lunes, 11 de septiembre de 2017

Monsanto y sus nuevas estrategias para el control de la alimentación mundial: el #BigData

Por Vandana Shiva

Monsanto la llama “Agricultura Digital” basada en Big Data e Inteligencia Artificial. Ha comenzado a hablar de “cultivar sin agricultores”. Esta es la razón por la epidemia de suicidios de los agricultores indios y no ha obtenido respuesta del gobierno. Porque están pavimentando ciegamente la siguiente fase de la autopista sin salida.

Los dos futuros de la alimentación y la agricultura

Hay dos futuros distintos de la alimentación y la agricultura. El primero conduce a un callejón sin salida y a un planeta muerto.

El primer camino de la alimentación y la agricultura lleva a un planeta muerto: venenos y monocultivos químicos se extienden. Los agricultores se suicidan debido a la deuda. Niños muriendo por falta de comida. Personas muriendo a causa de enfermedades crónicas exacerbadas por los productos vacíos y tóxicos vendidos como alimento. Y el clima haciendo estragos, destruyendo las condiciones de vida humana en la tierra. El segundo lleva al rejuvenecimiento del planeta a través del rejuvenecimiento de la biodiversidad, los suelos, el agua; el rejuvenecimiento de las pequeñas granjas. Comida variada, saludable, fresca y ecológica para todos.

El primer camino es industrial, y fue pavimentado por el Cártel del Veneno, que nació durante la guerra para crear productos químicos que pueden matar a la gente. Después de las guerras convirtieron los químicos de guerra en agroquímicos (pesticidas y fertilizantes). Nos dijeron que no podíamos tener comida sin usar venenos.

Los explosivos que se hicieron mediante la quema de combustibles fósiles a alta temperatura para fijar el nitrógeno atmosférico se utilizaron más tarde para producir fertilizantes químicos. El lema era que nunca volvería a haber escasez de alimentos porque ahora podíamos hacer “Pan del Aire”.

Había la afirmación exagerada de que los fertilizantes artificiales aumentarían la producción de alimentos y eliminarían todos los límites ecológicos que la tierra pone a la agricultura. Hoy la evidencia ha crecido: los fertilizantes artificiales han reducido la fertilidad del suelo y la producción de alimentos; y han contribuido a la desertificación, la escasez de agua y el cambio climático.

En los años noventa nos dijeron que nos moriríamos de hambre sin los OGMs traídos a nosotros por el mismo Cártel del Veneno.Hubo una afirmación exagerada de que los OGM removerían todos los límites del medio ambiente, cultivarían alimentos en desiertos y vertederos tóxicos. Hoy en día solo tenemos dos aplicaciones de OGM: la resistencia a los herbicidas y las toxinas Bt en los cultivos. El primero, que se decía que controlaba las malas hierbas, ha creado super-malas hierbas. Se suponía que los cultivos Bt controlaban las plagas, pero han creado nuevas plagas y super-plagas. El algodón Bt ha empujado a miles de agricultores a suicidarse.

Ahora se nos está diciendo que el “Big Data” nos alimentará.

Monsanto la llama “Agricultura Digital” basada en Big Data e Inteligencia Artificial. Ha comenzado a hablar de “cultivar sin agricultores”. Esta es la razón por la epidemia de suicidios de los agricultores indios y no ha obtenido respuesta del gobierno.Porque están pavimentando ciegamente la siguiente fase de la autopista sin salida.

La asociación de Monsanto con Atomwise permite adivinar qué moléculas darán a Monsanto el siguiente pesticida posible. Esto no es inteligencia para el manejo sostenible de las plagas, sino la apuesta por el siguiente veneno. Se está convirtiendo la vida en un casino digital. Es como jugar al poker en la cubierta del Titanic mientras el barco se hunde.

