Contaminación
electromagnética
"Basta de experimentos a
gran escala"
- "Hay
que decir no a los teléfonos móviles y las redes wifi".
- "Deben
rebajarse millones de veces los límites permitidos de emisiones".
- 4
millones de españoles podrían manifestar una sensibilidad a los
campos electromagnéticos
Por:
Manu Corral 23.1.2014
Olle
Johansson es un sueco con aspecto de Sancho Panza y espíritu de Don
Quijote. Bonachón y sosegado, con la ciencia como única arma,
explica lo que parece que nadie quiere oír, sobre todo la poderosa
industria mundial de las telecomunicaciones.
Durante
su reciente visita a Barcelona –invitado por Oikos
Ambiental
a la Jornada de Técnica sobre Medio Ambiente y Salud, organizada por
la Asociación
Apquira
de afectados por enfermedades ambientales– ha pedido que digamos no
a los teléfonos móviles, no a las redes wifi y no a cualquier
fuente innecesaria de radiaciones electromagnéticas.
Johansson
es médico y trabaja en el departamento de Neurociencias del
Instituto Karolinska de Estocolmo, uno de los centros de
investigación y enseñanza médica más avanzados del mundo,
encargado de decidir el premio Nobel cada año, donde desde 1970 ha
realizado numerosos estudios que prueban el efecto nocivo de
diferentes tecnologías utilizadas en telecomunicaciones.
En
1995 se preguntó por primera vez si los teléfonos móviles serían
peligrosos y desde entonces no ha dejado de demostrar que
efectivamente lo son. Pero sus estudios son sólo una pequeña parte
de las 2.000 referencias que mencionó en Bioinitiative 2007, el
informe de 600 páginas que elaboró junto con otros 13 científicos
para concienciar a la comunidad científica y a la sociedad. La
revisión Bioinitiative
2012
sumó 1800 estudios más y alcanzó las 1479 páginas (aquí
un resumen en español).
Según
el doctor Joaquim Fernández Sola, del Hospital Clínico de
Barcelona, de 470.000 a 4 millones de españoles podrían manifestar
una sensibilidad a los campos electromagnéticos, con síntomas como
reacciones de la piel, dolor en el pecho, pérdida de memoria,
mareos, acúfenos, náuseas, nerviosismo, ansiedad, cansancio o dolor
de cabeza.
Johansson
insiste en que la hipersensibilidad no es una enfermedad, sino una
reacción del organismo a las radiaciones artificiales y que, en
consecuencia, el objetivo no debe ser tanto encontrar una cura como
eliminar la causa del problema, o sea, los campos electromagnéticos.
La solución no puede ser solo médica, sino política y social: las
autoridades deben prohibir las emisiones perjudiciales.
“Las
personas están bien y no pueden ser obligadas a dejar su trabajo o a
cambiar de casa; se trata de defender sus derechos”, sostiene.
Las
personas electrosensibles son como los canarios de los mineros. Dan
la señal de alarma, pero todos sufrimos de alguna manera los efectos
de las radiaciones electromagnéticas. La lista de alteraciones es
larga y preocupante.
Johansson
fue desgranando en su conferencia de Barcelona, ante médicos y
personas afectadas, los posibles efectos negativos de los campos
electromagnéticos: asma, trastornos de la piel, melanoma, linfoma y
otros tipos de cáncer, permeabilidad cerebral, disminución de la
calidad del semen e infertilidad, cambios en las enzimas
antioxidantes, estrés, disfunciones del aprendizaje y del
comportamiento... Por cierto, Johansson relaciona las dificultades de
los estudiantes suecos -una preocupación nacional- con el aumento de
ordenadores en las aulas.
La
acumulación de pruebas ha llevado a que científicos de vanguardia,
reunidos por la Comisión Internacional para la Seguridad
Electromagnética (ICEMS) haya aprobado sucesivas resoluciones en
Benevento
(2006), Venecia
(2008)
y Londres
(2009).
MEDIDAS
QUE PODEMOS TOMAR
La
doctora Carme
Valls-Llobet es
uno de los pocos especialistas que en España estudian y tratan las
alteraciones causadas por los campos electromagnéticos, así como
otros trastornos de tipo ambiental, como la sensibilidad química
múltiple.
Propone
las siguientes medidas:
- Vigilar
la presencia de antes de telefonía móvil y torres de alta tensión
a menos de 100 metros del domicilio.
- Que
los niños no utilicen los teléfonos móviles ni tabletas con
conexión wifi.
- No
apoyar los ordenadores portátiles sobre las rodillas o el vientre.
- No
utilizar wifi, sino conexiones por cable.
- Alejar
los teléfonos inalámbricos de los lugares donde se permanece mucho
tiempo, especialmente el dormitorio.
- No
utilizar pantallas ni móviles dos horas antes de acostarse.
- En
el caso de sufrir síntomas se puede recurrir a suplementos
nutricionales:
- Equilibrar
el metabolismo óxido reducción celular, regulando los niveles de
tiroxina, magnesio, hierro, zinc, ácido fólico y vitamina B12.
