sábado, 30 de octubre de 2010

¿Quieres saber todas diferencias entre fibromialgia y SFC?

Diferencias entre fibromialgia y fatiga crónica
¿Quieres saber todas las diferencias que existen entre la fibromialgia y la fatiga crónica así como los aspectos que tienen en común entre ellas?





El síndrome de la fibromialgia y la fatiga crónica tienen semejanza en sus síntomas, pero no son iguales, lo que sí podemos decir que son enfermedades limitantes y quien las padece sufre muchísimo en varios aspectos, tanto física como psicológicamente, y todo unido nos dará un cuadro limitante de difícil solución, pero no imposible.
Vamos a ver qué diferencias hay entre las dos patologías para poder reconocerlas y no confundirlas.

Qué es la fatiga crónica

El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una afección que produce cansancio excesivo y prolongado.
Actualmente se desconoce la causa específica de la enfermedad, aunque se sospecha que puede ser causado por un virus.

Hay dos clases de virus que podrían estar implicados en el síndrome de fatiga crónica.

El primero es el virus Epstein-Barr (VEB), este virus es muy común en los humanos, la infección afecta a mucosas como los ojos, boca, vía respiratoria, genitales y ano.
El segundo es el virus herpes tipo 6, (HHV-6), la infección de este virus en la infancia suele ser asintomática, es una enfermedad muy común en niños, en adultos la infección suele ser más complicada causando en algunos casos hepatitis o encefalitis.

En cualquier caso estos dos virus son los relacionados con el síndrome de fatiga crónica, pero sin ser determinantes en la enfermedad ya que no se ha demostrado que sean la causa.
Están en estudio, sin determinar, varias causas también relacionadas con el síndrome de fatiga crónica como pueden ser:

Respuesta autoinmune ante el virus.
Edad.
Estrés.
Genética.
Los síntomas del síndrome de fatiga crónica
Fatiga o cansancio (después del reposo)
Fatiga que limita las actividades comunes de cada día.
Fatiga que dura más de 24 horas después de hacer ejercicio.
Fatiga que empeora con actividad intelectual y física.
Sensación de pesadez en brazos y piernas.
Dolor de cabeza.
Febrícula.
Dolor de garganta.
Hipotensión.
Dificultad para pensar con claridad.
Falta de memoria.
Falta de concentración y de atención.
Insomnio.
Irritabilidad.
Depresión.
Adenopatías (inflamación ganglios linfáticos)

Qué es la fibromialgia

La fibromialgia es una enfermedad reumática crónica, no se detecta mediante radiografía o análisis, las personas que sufren esta enfermedad no tienen síntomas visibles, pero sufren otros síntomas relacionados con la enfermedad.
Las causas específicas sobre la aparición de la fibromialgia no se conocen hoy en día, se han realizado varios estudios sobre la enfermedad pero no pueden decir la causa concreta que puede provocar la fibromialgia.

Lo poco que pueden decir los estudios realizados en enfermos de fibromialgia es que puede venir por una deficiencia del umbral del dolor, es decir, a nivel cerebral se ven diferencias entre un enfermo de fibromialgia y una persona sana en la actividad cerebral y flujo sanguíneo ante un estímulo doloroso.

Hay una excitabilidad neuronal superior en aquellas neuronas que transmiten la señal dolorosa al cerebro en personas que padecen fibromialgias con respecto a las personas sanas.
Otros estudios realizados dicen que puede ser causa genética, otros lo asocian a personas que han sufrido psicológicamente y físicamente mucho a lo largo de su vida.

Lo que sí queda claro es que el dolor se localiza en 18 puntos diferentes y que no es siempre en el mismo lugar y con la misma frecuencia, es decir, no tiene la misma intensidad de un día para otro ni el mismo lugar o punto de dolor.

Síntomas de la fibromialgia
Los más importantes son el dolor y el agotamiento, pero hay una cantidad de síntomas asociados y relacionados con la fibromialgia y estos son:

Rigidez corporal al levantarse, estar sentado mucho tiempo o inmóvil durante rato.
Aumento de dolor de cabeza y cara.

