domingo, 22 de abril de 2018

Vecinos y autoridades se rebelan contra los nuevos contadores de luz

El Parlament y ayuntamientos catalanes cuestionan su inocuidad y que respete la protección de datos privados

Una usuaria inspecciona uno de los nuevos contadores de luz. / FERRAN SENDRA  
Un suministro eléctrico que genera tantas luces como sombras. Ese es el escenario que se cierne sobre los hogares que cuestionan la ejecución del plan del Gobierno para sustituir los contadores electromecánicos por otros telegestionables, dotados de una tecnología PLC (comunicaciones de línea energética, por sus siglas en inglés), que usan el cableado eléctrico para transmitir datos de consumo, además del propio flujo de corriente. Las compañías eléctricas disponen hasta el 31 de diciembre para gestar un cambio inspirado en una directiva europea sobre eficiencia energética pero que alumbra dudas sobre el impacto pernicioso que pueden tener esos nuevos aparatos en la realidad de los usuarios.

El principal argumento contra e efecto indeseado de estos contadores tiene que ver con la salud, como destaca Núria Marín, portavoz de la Plataforma Stop Comptadors, que señala que "no hay informes concluyentes que avalen su inocuidad". "Cuando pedimos garantías a Endesa [que acapara el 95% del mercado en Catalunya] nos hablan de análisis que demuestran que no hay impacto real, pero aún estamos esperando que los muestren", esgrime Marín. Los contadores usan señales PLC, "las mismas que se emplean en las redes de alta tensión", pero que ahora penetran en el interior de los hogares, con la diferencia de que el cableado doméstico "no está preparado para soportar este tipo de frecuencias", remarca.

La Cámara catalana reclama la paralización del proceso mientras haya dudas

Los vecinos reticentes a la modificación de contadores cuentan con el respaldo de una sesentena de mociones de ayuntamientos catalanes y del propio Parlament, que el pasado julio aprobó una resolución en la que se instaba a la Generalitat a que reclamara al Gobierno central" paralizar preventivamente estas gestiones" para dar respuesta "al malestar de un gran número de ciudadanos", así como a exigir a Endesa y al resto de eléctricas la elaboración obligatoria "de un informe preceptivo y vinculante sobre la contaminación electromagnética" de estos aparatos. La Cámara catalana pone el foco especialmente "en menores, mujeres embarazadas y colectivos sensibles", como las personas diagnosticadas con electrosensiblidad.
 
Personas vulnerables a radiaciones que la propia Organización Mundial de la Salud "considera potencialmente cancerígenas", como recuerda Carme Herranz, abogada del Col·lectiu Ronda que asesora a personas que se oponen a la medida, como ya pasa en otros países. "En Gran Bretaña no es obligatorio, el usuario decide; en Alemania solo es obligatorio a partir de consumos elevados, cuando se justifica el ahorro energético; Holanda ha modificado la norma para que la transmisión se haga por fibra óptica, que es inocua", destaca Pilar Revelles, de Stop Comptadors, una de las entidades a la que se refiere el Parlament en su resolución. Herranz apela al principio de precaución "como concepto jurídico vinculante", que establece la renuncia a cualquier producto, servicio o tecnología "siempre que la evaluación científica permita determinar riesgos con suficiente certeza".

Datos y privacidad

El propio Parlament plantea la necesidad de que se garantice el derecho de los ciudadanos a "oponerse a la instalación de estos contadores "y subraya"el incumplimiento de la legislación en materia de protección de datos", reclamando que los sistemas de medida se rijan bajo parámetros que garanticen la privacidad del usuario. "Saber la curva horaria de consumo abre la puerta a la captación de una ingente cantidad de información sobre nuestros hábitos domésticos, contra la privacidad y aportando una información muy valiosa para empresas que desean conocer las necesidades de potenciales clientes", destaca Marín.

