sábado, 12 de noviembre de 2011

El fracaso de la patata transgénica

ESCRITO POR AMIGOS DE LA TIERRA.* LQSOMOS. NOVIEMBRE DE 2011

Contaminación, rechazo social y un recurso judicial de 5 Gobiernos Europeos resumen su primer año de cultivo

La Comisión Europea aprobó en marzo de este año el primer cultivo transgénico en la Unión Europea después de 12 años, la patata Amflora [1]. Tras su primera temporada de siembra, el balance no podría ser más desastroso. Rechazada por la opinión pública y la industria, gran parte de su cosecha se ha visto contaminada o retenida. Su cultivo ha sido prohibido en Austria, Hungría y Luxemburgo, y 5 Gobierno europeos han emprendido acciones judiciales contra su aprobación.

Cultivada en 2010 en 267 hectáreas repartidas por Suecia, Alemania y República Checa, los resultados de esta cosecha no han sido precisamente positivos. Su cultivo en Suecia se ha visto envuelto en un escándalo de contaminación por una patata transgénica no autorizada, y por lo tanto ilegal, conocida como Amadea [2]. Debido a esta contaminación, 16 de las 102 hectáreas cultivadas en Suecia tuvieron que ser destruidas. 
No han tenido mejor suerte las 15 hectáreas cultivadas en Alemania, que fueron retenidas por orden de las autoridades regionales hasta poder garantizar que estaban libres de contaminación por la patata transgénica ilegal [3]. Hasta la fecha, están retenidas en un almacén del Gobierno Federal a la espera de nueva orden.

La patata Amflora ha conseguido el rechazo frontal de varios Gobiernos Europeos. Austria, Luxemburgo y Hungría han prohibido su cultivo en su territorio [4] y junto a los Gobiernos de Francia y Polonia han denunciado frente al Tribunal Europeo de Justicia la aprobación de esta patata transgénica [5].

La industria europea del almidón también ha rechazado esta patata, para evitar problemas de contaminación y el rechazo de los consumidores. Existen patatas convencionales disponibles en el mercado con el mismo contenido de almidón, sin necesidad de modificación genética, lo que evidencia lo innecesaria que es Amflora [6].

La aprobación de la patata transgénica ha generado amplias protestas por toda Europa. Se han recogido más de un millón de firmas en tan solo unos meses, en lo que supone la primera “iniciativa ciudadana”, un principio recogido en el Tratado de Lisboa de la Unión Europea (EU) desde diciembre de 2009, en virtud del cual un millón de ciudadanos y ciudadanas europeas tienen la posibilidad de pedir formalmente a la Comisión Europea que adopte medidas legislativas para satisfacer sus demandas [7]. Se han desarrollado también numerosas protestas, destacando las producidas en España [8].

David Sánchez, responsable de agricultura y alimentación de Amigos de la Tierra afirmó: “El balance del primer año de cultivo de Amflora ha sido claramente desastroso, y debería servir para que la Comisión Europea y Gobiernos como el español se replanteen su apuesta por los transgénicos. Son innecesarios, no aportan ninguna ventaja, plantean demasiados riesgos y su cultivo por unos pocos genera enormes problemas para el resto de agricultores, la industria alimentaria y los consumidores.”

Para más información: Teresa Rodríguez, prensa de Amigos de la Tierra, 680 936 327 ó 913069900 David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra, 913069921 ó 691471389



Notas

[1] Riesgos ambientales y para la salud de la patata Amflora La patata Amflora es propiedad del gigante químico BASF. Modificada genéticamente para tener una mayor cantidad de amilopectina para la producción de almidón en usos industriales, fue aprobada pese a la mayoritaria oposición de los Gobiernos europeos. Entre los pocos ministros que en su momento apoyaron la aprobación se encontraba la anterior Ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa. BASF llevaba intentando aprobar este cultivo desde 1996 y había llegado incluso a llevar a la Comisión Europea ante los tribunales por no aprobar su producto [9]. Durante todos estos años, la patata transgénica ha estado envuelta en una dura polémica por sus impactos ambientales y riesgos sobre la salud.

