martes, 14 de enero de 2014

Pastel de pesticidas

Una base de patata cocida, alcachofa salteada, espinacas, calabacines, pimiento rojo, 0’2 mg de cipermetrina, 0’1 de fosmet, 0’3 de dimetoato y un chorrito de nitratos. Cocinamos veinte minutos al horno….Et voilà! Ya tenemos el pastel preparado.

El hombre actual no sabe lo que come.

Cada año, los españoles consumimos seis kilos de sustancias tóxicas (pesticidas y fertilizantes), procedentes de frutas y verduras, y más 40 kilos de aditivos presentes en los alimentos procesados (aditivos, colorantes, conservantes..). Entre los más peligrosos están los nitritos y nitratos utilizados en embutidos, pescados y quesos, y algunos edulcorantes como la sacarina, el aspartamo y el ácido ciclámico (dos de ellos prohibidos en algunos países, pero autorizados en España).

La cantidad que ingerimos en cada plato es muy difícil de determinar. Depende del cultivo (semillas, toxicidad de la tierra, agua de riego, productos agroquímicos empleados…) y de la transformación de los alimentos (irradiación de productos frescos, manipulación, incorporación de aditivos…). Todo ello es resultado de la producción convencional de alimentos, cada vez más enfocada al monocultivo, que abusa de las sustancias fitosanitarias y de los fertilizantes con nitrógeno (con acumulación de nitratos en aguas subterráneas, muerte de la fauna, disminución de microrganismos del suelo…).

Con el tiempo, los alimentos llegan al plato con más sustancias químicas.

Estos pesticidas debilitan la calidad de nuestra sangre y se acumulan en el organismo, tejido graso, hígado y riñones y acaban afectando al sistema nervioso. Son la causa de múltiples enfermedades: problemas cardiovasculares, diabetes, hiperactividad y disminución de lafertilidad.

Aún peor, una vez en nuestro estómago, los nitratos con que se abonan las cosechas se convierten en nitritos y si interactúan con las aminas, originan la cancerígenas nitrosaminasas. Estas nitrosaminas, que en mujeres embarazadas pueden dar malformaciones en el feto, son acumulativas. Y con estos mismos vegetales preparamos las papillas de nuestros bebés. ¿No es motivo para huir de ellos?

Frente a los cultivos convencionales crece la agricultura ecológica. Tanto la producción como el consumo. Se busca la salud y la menor contaminación. Sin embargo, muchos atacan y ridiculizan la opción BIO y la califican de fanatismo, excentricidad, lujo inútil.

¿Es un lujo eliminar los tóxicos de los alimentos? ¿Es un lujo proporcionar a los niños productos libres de pesticidas, sin organofosforados ni nitritos? Pues yo quiero este lujo. Antes que elegir una crema hidratante de alta cosmética para la piel quiero una cesta de verduras en ecológico de alta gama.

Nadie parece discutir que la agricultura ecológica respeta el medio ambiente y sus ciclos naturales, defiende la biodiversidad y recupera especies autóctonas. Pero, además, produce alimentos con mayores propiedades nutricionales. La catedrática de Edafología y Química, María Dolores Raigón, lleva más de 15 años investigando en la Universidad Politécnica de Valencia, con trabajos que muestran mayores cantidades de magnesio, vitamina C, antioxidantes, hierro, fósforo y proteína en los vegetales y animales producidos de forma ecológica. Pero, además, se ha constatado más vitalidad y mayor periodo de conservación en los alimentos.

Para saber qué nos llevamos al plato, el Environmental Working Gropupde EEUU alerta periódicamente con una lista de la compra de los vegetales consumidos y su orden de mayor a menor toxicidad. Los más peligrosos por su concentración de plaguicidas son: manzana (la saludable manzana en el número uno del ranking de peligrosidad!), fresa, uva, apio, tomate cherry, pimiento, albaricoque, patata, espinaca, calabacines y melocotón.

Los vegetales más limpios: espárragos, aguacate, repollo, maíz dulce, melón, berenjena, pomelo, kiwi, guisantes, mango, cebollas, papaya, piña y boniatos.

Para reflexionar:
Las madres sanas tienden a tener bebés sanos….
Los alimentos sanos, tendrán que proceder de suelos sanos….

Mercedes Morales

Para los que no quieren ver


Documental que muestra las alternativas para producir flores y alimentos sanos, libres de venenos y evitar así, daños a la naturaleza.
No necesitamos transgénicos
No son necesarios los plaguicidas
No usamos fertilizantes químicos
No destruimos la naturaleza
No dañamos nuestros cuerpos
No producimos enfermedades