Trastornos del sueño.
Depresión.
Lentitud mental.
Problemas intestinales (síndrome colon irritable)
Parestesias (entumecimiento y hormigueo en manos y pies)
Desequilibrio.
Ansiedad.
Hipersensibilidad (luz, sonido, olores)
Dolor articular volátil (no siempre en la misma parte del cuerpo)
Qué tienen en común la fibromialgia y la fatiga crónica
Las personas que padecen fibromialgia o Síndrome de fatiga crónica suelen tener síntomas comunes como:

Insomnio.
Dolores de cabeza.
Incidencia superior en mujeres que en hombres.
Depresión.
Cansancio.
Dificultad para pensar (lentitud mental)
Dolor en las articulaciones.
En qué se diferencian la fibromialgia y la fatiga crónica
Aunque el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia parecen iguales, hay unas diferencias notables, estas son:

Fibromialgia...................................................Fatiga cronica
Edad inicio 45-55 años. ................................Edad inicio 29-35 años.
Mejora con ejercicio. ....................................Empeora con ejercicio.
Fatiga no extenuante................................... Fatiga extenuante.
No hay fiebre................................................Puede causar fiebre.
Adenopatías forman parte del diagnóstico..... Adenopatías no forman parte del diagnóstico.
No cursa con dolor garganta........................ Cursa con dolor garganta.
No agotamiento al hablar............................. Agotamiento al hablar.
Fatiga se alivia con el sueño..........................Fatiga que no se alivia.

¿Podemos padecer ambas enfermedades?

Sí podemos padecer fibromialgia y síndrome de fatiga crónica a la vez, sobre todo la fatiga crónica suele ser la primera fase de la fibromialgia causando extrema fatiga, aunque son enfermedades de carácter limitante tanto física como mentalmente hay esperanza de recuperación, no debemos desanimarnos, ser constantes sobre los tratamientos que el médico nos diga y sobre todo mirar al futuro con optimismo ya que el estado de ánimo en estas enfermedades juegan un papel importantísimo.

Manoli Duart
Naturópata, Acupuntora, Masajista y Homeopata
Colaborador de enbuenasmanos.com
http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=2003

Enfermedades Autoinmunes

El origen de las enfermedades autoinmunes es, todavía hoy, desconocido. Son varias las teorías sobre el porque aparecen estas enfermedades autoinmunes.




Definición de las enfermedades autoinmunes
Las enfermedades autoinmunes son aquellas en las que nuestras defensas o sistema inmunológico funcionan de un modo anormal reaccionando frente a algunas células de nuestro cuerpo como si fueran "enemigos" y por tanto dañándolas. Este desajuste puede afectar solo a un tejido, a un órgano o a varios y acaban incluso produciendo cambios en los tejidos. Cada vez nuestro sistema inmune verá esta zona más como un cuerpo extraño. Es un caso parecido a las alergias en donde el cuerpo reacciona de un modo desproporcionado frente a sustancias que en si no son ningún peligro para nuestra salud. Los órganos y tejidos más afectados, habitualmente, son: la piel, los músculos, las articulaciones, los glóbulos rojos y otros componentes de la sangre y algunas glándulas como el páncreas o la tiroides.

Causas de las enfermedades autoinmunes
Aunque no hay unanimidad al respecto algunas teorías afirman que, junto a una predisposición genética, el efecto de algunos microorganismos (Virus, bacterias, etc.) y/o el de algunos medicamentos. Dentro de la medicina naturista hay un sector muy importante que piensa que el exceso de vacunas y medicamentos también podrían ser causantes del alarmante incremento de las enfermedades autoinmunes.

Las dietas muy desequilibradas y llenas de aditivos también podrían "colaborar". En muchos casos, probablemente sea un conjunto de varios factores. Es necesario que se continúe investigando ya que cada vez hay más personas con enfermedades autoinmunes y hay que tener en cuenta que la mayoría son enfermedades que empeoran mucho la calidad de vida de la persona.

Ejemplos de enfermedades autoinmunes
Enfermedad de Crohn: afecta al tubo digestivo, produce una inflamación crónica que cursará de manera progresiva mediante episodios. Suele afectar al tramo final del intestino delgado y al primero del colon, aunque en algunos casos podemos encontrar implicados otros tramos del sistema digestivo.

