jueves, 5 de mayo de 2016

Clase magistral del Doctor Olle Johansson,...

Miércoles 27 de abril de 2016

Clase magistral del Doctor Olle Johansson, Profesor asociado de la Unidad de Dermatología Experimental, del Departamento de Neurociencias, Instituto Karolinska, Estocolmo, Suecia.

En el video que aparece en esta página, de más de una hora de duración, se pueden ver las opiniones del Doctor Olle Johansson sobre los efectos sobre la salud de las radiaciones electromagnéticas, en una conferencia que ha dado en 2015 en Cataluña.

Es conveniente señalar que el Instituto Karolinska, en el que el profesor Johansson trabaja, es el encargado de otorgar el Premio Nobel en Fisiología y Medicina.

El doctor Johansson es una de las máximas autoridades en el mundo en cuanto a conocimientos de los efectos de los campos electromagnéticos en la salud. Comenzó a investigar sobre ello hace más de 30 años, y desde entonces ha publicado cientos de artículos científicos.

Forma parte de un grupo de científicos independientes de todo el mundo que llevan años alertándonos de los graves riesgos que suponen para la salud de todos los seres vivos los brutales niveles de radiación a los que nos someten las nuevas tecnologías inalámbricas de microondas procedentes de antenas de telefonía, wi-fi, teléfonos móviles, etc.

Para el profesor Johansson hace ya diez o quince años que la industria relacionada con este asunto, los operadores, las compañías de seguros, dijeron «NO», «no vamos a asumir ninguna responsabilidad por los efectos en la salud de los campos electromagnéticos». Y esto es más revelador que cualquier decisión política, o cualquier cosa que se pueda encontrar investigando.

El profesor Johansson estuvo en una reunión en 2004 en Londres, y entonces, representantes, por ejemplo, de Lloyds UK, y Reinsurance, que es una gran compañía en Suiza, y representantes de Ericsson, el gran fabricante de telecomunicaciones, Nokia, y otra gente de otros grupos, dijeron que para ellos la cuestión no era si había efectos sobre la salud o no. La cuestión era solamente saber quién iba a pagar por esto en el futuro, y que ellos no pagarían por ello. Ese fue el mensaje. Puede sonar duro, o en cierto modo ilegal, pero esto fue así.

Todos ellos han delegado toda la responsabilidad en la sociedad, en los gobiernos y en los parlamentos.

Por su parte, las autoridades de protección de radiaciones en muchos países dicen que todo esto es seguro, pero que, por iguales razones de seguridad, quizás no deberíamos usar tanto el teléfono móvil, y deberíamos mantenerlo alejado de nuestro cuerpo, usar aparatos manos libres, etc.

También la Organización Mundial de la Salud ha clasificado como cancerígenos los campos electromagnéticos de todos estos aparatos. Ambos, los campos magnéticos de frecuencia de red eléctrica, y también los campos de radio frecuencia, incluyendo las microondas que se utilizan para las telecomunicaciones. Y no habrían hecho eso si fuesen seguros. Según la información que maneja el profesor Johansson, esto se debe al hecho de que no quieren acabar como Organismo responsable ante un Tribunal de Justicia.

Así que dicen “esto puede ser potencialmente cancerígeno”, y dejan al consumidor que decida si debe exponerse él y su familia, o no. Y para el doctor Johansson, como científico, esto es muy extraño.

En Suecia, por ejemplo los padres son obligados a llevar a sus hijos a escuelas con redes inalámbricas, y son expuestos a algo que la Organización Mundial de la Salud en Ginebra ha clasificado como cancerígeno, y aun así los padres tienen que enviar a sus hijos allí.

Desde hace 30-35 años ya había mucha evidencia apuntando que este tipo de campos electromagnéticos artificiales, modernos, creados por el hombre, sí que dañaban moléculas, células, tejidos, órganos, animales, plantas, bacterias, etc. Y desde entonces ha habido una avalancha desbordante de nuevas publicaciones. Pero lo que le preocupa al Doctor Johansson es que, a pesar de todo esto, la gente no esté preocupada.

En la década entre 1920 y 1930 había historias anecdóticas de gente que decía que se encontraba mal cuando estaba cerca de la nueva electricidad, y en los 50 había muchos usuarios amateurs de radio que también tenían muchos síntomas como fuertes dolores de cabeza, etc.

Pero realmente no fue hasta el final de la década de 1970 cuando Nancy Wertheim y Ed Leeper en Denver, EEUU, relacionaron las líneas de alta tensión con la leucemia infantil, precediendo la clasificación que realizó en el año 2001 la Organización Mundial de la Salud, considerando como cancerígenos los campos de frecuencia magnética asociados con la leucemia infantil.

Los niveles de exposición, comparados con el ambiente natural, son simplemente astronómicos. El incremento es del orden de un trillón de veces y más, y esto es un 1 con 18 ceros detrás, así que es un incremento bíblico. Y desde un punto de vista científico, sería muy raro que las células vivas no reaccionaran a tan enorme incremento en la exposición. Además, si examinamos la literatura científica, te abrumas, hay muchos documentos señalando claramente que esto es peligroso.