El cultivo de Amflora genera graves riesgos para la salud, la agricultura y el medio ambiente: Está diseñada y aprobada para uso en la industria y en piensos animales, pero también se permitió su presencia por contaminación de hasta un 0,9% en los alimentos. La propia BASF advertía en la solicitud de aprobación que “no se puede descartar que esta patata sea usada o termine apareciendo en la alimentación [10]”. Falta información básica sobre su seguridad para la salud. La EFSA reconoce que los datos ofrecidos por BASF muestran muchas irregularidades, incluyendo irregularidades toxicológicas que podrían tener implicaciones serias en la seguridad alimentaria. La aprobación de Amflora podría ser ilegal, ya que contiene un gen que la hace resistente a determinados antibióticos. A pesar de que la Directiva europea que regula los transgénicos estableció que los cultivos modificados genéticamente que contuvieran genes de resistencia a antibióticos deberían salir del mercado en 2004, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria [EFSA en sus siglas en inglés] le dio el visto bueno. Y no cambió de opinión pese a la advertencia de la Agencia Europea del Medicamento o la Organización Mundial de la Salud, que confirmaron la importancia para la medicina de los antibióticos a los que Amflora es resistente [11]. La evaluación de riesgos ambientales de Amflora no cumple los requisitos marcados por la legislación europea. No se ha estudiado el impacto de la patata transgénica sobre el medio ambiente, tan solo sobre la fauna circundante. Se ha ignorado el riesgo de contaminación. La patata se considera un cultivo de bajo riesgo en cuanto a contaminación por polen, pero es un cultivo de alto riesgo de contaminación debido a los tubérculos que quedan en el suelo tras la cosecha. Es prácticamente imposible recoger la totalidad de la producción, con lo que los tubérculos pueden crecer la temporada siguiente, contaminando la siguiente cosecha [12].









[10] Solicitud para el evento “Amylopectin Potato EH92-527-1” de acuerdo a la Regulación Nº 1829/2003, BASF Plant Sciences.



El poder que uno tiene

Publicado por Miguel Jara el 12 de noviembre de 2011

Artículo de Pilar Remirocolaboradora de este blog y activista por el reconocimiento de las enfermedades relacionadas con el medio ambiente.

Las personas con menos poder también tenemos recursos para rebatir al poder y enfrentarnos a los abusos de los poderosos. El conflicto es sano es lo que hace visible la diferencia, es el primer paso para aceptarla y llegar a considerarla. Las enfermedades de Sensibilización Central -Sensibilidad Química Múltiple (SQM), Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) o fibromialgia- no solo existen para hacer evidente la consecuencia de las aberraciones que se han cometido sin pensar más allá del beneficio inmediato de distinta índole (casi siempre económico), también son la puerta que nos obliga a un cambio personal, pudiendo cambiar no solo lo exterior, necesario y urgente, también lo interior. Es una ocasión que estamos desperdiciando como colectivo y a nivel individual los afectados y el resto de personas.

Estamos condicionados por los roles que hemos creado a lo largo de nuestra vida, unos roles que tanto nos protegen que nos impiden crecer y desarrollarnos. Es posible aprender a vivir teniendo en cuenta que existen más personas y romper nuestro individualismo, es posible crear un espacio confianza donde todos podamos expresarnos sin miedo, es posible aprender de lo diferente y de quien nos sentimos diferentes. Ir con una mascarilla te pone en un lugar diferente al resto y provoca muchas inquietudes internas tanto para quien la necesita como para los que tienen que aceptarlo. El proceso de estas enfermedades afecta al ser humano en todos sus ámbitos y necesidades.

