miércoles, 28 de junio de 2017

La contaminación se redujo en 2016, pero aún afecta a uno de cada tres españoles

La calidad del aire mejoró el año pasado debido, principalmente, a unas condiciones metereológicas más favorables y al menor uso del carbón en la producción eléctrica, según el informe anual de calidad del aire de Ecologistas en Acción.
Boina de contaminación sobre la ciudad de Madrid en una panorámica tomada a finales
de 2016.- AFP  
MADRID 27/06/2017 LUCÍA VILLA @Luchiva

La contaminación atmosférica se redujo de forma significativa el año pasado en España, aunque el dato positivo está muy lejos del optimismo. Primero, porque a pesar de la reducción todavía más de un tercio de la población siguió respirando niveles de aire sucio por encima de los límites legales; y segundo, porque la mejora de la calidad del aire en 2016 obedece principalmente a causas coyunturales (sobre todo una condiciones meteorológicas favorables) y no a medidas estructurales concretas.

Son las conclusiones principales del informe anual sobre contaminación en España que cada año publica Ecologistas en Acción basado en los datos aportados por comunidades autónomas y ayuntamientos recogidos a lo largo del año en 700 estaciones oficiales de medición instaladas en 136 zonas de todo el territorio.

La tendencia de la contaminación atmosférica había sido decreciente desde que en 2008 estallara la crisis económica, pero en 2015 los niveles volvieron a dispararse. En 2016, en cambio, se ha vuelto a datos más parecidos a los anteriores.

En concreto, el año pasado 16,9 millones de personas en España respiraron aire contaminado por encima de los niveles máximos estipulados en la legislación. Son 1,6 millones de afectados menos que en 2015, pero 1,4 millones de afectados más que en 2014. También la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación se redujo en 70.000 Km2 menos que un año antes.

En cualquier caso, los ecologistas recuerdan que estas cifras sólo recogen los afectados por la legislación, con unos límites mucho más laxos que las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. De hecho, teniendo en cuenta lo estipulado por este organismo, las cifras de afectados en España se disparan hasta los 43,7 millones de personas (el 94% de la población) y el 90% del territorio.

Ecologistas advierte, no obstante, de que las causas del descenso en la contaminación son esencialmente coyunturales, debido a unas condiciones meteorológicas favorables durante todo el año pasado, con más lluvias y una menor estabilidad atmosférica. También, aunque en menor medida, ha influido una reducción de la quema de carbón para la producción de electricidad.

"Aunque los datos son mejores que los de 2015, hay una serie de amenazas en el horizonte que nos avisan de que la situación podría empeorar a largo plazo: una es el aumento del tráfico rodado que ha vuelto a niveles de 2011; y la otra un aumento del consumo eléctrico", ha dicho Miguel Ángel Ceballos, coordinador del informe. A estos factores el estudio añade, además, el fraude en los sistemas de certificación de emisiones de los automóviles y el abandono de las energías renovables.

"No estamos hablando de una mejoría estructural, sino de una mejoría coyuntural. No hay medidas políticas. No está habiendo unas políticas de lucha decidida contra la contaminación y el cambio climático", ha añadido.

Todos los contaminantes se reducen

Cuando se habla de contaminación se tienen en cuenta las mediciones en cuatro contaminantes diferentes: las partículas en suspensión PM10 y PM2,5 (las más perjudiciales para la salud y las que, según la comunidad científica, están más relacionadas con las muertes prematuras, cáncer de pulmón, afecciones respiratorias, cardiovasculares e ingresos hospitalarios); el dióxido de nitrógeno NO2 (producido por los tubos de escape de los coches y principal causante de las boinas de contaminación en las ciudades); el dióxido de azufre SO2 (asociado a la quema de carbón) y el ozono troposférico O3 (una sustancia que se forma en la atmósfera por la reacción química de otros contaminantes y la luz del sol y que es el más extendido).

En el año 2016 todos los contaminantes se redujeron. No obstante, Ecologistas en Acción alerta sobre la cada vez mayor repercusión del ozono troposférico, el que presentó una mayor extensión debido al aumento de las temperaturas medias y a situaciones meteorológicas extremas como las olas de calor.
Bilbao vuelve a la lista de ciudades incumplidoras tras 2010

Por territorios, el límite máximo legal en dióxido de nitrógeno se superó en la ciudad de Madrid y el corredor del Henares, y en las áreas metropolitanas de Barcelona, Granada, Valencia y Bilbao, que entra en la lista de incumplidoras por primera vez desde 2010. El ozono troposférico, por su parte, superó el objetivo establecido por la normativa vigente en la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, el interior de Catalunya, País Valenciano, Región de Murcia y el oeste de las Islas Baleares, además de algunas zonas de Andalucía y Extremadura. En los demás contaminantes no hubo superaciones legales, aunque sí de las recomendaciones de la OMS.
La contaminación causa 24.000 muertes prematuras en España

Ecologistas denuncia que pese a estos niveles las administraciones no es "adecuada ni ajustada a la gravedad del problema". A pesar de que los Planes de Mejora de Calidad del Aire y los Planes de Acción a corto plazo son obligatorios, muchas ciudades y municipios no cuentan con ellos. El año pasado, además, expiró el Plan Aire del Gobierno sin que se haya sustituido por otro.

Según las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente, la contaminación produce en España más de 24.000 muertes prematuras al año, unas 15 veces más de las que se producen por accidentes de tráfico. Además, y según otro informe publicado el año pasado por el Banco Mundial, el coste sanitario derivado de una mala calidad del aire en nuestro país asciende a los 50.000 millones de dólares al año, un 3,5% del PIB.

El problema de la contaminación del agua

Publicado por Tomàs Bigordà el 27 de Junio de 2017
En el siguiente articulo vamos hablar sobre la contaminación de los ríos, mares y acuíferos. Para ello, trataremos de explicar cómo se produce la contaminación del agua, como se lucha contra ella y el impacto que tiene para la vida.

No hay duda que la contaminación hidria es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan muchas poblaciones actualmente. Aunque en los últimos años, hay muchos países que intentan luchar contra esta problemática.

Como se contamina el agua?

Como todo el mundo sabe, el agua es fundamental para la vida, por lo que su contaminación es algo muy perjudicial para el desarrollo económico y social de las zonas donde sus recursos hídricos están en mal estado.

Muchas veces no somos conscientes de que contaminar el agua no es solo algo que provocan las grandes factorías, y otras fabricas que operan en zonas cercanas a los ríos o al mar. Nosotros también tenemos parte de responsabilidad ya que el mar y el agua es un bien para todos.
De esta forma, no se tendría que tirar ningún objeto al agua, y menos aún restos o cosas que pueden llegar al mar desde el inodoro de nuestra casa.
El inicio de la contaminación del agua

La contaminación del agua causada por las actividades humanas, empieza a producirse en la revolución industrial, por desgracia esto ha ido a más, hasta transformarse en un problema habitual y generalizado.

