miércoles, 17 de febrero de 2016

Municipios sin glifosato

Vivimos en entornos muy contaminados que afectan negativamente a nuestra salud. Los pesticidas son importantes contaminantes, identificados por la OMS como potenciales cancerígenos entre otros daños para la salud. Por ello saludamos las medidas del AAYY de Barcelona para eliminar el Glifosato. Un ejemplo a seguir por todos los ayuntamientos que, además, no tiene costes económicos.

Dejamos el año 2015 con una muy buena noticia: tanto el Ayuntamiento como la Diputación de Barcelona deciden por unanimidad la eliminación del uso del herbicida glifosato en sus zonas verdes, atendiendo a las mociones presentadas por varias organizaciones, entre ellas Ecologistas en Acción.

Y es una gran noticia porque se reducirá la exposición de la población a un contaminante hormonal al que los estudios científicos relacionan con toxicidad subaguda y crónica, anomalías en el esperma y trastornos reproductivos y que, además, ha sido declarado como probable cancerígeno para humanos por la Organización Mundial de la Salud. Los grupos más vulnerables a sus efectos son los niños, las mujeres embarazadas y los enfermos crónicos. También afecta gravemente a los ecosistemas naturales, ya que es muy soluble en agua y pasa a los acuíferos, que están gravemente contaminados.

La patente del glifosato de Monsanto, el famoso “Roundup” expiró en 2000, pero su principio activo aún está en el mercado bajo numerosas marcas. En nuestro entorno, el uso de este herbicida es habitual a dosis presuntamente “controladas”, para matar “malas hierbas” y arbustos en jardines, zonas infantiles, carreteras o vías de tren. Pero, ya sabemos que para un disruptor endocrino (EDC) no existe una dosis segura y los datos muestran su presencia en nuestros acuíferos (11 acuíferos catalanes están contaminados, con concentraciones medias de 0.11 µg/L), en nuestros cuerpos (en orina y en la leche materna), e incluso en el aire, sin que la población haya tenido conocimiento de los riesgos.

En lugares de agricultura industrial, con transgénicos resistentes a este herbicida, el glifosato se fumiga extensivamente, causando graves daños en la población lugareña, como defectos de nacimiento y cáncer, entre otros (ver estudio de cultivo de soja en Argentina). El glifosato de estos cultivos llega a nosotros como residuo en alimentos o en materiales como el algodón.

Existen alternativas viables

En nuestros municipios, existen alternativas ecológicas y sencillas al uso del glifosato. Cada vez más ayuntamientos están aceptando mociones como la presentada en Barcelona y se están comprometiendo a desarrollar una jardinería ecológica, sin pesticidas químicos, con más trabajo humano y evitando especies no adaptadas al medio. También se están comprometiendo a realizar campañas informativas para evitar el uso privado de estos pesticidas y a estudiar los efectos en la salud de los profesionales de la jardinería y de la agricultura, que son los que mayor exposición sufren. De hecho, el comité de empresa de Parques y Jardines de Barcelona ha sido uno de los promotores de la moción.

Como con otros tantos problemas de salud y ambientales (dimensiones que van absolutamente unidas), la población civil se está encargando de dar los pasos necesarios para eliminar este tóxico de su entorno ante la falta de actuación de las autoridades españolas y europeas en torno a los contaminantes hormonales (basta recordar el juicio a la Comisión por su falta de actuación contra los contaminantes hormonales en biocidas y la bochornosa actuación de la EFSA en referencia al glifosato, ambas recogidas en dos posts de este blog).

Campaña para conseguir

Queremos que la lucha contra la contaminación química sea un objetivo para el año 2016. El primer paso, va a ser la lucha contra el glifosato en nuestros pueblos y ciudades, para lo quedaremos información en nuestro blog sobre su toxicidad, los avances legales, así como modelos de mociones que podréis presentar en vuestros ayuntamientos.

Pero queremos que el glifosato sea la punta de lanza para dar a conocer otros pesticidas que quedan como residuos en nuestros alimentos, en el agua o en el aire y para desarrollar una agricultura ecológica.