En 2013, Monsanto adquirió la empresa de datos climáticos más grande del mundo, Climate Corporation, por mil millones de dólares. En 2014 adquirió la empresa de datos sobreel suelo más grande del mundo, Solum Inc. Climate Corporation no trae a los agricultores el conocimiento de que la solución al cambio climático está debajo de nuestros pies, en el suelo; vende datos. Solum Corporation no trabaja con los agricultores para entender la rica red de alimentos del suelo: las bacterias, los hongos, los gusanos de tierra. Vende datos.

Pero los datos no son conocimientos. Es sólo otra mercancía para hacer al agricultor más dependiente. Se le dice al agricultor que debe subcontratar su pensamiento a Monsanto. Este es el siguiente paso en un futuro sin futuro que ignora la inteligencia de semillas, plantas, organismos del suelo, nuestras bacterias intestinales, nuestros agricultores, nuestras abuelas.

Pero podemos sembrar las semillas de otro futuro …

En todo el mundo, los pequeños agricultores y jardineros ya están implementando esta agricultura: preservando y desarrollando sus suelos, sus semillas, practicando la agroecología. Están alimentando a sus comunidades con alimentos saludables y nutritivos mientras rejuvenecen el planeta. Por lo tanto, están sembrando las semillas de la democracia alimentaria: un sistema alimentario en manos de agricultores y consumidores, desprovisto de control corporativo, venenos, monocultivos y plásticos. Un sistema alimentario que nutre al planeta y a todos los seres humanos.

Contrariamente al mito de que debemos acabar con los pequeños agricultores porque son improductivos, y que debemos dejar nuestro futuro alimenticio en manos del Cártel del Veneno (con drones de vigilancia y spyware) los pequeños agricultores están proporcionando el 70% de los alimentos globales usando sólo el 30% de los recursos que se destinan a la agricultura. La agricultura industrial está utilizando el 70% de los recursos para crear el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que proporciona sólo el 30% de nuestros alimentos.

Esta agricultura basada en productos químicos ha causado el 75% de la destrucción de los suelos, el 75% de la destrucción de los recursos hídricos y la contaminación de nuestros lagos, ríos y océanos, el 93% de la diversidad de cultivos ha sido extinguido por la agricultura industrial. La agricultura industrial intensiva también está creando una crisis de salud, produciendo productos alimentos tóxicos, vacíos desde el punto de vista nutricional. Un millón de personas tienen hambre permanente en este sistema, y más de 2 mil millones sufren de enfermedades relacionadas con la alimentación.

La agricultura orgánica toma el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera, donde no pertenece, y a través de la fotosíntesis lo pone de nuevo en el suelo, donde pertenece. También aumenta la capacidad de retención de agua del suelo, contribuyendo a la resiliencia en tiempos de sequías, inundaciones y otros extremos climáticos.

No podemos abordar el cambio climático y sus consecuencias reales sin reconocer el papel central del sistema alimentario industrial y globalizado, que aporta más del 40% a las emisiones de gases de efecto invernadero a través de la deforestación, las operaciones de concentración de animales para la alimentación (CAFOs), el envasado en plásticos y aluminio, el transporte a larga distancia y los residuos alimenticios. No podemos resolver el cambio climático sin una agricultura ecológica a pequeña escala basada en la biodiversidad: semillas vivas, suelos vivos y sistemas alimentarios locales. Podemos resolverlo sin monocultivos ni envases de plástico.

Lo que comemos, cómo cultivamos la comida que comemos, cómo la distribuimos, determinará si la humanidad sobrevive o se empuja a sí misma y a otras especies a la extinción.

Monsanto siguió vendiendo químicos prohibidos aunque sabía que eran perjudiciales para la salud

La empresa refuta el análisis legal de unos documentos que sugieren que hizo caso omiso al riesgo que representaban para la salud y el medio ambiente, a pesar de que los efectos letales de los contaminantes estaban comprobados

Arthur Neslen
Ya en 1937, la empresa comenzó a tener noticias de la relación del PCB con problemas
de salud graves, cuando las autopsias de tres trabajadores de Monsanto relevaron que
murieron por graves daños en el hígado
Monsanto continuó produciendo y vendiendo productos químicos tóxicos conocidos como PCB durante ocho años, después de tener conocimiento de que representaban un peligro para la salud pública y el medio ambiente, según el análisis legal de unos documentos subidos a Internet como parte de un enorme archivo.