Durante la revolución industrial (entre la segunda mitad del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX), el aumento de los bienes de consumo y sus procesos de producción requerían una gran cantidad de agua para la transformación de las materias primas. A su vez, los residuos de dichos procesos eran vertidos en los cauces naturales de agua sin ningún tipo de control. Aquí empezó a extenderse la problemática de la contaminación del agua.
¿De donde viene la contaminación del agua?

Normalmente, la contaminación del agua se produce a través de vertidos directos o indirectos en los recursos hídricos (ríos, mares, lagos, etc) de diversas sustancias contaminantes. La naturaleza tiene la capacidad de limpiarse si recibe una pequeña cantidad de contaminantes, y de esta forma, retomar el equilibrio. El problema comienza cuando los contaminantes superan la capacidad de absorción del sistema.
Principales formas de contaminación del agua:

Una de ellas tiene que ver con su ciclo natural, durante el que puede entrar en contacto con ciertos constituyentes contaminantes (como sustancias minerales y orgánicas disueltas o en suspensión) que existen en la corteza terrestre, la atmósfera y en las aguas.

Pero otro tipo de contaminación del agua -que tiende a ser la más importante y perjudicial- es aquella que tiene especial relación con la acción del ser humano. Aquí tenemos un montón de posibilidades. Entre las más habituales podemos mencionar:
  • Vertido de sustancias tóxicas residuales de los procesos industriales y urbanos, que son arrojados a ríos, mares y lagos.
  • La contaminación producida por el uso intensivo de pesticidas y fertilizantes en la agricultura intensiva, que se filtran hacia acuíferos subterráneos.
  • La basura arrojada en las costas, por desgracia esta basura tarda cientos o miles de años en degradarse.
  • Uso de combustibles contaminantes en embarcaciones, que van a parar al mar como resultado de la limpieza de las embarcaciones, o bien como consecuencia de accidentes, como el Prestige.
Contaminación de recursos hídricos

El mar no es el único que recibe contaminación, de hecho tenemos una gran problemática por la contaminación de ríos y lagos.

Por desgracia, son muchos los agentes que pueden contaminar ríos y lagos. Los más importantes serían:
  • Aguas residuales y otros residuos que demandan oxígeno (que suelen ser materia orgánica, cuya descomposición produce la desoxigenación del agua).
  • Agentes infecciosos que acaban causando trastornos gastrointestinales e incluso terribles enfermedades a quiénes beben de ese agua (colera, …).
  • Nutrientes vegetales que pretenden estimular al crecimiento de las plantas acuáticas, que acaban descomponiéndose, agotan el oxígeno disuelto y provocan olores más que desagradables.
  • Productos químicos, como los pesticidas, diversos productos industriales, las sustancias químicas contenidas en los detergentes, jabones y los productos de la descomposición de otros compuestos orgánicos.
  • Minerales inorgánicos y compuestos químicos.
Consecuencias de la contaminación del agua

Como sabemos, esa contaminación del agua puede llevar a la contaminación de los ríos, a la contaminación de los mares, o incluso a la de lagos, embalses, presas… A fin de cuentas, todo aquello que contenga agua.

Para empezar esta contaminación afecta a la fauna y a los seres vivos que pueden vivir en la misma. De esta forma, los contaminantes se introducen en la cadena alimenticia, y van invadiendo la misma hasta llegar a los eslabones superiores, es decir, nosotros. Al alimentarnos de los seres vivos que viven en el agua contaminada, como por ejemplo el pescado y el marisco, ingerimos y acumulamos las toxinas que ellos consumieron, lo que tiene consecuencias fatales a largo plazo, como la aparición de enfermedades como alergias, o incluso cáncer.
Además se acumulan más nutrientes cuanto más arriba estamos en la cadena alimenticia, es decir, nosotros acumulamos muchas más toxinas durante nuestra vida que el resto de organismos. De hecho, estudios recientes muestran que los españoles tenemos en la sangre diez veces más mercurio que los alemanes, debido al mayor consumo de pescado en España.

Además, se debe tener en cuenta que el agua contaminada puede ser portadora de una gran variedad de enfermedades como la fiebre tifoidea, el cólera, la gastroenteritis… y causar la mortalidad de la población, sobretodo infantil. El agua limpia y sana impulsan el desarrollo humano y su prosperidad.
¿Cómo contribuir a reducir la contaminación del agua?

Normalmente, es nuestro consumo desmesurado al gran culpable de la contaminación del agua, ya que la producción de todo tipo de bienes implica un gran consumo de agua, y la contaminación de la misma. Por ejemplo, para fabricar la ropa se utilizan cientos de colorantes y sustancias altamente contaminantes, igual que para el calzado.

Gran parte de la contaminación se debe a la agricultura intensiva, que requiere de pesticidas, cuya fabricación consume gran cantidad de agua y conlleva vertidos de sustancias contaminantes a los cauces. Además, el uso de estos pesticidas y fertilizantes contamina el suelo y los acuíferos. Podemos contribuir a reducir la contaminación consumiendo productos ecológicos, así disminuyendo los productos generados por la agricultura intensiva.
Otra actividad que consume y contamina el agua es el blanqueado del papel, consumir papel reciclado contribuye a una menor contaminación del agua.

Muchas veces algunos deshechos, como las bolsas de plástico, terminan en el agua. Estas van al mar y permanecen allí largo tiempo hasta su descomposición tal. Esto se puede evitar reduciendo el uso de las bolsas de plástico y depositando aquellas que ya no sirven en el contenedor amarillo para su posterior tratado y reciclaje.
Contaminación del Océano

Aunque no lo parezca, es muy importante que seamos conscientes del peligro de la contaminación del océano y que gracias a estos se mantiene la vida marina de muchas especies, además que nos da la posibilidad de tener oxígeno, ese mismo oxígeno que tu respiras.

El vertido intencional de residuos, los derrames de petróleo, y la alta variedad de productos químicos agresivos que se vierten sobre el océano provocan que su contaminación no solo afecte a las plantas y especies marinas que viven en ellos sino también a toda la población mundial.

Vertidos de petróleo

Actualmente el brent es la mayor amenaza al respecto de la contaminación de los océanos, ya que ha crecido muchísimo la producción y transporte de petroleo para poder atender a las necesidades de la economía actual.
Por culpa de los vertidos de petróleo sobre el océano, mueren la mayoría de los animales que los habitan
Pensemos además en todo lo que genera el petróleo, y que se suele utilizar para fabricar plásticos y muchos otros productos, por desgracia todo ello parece que acaba en el fondo del océano.
Efectos Negativos del petróleo del Océano

Se dice que más del 80% de la contaminación que se produce en los océanos es culpa nuestra, y básicamente es por el uso indebido que estamos haciendo del petróleo.