Ponte en contacto con nosotras a través del mail nobiocidas@gmail.com para preguntar cualquier duda de cómo presentar una moción a tu ayuntamiento, o si quieres cualquier información.

lunes, 15 de febrero de 2016

Europa acaba con sus agricultores

Javier Guzmán, director de VSF Justicia Alimentaria Global
11/02/16
Manifestación de tractores en Bruselas. / GREENSEFA  
Sabemos que los grandes desafíos a los que se enfrentan la Unión Europea y sus países miembros tienen que ver con la sostenibilidad, la salud y la equidad, y sabemos también que todos ellos están íntimamente relacionados con nuestro sistema alimentario. Cada vez hay más consenso no solo en movimientos sociales, sino en las propias instituciones internacionales como la FAO, que necesitamos transformar el actual modelo industrial y kilométrico a uno basado en sistemas alimentarios locales y que apuesten por una agricultura ecológica y de pequeña escala.

Pero para que estos sistemas tengan lugar, es necesario la existencia de un actor básico e ineludible, aunque la industria y multinacionales lo nieguen. Necesitamos del campesinado y, si esto no es posible, tampoco será posible una alternativa a este modelo actual que es la causa de enormes problemas en cuanto a la salud alimentaria, cambio climático, derecho a la alimentación , etc.

Lamentablemente una cosa son los discursos institucionales y de nuestros políticos, y otra cosa bien distinta es la realidad. Una realidad que arroja datos dramáticos y que se pueden comprobar en la última encuesta sobre la estructura agrícola de la UE a finales de año. Esta encuesta certifica que entre 2003 y 2013, más de una cuarta parte de todas las explotaciones de la UE desapareció mientras que la superficie media por explotación agrícola aumentó en un 38%. En 2013, había 10,8 millones de explotaciones agrícolas de la UE, que trabajan 174,6 millones de hectáreas de tierra (la superficie agrícola utilizada). Dado que la superficie dedicada a la agricultura se mantuvo casi estable durante el período 2003-2013, la disminución en el número de explotaciones significa un aumento significativo de concentración agraria. El número total de las explotaciones en la UE se ha desplomado en más de cuatro millones de explotaciones desde el año 2003, un descenso del 27,5% en tan sólo una década. El número de explotaciones disminuyó en todos los Estados miembros de la UE, con excepción de Irlanda (+ 2,9%). En España la caída es del 13, 4%. Aquí hay que recordar que el porcentaje de población activa dedicada al sector primario en España es tan solo del 3%.
El número total de las explotaciones en la UE se ha desplomado en más de cuatro millones de explotaciones desde el año 2003, un descenso del 27,5% en tan sólo una década  

El último ejemplo lo tenemos en la situación creada en el sector lechero tras la última reforma de laPolítica Agraria Común (PAC) que ha determinado el desmantelamiento del instrumento de cuotas de producción llevando a los pequeños ganaderos y ganaderas a una situación imposible. En este momento según el informe realizado por COAG sobre la situación del sector lechero, en España se pierde cada mes 65 explotaciones de ganadería láctea. La caída de un 20% del precio de la leche obliga a echar el cierre a 1.544 productores en los últimos dos años y reduce la cifra total a 16.490.

Dramáticos son también los datos concernientes a relevo generacional, donde vemos que en 2013, casi uno de cada tres productores de la UE tenían una edad superior a 65 años. En España el dato también es de tres.

Esta progresiva y dramática eliminación del campesinado de nuestros países ha sido el triste resultado de décadas de Política Agraria Comunitaria, que consume cada año el 40% del presupuesto de la Unión Europea y que obviamente ha tenido otros objetivos muy distintos de la defensa del modelo de agricultura y ganadería familiar.

Con estos datos ya hace tiempo que deberían haber sonado todas las alarmas. ¿Quién va alimentarnos? ¿Quién va a mantener el empleo en nuestras comarcas? ¿Quién va a mantener el medio ambiente y el territorio? ¿Quién va a mantener nuestros pueblos y su cultura?