El nuevo archivo contiene más de 20.000 memorandos internos, notas de reuniones, cartas y otros documentos, muchos de ellos nunca antes publicados.

La mayoría de los documentos fueron obtenidos a través de un descubrimiento legal, accediendo a los archivos digitalizados por el Proyecto Papeles Venenosos, lanzado por el Proyecto de Recursos de Biociencia y el Centro para los Medios de Comunicación y la Democracia. Chiron Return añadió algunos documentos al archivo.

Bill Sherman, fiscal general adjunto del estado de Washington, en Estados Unidos, que está demandando a Monsanto por los costos de limpieza del PCB por una cifra de miles de millones de euros, afirmó que el archivo contiene pruebas determinantes que el Estado no conocía hasta ahora. "Si son auténticos, estos documentos confirman que Monsanto sabía que el PCB es perjudicial y de efectos persistentes en el medio ambiente, y a pesar de ello lo siguió vendiendo. Sabían los peligros, pero los ocultaron a la gente sólo para obtener beneficios económicos", explicó athe Guardian.

Además de la demanda del Estado de Washington, Monsanto se enfrenta a demandas por contaminación con PCB presentadas por los ayuntamientos de Seattle, Spokane, Long Beach, Portland, San Diego, San José, Oakland y Berkeley.

Cualquier responsabilidad legal será compartida con la empresa alemana de productos químicos Bayer, que compró Monsanto por más de 56.000 millones de euros. El 22 de agosto, la Comisión Europea planea terminar una revisión de competencia sobre la fusión de ambas empresas, en medio de la inquietud pública que esto ha generado en Europa y Estados Unidos.

Los documentos parecen auténticos

El vicepresidente de estrategia global de Monsanto, Scott Partridge, no discutió la autenticidad de los documentos revelados, pero negó que haya algo ilegal en su contenido. "Hace más de 40 años, el antiguo Monsanto detuvo voluntariamente la producción y la venta de PCB, antes de que se lo exigiera ningún Gobierno. En la época en que Monsanto fabricaba PCB, era un producto legal y aprobado que tenía muchos usos. Monsanto no es responsable por la contaminación que causaron los que usaron y desecharon PCB en el medio ambiente", aseguró a the Guardian.

El bifenilo policlorado (PCB) es un contaminante de larga vida que Monsanto produjo de forma masiva entre 1935 y 1977 para usar como refrigerante y lubricante de equipos eléctricos, como transformadores y condensadores.

Desde 1979, el PCB está completamente prohibido en Estados Unidos y en el resto del mundo, después de que se comprobara que está vinculado a problemas de salud que varían desde la enfermedad del aceite de arroz hasta cáncer y daños medioambientales.

Sin embargo, 10 años antes, un plan de Monsanto para disminuir la contaminación que figura en el archivo con fecha de octubre de 1969, señalado por Sherman, sugiere que la empresa ya sabía de los riesgos del uso de PCB.

En una sección titulada 'Daños al sistema ecológico por contaminación con PCB', se afirma: "Las pruebas que demuestran la persistencia de estos compuestos y su presencia universal en el medio ambiente no se pueden cuestionar".

"Puede haber demandas directas –continúa– porque los clientes que usan los productos no han sido notificados oficialmente de los efectos conocidos, ni tampoco figura esta información en las etiquetas de nuestros productos".

El plan ofrecía tres posibles acciones, cada una acompañada por un cuadro de flujo de "ganancias y responsabilidades". Las opciones eran: "No hacer nada", "dejar de fabricar todos los productos con PCB", o "responder responsablemente" admitiendo la contaminación medioambiental y tomando acciones para contrarrestarla.