Además por mucho esfuerzo en la limpieza para acabar con los restos de petróleo que se encuentra en el fondo del océano, se ha demostrado, que los daños al agua y a la vida marina continúa durante al menos 10 años. Teniendo en cuenta el hecho de que existen varios derrames de petróleo cada año, la cifra de tales efectos es devastadora.
Prevención y control de la contaminación marina con Petróleo

Cuando se localiza un punto de contaminación marina por culpa del petróleo se llevan a cabo una serie de estudios de la zona para decidir el protocolo a seguir, con el fin de poder limpiar-lo completamente. Si la mancha es pequeña puede optarse por esperar a que se diluya de manera natural, aunque lo más normal es prevenir antes de correr.
Por ello habitualmente este tipo de prevención marina se hace desde barcos cuyas políticas de actuación es la siguiente:
  • Desarrollo de normas técnicas de aplicación a buques tanque
  • Inspecciones técnicas a buques tanque
  • Control del tráfico marítimo
  • Formación
  • Medios de respuesta que previenen accidentes (torres de control, remolcadores, etc.)
Datos sobre la contaminación del agua

Muchas veces, no nos damos cuenta de esta problemática hasta que no nos ofrecen los datos sobre el tema. Quizá sabiendo estas cifras sobre la contaminación del agua, también te des cuenta de cómo se malgasta el agua en los países del primer mundo.
Por desgracia, el agua contaminada es una de las principales causas de mortalidad infantil del mundo. El agua contaminada es la causante de gran cantidad de muertes infantiles, sobre todo en África y Asia, principalmente a causa de infecciones y diarreas.
Más de 5 millones de personas mueren cada año por beber agua contaminada.

El 90% del agua que consume la población mundial procede del agua subterránea.

Un litro de aceite para coches y cuatro litros de pintura penetran en la tierra contaminando un millón de litros de agua potable.

Cuatro litros de gasolina que se derraman en la tierra contaminan tres millones de litros de agua.

2000 millones de personas en el planeta no tienen acceso al agua potable y con la progresiva contaminación del agua cada vez será más difícil conseguirla.
Desgraciadamente las enfermedades provocadas por el agua contaminada han matado a lo largo de la historia a más personas que cualquier guerra. Hoy en dia, casi 5 millones de personas mueren al año en el mundo por culpa del agua contaminada, la inmensa mayoría, en países subdesarrollados.
Aunque, los países del primer mundo tampoco se libran de la contaminación del agua. Por ejemplo, en Estados Unidos casi la mitad de lagos del país se encuentran contaminados como para albergar peces o para que consumo humano
Los países industrializados son también responsables de la mayor parte de vertidos contaminantes al agua. Se calcula que 3 cuartas partes de vertidos industriales se arrojan al mar sin ningún tipo de tratamiento, es decir, contribuyen enormemente a la contaminación del agua.
Las cifras aumentan todavía más si hablamos de los países en vías de desarrollo. Ellos no tienen tanta industria como los países desarrollados, pero los sistemas para el tratamiento de residuos son más precarios, por lo que los vertidos que se arrojan al mar sin ningún tipo de tratamiento ascienden al 90%.

Las aguas subterráneas

Aunque las llamadas aguas superficiales, como los ya mencionados ríos, lagos, mares y océanos, las que reciben un mayor mimo y atención para parar la contaminación del agua, las aguas subterráneas no merecen caer en el olvido. De hecho, los acuíferos son una de las principales fuentes de agua tanto para el riego como para el consumo humano que existen.

El suministro de agua dulce proporcionado por ríos y lagos no sería suficiente para cubrir las necesidades actuales de consumo de agua.

Esto significa, que es importante proteger las aguas subterráneas del problema de la contaminación. Si bien no son tan sensibles a este problema como lo son las aguas superficiales, ya que su ubicación en el interior de la tierra actúa como protección en este sentido. Aunque, sí hay que tener en cuenta que, una vez contaminadas, su ubicación las hace muy difícil de limpiar, extendiendo los perjuicios de la contaminación por una enorme cantidad de territorios distintos durante años.
La forma más habitual por la que un acuífero de agua subterránea se contamina son las filtraciones que producen las aguas residuales, productos tóxicos, vertidos tóxicos, depósitos de residuos radioactivos, fugas de gasolina u otros elementos dañinos similares que acaban tirados o vertidos directamente sobre la tierra.
Estos productos, además del grave daño que producen en el lugar donde entran en contacto con el suelo, se filtran a través de ella, contaminando poco a poco los acuíferos que pasan por esas zonas. Asimismo, la acumulación de productos de índole contaminante en el subsuelo, como pozos de aguas sépticas o almacenes de residuos químicos, también tienen como resultado estas filtraciones invisibles que acaban contaminando las fuentes de agua de las que se nutren cosechas, animales y seres humanos a partes iguales.

Por otra parte, los acuíferos subterráneos también son contaminados constantemente por los pesticidas y fertilizantes que se utilizan en las cosechas que ellos mismos alimentan. Como ocurre en los casos anteriores, los elementos químicos que llevan estos productos se filtran a la tierra, acabando en las corrientes de agua subterráneas.



Por último, la última de las causas más comunes que provocan la contaminación de los acuíferos es su sobreexplotación. Las aguas subterráneas son enormemente utilizadas para fines agrícolas, ganaderos o por parte de todo tipo de fabricantes, por lo que estos recursos también se están acabando. Los acuíferos que se van secando pueden dejar paso a aguas saladas o contaminadas procedentes de otros lugares, las cuales harán el mismo recorrido pero sin los efectos beneficiosos que las aguas subterráneas dejaban a su paso.

Esta contaminación constante, silenciosa y prácticamente invisible es horriblemente destructiva, pues con ella se perjudica enormemente tanto a los territorios como a los seres vivos que encuentra a lo largo de su recorrido. La naturaleza de este tipo de aguas, como ya hemos dicho, hace que sea casi imposible limpiar una vez contaminada, además las técnicas que se han probado en los últimos años no han dado demasiado resultado. Por lo tanto, prácticamente la única forma existente de contar con acuíferos limpios es la prevención pues, una vez contaminadas, estas aguas subterráneas extenderán su mal por todos los lugares por los que pasen sin que apenas podamos hacer nada por evitarlo.


