miércoles, 31 de octubre de 2018

Miquel Porta: "Muchas enfermedades se deben a los contaminantes de los alimentos y sus envases"

El investigador Miquel Porta responde a las preguntas de los lectores.Guillermo Mestre  
El investigador Miquel Porta Serra,catedrático de Salud Pública del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha visitado este martes por la tarde la redacción de HERALDO.es para responder a las preguntas de los lectores antes de impartir la conferencia 'La contaminación interna por compuestos tóxicos: alimentación, salud y sociedad', que ha tenido lugar a las 18.00 en el Centro Pignatelli (Paseo Constitución, 6. Zaragoza).

¿Cuál es la forma más sana y segura de guardar comida en el congelador? ¿En un tupper, envuelta en papel de aluminio o en plástico? (Marta)

En general el vidrio es mejor que cualquier forma de plástico, pero si el alimento se ha enfriado en vidrio entonces se puede guardar en un plástico (en la nevera) siempre que esté frío; pero no lo pongas en un plástico en la nevera si está caliente.

¿Existe causa-efecto entre lo que comemos y el desarrollo de algunos tipos de cáncer? (Nuria)

Claramente hay una relación entre lo que comemos y ciertos tipos de cáncer. También hay mucha relación entre muchos contaminantes y diversos tipos de cáncer. Por supuesto, entre fumar y varios cánceres; pero también con otros cancerígenos que están a veces en los alimentos que tomamos, aunque normalmente a niveles bajos. Pero si uno está expuesto durante años a estos contaminantes cancerígenos claramente puede desarrollar ciertos tipos de cáncer.

Además, existen numerosas enfermedades que se deben a los contaminantes de los alimentos y sus envases aunque estos contaminantes no sean cancerígenos. Por ejemplo, algunos son disruptores endocrinos, son sustancias que imitan a nuestras hormonas y provocan diabetes o infertilidad, incluso obesidad. Una gran parte de las enfermedades que nos afligen se deben a los contaminantes que hay en los alimentos, en el agua o en el aire y a los envases.

¿Cuál es el tópico sobre la alimentación más dañino? (Jesús)

Hay mucho tópico, pero yo diría que siempre huyo y no hago caso a las modas y los consejos sobre alimentos mágicos. Creo que en lo tradicional y en lo natural está la sabiduría. Aquí en este ámbito hay mucho marquetin y mucha pseudociencia.

¿Somos realmente lo que comemos? (Cristina)

No somos realmente lo que comemos, somos muchas otras cosas. La frase tiene su gracia pero es demasiado estrecha. Somos muchas más cosas por suerte.

¿Qué alimentos producen más intoxicaciones alimentarias en la actualidad? ¿Prescindiría usted de alguno? (Paula)

Además de las intoxicaciones agudas, que tienen un efecto a corto plazo, lo que también debe preocuparnos son los efectos a largo plazo de los contaminantes que detectamos en el interior de nuestro cuerpo, porque el libro está centrado en esta contaminación interna. Debemos fijarnos en el corto plazo y en el largo plazo; en lo infeccioso y en lo químico, porque tanto ciertas bacterias o hongos son causantes de enfermedades como lo son los contaminantes químicos que están en el aire o en el agua. Los alimentos cuanto más naturales y menos procesados mejor. Hay que intentar comer menos y de más calidad, y estoy hay que hacerlo con alegría. Es decir, hay que disfrutar del comer. Podemos disfrutar de la vida y reducir la factura tóxica que nos causan tantos contaminantes en términos de enfermedad.

¿Con qué alimentos conviene tener cuidado o controlar su consumo para evitar intoxicaciones? (Miguel)

Todo lo que sean alimentos procesados. Hay que pensar en esa contaminación crónica o interna a largo plazo. En los contaminantes que detectamos en sangre, en cabellos, en uñas, en orina...

¿Cómo se pueden reducir los tóxicos y contaminantes ambientales en las casas? (Susana)

Las casas hay que ventilarlas, pero cuidado también con los productos químicos que se utilizan en ellas. Hay que tener en cuenta que también el mobiliario, las alfombras pueden contener contaminantes. Por lo tanto, la ventilación es importante; y seguir las normas de las casas de mobiliario que muchas veces te recomiendan que no utilices un sofá o un colchón durante los primeros días porque durante esos días hay vapores y emanaciones que son tóxicas. Y esto también es un ejemplo de que algunas empresas se adelantan a la legislación con sus consejos.

¿Hacen falta más controles sanitarios en la cadena alimenticia? (Fernando)

Hacen falta para controlar los agentes infecciosos como los tóxicos químicos, pero a su vez los ciudadanos debemos valorar más lo mucho que ya hacen ayuntamientos y comunidades autónomas, agricultores, ganadores y empresas para traernos alimentos de calidad. Todos ellos, en general, casi siempre hacen un esfuerzo que el ciudadano debe valorar más.

¿Qué materiales deberíamos evitar en los utensilios de cocina? (Sonia)

En los utensilios de cocina lo que esté en contacto con el alimento caliente es mejor que no sea plásticos ni siliconas, porque hay un gran incertidumbre sobre los efectos sobre la salud de las siliconas, pero está claro que en el caso de los plásticos hay una migración de sustancias que tienen actividad hormonal desde el plástico al alimento y luego las detectamos en la orina.

