martes, 27 de diciembre de 2016

Peligroso cóctel de tóxicos en los alimentos españoles (y los ecológicos no se libran)

Por Miguel Jara

Directo a tus hormonas: Guía de alimentos disruptores. Residuos de plaguicidas con capacidad de alterar el sistema endocrino en los alimentos españoles, es un informe que publicó Ecologistas en acción (EeA) que merece la pena conocer. Es algo así como el estado de la alimentación en España.

Los plaguicidas contaminantes hormonales presentes en los alimentos exponen a la población a un peligroso cóctel de tóxicos que diversos estudios científicos relacionan con daños en la salud humana.

El 28% de las productos analizados por EeA tienen residuos de plaguicidas. El porcentaje aumenta hasta el 45% en frutas y verduras.

Lo que han hecho en Ecologistas en Acción es analizar datos oficiales de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) para alertar del peligro que supone la exposición de la población española a plaguicidas a través de la alimentación.

Este trabajo se centra el análisis en un tipo de plaguicidas, los contaminantes hormonales (también conocidos como disruptores endocrinos o EDC), con capacidad de alterar el funcionamiento normal del sistema hormonal tanto de seres humanos como de animales.

La exposición de la población a estos tóxicos se relaciona con enfermedades y daños en la salud cuya incidencia ha crecido en las últimas décadas como pérdida de fertilidad, malformaciones congénitas, diabetes, obesidad, daños en el sistema inmune, autismo, síndrome de hiperactividad y diversos tipos de cáncer como el de mama, próstata, testículos o tiroides.

La guía elabora una lista de los diez alimentos más contaminados.

Las peras, con 16 plaguicidas EDC, ocupan el primer puesto (en total se han encontrado la asombrosa cifra de 49 plaguicidas diferentes en las peras).

Como si una Blancanieves tóxica nos invitara, les siguen las manzanas, en las que se han encontrado restos de trece plaguicidas EDC de un total de 32.
Los 16 contaminantes hormonales de las peras: captan, clorotalonil, clorpirifós, clorpirifós-metil, cipermetrina, deltametrin, fenoxicarb, iprodione, lambda-cialotrin, ditiocarbamatos, metiocarb, miclobutanil, penconazole, pirimetanil, tebuconazole, tiacloprid  

La lista envenenada continúa así: Melocotones nueve de 16; naranjas ocho de 18; espinacas ocho de 16; pepinos siete de 17; zanahorias siete de 15; tomates seis de 20; uvas de mesa seis de 20; y mandarinas seis de nueve.

La alimentación ecológica no se libra de la epidemia de intoxicación de los campos en nuestro país. A pesar del cuidado que ponen los productores ecológicos en la elaboración de sus productos, en ocasiones se producen contaminaciones accidentales.

Esta es, según explican quienes han realizado el trabajo de investigación, con toda probabilidad, la explicación de la presencia de residuos de plaguicidas en tres muestras de alimentos de producción ecológica, una muestra de cebollas y dos muestras de naranjas.

Los datos del informe de EeA incluyen resultados de análisis de residuos de plaguicidas en 2.384 muestras de productos animales, cereales, frutas, verduras y otros productos vegetales, productos procesados, alimentos infantiles y otros alimentos. Las muestras incluyen también alimentos importados presentes en el mercado español.

Hay que explicar que los alimentos infantiles analizados y el pescado no ofrecieron casos de contaminación por plaguicidas. El 96% de las carnes tampoco y fueron el grupo de muestras más amplio con 656 productos. Los alimentos procesados portaban tóxicos en un 83% de los casos y los cereales en un 65%.

Es importante señalar que los programas de control de contaminantes en alimentos no analizan todos los plaguicidas en uso y además, para reducir costes, sólo analizan un número limitado de plaguicidas en cada alimento.
Por ello es posible que algunos alimentos contengan aún más residuos de diferentes plaguicidas que los que muestran los datos.

Por ejemplo, mientras que el glifosato es el herbicida más usado en los campos españoles no se ha analizado si está presente en los alimentos…

Para los que tengáis curiosidad por saber cuales son los cuatro plaguicidas con los que más nos “alimentamos”: clorpirifos, cipermetrina, deltametrin y Ditiocarbamatos: maneb y mancoceb.

Esta situación debe servir de alerta a las autoridades sanitarias y ambientales, dados los graves daños sobre la salud relacionados con la exposición a bajas dosis de mezclas de plaguicidas.

Además, tal como señalan los científicos y las autoridades europeas, es posible que no existan límites de exposición segura a sustancias con propiedades de disrupción endocrina, por lo que cualquier nivel de exposición a estos plaguicidas puede suponer un riesgo.

Los datos muestran una amplia contaminación de frutas, verduras y otros productos vegetales, con insecticidas y fungicidas cuyo uso está autorizado. Sin embargo, los productos de origen animal están contaminados principalmente con sustancias prohibidas hoy en día, como DDT, endosulfán, o clordano.

Estos resultados reflejan cómo los plaguicidas persistentes y bioacumulativos pueden contaminar los alimentos incluso después de ser prohibidos, al seguir presentes en la cadena alimentaria por la contaminación del medio ambiente.

Es necesario pues prohibir el uso de sustancias activas con propiedades de alteración endocrina. También transformar el insostenible sistema agrario industrializado a un sistema agroecológico.