Contaminación del Agua

Según los datos el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, 1.100 millones de personas no tienen acceso a agua potable y algunos países están en el límite de la explotación de sus recursos hídricos.
Datos de la ONU y OMS

Algunos datos de autoridades globales como la ONU o la OMS son:
  • 2.600 millones de personas no tienen sistemas de saneamiento.
  • La diarrea que causa el agua contaminada es la segunda causa de muerte infantil, es decir, 5.000 niños fallecidos al día en todo el mundo, o 2 millones al año.
Podemos afirmar, que esta diarrea que causa tantas muertes infantiles se evitaría con que se lavasen las manos con agua y jabón, se reducirían muchas enfermedades si se abasteciera mejor el agua, la higiene y servicios de saneamiento.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), certifica que tras el cambio climático la salud ha empeorado, el 25% de la mortalidad global está unida a la falta de acceso al agua potable, la contaminación atmosférica y el mal saneamiento.

domingo, 25 de junio de 2017

La AMS analiza la contaminación del suelo

elmercuriodigital.- junio 23, 2017

La reunión anual de Alianza Mundial por el Suelo (AMS) se centra en los “suelos negros” y en el intercambio de información

Abordar el desafío de la contaminación de los suelos, debida esencialmente a la actividad humana que deja un exceso de productos químicos en los suelos utilizados para producir alimentos, ha centrado la 5ª Asamblea Plenaria de la Alianza mundial por el Suelo (AMS), celebrada esta semana en la sede de la FAO.

El exceso de nitrógeno y metales pesados como arsénico, cadmio, plomo y mercurio pueden perjudicar el metabolismo de las plantas y reducir la productividad de los cultivos, llegando a poner en peligro las tierras cultivables. Cuando entran en la cadena alimentaria, estos contaminantes representan también riesgos para la seguridad alimentaria, los recursos hídricos, los medios de vida rurales y la salud humana.

“La contaminación de los suelos es un problema emergente, pero, debido a que se presenta en tantas formas diferentes, la única manera en que podemos reducir las lagunas de conocimiento y promover una gestión sostenible del suelo es intensificar la colaboración mundial y conseguir evidencias científicas fiables”, apuntó Ronald Vargas, experto en suelos de la FAO y Secretario de la AMS.

“Combatir la contaminación de los suelos y buscar su manejo sostenible es esencial para abordar el cambio climático”, señaló a su vez Rattan Lal, Presidente de la Unión Internacional de Ciencias del Suelo, en su discurso de apertura de la Asamblea Plenaria. Solucionar los problemas causados por los seres humanos a través de prácticas sostenibles significa que “se producirán más cambios de aquí a 2050 que durante los doce milenios transcurridos desde el inicio de la agricultura”, según Lal.

“La Asamblea Plenaria de la AMS es una plataforma única, neutral y con participación múltiple para debatir cuestiones globales sobre el suelo, aprender de las buenas prácticas y decidir actuaciones que garanticen suelos sanos que provean de forma efectiva servicios ecosistémicos y alimentos para todos”, aseguró María Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO para Clima y Recursos Naturales, añadiendo que “la acción a nivel de país es la nueva frontera”.

La Asamblea Plenaria aprobó tres nuevas iniciativas destinadas a facilitar el intercambio de información: el Sistema Mundial de Información sobre el Suelo; la Red Global de Laboratorios de Suelos –con el objetivo de coordinar y normalizar las mediciones entre países; y la Red Internacional de Suelos Negros, para fomentar el conocimiento sobre los suelos agrícolas más fértiles del mundo, conocidos por su alto contenido de carbono.

Mayor vigilancia sobre la contaminación del suelo

Alrededor de un tercio de los suelos del mundo están degradados, debido principalmente a prácticas insostenibles de gestión. Cada año se pierden decenas de miles de millones de toneladas de suelo, y de las causas es su contaminación, que en algunos países afecta hasta una quinta parte de todas las tierras agrícolas.

El término contaminación del suelo se refiere a la presencia en los suelos de sustancias químicas que están fuera de lugar o en concentraciones superiores a las normales. Esta contaminación puede proceder de la minería y la actividad industrial o de una gestión inadecuada del alcantarillado y los residuos. En algunos casos, los contaminantes se dispersan en zonas extensas transportados por el viento y la lluvia. Los insumos agrícolas -como fertilizantes, herbicidas y plaguicidas-, e incluso los antibióticos contenidos en el estiércol animal, son también importantes contaminantes potenciales y plantean retos particulares debido a sus composiciones químicas, que cambian con rapidez.

La contaminación del suelo es una amenaza insidiosa, porque resulta más difícil de observar que otros procesos de degradación del suelo, como la erosión. Los peligros que plantea dependen de cómo las propiedades del suelo afecten el comportamiento de los productos químicos y la velocidad con que éstos entren en los ecosistemas.

La diversidad de contaminantes y tipos de suelos, y las formas en que interactúan, hacen que los análisis para determinar las amenazas a los suelos sean complejos y costosos. Los miembros de la AMS acordaron convocar un simposio mundial sobre contaminación y polución de los suelos, a celebrarse en abril de 2018, y apoyaron la creación de redes mundiales para compartir información y armonizar las normas para abordar el problema.

Suelos negros

Aunque comúnmente se les denomina así en las clasificaciones nacionales, los “suelos negros” no resultan para nada uniformes. La nueva Red Internacional de Suelos Negros los define como teniendo al menos 25 centímetros de humus y un contenido de carbono orgánico del suelo superior al 2 por ciento A esta definición se adaptan cerca de 916 millones de hectáreas, equivalentes al 7 por ciento de la superficie terrestre del mundo libre de hielo.

Alrededor de una cuarta parte de los suelos negros son del tipo clásico “chernozem”, con una capa de humus de más de 1 metro: se encuentran en las regiones agrícolas muy productivas de las estepas de Europa oriental y Asia central y en las antiguas praderas de América del Norte. La Red Internacional de Suelos Negros promoverá su conservación y productividad a largo plazo, elaborando informes analíticos y ejerciendo de plataforma para el intercambio de conocimientos y la cooperación técnica.

sábado, 24 de junio de 2017

Innovador algodón que podría solucionar los derrames de petróleo

La historia del descubrimiento de este algodón, que puede emplearse contra los derrames de petróleo, comenzó con un error en una empresa química. Y aparentemente podría ser la solución a los enormes problemas a la hora de recoger el crudo vertido y recuperar la salud medioambiental del sitio del desastre, lo más rápidamente posible.

ENVIADO POR: ECOTICIAS.COM / RED / AGENCIAS 22/06/2017

Gran poder de absorción, hidrófugo y no contaminante 

La idea del experimento que se estaba llevando a cabo era incluir ligeros cambios en la producción de una cera. Pero algo falló. “Probablemente alguien fijó una temperatura y una presión equivocadas” explicó el químico Ernst Krendlinger. 

Como resultado obtuvieron diez toneladas una sustancia fibrosa extraña, que les recordaba a los técnicos a lana de algodón. “Deshacernos de esa enorme cantidad de material habría causado enormes costos”, dice Krendlinger.

Así que el químico y su equipo comenzaron a experimentar con este extraño material compuesto químicamente por hidrocarburos de cadena larga (alifáticos); dada su estructura química intentaron crear velas, asfalto modificado para carreteras y hasta pinturas para plásticos. 