Para quienes deseen complementar y contrastar lo que decimos, mi libro ofrece ejemplos y fuentes de información de topo tipo: divulgativas y científicas, al alcance de cada uno. También los ofrecen constantemente periódicos de calidad como HERALDO. Para mí lo importante no es que el lector del libro esté de acuerdo conmigo en todo (faltaría), sino que puede encontrar en él fuentes de información válidas e ideas prácticas para pensar y actuar por su cuenta.

La contaminación atmosférica es el nuevo tabaco: tenemos que luchar contra la epidemia

La próxima semana hay una oportunidad para empezar a actuar contra esta silenciosa emergencia sanitaria

Una capa de niebla tóxica envuelve los edicifios en Varsovia (Polonia) EFE  
La contaminación atmosférica es una emergencia sanitaria silenciosa que cada año termina con la vida de 7 millones de personas y afecta a la salud de muchas más. Una epidemia de muertes y enfermedades que se podría evitar de no ser por la tóxica nube de complacencia que se expande por el planeta.

Este es un momento clave en el que debemos intensificar las acciones para responder de manera urgente al desafío. La contaminación atmosférica pone en riesgo la salud de miles de millones de personas solo por respirar. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para todo el mundo, 9 de cada 10 personas respiran un aire contaminado y tóxico.

La contaminación atmosférica es un riesgo sanitario en todas las etapas de la vida. Durante el embarazo, la exposición al aire contaminado puede dañar los órganos vitales del bebé en desarrollo, incluyendo el cerebro, el corazón y los pulmones, y provocar afecciones como asma, cáncer y cardiopatías. La contaminación atmosférica también afecta negativamente al desarrollo del cerebro durante la infancia. Hace más difícil que a los niños les vaya bien en el colegio y reduce las futuras posibilidades de empleo.

Según las últimas estimaciones de la OMS, la contaminación atmosférica es responsable de entre el 25% y el 33% de las muertes por ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias.

Nadie puede escapar de la contaminación atmosférica, ni pobres ni ricos. Un medio ambiente limpio y saludable es un primer paso crucial para garantizar una vida saludable. Si limpiamos el aire que respiramos evitaremos, o al menos reduciremos, algunos de los mayores riesgos para la salud.

La contaminación atmosférica está empeorando en muchas partes del mundo pero eso no significa que estemos condenados al desastre. Si todos cumplimos nuestra responsabilidad, podemos hacer mucho para mejorar la calidad del aire. Ninguna persona, ningún grupo, ninguna ciudad, ningún país o ninguna región pueden resolver el problema por sí solos. Hace falta que todos nos comprometamos y actuemos con firmeza: los responsables de la toma de decisiones en los gobiernos, los líderes comunitarios, los alcaldes, la sociedad civil, el sector privado y hasta los particulares. Hará falta tiempo y aguante, pero la responsabilidad de cada uno de nosotros es fundamental.

La OMS ya está librando la batalla. Estamos formando a profesionales sanitarios para que expliquen a sus pacientes los riesgos de la contaminación atmosférica y cómo reducirlos, así como dándoles las herramientas y pruebas que necesitan para convertirse en defensores de la salud cuando haya decisiones políticas con efecto sobre la calidad del aire y la sanidad.

La OMS es parte de acuerdos mundiales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París sobre el Clima y la Agenda Urbana 2030, donde se ha aliado con socios en los ámbitos de la energía, el clima y el medio ambiente. Estamos utilizando la "pelea de la salud" para incorporar a la conversación a los responsables del transporte, la planificación urbana, la vivienda, la energía y el medio ambiente y darles las herramientas, recursos y apoyo que necesitan para evaluar los efectos de sus decisiones políticas sobre la salud.

La OMS también apoya al sector sanitario para que "predique con el ejemplo" en temas de contaminación atmosférica y salud. Las ineficiencias en el consumo de energía dentro de los hospitales y otras instalaciones sanitarias contribuyen a la contaminación atmosférica. También constituyen un obstáculo para la prestación de servicios sanitarios básicos y, en última instancia, para la atención sanitaria universal. La OMS está trabajando junto a expertos del sector para comprender las necesidades energéticas que tienen los servicios médicos esenciales y contribuir a innovar en el suministro de energías limpias y renovables dentro de la atención sanitaria.

A pesar de que las pruebas son abrumadoras, todavía falta una acción política que impulse de forma urgente las inversiones y acelere las medidas para reducir la contaminación atmosférica. Es para mí un motivo de honor y entusiasmo la celebración, en menos de una semana, de la primera conferencia mundial sobre contaminación atmosférica y salud, con la OMS como anfitriona. En ella, ministros y autoridades sanitarias trazarán la hoja de ruta para reducir la contaminación atmosférica en sus países.

La conferencia incluirá un "día de acción" de alto nivel en el que esperamos que ministros, alcaldes, jefes de organizaciones internacionales y otros se comprometan a reducir la contaminación atmosférica y sus efectos en la salud. Esto incluirá medidas como fortalecer las normas y la legislación sobre calidad atmosférica, mejorar la evaluación de los efectos de la contaminación, fortalecer el liderazgo y el apoyo mundial, garantizar el acceso a la energía limpia y aumentar las inversiones en tecnologías de bajas emisiones, así como en investigación, seguimiento y evaluación.

El mundo ha pasado página con el tema del tabaco. Ahora debe hacer lo mismo con el "nuevo tabaco": el aire tóxico que miles de millones de personas respiran todos los días.

Traducido por Francisco de Zárate