En tanto que responsable del cambio del 95% de contadores en Catalunya, Endesa sostiene que se limita a cumplir con su "responsabilidad para con el marco legislativo en vigor", en referencia a la normativa impulsada por el Ejecutivo español, que a su vez se ampara en una directiva comunitaria del 2012 que fija un objetivo de mejorar la eficiencia energética de los socios comunitarios. También asegura facilitar los informes que avalan la inocuidad del PLC a los usuarios y autoridades que lo reclamen, extremo desmentido por diversos clientes. El Ministerio de Energía se refiere a la normativa de la UE para justificar la medida y sostiene que Bruselas "realizó un estudio de coste-beneficio y en España se determinó la necesidad de cambiarlos", sin mostrar dicho estudio. Asimismo sostiene que los protocolos de actuación "cuentan con el visto bueno de la Agencia de Protección de Datos".

Usuarios alegan que la UE impone la eficiencia energética, no el contador

Marín replica que la directiva europea hace referencia a un horizonte del 20% de eficiencia energética en el 2020, pero en tanto que directiva solo marca los objetivos y corresponde a cada país elaborar sus propias normas para alcanzarlos, a diferencia del reglamento, que es vinculante. "El Gobierno español hace una interpretación absolutamente maximalista de lo que son meramente recomendaciones", exponen desde el Col·lectiu Ronda. Marín plantea que quizá haya intereses ocultos en esta "inflexibilidad que no se da en otros países" y lo fundamenta en que la normativa española "es, además, del 2007 y por tanto previa a la directiva europea".

Más de 7.000 contadores instalados por semana

La normativa determina que las compañías eléctricas disponen hasta el 31 de diciembre para implementar los nuevos contadores, un extremo al que recurren algunos vecinos que se niegan a instalarlos. "Es imposible que el cambio se haga solo al final del periodo porque por necesidades logísticas debe de hacerse de manera escalonada: estamos colocando unos 7.000 por semana", explican desde Endesa. Según la compañía hay un 92% de aparatos ya instalados en Catalunya y prevén llegar al 98% a finales de año, dejando un margen para personas con electrosensibilidad y que acrediten patologías asociadas al impacto de las ondas PLC. Un extremo que cuestiona Pilar Revelles, de la Plataforma Stop Comptadors, que sostiene que ella misma y otros afectados por esta enfermedad se siguen viendo "asediados" por las presiones de la compañía.

Otras de las quejas que reciben las suministradoras tienen que ver con usuarios que denuncian cortes de luz realizados cuando no dan su consentimiento. La proveedora destaca que se limita a cumplir los objetivos, plazos y premisas que establece el marco legislativo en la materia. Endesa destaca asimismo que uno de los objetivos de la telegestión es que los propios usuarios puedan conocer su propia curva de consumo para alcanzar un objetivo de eficiencia en el gasto doméstico. Los usuarios denuncian asimismo la imposición del contador de Endesa, sin poder elegir otro, "atentando contra la libre competencia".

Condenas y exilios eléctricos

Una mujer con electrosensibilidad relata la huída de su propia casa ante el impacto de la señal de los nuevos contadores

Gemma Plana, afectada de electrosensiblidad, en una playa barcelonesa. / JOAN 
CASTRO (ICONNA)  
Gemma Plana huyó de su casa el jueves de la semana pasada, en plena noche, con rumbo incierto, casi a la desesperada. Ningún incendio acechaba su vivienda, ni nadie entró a robarle. La amenaza es etérea, en forma de ondas electromagnéticas que emanan del contador que le acababan de instalar a un vecino, sostiene. Señales que se expanden hasta impactar contra su cuerpo sensible. Desde hace 15 años, Gemma está diagnosticada de fatiga crónica, sensibilidad química múltiple e hipersensiblidad electromagnética por especialistas del Hospital Clínic. "El jueves me levanté con vértigo, con el cerebro ardiendo, ansiedad, sin fuerzas, con una mancha marrón en la cara... Antes de saber que habían cambiado la instalación a un vecino. Mi médico me dijo que tenía lipodistrofia semicircular, que afecta al tejido adiposo subcutáneo, y que me marchara de casa lo antes posible", recuerda.