Anemia perniciosa: el estómago no fabrica factor intrínseco que es una sustancia indispensable para absorber la vitamina B12 en el tracto gastrointestinal (vitamina básica para la formación de los glóbulos rojos)
Artritis reumatoidea: inflamación de las articulaciones (muñecas, dedos, rodillas, tobillos, etc.) y de los tejidos próximos aunque también pueda afectar a algún órgano. Ocasiona mucha rigidez y dolor.

Diabetes tipo I: en esta enfermedad autoinmune el páncreas no produce (o muy poca) insulina y se disparan los niveles de glucosa en nuestro cuerpo. La persona suele notar una sed exagerada, un gran apetito, cansancio, pérdida de peso, visión borrosa y hay una micción (orina) exageradamente abundante.

Enfermedad de Addison: el sistema inmune ataca a la glándula suprarrenal y hay un bajo funcionamiento de la misma. Las consecuencias pueden ser muy diversas ya que esta glándula interviene en la formación de hormonas glucocorticoides, hormonas mineralocorticoides y hormonas sexuales.

Enfermedad celíaca: el sistema inmune ataca las vellosidades del intestino delgado en respuesta a la presencia de gluten (proteína presente en la avena, cebada, centeno y trigo) El cuerpo pierde gran parte de su capacidad de absorción de nutrientes y esto puede ocasionar problemas graves.

Enfermedad de Graves: ocasiona un hipertiroidismo (la glándula tiroides trabajo de un modo excesivo)

Esclerosis múltiple: el sistema inmune daña la vaina de mielina (capa que recubre y protege a las células nerviosas) y con ello los impulsos nerviosos se van bloqueando afectando progresivamente al cerebro y médula espinal.

Lupus eritematoso sistémico: es una enfermedad autoinmune inflamatoria que puede afectar a las articulaciones, riñones, piel y otros órganos. El paciente también suele sufrir fatiga y destaca (en la mitad de los pacientes) una erupción en las mejillas y en el puente nasal en forma de mariposa (suele empeorar con la luz solar y afectar a otras zonas del cuerpo)

Miastenia grave: hay una debilidad de los músculos "voluntarios" producido por un trastorno neuromuscular. Esto puede provocar dificultad para tragar, párpado caído, dificultad para subir escaleras, para hablar, cabeza caída, etc.

Síndrome de Reiter: el sistema inmune ocasiona una serie de problemas inflamatorios en las articulaciones, genitales (urgencia y molestia al orinar, lesiones) y en los ojos (dolor)

Síndrome de Sjogren: se van destruyendo las glándulas que producen las lágrimas y la saliva lo cual acaba ocasionando sequedad en la boca, ojos y en general en todas las o mucosas.

Tiroiditis de Hashimoto: es una reacción del sistema inmunitario o inmune contra la glándula tiroides (la inflama) que suele ocasionar hipotiroidismo o bajo nivel de funcionamiento.

Síntomas de las enfermedades autoinmunes
Varían según el tipo de enfermedad. La mayoría coinciden en algunos síntomas como cansancio o fatiga, sensación de malestar crónico y algún tipo de dolor. Muchos pacientes también sienten un sentimiento de impotencia o desánimo al tener un tipo de enfermedad que el médico ya avisa que es crónica y sin esperanza de curación.

Normalmente solo suele haber tratamiento para remitir los síntomas y evitar complicaciones. Lo que también suele desesperar a los pacientes es que la mayoría de medicamentos para las enfermedades autoinmunes tienen a su vez efectos secundarios con lo que poco a poco van empeorando su calidad de vida. A veces algunos pacientes empiezan a desarrollar, a la vez, otras enfermedades autoinmunes.

La "estrategia" habitual de la medicina naturista se dirige a mejorar en conjunto la calidad de vida de estos pacientes. Si nuestro organismo (cuerpo y mente) está en armonía hay más posibilidades de que nuestro sistema inmune también lo haga.

Dieta y sistema inmune
Si alimentarse bien es básico para una buena salud en estos casos aún es más importante. Lo primero es tratar de eliminar de nuestra dieta todos aquellos alimentos y productos con aditivos químicos. Se trata de evitar sustancias que puedan alterar nuestro sistema inmune. Dentro de los alimentos también tratar de eliminar aquellos que puedan producirnos algún tipo de alergia especialmente la leche de vaca y los lácteos en general. Otras personas observarán que mejoran (o no empeoran) al dejar otros alimentos (soja o soya, café, naranja, pimiento, berenjena, etc.)

