Una revisión de varios estudios
constata que la polución atmosférica disminuye la calidad del
esperma e incrementa el riesgo de abortos
Barcelona 8 OCT 2016 -
La contaminación del aire amenaza la
perpetuación de la especie. O al menos, la dificulta en gran medida.
Más allá de las enfermedades respiratorias o de los tumores de pulmón, cuya vinculación con la mala calidad del aire es de sobra
conocida y admitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS),
un grupo de investigadores han constatado que la polución
atmosférica también afecta a la fertilidad, tanto femenina como
masculina. Médicos del hospital del Mar de Barcelona y de su centro
de investigación (IMIM) han hecho dos revisiones de la literatura
científica para estudiar el impacto de la exposición a
contaminantes sobre la tasa de infertilidad humana y han concluido
que la polución del aire reduce la fertilidad e incrementa el riesgo
de abortos.
El estudio, encargado por la Sociedad
Americana de Medicina Reproductiva y publicado en la revista
Fertility and Sterility, alerta de los efectos medioambientales sobre
la fertilidad. "En mujeres fértiles, la contaminación reduce
la tasa de fertilidad y aumenta el riesgo de aborto y, de la misma
manera, en mujeres que recurren a técnicas de fecundación in vitro,
el impacto de los contaminantes del aire reduce el número de
nacimientos y provoca más abortos", apunta el doctor Miguel
Ángel Checa, responsable del estudio y jefe de la sección de
reproducción humana del servicio de ginecología y obstetricia del
Hospital del Mar.
En la primera revisión, Checa y su
equipo estudiaron el impacto sobre la fertilidad masculina y femenina
a través del análisis de varios elementos contaminantes: las
partículas finas (PM, en sus siglas en inglés), el dióxido de
nitrógeno, el dióxido de sulfuro y el monóxido de carbono. Según
el facultativo, la investigación corrobora que las partículas finas
—están suspendidas en el aire en estado líquido y sólido y, al
inhalarse, pasan a los bronquios (pueden provocar cáncer) y al
torrente sanguíneo— generan que, en reproducción asistida, "haya
menos recién nacidos vivos y más abortos". Un estudio
poblacional de Barcelona encontró relación entre los niveles
elevados de PM y la reducción de tasas de embarazo, un resultado
similar al encontrado en sendas investigaciones en EE UU y la
República Checa.
El dióxido de nitrógeno, por su
parte, también "aumenta el riesgo de abortos en reproducción
espontánea y fecundación in vitro cuando las pacientes se exponen a
altas concentraciones de este gas". El dióxido de sulfuro y el
monóxido de carbono, todos procedentes de la combustión de
combustibles fósiles, también favorecen el aumento de la tasa de
abortos. "En síntesis se reduce el número de recién nacidos
vivos en fecundación in vitro, bajan las tasa de implantación
embrionaria y aumentan los abortos", concluye Checa.
El dióxido de sulfuro y el monóxido
de carbono
favorecen el aumento de la tasa de abortos
En la segunda revisión, la
investigación se centró en la calidad del esperma tras evaluar la
exposición a los mismos parámetros de contaminación. "Hemos
revisado 17 estudios en los que pacientes sometidos a estos niveles
de contaminación tienen afectaciones en los espermatozoides, en
cuanto al número, a movilidad y su deformidad", indica el
médico, que también dirige el grupo de investigación del IMIM. Si
la imagen icónica del espermatozoide se caracteriza por una larga
cola y una cabeza ovalada, los investigadores han encontrado que, al
exponer estas células a la contaminación atmosférica, acaban con
cabezas deformes menos fertilizantes, por ejemplo. Además, estudios
más específicos encontraron que el ADN de estos espermatozoides
está fragmentado. "Si se rompen las cadenas de ADN, cuando se
une al ovocito, estas cadenas de los dos no se empalman bien",
apostilla Checa.
La contaminación del aire afecta tanto
a la fertilidad masculina como femenina aunque, matiza el médico,
"globalmente, el factor corrector de la edad, influye porque, si
es joven, el óvulo es capaz de reparar a un espermatozoide".
En cualquier caso, esta constatación
del impacto de la contaminación sobre la fertilidad humana servirá
para los nuevos estudios que se están poniendo en marcha a nivel
europeo y, en concreto, en el IMIM. Los investigadores participan en
el proyecto europeo ESCAPE (European Study of Cohorts for Air
Pollution Effects), que quiere establecer los efectos a largo plazo
de la contaminación sobre la salud. El proyecto mide, casi calle a
calle, la polución que hay en varias ciudades europeas.
Barcelona,
por ejemplo, tiene los niveles más altos de dióxido de nitrógeno y
partículas finas. "Esto nos ayudará para las investigaciones
que tenemos en marcha, como la que mide qué ocurre en la ciudad de
Barcelona con mujeres sometidas a fecundación in vitro o la que
evalúa la calidad del semen de pacientes que estamos tratando",
apunta Checa.