Sin embargo nada de esto ha pasado, las grandes multinacionales siguen empujando por una agricultura en pocas manos, en sus manos, dicho de otra forma. Una agricultura sin agricultores, si acaso algunos pocos asalariados. Una agricultura que maximice su beneficio y externalice sus costes sociales, sanitarios y medioambientales.

Es urgente reflexionar y llevar al debate público el rol del campesinado y abordar consecuentemente un cambio radical de las actuales políticas en las que las grandes corporaciones no estén en el centro del interés, sino por el contrario, en la defensa y aumento del campesinado en Europa.

El negocio del zika y los mosquitos transgénicos

2016-02-08

Los datos en los que se basa la declaración de emergencia internacional por el virus zika son sorprendentes. No por los riesgos que la expansión que este virus implicaría, sino por la falta de evidencias para motivar tan grandilocuente declaración por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante una enfermedad leve, con muy escasos indicios de conexión con dolencias más serias y sin pruebas científicas de ello. Para suplir estas ausencias, agrega que como el vector de la enfermedad –el mosquito Aedes aegypti– es también vector de dengue y chikungunya, se está atacando las tres.

Este contexto alarmista, enfocado en aspectos singulares –el "ataque" al vector, aislado de sus causas– favorece enfoques estrechos, erróneos e incluso peligrosos. Por ejemplo, la empresa Oxitec, que ha hecho controvertidos experimentos con mosquitos transgénicos, los promueve ahora como "solución" (en realidad como negocio) ante la expansión de zika, obviamente sin mencionar los riesgos que conlleva y que los mosquitos transgénicos podrían incluso empeorar la situación.

Oxitec ya realizó experimentos de liberación de mosquitos transgénicos en Islas Caymán, Malasia, Panamá y Brasil. Intentó hacerlo en Europa, que no lo permitió por razones de bioseguridad y estudios de impacto deficientes. Encontró regulaciones "flexibles" en Brasil, donde ha hecho experimentos en el noreste, aunque no pudo conseguir la autorización de Anvisa, autoridad sanitaria de ese país. Su técnica es producir Aedes aegypti transgénicos manipulados con un gen letal condicional, que no se expresa si se aplica el antibiótico tetraciclina, lo cual hacen durante la cría. Luego los liberan para cruzarse con mosquitos silvestres, que si no encuentran el antibiótico, producirían descendencia estéril.

Oxitec reporta una reducción de 80-90 por ciento de la población de mosquitos en las zonas de experimento. Pero según documentados informes de Edward Hammond, Red del Tercer Mundo y de GeneWatch, la realidad es muy distinta.

En un informe de 2015, GeneWatch explica que la disminución de mosquitos no está probada, porque los mosquitos silvestres se pueden haber sencillamente trasladado a zonas aledañas. Los resultados de Islas Caymán sugieren que la técnica es muy ineficaz, ya que usaron 2.8 millones de mosquitos por semana para combatir una población silvestre de 20 mil mosquitos y de todas maneras, aunque informaron una baja en la zona de liberación, hubo un aumento de la población de mosquitos en zonas vecinas. Pero además, aunque provisoriamente bajara la cantidad de mosquitos, no existe evidencia, en ninguna parte del mundo, de que los mosquitos transgénicos hayan reducido la incidencia de dengue ni otras enfermedades.

Por el contrario, una de las preocupaciones sobre los impactos de los mosquitos transgénicos, particularmente en zonas endémicas, es que la disminución temporal, pueda bajar la resistencia cruzada a varios serotipos del dengue que existe en esas poblaciones, favoreciendo el avance de formas más agresivas como dengue hemorrágico. Además, el desplazamiento de Aedes aegypti puede favorecer la expansión de trasmisores rivales, en el caso del dengue, del Aedes albopictus, que es más difícil de erradicar.

GeneWatch nombra también que Oxitec no ha presentado pruebas de que la proteína que expresan los mosquitos transgénicos, llamada tTA, no tenga efectos alergénicos o tóxicos en animales o humanos, pese a que ya se ha observado toxicidad y neurotoxicidad en ratones.

