miércoles, 6 de agosto de 2014

Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple: Petición ante el Parlamento Europeo acusa a los Estados Miembros de Omisión por Comisión, al no reconocer la enfermedad.

06/08/14

El Parlamento Europeo entró en receso en agosto, pero días antes la Comisión de Peticiones recibió una presentación de la abogada argentina Dra Graciela Vizcay Gomez quien viajó a Italia para representar a la Socióloga italiana, Rita Ghiringhelli.

El objeto de la presentación es la “Falta de Regulación y Reconocimiento de las nuevas enfermedades ambientales: Sensibilidad Química Múltiple, Fibromialgia, Fatiga Crónica y otras patologías asociadas” que, ni la UE, ni la OMS, ni el Código CIE-10/11 (Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades) la reconocen.” dice la abogada.

Un estudio jurídico de Florencia realiza al mismo tiempo, la demanda judicial administrativa.

El documento hace hincapié de la “Inexistencia de un Código Gnoseológico que proteja al ciudadano de la UE, y del resto del mundo, por eso es que venimos a solicitar el tratamiento de forma expedita de dicha inexistencia de regulación, reconocimiento, tratamiento de la enfermedad como tal y no como una supuesta patología de “fantasía psicológica” discriminando a los que padecen estas enfermedades físicas, de igual forma otrora sucedió con los afectados por HIV, por dar solo un ejemplo.” expresa uno de los puntos del documento.

En uno de los párrafos más fuertes, la abogada Vizcay Gomez exige la “imperiosa necesidad de una legislación operativa”, para toda la UE, que parece tener una “sub-unión de dos Estados”, separados de los demás, que la integran solo Alemania y Austria, donde estas enfermedades han sido reconocidas como “enfermedad física”. “El código T78.4, se ha utilizado para el reconocimiento de la SQM, en Alemania y Austria. Sendos países son pioneros en materia de salud respecto al tema de marras, solo nos deja entrever que el Tratado de Lisboa, diseñado para mejorar el funcionamiento de la UE, es solo una manifestación de deseos. Asimismo la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, referente a la Dignidad, Igualdad y Solidaridad es una utopía, por cuanto su Título V sobre Ciudadanía además de ser un título “programático” es estéril, habida cuenta que en la UE hay ciudadanos de “primera y de segunda” algunos con acceso a la salud y otros que mueren en el intento.” sostiene la abogada.

“Dado que la OMS aún no ha incluido la SQM/FM/FC y otras enfermedades a escala global en la citada clasificación internacional y que esta organización no permite que los países puedan introducir nuevos códigos (…) pese a que el número de afectados aumenta de forma exponencial, cada vez en edades más tempranas, y que livianamente el Parlamento Europeo las incluye dentro de un “número creciente de enfermedades vinculadas a factores medioambientales” asevera, y agrega imputando al organismo la complicidad con las transnacionales manifestando que “Cuando se trata de OGM, el andamiaje del Parlamento parece funcionar de forma eficaz y expedita, como si los loobies y el poder económico de las multinacionales farmacéuticas y químicas sirvieran de engranaje para mover la rueda estanca de las distintas Comisiones. Que dicho sea de paso, aún ante la gravedad de los temas que nos ocupan, no pueden fatigarse más de una vez al mes, para decidir con total discrecionalidad “qué tema se tratará y cual no” agrega la profesional, reconocida por sus denuncias internacionales sobre agrotóxicos, dejando clara su posición sobre la hipocresía, connivencia y desidia, de la que acusa constantemente, a los organismos internacionales, incluido el Vaticano.

La socióloga Ghiringhelli acompañó a la abogada que entregó sus causas al Papa Francisco en la Audiencia del 16 de octubre pasado en el Vaticano 
(ver aquí), que luego negó una audiencia grupal a la abogada y científicos italianos por lo que Vizcay Gomez apuntó directamente a Peter Turkson del Consejo de Paz del Vaticano, que pretendía recibirla a ella y a la comitiva, de ser “cómplice del genocidio” (ver aquí) haciendo alusión al documento emanado el mes de mayo de 2009 en la Semana de Estudio sobre el tema: “Plantas Transgénicas para la Seguridad Alimentaria en el Contexto del Desarrollo”, auspiciado por la Pontificia Academia de las Ciencias, en su sede de la Casina Pio IV del Vaticano, al que describió como “una gran falacia, llena de errores garrafales”.

Otro párrafo del documento expresa que “Siendo quien suscribe, una ciudadana italiana que padece dichas patología que se agudizan en forma progresiva, tiene un curso crónico, que no se limita a un solo órgano o sistema, que discapacita, que excluye, que es compleja y necesita un tratamiento terapéutico multidisciplinario. Sin la debida atención médica, legal y un verdadero Estado “Garante”, que nos permita a todos los afectados, es imposible y solo una expresión de deseos, el disfrute de los derechos básicos en materia de salud, asistencia y demás derechos derivados reconocidos por la Declaración Universal de los DDHH y por las cartas magnas de todos los países democráticos.”

En el punto cinco de la petición, la abogada acusa al Parlamento Europeo de “inacción y omisión” y de “letra muerta” a la Revisión intermedia del Plan de Acción Europeo sobre Medio Ambiente y Salud 2004-2010 y a la Decisión Nº 1350/2007/CE por la que se establece el segundo Programa de acción comunitaria en el ámbito de la salud, Libro Blanco titulado «Juntos por la salud: un planteamiento estratégico para la UE .