La sensación es de que todos los operadores, fabricantes, compañías de seguros, autoridades de protección contra radiaciones, la Organización Mundial de la Salud, han abandonado el barco, se han ido. Y desde un punto de vista legal, estamos desnudos, y debemos esperar que nuestros países cuiden de nosotros.

En la industria ocurre a menudo que los beneficios van a los accionistas, pero los costes van a los gobiernos, parlamentos, contribuyentes y ciudadanos.

El Parlamento de la Unión Europea, el 4 de septiembre de 2008, dijo que las directrices que utilizamos están completamente obsoletas y que no protegen a la población. Basaron sus conclusiones en un extenso informe llamado «The Bioinitiative Report», que resumía aproximadamente 2000 referencias científicas en 600 páginas y se lanzó el 31 de agosto de 2007.

Las radiaciones electromagnéticas están dañando nuestros cuerpos, nuestras células, nuestras moléculas, y entre estos daños, el que da más miedo es el hecho de que son genotóxicas, que dañan nuestras moléculas de ADN, que son la base del genoma y de todas nuestras generaciones futuras. Esto puede explicar además, por ejemplo, por qué vemos una asociación con cánceres, distintas enfermedades, disminución de la fertilidad,..

Aparte del efecto genotóxico, se ven efectos dramáticos en las plantas, en las bacterias, en los insectos, en diferentes animales, y también en el ser humano. Incluyendo respuestas de fertilidad, fugas en la barrera hematoencefálica, etc. etc.

Y también se producen «efectos leves» en el sentido de que no te matan, pero tienes dolor de cabeza, cambios en el ritmo cardíaco, en la frecuencia y en los niveles del gasto cardíaco. También se ven cambios en el EEG, hay disminución de la capacidad de aprendizaje, disminución de la capacidad de concentración, disminución de la capacidad de memoria a corto plazo, etc. Cosa que, por lo menos para los niños en edad escolar, debería ser justo lo contrario. Así que quizás estemos bajando el nivel intelectual de los niños.

Suecia es probablemente el país con el sistema escolar más informatizado del mundo, y ya en los recientes tests PISA en los que han comprobado las capacidades de aprendizaje, los niños suecos han caído en picado. Van mal en comprensión matemática, en capacidad lectora, y curiosamente, en conocimiento IT, conocimiento de sistemas de información, manejo de ordenadores... Están bajando su nivel intelectual.

Y cuando ves todos estos experimentos con animales, igual que los experimentos con humanos, si yo fuera responsable de enseñanza en Suecia, diría; "No, no, no, no... Paren, paren, debemos reconsiderar esto. ¿Están realmente todos estos ordenadores, tablets y teléfonos móviles haciendo cosas al cerebro de estos niños que hace su capacidad menos buena?

De hecho, esto podría significar que se ha acabado con la vida de personas más rápido de lo que se suponía, sólo por el hecho de introducir algo tan divertido como la radio, televisión, teléfonos móviles y demás.

Es muy importante comprender que independientemente de donde esté la antena o la estación base, toda la sociedad está siendo irradiada a niveles bíblicos. Es difícil incluso comprender los niveles de exposición, son astronómicos e incluso más. Así que la estación base como tal está en algún lugar, pero el nivel de exposición es enorme en todos los sitios.

Hay señales de que cosas que vemos en nuestros laboratorios ya están ocurriendo en la sociedad. Por ejemplo, una rápida disminución de la fertilidad masculina. Y en el laboratorio, en el tubo de ensayo, a los espermatozoides no les gusta utilizar teléfonos móviles. Así que hay una asociación, una asociación muy clara.

Si la Organización Mundial de la Salud hubiera pensado que todo esto es seguro, tienen una categoría 4 de sustancias y exposiciones probadas como no cancerígenas, pero no escogieron esta para las radiaciones electromagnéticas, escogieron la 2B.

Realmente en la situación actual no necesitamos más investigación, sólo necesitamos utilizar lo que ya hemos encontrado, y entre ello, están por supuesto, las medidas de protección que podemos tomar. El número de documentos recogidos cada día es demasiado elevado para no hacerles caso. El doctor Johansson sigue muy sorprendido por el hecho de que autoridades, parlamentos, gobiernos y demás, miran hacia otro lado. Cada vez menos científicos son independientes, y cada vez es más difícil trabajar como científico independiente.

Si descargamos el Bioinitiative Report, tiene muchos documentos y resúmenes que podemos leer. Pero si queremos tener algo muy muy corto... porque el Bioinitiative Report, que se va actualizando, actualmente tiene alrededor de dos mil páginas, hay un breve resumen que se publicó después de una reunión en Noruega el 2009, 2010 el año de publicación, y es la llamada Declaración de Seletun. Resume de forma simplificada, párrafo tras párrafo, lo que tenemos que hacer, el tipo de niveles que recomendables.

VER EL VIDEO COMPLETO AQUÍ