Desde 2015 Oxitec pasó a ser propiedad de Intrexon, empresa de biología sintética estadunidense, por lo que podría estar considerando el uso de tecnologías de biología sintética con mosquitos, más riesgosas, como el uso de conductores genéticos (gene drives) que podrían modificar toda una población de mosquitos en una o dos generaciones. Las consecuencias de modificar toda una especie tendría implicaciones imprevisibles, incluyendo impactos potenciales serios en el ecosistema y mutaciones en los agentes de las enfermedades. Ya existen experimentos confinados de modificación de insectos con esta técnica en universidades de Estados Unidos, lo que motivó una alerta de científicos sobre los altos riesgos de esta tecnología, incluso su potencial uso como arma biológica. (The Independent, 2/8/15) Sin embargo, en aguas de la "emergencia" por el zika, aumentan la propaganda y presiones para usar esta tecnología.

Son remiendos técnicos estrechos, concebidos más como negocio que para enfrentar realmente los problemas. Además de los impactos que conllevan, desvían la consideración de las causas y atrasan su atención real.

Según datos oficiales al 2/2/16, se han confirmado 404 casos de microcefalia en Brasil. Solamente 17 tenían el virus zika. Es apenas 4.2 por ciento de los casos confirmados y sólo muestra que el virus estaba presente, no que fuera causante de microcefalia, anomalía que tiene un amplio espectro de causas posibles, como exposición durante el embarazo a tóxicos, desnutrición y otras infecciones, todos factores de alta incidencia entre la población pobre del noreste, donde están 98 por ciento de los casos referidos.

La Asociación Brasileña de Salud Colectiva publicó una excelente nota técnica y carta abierta al pueblo, notando que el aumento de microcefalia se puede deber al uso de insecticidas y larvicidas que se colocan en el agua potable (¡!), cuya concentración aumentó en el noreste en el periodo en cuestión, debido al racionamiento de agua por sequías inesperadamente más intensas que lo normal. Exigen una consideración amplia de las causas de microcefalia, en una estrategia decidida con la gente, desde sus condiciones, que al contrario de esos enfoques técnicos de alto riesgo, es la única forma efectiva de enfrentar las epidemias.

Silvia Ribeiro. Investigadora del Grupo ETC


Bayer y BASF a la cabeza del lobby para que no se regulen peligrosos tóxicos domésticos


Corporate Europe Observatory (CEO) es una de las organizaciones civiles más activas de la Unión Europea en la denuncia de las prácticas de lobby. En esta ocasión, la periodista independiente Stéphane Horel nos ofrece un informe sobre cómo la industria química tóxica y destacadas compañías como Bayer o BASF han bloqueado la posibilidad de que se adopten medidas para regular los disruptores endocrinos (EDC). Éstas son sustancias muy peligrosas para la salud que podemos encontrar en diferentes plásticos, cosméticos, ordenadores o plaguicidas.

Los impactos en el medio ambiente y en la salud de las personas y animales provocados por los llamados disruptores endocrinos están bien documentados. Estas sustancias una vez en nuestro organismo imitan la actividad de las hormonas y el sistema endocrino y por ello los daños más conocidos son los relacionados con la sexualidad y la fertilidad y también con el debilitamiento del sistema inmunitario y los retrasos en el aprendizaje infantil.

Las dosis dañinas pueden ser muy muy bajas y solemos estar expuestos a ellos durante muchos años por lo que una de las características principales de este tipo de intoxicaciones es que las consecuencias aparecen muy tarde.

NO hay niveles seguros de este tipo de sustancias. En la UE cuando se detectan se prohíben.

Así ha ocurrido en los últimos años con varios productos, lo que ha enfadado a la industria para la que medidas favorables a la salud públicas suponen una bajada de sus ingresos económicos. Por eso, porque les importa más la rentabilidad de sus empresas que la salud ambiental y de las personas han emprendido una campaña de lobby destinada a evitar que se regulen los disruptores.

Las estrategias desarrolladas las cuenta bien Horel:
Intentos de minar y desacreditar la ciencia sobre independiente EDC, mientras promovían los estudios de la industria como la única ‘ciencia fiable’; presionar a otras Direcciones Generales en la Comisión Europea para que se enfrentaran a la DG de Medio Ambiente [que es quien impulsaba la regulación]; crear alarma sobre el daño económico que la industria sufriría; retrasar el proceso; y utilizar la negociación entre la UE y EEUU sobre el TTIP de palanca para prevenir cualquier ‘barrera comercial’”.