"Al mismo tiempo que Monsanto decía al público que el PCB era seguro, estaban haciendo gráficos para evaluar la posible responsabilidad legal contra la pérdida de ganancias y el beneficio de imagen pública asociada a ser responsable y honesto. Al final, Monsanto eligió las ganancias económicas en lugar de la salud pública y la seguridad medioambiental", asegura Sherman.

Otro memorando interno de septiembre de1969 enumera las filtraciones de PCB en Estados Unidos –en la costa del Golfo de México, en los Grandes Lagos y en la bahía de San Francisco– y evalúa posibles acciones de limpieza. Pero el memorando también dice que la estrategia de Monsanto debería ser "dejar que el gobierno tenga que probar caso por caso".

Un material muy tóxico para las aves

"Podemos probar que algunas cosas están bien en bajas concentraciones. Usarlo en defensa de Monsanto. No nos podemos defender de todo. Algunos animales o peces o insectos se verán dañados", añade el memorando. Dos meses más tarde, una presentación de PCB al comité de desarrollo corporativo de Monsanto elevó esta advertencia: "Desde el punto de vista de la reproducción, el PCB es muy tóxico para las aves", decía.

La presentación describía los productos Aroclor 1254 y 1260 como "los más perjudiciales", en lo que admitía era "un problema ecológico mundial".

La producción de Aroclor 1254 y otros productos con PCB continuó hasta agosto de 1977. En 1999, se culpó a los Aroclor 1254 y 1260 de una de las mayores contaminaciones alimenticias en Bélgica. El ministro de Agricultura de Valonia la llamó "la crisis económica más grave de Bélgica desde la guerra".

Monsanto comenzó a fabricar PCB en 1935, después de comprar la empresa química Swann. Pronto dominó la producción mundial.

Ya en 1937, la empresa comenzó a tener noticias de la relación del PCB con problemas de salud graves, cuando las autopsias de tres trabajadores de Monsanto relevaron que murieron por graves daños en el hígado tras manipular la sustancia. El nivel de preocupación se elevó considerablemente en 1966, cuando un importante estudio realizado por Soren Jensen descubrió la bioacumulación de PCB en peces y aves marinas del Báltico.

En los años 70, casi el 80% de las hembras de las tres especies de focas del Mar Báltico habían quedado estériles y enseguida se relacionó este hecho con la exposición al PCB.

En 1972, Monsanto dejó voluntariamente de vender PCB para todos sus usos excepto las aplicaciones cerradas en artefactos eléctricos. Ese mismo año, Suecia y Japón suspendieron el uso y la fabricación de PCB "abierto".

En Estados Unidos, un grupo de trabajo interdepartamental del gobierno pidió que se restringiera el uso de PCB a "usos esenciales o no reemplazables, que impliquen mínima exposición directa para las personas, ya que el producto puede tener efectos secundarios en la salud humana".

Pero ese informe no encontró "información toxicológica o ecológica" que indicara que el producto era una amenaza para la salud, a partir de los niveles encontrados en el medio ambiente, aunque los autores calificaron los datos disponibles de "inadecuados".

En 1975, cuando la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos denominó públicamente al PCB como "muy tóxico" y "un peligro considerable para la salud humana y el medio ambiente", Monsanto admitió en privado que no sólo afectaba a animales sino que "podría tener efectos permanentes en el cuerpo humano"

Sin embargo, públicamente Monsanto desestimó los peligros para la salud y el medio ambiente en sus reuniones con varias autoridades públicas durante este periodo, insistiendo en que el producto no era "muy tóxico" para la Agencia de Protección Ambiental, el Instituto de Estándares Nacionales de Estados Unidos y algunos diputados.

Las agencias de la Unión Europea hoy citan al PCB como un ejemplo clásico para justificar el principio de prevención de la UE, que obliga a advertir ante posibles peligros para la salud y el medio ambiente.

Traducido por Lucía Balducci