Pero entonces hicieron un descubrimiento: el material era capaz de absorber con gran eficacia cantidades importantes de sustancias como aceite, diésel y otros productos químicos, mientras que al mismo tiempo rechazaba el agua.

“Por lo que yo sé, estas características son únicas en el mundo” comentó el químico a la prensa. “Era como haber inventado un Algodón mágico”. Finalmente, al aglutinante hidrófobo recién descubierto, los empleados de la empresa le dieron el nombre oficial de Deurex Pure. 

Según la compañía Deurex el producto es capaz de absorber 6,55 veces su propio peso de aceites contaminantes. El instituto de pruebas independiente DEKRA certificó que el material tiene un componente de unión extremadamente alto: 100 kg de Deurex Pure pueden absorber más de 600 litros de aceite.

También tiene ventajas medioambientales. Es reciclable, respetuoso del Medio Ambiente, insoluble en agua, resistente a la intemperie y siempre flota, incluso si está saturado. Este producto le hizo ganar a Deurex, el Premio al Inventor Europeo 2017, de la Oficina Europea de Patentes.

Usos del Deurex Pure

Deurex actualmente produce 1.000 toneladas de este producto por año, que se emplean en una gran variedad de sectores. Los departamentos de bomberos y los servicios de asistencia técnica en Alemania utilizan tapones para los oídos de Deurex Pure.

Los activistas ambientales como el Grupo Uno de la Tierra - Un océano (OEOO) emplean esta invención. Esta organización sin ánimo de lucro, que se ha fijado el objetivo de eliminar productos químicos, plásticos y aceites de los océanos y ríos del mundo, han usado este producto exitosamente, en un derrame de petróleo reciente, ocurrido en Nigeria.

martes, 20 de junio de 2017

Un informe revela que marcas de ropa como H&M y Zara compran viscosa a fábricas contaminantes


· Algunas de las marcas de ropa más grandes del mundo, como la sueca H&M y la española Inditex, se abastecen de viscosa proveniente de fábricas asiáticas que están causando grandes estragos sociales y medioambientales.

· Según revela 'Moda sucia: la contaminación en la cadena de suministros del textil está intoxicando a la viscosa’, un informe en el que ha participado Ecologistas en Acción, las fábricas de viscosa están vertiendo aguas residuales tóxicas en los cursos de agua locales, destrozando la vida marina y exponiendo a trabajadoras, trabajadores y población en general a sustancias químicas perjudiciales para la salud.
Ecologistas en Acción ha participado en la versión española del informe 'Moda sucia: la contaminación en la cadena de suministros del textil está intoxicando a la viscosa' realizado por la organización europea Changing Markets Foundation y en el que ha colaborado Ecologistas en Acción. En dicho informe se denuncia el impacto mortal que suponen los desechos de productos químicos peligrosos y los gases tóxicos de las fábricas asiáticas.

Además, Changing Markets Foundation ha recogido pruebas en algunas zonas de Indonesia, China e India que demuestran la contaminación en la producción de viscosa, sustancia muy utilizada en la cadena de suministros textiles.

El estudio también hace hincapié en las relaciones existentes entre las fábricas contaminantes y las mayores cadenas de ropa europeas y norteamericanas como H&M, Zara/Inditex, ASOS, Levi's, Tesco, United Colors of Benetton, Burton, Marks & Spencer, Asda, Dockers, Haggar, Next, Debenhams, Matalan y Van Heusen.

H&M, por ejemplo, compra directamente a siete de las fábricas contaminantes investigadas en el informe e Inditex a cuatro. Aunque varias de estas marcas se han comprometido a utilizar pulpa de madera ecológica para producir la viscosa, los procesos de fabricación que se utilizan siguen ignorándose en buena medida y apenas se tienen en cuenta a la hora de elegir a las empresas que abastecen el producto.

Mientras tanto, el mercado de la viscosa aumenta: se estima un crecimiento que pasará de los 13.450 millones de dólares en 2016 a 16.780 millones de dólares al año para 2021. También está tremendamente concentrado y solo 11 empresas controlan el 75% de la producción mundial.

Natasha Hurley, responsable de campaña de Changing Markets, declara que “este informe muestra que algunas de las mayores marcas de moda están haciendo la vista gorda a las prácticas dudosas de sus abastecedores. En un momento en el que la contaminación del agua se ve cada vez más como un riesgo empresarial, los minoristas deberían priorizar en sus planes de negocio un cambio hacia modelos de producción más sostenibles".
Además de las investigaciones sobre el terreno, el informe cuenta con las respuestas de las marcas de ropa a una serie de cuestionarios realizados por Changing Markets y Ethical Consumer. Rob Harrison, director de Ethical Consumer, lamenta que “dos tercios de las empresas contactadas en relación con sus suministros de viscosa no hayan respondido a las encuestas, ni siquiera las grandes del mercado de la moda como Topshop, Asda y Sainsbury's".

Harrison añade: "Las marcas con grandes márgenes de beneficios tienen que hacerse responsables de la salud de sus trabajadoras y trabajadores, y para demostrarlo es necesario que den los nombres de sus suministradores. Sin esto, es muy probable, o al menos esa parece ser la tendencia en Europa, que sus clientes terminen por buscar marcas que se ajusten mejor a sus valores".

Desde Ecologistas en Acción se pide a los actores implicados las siguientes medidas:

– La producción de viscosa debe adoptar sistemas de ciclo cerrado y dejar de verter productos químicos tóxicos en los alrededores de las fábricas.

– Las marcas de moda deben imponer políticas de contaminación cero en todos los eslabones de la cadena de suministros (incluidos los suministradores de materias primas) y realizar auditorías regulares para asegurar su cumplimiento.

– Los actores políticos deben exigir transparencia en toda la cadena de suministros, así como introducir criterios ambientales en las regulaciones para el sector o reforzar las ya existentes.

- Las consumidoras y consumidores deben de tener la posibilidad de comprar prendas que demuestren claramente que en su elaboración no se ha utilizado viscosa contaminante.

Informe "Moda Sucia"  

Venenos silenciosos

Belleza tóxica desde el aire. Las imágenes que ilustran este reportaje pertenecen a los proyectos Side Effects y Toxic Beauty, del polaco Kacper Kowalski, sobre la compleja relación del ser humano con la naturaleza. Se trata de fotografías tomadas desde el aire en vuelos en parapente a unos 150 metros de altura en distintas regiones de Polonia. En esta foto, una planta de producción de sal. / KACPER KOWALSKI  

José Luis Barbería 10 de Junio de 2017


Cáncer, infertilidad, diabetes, superbacterias resistentes a los antibióticos… Son las nuevas plagas de la contaminación global, vinculadas a la exposición creciente a compuestos químicos relacionados con nuestro estilo de vida.