¿Cómo está el asunto? La industria ha conseguido convencer a la Dirección General de Medio Ambiente europea de que hay que hacer un estudio de impacto de los EDC, vieja táctica dilatoria pues el mejor escenario posible prevé que los criterios finales para identificar disruptores endocrinos se presenten en 2017. Por supuesto, mientras se obvia el principio de precaución y continúan comercializándose.

El informe del CEO cuenta la historia de como una destacada iniciativa de salud pública de la UE ha sido bloqueda por grupos de lobby corporativo alaidos con funcionarios de la Comisión Europea, que es el gobierno de facto de Europa. Demuestra una vez más cómo las estrategias de lobby suspenden la democracia en favor de minorías industriales.

Quizá convenga citar quienes son estas últimas. Pues bien, el Consejo Europeo de la Industria Química (CEFIC) y dos de sus entidades derivadas, la Asociación Europea de protección de cultivos (ECPA) y las Asociaciones de productores europeos de plásticos (PlasticEurope) y cosméticos (Cosmetics Europe).

El presidente de ECPA es Martin Dawkins de Bayer. El equipo directivo de CEFIC está integrado por (actuales y antiguos) empleados de BASF. El presidente de Plastic Europe, Patrick Thomas, es el CEO de Bayer MaterialScience.

También existen plataformas de lobby industrial cuyo objetivo es la defensa de los intereses empresariales en debates y foros científicos, como el Centro Europeo de Ecotoxicología y Toxicología de Químicos (ECETOC). ECETOC en su sitio web se describe como un “grupo de expertos sin fines de lucro patrocinado por la industria”. Bayer, BASF, Dow, DuPont y Syngenta son algunas de las muchas grandes compañías que integran ECETOC.

El lobby de la industria de los pesticidas también se apoya en el fenómeno de las “puertas giratorias” o traspaso de cargos del sector público al privado y viceversa. Si observamos el personal actual de ECPA: Stuart Rutherford solía trabajar en la DG de Medio Ambiente y Agatha Pietrasiuk en el área pesticidas de la DG de Salud y consumidores, mientras Jess O’Flynn, Michal Kicinsky y Anna Gatt Seretny son antiguos asistentes de europarlamentarios.

La lobbista de CEFIC Lena Perenius trabajó antes en la DG de Empresa, en la normativa sobre sustancias químicas REACH. En cuanto a Ralf Burgstahler, comenzó en BASF, pasó a trabajar en la Comisión Europea en REACH (registro de sustancias tóxicas que BASF pretendía socavar hoy en vigor), luego ocupó un cargo en el Ministerio de Asuntos Económicos alemán y ahora ha vuelto a trabajar en BASF como lobbista para las sustancias plastificantes (como los ftalatos, conocidos disruptores endocrinos).

En fin, no dejéis de leer el informe. No os perdáis cómo científicos a sueldo de las multinacionales de la toxicidad publican artículos pretendidamente científicos para desacreditar a los verdaderos científicos independientes que trabajan por la salud pública.

Su propósito es sembrar dudas sobre la verdadera Ciencia.

Me da cierto morbo, he de reconocerlo, acudir de vez en cuando a las webs de empresas como Bayer y leer cosas como su lema Science for a better life (ciencia para una vida mejor):
El objetivo de Bayer es la investigación, desarrollo, producción y comercialización de productos innovadores con el fin de mejorar la salud de los seres humanos de todo el mundo”.

Un poco más y me lo creo.

jueves, 11 de febrero de 2016

Demuestran que la fibromialgia no es una enfermedad imaginaria

  • Médicos genetistas identifican 90 polimorfismos en el ADN de los enfermos que afectan al sistema inmunológico y nervioso
Una persona que padece fibromialgia, recibiendo un masaje (GYI)  
JOSEP FITA 09/02/2016 

Muchas veces se han sentido incomprendidos. O peor aún, acusados de simular una dolencia. Pero ahora la ciencia les da la razón. Y es que médicos genetistas han descubierto que la fibromialgia -una enfermedad que hasta ahora se consideraba en general como un trastorno psicológico de somatización- es una patología de origen neurológico, resultado de desequilibrios neuroquímicos a nivel del sistema nervioso central.