Gemma sufre el cerco tecnológico: ha cambiado 9 veces de segunda residencia

Gemma reside en el Eixample, donde solo enciende la nevera y usa linternas al anochecer. "Si pongo una lavadora, me voy de casa", describe. Pero incluso así, de tanto en tanto, su cuerpo dice basta y debe buscar refugio en la montaña o en la playa. Exilio eléctrico, allá adonde no tenga que soportar señales y repetidores. Un objetivo infructuoso ante el implacable cerco tecnológico: "He cambiado nueve veces de segunda residencia, hasta que compramos una caravana y buscamos espacios donde estar a salvo". Ahora se ha instalado por la costa barcelonesa, desesperada por no poder volver a su domicilio. "Me paso los días llorando, con ataques de ansiedad; hasta ahora tenía la suerte de la generosidad de mis vecinos, que tienen cableada la señal de internet y apagan el móvil por la noche para que yo pueda dormir. Pero un propietario que no es residente habitual aceptó la instalación de los nuevos contadores, algo a lo que todos los demás nos negamos", resume.

Se desespera ante la adversidad, cansada, a sus 72 años, de ser "una nómada", indignada cuando alguien le recomienda que vaya a una masía o a una tienda de campaña. Reclama su derecho a mantener su residencia desde hace cuatro décadas, "de tener vida", pero lamenta que "Endesa ignora todos los certificados médicos oficiales" que les remite. Gemma reclama que le visite el médico que tiene la compañía, "que compruebe en primera persona el daño" que sufre, la condena que vive en su propia casa.

Derechos

Otro tipo de condena, aunque también relacionada con los contadores, es la que le ha tocado a Pablo Álvarez y a su familia en su domicilio de Cornellà. Casi mes y medio sin electricidad después de que Endesa les cortara la luz ante la negativa a aceptar el nuevo contador. "Desde el 2014 pido información a la compañía para conocer el impacto sobre la salud de la telegestión, pero replican que se limitan a cumplir la normativa", describe. Pablo recuerda las dificultades de vivir sin luz y por tanto sin calefacción eléctrica, con la imposibilidad de conservar alimentos, de que sus hijas atiendan sus obligaciones estudiantiles, de lavar la ropa íntima en casa. Pero sobre todo lamenta que "las empresas pisotean los derechos de los ciudadanos con la complicidad del Gobierno".

Pablo lamenta que se "pisoteen" los derechos del usuario con la complicidad del Gobierno

Pablo ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Cornellà, que se sumó a su denuncia y demandó a la empresa por coacciones. "Es muy grave, una vulneración de los derechos fundamentales por parte de una multinacional que habla de compromiso social pero no tiene un servicio de mediación", explica Montse Pérez, tenienta de alcalde y concejala de Educación y Política Social. Esta semana, el juez ordenó cautelarmente que se restituya la luz en el hogar de los Álvarez.

Desmontando mitos: lo que de verdad significan 'light', 'bio', 'orgánico' o 'eco'

Vivimos en plena era del 'boom' por lo saludable y los alimentos 'bajos en grasas', 'lights' y 'ecológicos' nos inundan. Pero, ¿qué quieren decir?
Las diferentes denominaciones de los alimentos pueden originar confusión en 
los consumidores / Pixabay  
VERÓNICA LECHUGA

'Eco', 'Bio', 'Light', 'Bajo en grasas'... Esto es solo una muestra de la cantidad de denominaciones que encontramos en los supermercados cuando vamos a hacer la compra. Porque de un tiempo a esta parte, este tipo de alimentación nos ha inundado ante la nueva fiebre saludable que se ha desatado prácticamente en todo el mundo. Nos hemos concienciado de la importancia que tiene alimentarse bien, tanto para la salud como para el medio ambiente. Pero, entre esta amalgama de denominaciones, ¿sabemos lo que comemos?

Porque, automáticamente, pensamos que si un alimento lleva alguna de estas etiquetas, ya significa que es más saludable, cuando muchas veces no es así. Pero el problema es que no conocemos lo que realmente quieren decir. Según puso de manifiesto un estudio de Unilever, el 64% de los españoles confunde este tipo de términos, lo que supone que la mayoría hacemos la compra 'a ciegas'.