Tener más o menos poder no es el problema, el problema lo causa cómo se utiliza el poder que uno tiene. El poder tendría otra connotación si se utilizara como servicio, si lo pusiéramos a disposición del colectivo para conseguir metas comunes, ese es un poder creativo, si es por interés, aparece el rechazo o la marginación a quien piensa o aporta distinto, se convierte en destructivo. Muchas veces somos inconscientes de cómo estamos utilizando el poder en nuestro propio beneficio. De que estamos repitiendo los patrones de los que nos estamos quejando y abusamos del poder. Abusamos cuando rechazamos la queja del otro, descalificándola hasta el punto de llegar a considerarla fuera de lugar, un error, algo peligroso. Normalmente las personas con poder están tan convencidas de que su manera de ser o actuar es lo natural, que ni siquiera son capaces de ver el daño que hacen a otras personas al actuar así, por lo que no pueden comprender que alguien se queje o que les pida que amplíen sus miras.

Los desacuerdos y luchas de poder que percibimos en los telediarios, o cualquier otro medio de comunicación, tienen su representación también en nuestra forma de llevar la solicitud de reconocimiento de estas enfermedades. A veces las diferencias se provocan desde una violencia más o menos sutil. Creando situaciones dentro del colectivo en el que parecen existir víctimas y agresores, estos esquemas provocan bloqueos en la obtención de los objetivos y verdaderas heridas en el alma personal y asociativo de todas las partes implicadas, heridas que requieren tiempo, un tiempo que nos hace perdernos de lo que realmente es el objetivo común.

Podemos atrevernos a recordar que toda asociación está formada por todos sus miembros y que es la suma de los mismos, pero como colectivo también existen los que trabajan desde fuera del mundo de las asociaciones, su independencia no puede ser maltratada ya que en todos los casos hay aportaciones que no se están tomando en consideración, dar un espacio a estas aportaciones es función de todos para avanzar, es importante la actitud y el vocabulario en las respuestas a los interrogantes que se plantean.

Tenemos que crear un equilibrio entre participación y los resultados, que evidentemente no están siendo saludables. Generamos una verdadera guerra fría entre los distintos interesados. Esto merma la energía que no tenemos y de la quien la tiene y hacen lo indecible por ayudar, resta eficacia a todo lo que se intente sacar adelante, hasta que estalle de la manera más insospechada.

Es urgente si queremos que el Estado haga su función responsablemente y no vuelva a suceder lo que ha pasado en Cataluña con la ILP firmada unánimemente por todos los grupos parlamentarios y que aún no se a llevado a la práctica dese el 2008, crear un clima donde exista la confianza y una comunicación empática y honesta.

Comprendo que tiene que ser difícil renunciar a los privilegios adquiridos cuando los vemos como algo natural, en la medida que ostentamos poder. Es bastante probable que nuestra primera reacción ante la aparición de una nueva diferencia sea rechazarla, suprimirla. Eso evidencia el conflicto como necesario para abrir los ojos a la realidad. Sin que aparezca la tensión es difícil captar las señales que nos dicen que estamos marginando, que estamos abusando de nuestro poder o defendiendo privilegios.

Por todo esto me pregunto:
¿en función de qué se crean las asociaciones, con qué procedimiento se toman las decisiones, con qué propósito se admite la entrada de nuevos miembros, cómo se trabaja la comunicación, cómo se trabajan la gestión emocional las personas que se hacen responsables de estas organizaciones, cómo se las arreglan para no favorecer la colaboración entre los miembros, qué les impulsa a la marginación por actitudes competitivas?
Estos métodos, que no son visibles (para todos), afectan tanto al bienestar de las personas como a la realización de los objetivos colectivos, dificultando que las personas pertenecientes o no a una asociación puedan acceder al conocimiento de la situación en todos los niveles, legal, médica, investigación, control ambiental, … por lo tanto tener información que le permita decidir y no depender; que la persona individualmente pueda decidir en la realización de su visión de lo que nos es común, con corazones que apoyan la vida y pueda tomar las mejores decisiones según su momento y posibilidades.

Las asociaciones tendían que estar para aportar, para construir soluciones reales, formas de funcionamiento grupal válidas para todos. Solo la participación, admitir que se pueden sumar esfuerzos hará posible un cambio que dará la fuerza para que se pongan los medios en los que poder vivir.

Fuente: http://www.migueljara.com/2011/11/12/el-poder-que-uno-tiene/