LA LECHUGA que usted se sirve a la mesa puede muy bien haber sido regada con amoxicilina o ibuprofeno, sobre todo si el suministrador irriga su huerta con aguas residuales; el pescado que consume puede contener metales pesados, particularmente si se trata de un pez grande, depredador; y el filete de carne quizá proceda de un animal tratado con fármacos o alimentado con piensos basura.

El químico estadounidense Thomas Midgley, inventor de los compuestos clorofluorocarbonos (CFC), falleció en 1944 con la satisfacción de haber hecho un gran servicio a la humanidad. Los CFC, utilizados como refrigeradores en el aire acondicionado de los vehículos, la industria y las neveras domésticas, estaban desempeñando un papel importante en la conservación de los alimentos y, por lo tanto, en la lucha contra el hambre en el mundo. Años después, se evidenció que los CFC eran los principales causantes de la destrucción de la capa de ozono.

El suizo Paul Hermann Müller, premio Nobel de Medicina en 1948 por su descubrimiento del compuesto organoclorado DDT (difenil tricloroetano), tuvo peor suerte. Murió en 1965, tres años después de que el libro La primavera silenciosa, de la bióloga marina Rachel Carson, pusiera de manifiesto que su popular insecticida, tan eficaz en la lucha contra la malaria y la fiebre amarilla, había contaminado hasta al último habitante y rincón del planeta, además de extinguir a especies de fauna y flora. Pese a que fue prohibido en los años setenta, la humanidad y los animales al completo seguimos todavía portando cantidades residuales de ese compuesto. El DDT está hoy presente en las placentas, los cordones umbilicales y la leche con que las madres actuales amamantan a los bebés. Además de DDT, nuestros niños presentan muchas otras sustancias de síntesis en orina y sangre. 

Una acería. KACPER KOWALSKI  
“¿Es posible hacer un uso sostenible de los productos químicos que mejoran nuestra calidad de vida y, al mismo tiempo, disfrutar de un planeta no contaminado? ¿Podemos seguir vertiendo al medio ambiente todo aquello que nos sobra como si el planeta fuera un sumidero sin fin?”, se pregunta Félix Hernández, catedrático de Química Analítica de la Universidad Jaume I de Castellón. Son interrogantes que llevan tiempo revoloteando sobre la comunidad científica, pero es ahora cuando adquieren un tono de alarma. Las nuevas técnicas de análisis, capaces de detectar concentraciones de sustancias químicas que antes pasaban inadvertidas, han puesto al descubierto un universo contaminante nuevo, inherente a nuestro estilo de vida, que surge del uso intensivo de fármacos y drogas, de detergentes, productos de limpieza, higiene y cosmética, así como de aditivos de gasolina, del consumo de alimentos enlatados y envasados y de los innumerables compuestos plásticos sintetizados por la industria química. Es una toxicidad, por lo general, de poca intensidad, pero silenciosa, múltiple, permanente y global, que se propaga por el aire, los alimentos, la ropa o el agua.

El planeta viene a ser un circuito cerrado de tráfico acumulativo de sustancias sintéticas no biodegradables que transitan por las cadenas alimentarias. A falta de un consenso científico sobre las dosis de concentración peligrosas para la salud humana y el medio ambiente, estos contaminantes, denominados emergentes, continúan contando con el visto bueno administrativo, aunque cada vez están más sujetos a investigación. Los científicos punteros en el fenómeno advierten que nuestra exposición creciente y masiva a estos compuestos está contribuyendo de manera significativa al aumento de los cánceres, la caída de la fertilidad y el incremento de la diabetes, además de a la aparición de superbacterias resistentes a los antibióticos.
PESE A SU PROHIBICIÓN EN LOS AÑOS SETENTA, EL DDT SIGUE PRESENTE HOY EN LAS PLACENTAS, LOS CORDONES UMBILICALES Y LA LECHE MATERNA

“La situación es muy seria. Estamos expuestos a sustancias capaces de alterar nuestro sistema hormonal y causarnos problemas de salud de efectos irreversibles. Las investigaciones están haciendo temblar las bases de la toxicología reguladora, y aunque los lobbies industriales se están movilizando con el mensaje de que no pasa nada, hay una brecha entre la ciencia clínica y las reglamentaciones”, afirma Nicolás Olea, reputado especialista en los contaminantes emergentes que actúan como “disruptores endocrinos”, compuestos químicos que interfieren en el sistema hormonal humano y animal y alteran nuestro crecimiento y reproducción. Miembro de los comités de expertos de Dinamarca y Francia, es el científico más veces citado por sus pares en esta materia (12.800). Y la Unión Europea acaba de encargarle un proyecto presupuestado en 75 millones de euros para que investigue la exposición comunitaria a estos contaminantes.

Los experimentos realizados con peces, moluscos y gasterópodos permiten a los investigadores atribuir a los disruptores endocrinos fenómenos de feminización, hermafroditismo y masculinización, malformaciones en recién nacidos, el desarrollo de cánceres de dependencia hormonal —mama, próstata, ovarios—, el aumento de la infertilidad y el crecimiento de tejido endometrial fuera del útero (endometriosis). Otro ejemplo: la pérdida de cantidad y calidad del semen es un hecho. Se sabe que el conteo espermático cayó casi al 50% durante el periodo 1940-1990.

“La salud de nuestro planeta y la nuestra propia están amenazadas”, advierte Miren López de Alda, especialista del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) en diagnóstico ambiental y estudios del agua. “Durante décadas, hemos vertido al medio ambiente toneladas de sustancias biológicamente activas, sintetizadas para su uso en la agricultura, la industria, la medicina, etcétera. Como consecuencia de su uso intensivo, sobre todo, en granjas y piscifactorías, algunos antibióticos se han hecho ineficaces”.
Un agricultor esparciendo fertilizante en el campo. KACPER KOWALSKI  
Muchos fármacos y pesticidas —ambos se utilizan en cantidades similares— persisten durante décadas en el medio ambiente acuático, a veces modificados y sujetos a transformaciones químicas incontroladas. “Antiguamente se creía que todo dependía de la dosis”, explica Miquel Porta, catedrático de Salud Pública en la Universidad Autónoma de Barcelona e investigador del IMIM (Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas). “El veneno es la dosis’, dejó escrito el alquimista y médico Paracelso hace 500 años. Pero hoy sabemos que los contaminantes pueden ser también dañinos a concentraciones bajas”.