Puestos en contacto con la nutricionista y dietista Judit López Izquierdo, que tiene su propia consulta en el centro de Madrid, nos ha explicado qué se esconde detrás de cada uno de esos conceptos que pueblan los lineales y que nos hacen pensar que nos alimentamos mejor...y a veces es todo lo contrario.

Lo 'bio' como respuesta al "miedo irracional"

Para la experta en nutrición, actualmente existe un "miedo irracional y muchos mitos" alrededor de la alimentación, sobre todo con el tema de los transgénicos, que ha favorecido la irrupción de todos esos productos calificados como 'bio', 'eco' u 'orgánicos'. Pero, ¿esto qué quiere decir? Para empezar, López Izquierdo señala que los alimentos 'bio' son los que no se han alterado genéticamente, es decir, no han pasado por un laboratorio y se han cultivado de forma tradicional. Si bien esto no lleva implícito que sean más sanos. "Alterar genéticamente un producto no es malo para la salud, pues si fuera así no podríamos comer nada de lo que venden en los supermercados. De hecho, a veces se hace para que los alimentos sean mejores o sepan mejor", aclara. Por ello, el hecho de que un alimento sea 'bio' no quiere decir que sea más saludable, simplemente es que no ha pasado por ningún laboratorio, va de la tierra a tu mesa.

Por su parte, los alimentos denominados como 'ecológicos' son los que se han cultivado de una forma respetuosa con el medio ambiente. Es decir, algo 'bio', por muy natural que sea, no tiene porqué haberse cultivado de forma respetuosa, y esa es una diferencia importante para todos aquellos que cambian su alimentación con el objetivo de ser más sostenibles. Lo 'orgánico', que completa esta triada de alimentación 'natural' significa que los alimentos no contienen nada de químicos.

Pasando al plano de las dietas y los alimentos que no engordan, o eso se supone, la nutricionista nos aclara que los productos 'light' "son menos calóricos que los originales, pues se reduce el nivel de azúcar o de grasas, habitualmente". Si bien, matiza que "el hecho de que aporte menos calorías no quiere decir que no contengan ninguna, simplemente que tiene menos que su producto original". 'Light' es un término más genérico, tal y como explica, si bien cuando dice 'bajo en grasas' se hace referencia específica a ese nutriente, pero solo a ese, "porque puede contener otros que no sean saludables.

Es el caso de los productos 'sin azúcar', pues como indica Judit, "le eliminan el azúcar natural pero lo sustituyen por sustancias más perjudiciales, como el aceite de palma, que contiene grasas saturadas". En este sentido, la experta señala que la grasa, "siempre que sea virgen, no es perjudicial, pero el aceite de palma contiene muchas grasas procesadas". En este sentido, la doctora diferencia entre alimentos naturales, que son los obtenidos de la naturaleza, los procesados, que son los que se han envasado, cocinado o añadido algún ingrediente "y no tienen porqué ser malos", y los ultraprocesados, "que son los que habría que evitar porque la manipulación posterior que se ha realizado los ha aleado mucho de su origen natural".

Por último, en el caso de la leche y la polémica sobre la conveniencia de tomar leche entera o no, López Izquierdo señala que el problema reside en que "la leche desnatada después contiene azúcares añadidos, que son peores que la nata natural que lleva la leche, que incluso se recomienda en dietas para adelgazar".

Alimentación de toda la vida

Viendo que lo que supuestamente es más saludable al final no lo es tanto y con la cantidad de dietas, consejos y productos que ahora tenemos al alcance, al final la tarea de comer de forma saludable es incluso más difícil, ante la diversidad de opciones y las contraindicaciones que dan unos y otros. ¿Qué debemos comer para estar sanos y no ganar peso? La doctora lo tiene claro: "tenemos que tender a comer los alimentos de toda la vida".

Es decir, verduras, frutas, pescados, legumbres, cereales, huevos, lácteos naturales... Todos los alimentos típicos de la cesta de la compra y con los que nos hemos alimentado desde hace décadas y que hoy en día, a pesar de tanta evolución tecnológica, siguen siendo los mejores en todas las mesas.