- Asegurarse
de que los niveles de vitamina D en sangre se sitúan entre 66 y 100
n/ml.
- En
caso de fatiga, utilizar coenzima Q10 en forma reducida (ubiquinol).
En
estas declaraciones, los expertos independientes afirman que "los
campos electromagnéticos actúan a todos los niveles, desde el
molecular al epidemiológico" y que en aplicación del principio
de precaución debieran "aprobarse nuevas normas que protejan la
salud de todos, incluidos las personas más vulnerables".
Mientras los cambios legislativos no se producen, "recomiendan
limitar el uso de teléfonos móviles y otros dispositivos
similares", sobre todo "entre los niños y los
adolescentes".
UN
ESPACIO LIBRE DE CONTAMINACIONES
- La
Jornada técnica sobre Medio Ambiente y Salud, organizada por la
Asociación
Apquira,
en la que participó Olle Johansson, se desarrolló en los locales
del Col.lectiu Ronda de abogados laboralistas. Este despacho bien
conocido en Barcelona por su activismo cuenta con un Espacio con
Valor Ambiental (EVA) donde se ha tratado de eliminar toda fuente de
contaminación química y electromagnética en pleno centro de
Barcelona. Allí se refugian las personas afectadas.
- Diseñado
por el experto en bioconstrucción Mariano Bueno y la bióloga
Elisabet Silvestre, se ha construido con materiales naturales y
ecológicos que adoptan formas biológicas y acogedoras.
Pese
a todas las pruebas que aporta Johansson, las autoridades sanitarias
continúan haciendo más caso a los estudios que niegan los efectos.
Buena parte están pagados por la industria, denuncia. Por eso no es
raro que los medios de comunicación mayoritarios aparezcan expertos
que defienden la inocuidad de los móviles y las redes wifi y
desacreditan toda sugerencia en sentido contrario.
"En
ningún caso se trata de paranoias. Las ratas de laboratorio muestran
las consecuencias y no saben leer las revistas ni miran la
televisión", dice Johansson socarrón. Además se encuentran
los mismos problemas desde Suecia a España y desde Japón a Estados
Unidos. Los seres vivos también muestran una serie de reacciones.
Por ejemplo, si se deja un teléfono móvil al lado de una colmena,
es probable que las abejas huyan. Las hormigas responden alejando las
larvas.
Incluso
los estudios que son financiados con dinero público están
condicionados por la influencia de las empresas de
telecomunicaciones. Un ejemplo fue el estudio REFLEX, que se
desarrolló durante 4 años en 12 laboratorios de 7 países, entre
ellos España, pertenecientes a la Unión Europea. Su objetivo era
demostrar que las emisiones de microondas no fragmentaban el ADN,
pero los primeros resultados indicaron que sí lo alteraban, y en
lugar de actuar en consecuencia, se dijo que las investigaciones, al
ser in vitro, no demostraban totalmente los efectos perjudiciales en
humanos... La Unión Europea no quiso poner ni un euro más en esa
línea de investigación.
Pedimos
disculpas por la calidad de la imagen. El vídeo fue grabado en un
lugar que no reunía las condiciones necesarias. Damos las gracias
por la colaboración a la Asociación Oikos Ambiental.
¿Cómo
afrontar el problema?
Mientras
las organizaciones científicas y los políticos no actúen,
Johansson cree cada persona debe informarse y decir no a todas las
tecnologías peligrosas: "Si eliminamos la mayoría de gadgets
que nos rodean no pasará nada, de verdad, ¡seguiremos viviendo
igual! ¡No a más experimentos a gran escala!". No al uso
indiscriminado del móvil y otros aparatos como teléfonos
inalámbricos o monitores infantiles. No a regalar teléfonos y
tabletas a los jóvenes. No
a las redes wifi en las escuelas
y en las casas.
Pero
no pueden abandonarse las reivindicaciones a los políticos, porque
individualmente no podemos controlar lo que hacen los vecinos o las
empresas de telecomunicaciones. En su opinión debieran rebajarse
"millones de veces" los niveles de emisión permitidos en
la actualidad.
“El
mundo se mueve inexorablemente hacia uno de esos momentos trágicos
que conducirán a los historiadores del futuro a preguntarse ¿por
qué no actuaron a tiempo?”, advierte.
"Muchas
personas pensarán que para qué hacer nada, pero cuando uno muere
debe pensar que ha hecho todo lo posible por los demás",
concluye. Estamos seguros de que al menos Johansson no cejará
en la lucha.
- Alemania
y Francia han legislado a favor de que en las escuelas se sustituya
las redes wifi por cable.
- La
OMS clasifica desde 2011 las microondas que se utilizan en telefonía
móvil como posible cancerígeno humano por su relación con tumores
cerebrales malignos.
- La
Corte Suprema de Casación italiana confirmó la sentencia que
consideraba una enfermedad laboral el cáncer de un trabajador que
debía hablar continuamente por el teléfono móvil.
- La
resolución 1815 del Consejo de Europa
pide
a los gobiernos europeos que prohiban los móviles y las redes wifi
en las escuelas.
- Suecia
reconoce la electrosensibilidad como una discapacidad.