jueves, 5 de julio de 2018

Los campos electromagnéticos naturales y artificiales pueden perjudicar la salud


SEGÚN LA SOCIEDAD CATALANA DE MEDICINA FAMILIAR Y COMUNITARIA

BARCELONA 3 JUL, 2018 

Los médicos de Familia del grupo de Patologías Ambientales de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) han actualizado sus conocimientos sobre cómo los contaminantes químicos y electromagnéticos, tanto naturales como artificiales, pueden afectar a la salud de las personas, y qué medidas se pueden tomar para reducir este impacto.

La doctora María del Carmen Ruiz, especializada en patología ambiental y coordinadora del grupo de Patología Ambiental de la CAMFiC, explica que “desde la década de 1980, el crecimiento exponencial de la tecnología wireless ha generado un aumento de 1.000 millones de veces el campo electromagnético natural de la tierra, generando un efecto cóctel electroquímico. Sustancias que penetran en el organismo a través de la alimentación, el aire que respiramos, y todo lo que ponemos en la piel”.

Varios los estudios relacionan estos agentes con una serie de enfermedades como la sensibilización central, neurodegenerativas, autoinmunes, endocrinas, cardiovasculares, metabólicas, cáncer, asma, TDAH, autismo y esterilidad, entre otras. En 2013, la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertaron que el 95 por ciento de los casos de cáncer, 70 por ciento de los accidentes cardiovasculares, el 80 por ciento de las enfermedades coronarias, el 90 por ciento de las patologías neurodegenerativas y el 80 por ciento de la diabetes mellitus tipo II son provocados por agentes tóxicos contaminantes.

Enfermedades crónicas multisistémicas

En este sentido, la doctora Padma Solanas, del Centro de Medicina Biológica en Barcelona apunta que se está observando “una creciente prevalencia de las enfermedades crónicas multisistémicas, que también son más precoces, como la sensibilidad química múltiple, el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia o electrohipersensibilidad o enfermedades cardiovasculares, síndromes metabólicos, enfermedades neurodegenerativas y autoinmunes, cáncer y alergias”.

Respecto a lo más significativo, María del Carmen Ruiz, indica que “los factores medioambientales debilitan, desencadenan o agravan los mecanismos fisiopatológicos”. Para su solución, esta facultativa resalta dar “un cambio en las prioridades desde la actual Medicina enfocada a tratar los síntomas, hacia una Medicina dirigida a tratar las causas, poniendo el foco en la prevención, precaución y mejora en la detección precoz y en el diagnóstico de estas enfermedades crónicas y medioambientales. Y aquí es fundamental el papel del médico de Familia, como puerta de entrada a sistema de salud”.

El 30% de las enfermedades infantiles están asociadas al medio ambiente

Desde la década de los ochenta, el crecimiento exponencial de la tecnología wireless ha generado un aumento de 1.000 millones de veces el campo electromagnético natural de la tierra, generando un efecto cóctel electroquímico de sustancias que penetran en nuestro organismo a través de la alimentación, el aire que respiramos y la piel. Así lo afirma Carmen Ruiz, médica de familia especializada en patología ambiental, miembro del Equipo de Atención Primaria de Montcada i Reixac y coordinadora del grupo de Patología Ambiental de la CAMFiC.

De hecho, son varios los estudios que relacionan estos agentes con una serie de enfermedades: sensibilización central, neurodegenerativas, autoinmunes, endocrinas, cardiovasculares, metabólicas, cáncer, asma, TDAH, autismo, esterilidad ... Tanto es así que en 2013 la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertaron que "el 95% de los casos de cáncer, 70% de los accidentes cardiovasculares, el 80% de las enfermedades coronarias, el 90% de las enfermedades neurodegenerativas y el 80% de la diabetes mellitus tipo 2 son provocados por agentes tóxicos contaminantes. Y por lo tanto, dos de cada tres casos se podrían evitar.

En este sentido, Padma Solanas Noguera, del Centro de Medicina Biológica en Barcelona, explica que "estamos observando una creciente prevalencia de las enfermedades crónicas multisistémicas, que también son más precoces, como la sensibilidad química múltiple, el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia o electrohipersensibilidad, enfermedades que afectan a más del 5% de la población, o enfermedades cardiovasculares, síndromes metabólicos, enfermedades neurodegenerativas, enfermedades autoinmunes, cáncer, alergias, etc".

Lo más significativo para Carmen Ruiz, sin embargo, es que "los factores medioambientales (los contaminantes químicos, agentes biológicos infecciosos y los campos electromagnéticos naturales o artificiales) debilitan, desencadenan o agravan los mecanismos fisiopatológicos. La solución a esto pasa en parte, según Ruiz, por "un cambio de las prioridades desde la actual medicina enfocada a tratar los síntomas, hacia una medicina dirigida a tratar las causas, poniendo el foco en la prevención, precaución y mejora en la detección precoz y en el diagnóstico de estas enfermedades crónicas y medioambientales. Y aquí es fundamental el papel del médico/a de familia, como puerta de entrada a sistema de salud".

Ambas doctoras consideran imprescindible que "mientras las políticas sanitarias y los científicos se ponen de acuerdo, surge la necesidad de una actuación clínica que genere prevención primaria y secundaria de salud frente a los factores etiológicos menos conocidos. No se trata de renunciar al confort y a las nuevas tecnologías, sino de promover su uso consciente para evitar la aparición de enfermedades en nosotros y en las generaciones futuras”.