Hemos de aprender a escuchar a nuestro cuerpo un poco más. No estaría de más tratar de buscar un especialista que nos recomendara una dieta según nuestro grupo sanguíneo, según la Medicina Tradicional China o según la medicina ayurveda. Se trata, como siempre, de individualizar cada caso. En general los alimentos antioxidantes (frutas y verduras) son los que tiene que predominar mientras que las grasas saturadas deben disminuirse al máximo.

Los suplementos nutricionales, fitoterapia o plantas medicinales
Si el paciente sigue una dieta muy desequilibrada durante años puede ser conveniente un suplemento multivitamínico adaptado a su aso en particular (con o sin Yodo, etc.) Dentro de los alimentos tenemos algunos que son en si mismos multivitamínicos (polen, jalea real, levadura de cerveza, etc.)
Los lactobacilos o suplementos de "flora intestinal" pueden ser interesantes en casos de enfermedades autoinmunes cuando hay un historial largo de uso con antibióticos, laxantes, etc. Recordemos que el equilibrio intestinal es básico en los procesos de absorción y eliminación. Eso siempre favorecerá que la mucosa intestinal sea menos permeable y puede ayudar a disminuir las tendencias alérgicas y según la medicina naturista podría facilitar que el sistema inmune esté menos alterado.
En cada una de las enfermedades autoinmunes concretas, será necesario un aporte de suplementos nutricionales y de plantas medicinales o preparados de fitoterapia concretos.

El sol, la naturaleza y las enfermedades autoinmunes
El sol parece tener un efecto beneficioso sobre nuestro sistema inmune, especialmente durante la infancia y preadolescencia. En verano solo con unos pocos minutos es suficiente y hay que evitar abusar sobre todo en horas de máximo calor. Estar en contacto con la naturaleza también favorece nuestro sistema inmune ya que además de disminuir nuestro estrés y respirar aire puro estamos en contacto con una flora y fauna (insectos especialmente) distinta a la habitual. Los típicos granitos o pequeñas erupciones por tocar alguna planta o insecto son una buena forma, con precaución, de "entrenar" a nuestro sistema inmune.

Terapias para nuestro sistema inmune
Prácticamente todas las terapias naturales son válidas en estas las enfermedades autoinmunes ya que nos pueden ayudar a tener una mejor calidad de vida evitando a la vez tomar tantos medicamentos. La acupuntura, la homeopatía, la osteopatía, hidroterapia, técnicas de relajación, etc. son un buen complemento para lechar contra estas enfermedades autoinmunes.

Vacunas, exceso de medicamentos e infecciones infantiles
Si hay un tema que causa controversia es la relación entre vacunas y problemas autoinmunes. Establecer una relación directa es, en general muy complejo, ya que la reacción de nuestro sistema inmune a la vacunación no es instantánea y cada caso es diferente. Lo más importante es que cuando haya que vacunar a una persona esta se encuentre "fuerte". A veces vale la pena esperar unos días si acabamos de pasar una infección o tenemos la sensación de que estamos incubando "algo". Es importante hablar con el médico sobre la conveniencia o no de poner todas las vacunas y cual es el momento más adecuado.
Otro aspecto muy importante es el de no abusar de los medicamentos y especialmente de los antibióticos y antipiréticos (para bajar la fiebre) Sobre todo no hay que automedicarse a la primera; el médico es el único que debe decidir si hay que tomar algún medicamento. En general no dejamos que nuestro sistema inmune "trabaje" ya que impedimos tener siquiera unas décimas de fiebre o un mínimo de dolor. No hay que ser masoquistas pero tampoco impedir que nuestro sistema inmunológico actúe ya que sino, junto a otros factores es cuando se altera.
Relajarse y disminuir el estrés
Dormir las horas necesarias (unas ocho horas) es importante para todo el mundo pero aún más para pacientes con enfermedades autoinmunes ya que ayuda a "recuperar" las fuerzas y el equilibrio a nuestro organismo.
Buscar aficiones, un ratito para relajarnos y practicar algún deporte suave es clave para nuestras defensas.
En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa.


Josep Vicent Arnau
Naturópata y Acupuntor
Colaborador de enbuenasmanos.com
fuente:ebm en buenas manos
http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=1777