar general».

Los miembros de Alcoe critican la nueva Ley de Telecomunicaciones aprobada por el Gobierno, que permite a las compañías instalar las antenas sin la obligación de comunicar su localización. «El registro de antenas que tiene el Ayuntamiento está obsoleto, no está actualizado. Ahora las compañías no tienen obligación de registrarlas. Es una inmoralidad».

Los miembros de la asociación de León recuerdan que el Parlamento Europeo tiene sobre la mesa cientos de reclamaciones. «El problema es el dinero que hay detrás», aseguran.

Desde la asociación alertan de que la mayor fuente de irradiación se produce en los teléfonos inalámbricos. «No conviene instalarlos en el dormitorio». Y para el ordenador, mejor utilizar el cable.