Gracias a un estudio llevado a cabo con 3.000 personas –de las que dos tercios de ellas estaban afectadas de fibromialgia y fatiga crónica- se ha podido determinar que hay 90 polimorfismos en el ADN de los enfermos que afectan al sistema inmunológico y nervioso. Esta investigación “representa la única evidencia científica de marcadores genéticos asociados a la fibromialgia”, según afirman sus autores, Genomic Genetics International (GGI).
“Hay suficientes evidencias para considerar esta patología como una enfermedad de base orgánica, siempre que esté bien diagnosticada”, explica a La Vanguardia el doctor José Ignacio Lao, director de GGI. El problema que sufren los pacientes que padecen esta dolencia es que su sistema inmunológico tiende a responder de una manera exagerada. “La primera reacción de este sistema cuando nos agrede algo es la inflamación. Pero en los que sufren fibromialgia esta reacción es mucho más intensa y prolongada en el tiempo, lo que llega a ser perjudicial”, argumenta Lao.
Hay suficientes evidencias para considerar la fibromialgia como una enfermedad de base orgánica, siempre que esté bien diagnosticada
DR. JOSÉ IGNACIO LAO

Los genetistas han descubierto la interacción de dos genes que explican por qué el estímulo doloroso es más fuerte en los enfermos de fibromialgia. Incluso hay otro gen –llamado receptor opioide mu- “que hace que estas personas no sólo perciban más el dolor físico, sino también el psíquico”, esgrime el director del GGI. “Un rechazo social o una ruptura de pareja les deja una huella más profunda que a otras personas que no tengan esta variante genética”, agrega.

¿El principio del fin del estigma?

A pesar de que la fibromialgia fue identificada como patología por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1992 –incluida dentro de los reumatismos en la Clasificación Internacional de Enfermedades-, muchas de las personas que la padecen han tenido que soportar injustificadamente el duro estigma de estar simulando, a ojos de los demás, una dolencia. “Los acusaban de quejicas, de vagos, pero ahora tenemos una explicación a nivel de marcadores biológicos de todo lo que les pasa”, apunta Lao.

Más allá de los dolores que padecen los enfermos de fibromialgia –“a todos los niveles, no sólo del músculo esquelético”, puntualiza Lao- éstos ven afectada su capacidad para mantener el equilibrio químico cerebral. Sufren una tendencia de déficit de neurotransmisores –las sustancias químicas cerebrales responsables de la transmisión nerviosa- de ahí que dentro de la patología haya una inclinación a la pérdida de memoria (deterioro cognitivo precoz), a la depresión y a los trastornos del sueño, por falta de serotonina. “Incluso situaciones estresantes para ellos desencadenan brotes de la enfermedad”, recuerda el director del GGI.
Los acusaban de quejicas, de vagos, pero ahora tenemos una explicación a nivel de marcadores biológicos de todo lo que les pasa
DR. JOSÉ IGNACIO LAO

Aunque a día de hoy la fibromialgia no tiene un remedio médico, lo cierto es que hay muchas esperanzas puestas en el campo de la biotecnología para que ésta pueda hallar una solución definitiva. La genética ya está desarrollando nuevos agentes terapéuticos. “Uno de ellos es el RNA de interferencia”, señala Lao. “Son pequeñas moléculas que lo que pretenden es bloquear específicamente el gen que los enfermos tienen más expresado”, añade.

La genética ya permite un tratamiento individualizado para saber, en otras cosas, cómo los enfermos metabolizan los antiinflamatorios, como el ibuprofeno, que toman para minimizar los efectos de la fibromialgia, “y sobre todo cuál es la dosis eficaz y más segura, que es lo realmente importante”, explica Lao. Incluso se puede hacer medicina preventiva en familias con antecedentes. Y es que en los entornos familiares donde hay un caso de fibromialgia se multiplica por ocho la probabilidad de que aparezcan más casos, según demuestran las estadísticas.
En España se calcula que un 2,4% de la población padece fibromialgia

Incluso se dan casos en niños, aunque pocos, en los que ya aparece esta hipersensibilidad. De hecho, muchas de las personas que padecen la enfermedad de mayores explican que de niños eran hipersensibles a ciertos estímulos.