“Una parte preocupante de los trastornos y enfermedades crónicas o degenerativas, como las cardiovasculares, ciertos cánceres, la infertilidad, la diabetes, el párkinson o alzhéimer, se debe a las mezclas de contaminantes químicos artificiales”, asegura Porta. “Los llevamos en nuestro cuerpo porque estamos expuestos a ellos de forma continuada y muchos se nos acumulan. La principal vía de penetración en el cuerpo son los alimentos y sus envases, el aire y el agua, la ropa que contiene sustancias plastificadas, los productos de limpieza de la casa y de higiene personal, cosméticos, juguetes… Estos contaminantes perturban nuestra fisiología, incrementan las alteraciones genéticas y epigenéticas: lesionan nuestro ADN y dañan nuestro sistema nervioso”.
DE LOS 140.000 PRODUCTOS QUE SINTETIZA LA INDUSTRIA QUÍMICA, SOLO SE HAN ANALIZADO 1.600 PARA VER SI SON TÓXICOS O CANCERÍGENOS

En apoyo de esta tesis, el investigador barcelonés aduce un largo listado de estudios que demuestran la presencia de contaminantes en la sangre de las embarazadas, adolescentes y niños de distintas ciudades españolas. “Hace 25 años pensaba que las conclusiones de Nicolás Olea eran algo alarmistas, pero ahora creo que se quedaba corto”, prosigue Porta. “La situación es mucho peor de lo que parecía. A los viejos contaminantes persistentes que entraron en la cadena alimentaria humana y animal décadas atrás, antes de ser prohibidos, se están uniendo los 140.000 productos sintetizados por la industria química. Solo unos 1.600, el 1,1%, han sido analizados para determinar si son cancerígenos, tóxicos para la reproducción o disruptores endocrinos, así que nos quedan por analizar los 138.400 restantes”. Todos los años salen al mercado entre 500 y 1.000 nuevos productos. Solo el comercio mundial de automóviles supera al de las sustancias químicas.

“No tenemos una imagen completa de todos los componentes industriales sintetizados en el mercado de la UE”, admite Hanna-Kaisa Torkkeli, portavoz de la Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA), con sede en Helsinki. “Nuestro reglamento comunitario REACH es pionero en exigir a las industrias que aporten datos que cumplan con los requisitos legales, pero la calidad de la información que nos suministran dificulta a menudo que podamos hacernos un juicio global sobre la peligrosidad del producto en cuestión. Las autoridades regulatorias analizan cientos de sustancias, al tiempo que insistimos a las empresas para que nos ofrezcan datos más fiables”. De los 553 compuestos evaluados como potenciales disruptores endocrinos, 194 han sido incluidos en la categoría “clara evidencia de perturbación endocrina” y 125 en la de “posibilidad de perturbación endocrina”.

La ECHA tiene abierto un plazo que finaliza el 31 de mayo de 2018 para que las industrias registren las sustancias químicas que fabrican o importan en cantidad superior a una tonelada. “Más de 11.000 empresas lo han hecho hasta ahora”, afirma Hanna-Kaisa Torkkeli. “Nuestra base de datos reúne información de más de 120.000 productos químicos. De las 173 sustancias consideradas de gran peligrosidad potencial, 31 han sido incluidas en el listado de las que únicamente pueden ser comercializadas con una autorización específica. El control efectivo es mucho mayor que hace 10 años”.
Vista desde el aire del techo de un depósito de combustible. KACPER KOWALSKI
“Nosotros aplicamos el reglamento REACH y somos un sector superregulado”, manifiesta María Eugenia Anta, directora de Tutela de Producto de la patronal química Feique. “Aunque no podemos evitar que la gente se tire a un río contaminado. Este es un tema complejo. Hay miles de sustancias, incluidos el café y la soja, que pueden interactuar en el terreno endocrino. Nosotros hacemos nuestros propios estudios y réplicas de las investigaciones y creemos que un producto puede tener efectos sobre los animales, pero no sobre las personas”.

La industria química española viene de experimentar una década prodigiosa con un aumento espectacular de las exportaciones y unos ingresos superiores a los 60.000 millones de euros anuales. Da empleo a 191.000 personas y supone el 12,4% del PIB. “Innovando para un futuro sostenible. La química como solución inteligente para el futuro de las personas”, es el lema que preside la asociación patronal.

“El poder de producción e innovación de la industria química farmacéutica y alimentaria es muy superior a la capacidad de control de las Administraciones”, declara Jesús Ibarluzea, biólogo de la sanidad vasca. “Ahora sabemos que no todo lo que viene con el marchamo de progreso es para bien. Antes, considerábamos que el tejido adiposo era neutro, pero ahora vemos que muchas sustancias se acumulan en él, son obesogénicas. También comprobamos que los niños más expuestos a los compuestos organoclorados (plaguicidas y PCB) tienen menor desarrollo físico y neurológico; que hay compuestos organobromados en plásticos y espumas; que los bisfenoles están presentes en la capa interior blanca de las latas de conservas y en diversas resinas; y que el teflón, el compuesto perfluorado que forma la capa antiadherente de las sartenes, termina en nuestro estómago. A este largo listado hay que añadir otro montón de sustancias que se encuentran en los productos de limpieza, cosmética o protección solar, algunos con propiedades de disruptores endocrinos, pero, en general, poco conocidos en sus efectos sobre la salud”.
LOS NIÑOS DE VALENCIA TIENEN MÁS MERCURIO PORQUE CONSUMEN MÁS PESCADO. CADA REGIÓN, CADA PAÍS, TIENE SU HUELLA TÓXICA

“Sabemos que los microplásticos utilizados en la fabricación de bolsas, contenedores de bebida y comida, envoltorios y juguetes pueden durar hasta 100 años en el mar, ser ingeridos por peces mesopelágicos (que navegan entre la superficie y los 200 metros de profundidad) y pasar a formar parte de nuestra cadena alimentaria. Es lo que yo llamo la “contaminación interior”, abunda Miquel Porta. Al igual que la OMS (Organización Mundial de la Salud), las agencias europeas reconocen que, efectivamente, algunas de las sustancias sintetizadas pueden causar infertilidad, diabetes y cáncer. Admiten igualmente que el cuerpo humano no es capaz de metabolizar compuestos plásticos y otras sustancias utilizadas por la industria.

José Luis Rodríguez Gil, investigador especializado en ciencias ambientales y miembro de la Sociedad de Toxicología y Química Ambiental (SETAC), relativiza el peligro de los componentes sintéticos y pone en valor los beneficios en la pelea contra el cáncer que proporciona haber reducido el uso de estufas y chimeneas. Juzga irrelevante que las sustancias contaminantes sean sintéticas o de origen natural y defiende que el cuerpo humano puede metabolizar o almacenar ambas igual e indistintamente. “La función principal del hígado es deshacerse de esos compuestos”, apunta. A la espera de nuevas pruebas, se inclina por atribuir a los cambios en el estilo de vida las tasas de incidencia de enfermedades que detectan los estudios epidemiológicos. Admite, eso sí, como “áreas de incertidumbre” y fuentes de “alarma”, la exposición a los antibióticos, a los disruptores endocrinos y a las mezclas de sustancias, pero indica: “Hasta hoy no tenemos la certeza al 100% de que exista un problema generalizado y, de haberlo, cuáles serían los compuestos responsables”.