-“La Encefalomielitis Miálgica (ME), el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), y la Fatiga Crónica (CF) se distinguen con precisión, y los criterios de Fukuda son suficientes para hacer una distinción entre la EM / SFC y CF, pero los pacientes con EM / SFC deben subdividirse en ME (con PEM) y el síndrome de fatiga crónica (sin PEM).” asegura. 

Siguiendo el mismo planteamiento, la redacción continúa citando: “El apartado 1° del artículo 11-63 de la Constitución Europea proclama que“ toda persona tiene derecho a su integridad física y psíquica”, alegando una responsabilidad penal sobre una “imputación de resultados diferidos”, habida cuenta que el resultado de esa omisión ante la falta de legislación produce la muerte de millones de afectados por estas patologías ambientales, un resultado a largo plazo, diferido, no inmediato”. Acusando nuevamente a la UE de incumplimiento de los “deberes asistenciales” solidariamente con la OMS y todo organismo que debería garantizarlo. A lo que la abogada llama: “Un abandono unilateral del paciente, lo que se conoce como “posición de garante” en una posición de omisión. La voluntad aquí consiste en no dirigir un proceso causal tendiente a evitar el resultado típico de muerte cuando “tenía capacidad para hacerlo”.

“Que una persona se encuentre en una situación desamparada, en este caso de toda legislación y reconocimiento de la enfermedad, negándose el acceso a derechos del paciente, a asistencias social (pensiones), medicación (coberturas médicas) etc., significa que se encuentra en una situación de necesidad de ayuda ajena y al mismo tiempo de carencia de ella. Agravado en los casos que quien desampara es un funcionario público. Es decir, el bien jurídico personal objeto de tutela es la vida, la integridad personal, la integridad moral”, agrega:

Según datos que aporta, en los países industrializados se atribuyen a factores medioambientales entre el 25 y el 33% de las enfermedades, siendo la infancia el grupo más vulnerable y que en febrero de 2013 un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) acerca del estado de los conocimientos científicos sobre las sustancias químicas que perturban la función endocrina, muchas sustancias químicas sintéticas cuyos efectos sobre el sistema hormonal todavía están por investigar, podrían tener importantes repercusiones en la salud. En este informe, dice la abogada, se pide cínicamente que se “siga investigando”.

La FDA desde USA, citada como otra cómplice, en abril de 2013, en el documento “The Voice of the Patient” llevó a cabo una reunión pública y donde los términos SFC, EM y SFC y ME se utilizan indistintamente. Describiendo el SFC y ME enfermedad grave o un conjunto de enfermedades para las que en la actualidad no hay tratamientos aprobados por la FDA. “El único fin de esa reunión era aprobar medicamentos para tratamiento de dichas enfermedades, beneficiando a las farmacéuticas” aclara Vizcay Gomez.

Los enfermos de Sensibilidad Química Múltiple, Encefalomielitis Miálgica/SFC, Fibromialgia y Electrohipersensibilidad llevan décadas pidiendo que estas enfermedades sean reconocidas por el sistema sanitario como tales, adecuada asistencia sanitaria a pesar de que como en los casos de la Esclerosis Múltiple, el Parkinson o el Alzheimer no tengan tratamiento.

“Las enfermedades de Sensibilización Central actualmente no tienen cura. Son para siempre. Aún así el Estado los deja desprotegidos, sumidos en una indefensión total y con escasos recursos en un muy elevado porcentaje de casos”, agrega la abogada.

La Petición concluye con cinco puntos concretos:

- La enfermedades MCS, EM / SFC y FM comparten la mayor parte de las anomalías, las pruebas y los síntomas, se peticiona a esta Comisión el reconocimiento de la enfermedad en toda la UE

- Exige la inclusión de la SQM en el CIE-10/11, tal y como hicieron Alemania y Austria

- El reconocimiento como incapacidad y discapacidad a causa de la enfermedad en los casos concretos.

- Campañas de divulgación sobre la SQM y demás patologías citadas

- Legislar acorde al previo reconocimiento de la enfermedad, ya que los afectados se ven obligados a acudir a los tribunales para exigir que se les reconozca sus derechos, existiendo especialistas médicos capaces de diagnosticar con exactitud esta enfermedad. Y la necesaria redacción de un Código Gnoseológico que englobe tanto el perfil etiológico, la patogenia, y los síntomas de la enfermedad.

Como consideración final el documento concluye citando nuevamente a la Declaración Internacional Sobre los Peligros Sanitarios de la Contaminación Química (conocida como El llamamiento de París), argumentando que:

“...El hombre está expuesto hoy a una contaminación química difusa ocasionada por múltiples sustancias o productos químicos que producen efectos sobre la salud del hombre como consecuencia de una regulación insuficiente. Que esa contaminación química se ha convertido en una de las plagas humanas actuales y que la medicina contemporánea no consigue detener; que a pesar del progreso de las investigaciones médicas, la medicina corre el peligro de no poderlas erradicar”, y eso, sumado a la falta de un reconocimiento de la patología es sin duda “un delito claro de Comisión por Omisión, omitir evitar el resultado típico, equivale por su injusto a la Comisión Activa”, asegura la profesional.