Gracias a todos estos nuevos tratamientos se abre una puerta a la esperanza para todos aquellos que sufren fibromialgia. En España se calcula que un 2,4% de la población la padece.

domingo, 7 de febrero de 2016

¿Por qué la Comisión no legisla los contaminantes hormonales? Respuesta en “Un asunto tóxico”

Está claro que para los lobbies de la industria química los disruptores endocrinos son un negocio. ¿Pero dónde está el negocio para la Comisión? Te presentamos el informe “Un asunto tóxico” que desvela los mails intercambiados entre los representantes de la industria y las personas que “velan” por nuestra salud.

Ecologistas en Acción trae a España a la periodista Stèphane Horel, para presentar la traducción al español de su famoso informe “Un Asunto tóxico”, que saca a la luz la trama de intereses entre la industria y miembros de la Comisión en cuanto a los contaminantes hormonales.

Descarga el Informe “Un asunto tóxico” aquí.

Cuando en 2013, la Dirección General de Medio ambiente de la Comisión cumplió su obligación de definir qué criterios tienen las sustancias disruptoras endocrinas (EDCs), para eliminarlas del mercado, la industria química y de plaguicidas, con BASF y Bayer a la cabeza, se pusieron en pie de guerra.

Los ataques de la industria han sido feroces: subvencionar estudios que desacrediten las investigaciones científicas independientes, presionar a la DG de Medio Ambiente desde otras Direcciones Generales de la Comisión, como la de Salud (aunque parezca increíble) y como no, crear alarma social sobre el daño económico que puede producir la eliminación de los disruptores endocrinos de sus productos. Para solucionar esta alarma, nada mejor que un largo estudio de impacto socio-económico que terminará, con suerte, este verano de 2016.

Todo, con tal de retrasar la legislación de los disruptores endocrinos lo suficiente como para que entre en vigor el TTIP. Para este tratado, la legislación de los EDCs será una “barrera comercial” ya que no existe en EEUU.

Ése será el golpe final para que sustancias tóxicas sospechosas de causar cáncer y otras graves enfermedades sigan como ingrediente de productos de uso diario de estas industrias.

En mitad de la negociación del TTIP, creemos que es una gran oportunidad poder debatir con la autora de esta investigación, aprovechando la presentación de su investigación en castellano. La presentación será el día 9 de febrero en Madrid y el 10 en Barcelona, con entrada libre. Además de la autora, en Madrid podremos debatir con eurodiputados y en Barcelona se hablará de las opciones legales que tenemos.

Aquí puedes ver los programas de la presentación:

En Madrid, el día 9


En Barcelona, el día 10:

martes, 2 de febrero de 2016

Biólogos constatan cómo los metales pesados alteran el ADN

Las acumulaciones de arsénico, plomo y cobre se concentran en las branquias y el hígado, según un estudio realizado con lubinas y doradas, en el que también se pone de manifiesto la genotoxicidad del arsénico por su efecto reforzador de los radicales libres.
Imagen de archivo en la que un hombre muestra dos ejemplares de lubina.
ENRIQUE MORÁN / ENERO 2016

La sociedad se siente cada vez más preocupada por la presencia de metales pesados en nuestro ambiente y especialmente, por las repercusiones que pueden tener en la salud. Fruto de esta inquietud es el trabajo de investigación Monitorización de efectos de metales pesados en sistemas acuáticos: lubina y dorada, realizado por el grupo Respuestas celulares al estrés ambiental, financiado por el Plan de Investigación de la Junta de Andalucía. Sus componentes pertenecen al Departamento de Biología Ambiental y Salud Pública y más concretamente del área de biología celular de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Huelva (UHU).