La suya es una posición discutida. “El hombre ha estado siempre expuesto a mezclas complejas de compuestos químicos, pero el número y variedad de ellos, en su mayoría sintéticos, han aumentado de forma exponencial en las últimas décadas y en un periodo de tiempo corto que hace difícil que la naturaleza pueda adaptarse”, subraya Miren López de Alda. “No es cierto que los actuales niveles sanguíneos de tóxicos hayan existido siempre”, asevera Miquel Porta. “Comparar la toxicidad actual con la que generaban el carbón de cocina, etcétera, es un despropósito semejante al de equiparar la contaminación de nuestros días con la producida por las erupciones volcánicas y los grandes incendios de la antigüedad. Lo que tenemos ahora en el cuerpo es miles de veces superior”.

Un obstáculo mayor a la hora de asentar la certidumbre científica en los foros de la industria, las Administraciones y la política es la dificultad de establecer con exactitud qué cantidades de las sustancias disruptivas representan un peligro objetivo para el ser humano. Se sabe que en los momentos críticos de la gestación y la primera infancia una pequeña dosis puede ser muy dañina. “El bebé que mama leche contaminada no va a caer fulminado en el acto, desde luego, pero puede tener un problema de fertilidad décadas más tarde”, apunta Nicolás Olea. Si asociar causa (contaminación) y efecto (enfermedad) en el plano individual resulta difícil, lo es mucho más evaluar con precisión las consecuencias de la exposición múltiple ambiental, el denominado “efecto cóctel”. “Somos más complejos que los peces y a nosotros enfermar nos lleva su tiempo, pero la exposición continuada a bajas dosis y sus efectos están ahí”, subraya Olea.
 Zona de almacén de materiales y carga en el puerto de Gdynia (Polonia). KACPER KOWALSKI  
Además de DDT, el científico de Granada ha encontrado otro disruptor endocrino, el tetrabromo bisfenol A (un eficaz retardador de la llama utilizado en el textil que evita que los objetos ardan), en la totalidad de las placentas y la sangre de bebé analizadas. “El cáncer de mama en Granada aumenta anualmente el 2,8% y ese incremento no es solo atribuible al hecho de que las mujeres tienen ahora hijos más tarde —dar de mamar previene contra ese cáncer—, sino también a la contaminación ambiental”, asegura. “Es esa contaminación, que en algunas personas supera el centenar de compuestos químicos en sangre, la que explica que los niños españoles meen plásticos, cosméticos, metales pesados… Los de Valencia tienen más mercurio de la cuenta, y es porque consumen más pescado. Cada región, cada país, tiene su propia huella tóxica, pero el fenómeno es general. Cabe muy poco consuelo cuando te dicen que los niños alemanes tienen incluso valores superiores a los nuestros”.

La constatación de que las madres transfieren parte de su contaminación a los bebés que amamantan ha llevado incluso a cuestionar la conveniencia de la lactancia, aunque los especialistas se pronuncian a favor de mantenerla por los grandes beneficios de la leche materna. “Todos los esfuerzos de la industria y de las Administraciones van encaminados al diagnóstico y al tratamiento individualizado, cuando lo que tenemos es un problema ambiental que deberíamos encauzar por la vía de la prevención”, asevera Olea. “Es absurdo combatir la infertilidad derivada de la técnica con más técnica y multiplicando las clínicas de fertilización privadas. Alguien debería ver esto con perspectiva”.
LOS EXPERTOS PIDEN QUE SE INSTALEN FILTROS EN LAS DEPURADORAS PARA IMPEDIR QUE LOS NUEVOS TÓXICOS SINTÉTICOS PASEN AL CICLO DEL AGUA

¿Qué hacer? Dar marcha atrás en los hábitos de consumo parece una quimera. ¿Acaso podemos prescindir de los plastificantes y del resto de policarbonatos que se nos han hecho indispensables y sustentan parte de la economía? ¿Habría que prohibir la píldora anticonceptiva y el tratamiento contra la menopausia, dos de los estrógenos sintéticos que más disforia de género producen? La retirada del mercado del Vioxx, el antiinflamatorio cardiotóxico, solo se produjo en septiembre de 2004 después de largos meses de debate y cuando el número de sus víctimas se contaban por miles. Hubo que esperar a junio de 2011 para que la UE prohibiera los biberones de plasma de policarbonato de toda la vida. A propósito de las actuaciones de la multinacional Monsanto, acusada de amañar mediante sobornos informes falsamente científicos favorables a sus intereses, la Corte Penal Internacional ha propuesto incorporar el delito de ecocidio para quienes “causen daños sustanciales y duraderos a la diversidad biológica y a los ecosistemas y afecten a la vida y salud de las poblaciones humanas”.

Parece obligado que determinados fármacos —el amidotrizoato y el iopamidol (utilizados como medio de contraste en rayos X), la carbamazepina (de uso en el tratamiento de la epilepsia), el diclofenaco (analgésico) y el clotrimazol (antimicótico)— pasen a ser considerados sustancias prioritarias peligrosas por su ecotoxicidad en el medio ambiente. Pero, más allá de las prohibiciones puntuales, lo que se propone son medidas preventivas. La más reclamada por los especialistas medioambientales, aunque costosa, es la instalación de filtros de tratamiento modernos en las estaciones depuradoras de aguas residuales para impedir que los nuevos tóxicos sintéticos pasen al ciclo del agua.

“No es cierto que no pueda hacerse nada”, opina Miquel Porta. “Se puede mejorar la eficacia de las agencias de salud públicas; apoyar a los agricultores, ganaderos y empresarios para que hagan mejor su trabajo; se puede mentalizar a la población para que no caliente en el microondas alimentos dentro de tuppers o envases de plástico y para que recicle mejor y no vierta fármacos ni productos tóxicos por los desagües”. Si, como sostienen los científicos, los detergentes, fármacos y cosméticos participan activamente en la contaminación general, haríamos bien en autolimitarnos en su uso. Hoy por hoy, vivimos instalados en la paradoja de que cuanto más cuidados e higiene personal nos aplicamos y más y más limpiamos nuestros hogares, más contribuimos a propagar las sustancias tóxicas.

Como con el cambio climático, encarrilar el problema requerirá consenso político, grandes acuerdos y una nueva conciencia ciudadana. Nicolás Olea no oculta su impaciencia: “A menudo me pregunto si quienes nos patrocinan y subvencionan, incluso generosamente, se leen las conclusiones de nuestros trabajos. Me gustaría que los escépticos se imaginaran por un momento que tenemos razón y que todo esto que decimos se manifiesta claramente dentro de 40 años, cuando haya que entonar a coro: ¡La hemos hecho buena, la hemos fastidiado bien!”.