El director del estudio es Rafael Torronteras, profesor titular y decano de Ciencias Experimentales. El trabajo es enormemente interesante para avanzar en el conocimiento de los efectos de los metales pesados en los seres vivos y por ende, en el ser humano. Comenta que la elección de la lubina y dorada está justificada por su abundancia en el Golfo de Cádiz. El trabajo de investigación se realizó con tres metales: plomo (Pb), arsénico (As) y cobre (Cu). Los peces fueron objeto de una exposición de 24 y 96 horas a cada uno de esos elementos. El estudio permitió ver dónde se registraban las principales concentraciones de esos componentes en el organismo de estos animales. Las partes que se tomaron como referentes fueron el hígado, el músculo, las branquias y el cerebro. Aparte de éstas, para percibir su efecto a nivel genético, se incluyeron los glóbulos rojos.

El equipo de la Universidad de Huelva demostró que los lugares de mayor concentración fueron las branquias y el hígado. En ambos elementos se percibieron alteraciones patológicas que en el hígado se tradujeron incluso en necrosis. Los niveles son sensiblemente inferiores en el músculo (carne). Pese a esas repercusiones en la salud del animal, “el pez se defiende y no pone en peligro su vida”, apunta Torronteras.

Pero quizá el aspecto más importante era estudiar lo que pasa en la sangre para conocer el comportamiento de los metales pesados en la genética o ADN, es decir, si son genotóxicos. El estudio de la UHU ha demostrado que sí tienen esa genotoxicidad y alteran el ADN especialmente en el caso del arsénico. Queda demostrado que “cuanto más metal, más daño genético que se traduce en mayor rotura de cromosomas y la aparición de micronúcleos”.

El estudio propone alternativas a los niveles de toxicidad establecidos que por la agencia medioambiental de Estados Unidos, Environmental Protection Agency (EPA). Los datos del equipo onubense sostienen que se precisan mayores niveles, en los casos del plomo y el cobre, para que sean dañinos para el organismo que los establecidos por el ente norteamericano. No pasa lo mismo con el arsénico. Aquí, el estudio de la Universidad de Huelva sitúa un nivel inferior que el de la EPA para considerar la presencia de este metal pesado como dañina para un organismo.

Pero, ¿cómo se han conseguido todos estos datos? Los científicos lo han estudiado en la relación que se da entre los radicales libres y las enzimas que tienen poder antioxidante. Los radicales libres son un producto de la presencia de oxígeno en nuestro organismo, esencial por otra parte para la existencia. Ese proceso origina sin embargo, unos elementos altamente oxidantes o tóxicos que son los radicales libres, que “a cierto nivel son positivos para el organismo. Sin embargo, a medida que comienzan a actuar en las moléculas de las células son tóxicos y patológicos”. Para mantenerlos a raya, el organismo produce enzimas “que nos defienden del exceso de radicales”.

El problema surge con la presencia de los metales pesados que “contribuyen a que el organismo produzca más radicales”. Rafael Torrontera insiste en que “necesitamos cierto nivel de radicales ya que tienen capacidad bactericida y favorecen la actividad vascular”. Lo que se conoce como estrés oxidativo es precisamente la producción en exceso de esos radicales libres que “supera la capacidad antioxidante o de producción de enzimas”. Ese exceso es perjudicial para las células, el ADN y genera alteraciones en las moléculas, las proteínas y el genoma”. “Hay enzimas que necesitan de iones metálicos pero los metales pesados tienen la capacidad de sustituirlos y de provocar daños. Esa capacidad sustitutiva se percibe especialmente con el plomo, cobre, cadmio, arsénico y talio”.

Regresando a los estudios realizados con la lubina y la dorada, el escaso perjuicio infligido en el músculo por los metales pesados no evita un efecto beneficioso que se da en esta parte de los animales: que sirven como un estupendo biomarcador, es decir, que ofrecen información sobre el nivel enzimático del organismo y por lo tanto si es el adecuado o está afectado por la presencia de metales.

Los metales pesados y su presencia en el medio ambiente y su relación con los seres vivos marcan en buena parte, la agenda investigadora de este equipo de la Universidad de Huelva y producirá nuevos trabajos en el futuro.