martes, 23 de octubre de 2012

Transgénicos: una gran mentira

Por manzana


El otro día me encontraba viendo un canal de documentales en la tele, es uno de los pocos canales que miro, porque me gustan los documentales, entonces ponen un documental inglés donde un chico, joven y guapo que en teoría es dueño de una granja de producción ecológica, se pasea por Argentina mostrando las maravillas y bondades del modelo sojero, basado en transgénicos, y al volver a Inglaterra, compra diversos productos OMG y le da de comer a la gente destacando las bondades de los mismos el documental se llama Jimmy's GM Food Fight.

El documental plantea varios puntos:

1. Los transgénicos permiten mayores volúmenes de producción por lo que podrían erradicar el hambre.

2. Los transgénicos posibilitan alimentar el ganado sin necesidad de pasturas lo que permite producir más carne, leche, huevos etc, a menor precio.

3. Los transgénicos posibilitan mayor duración de los productos, se pueden agregar características beneficiosas para la salud, y son mas nutritivos.

4. Hace años que se usan y no hay problemas por lo que son seguros.

La primer gran mentira, es la más fácil de demostrar Argentina luego de E.E.U.U. es el mayor productor de soja OMG con miles de hectáreas cultivadas, año a año se produce un incremento en el cultivo de soja, sin embargo el precio de la misma no ha parado de subir, los rendimientos de los cultivos son una gran mentira comercial. La soja Roundup Ready también rinde de cinco a 10 por ciento menos que las variedades no transgénicas cultivadas en suelos similares, como concluyeron estudios realizados en Estados Unidos. Científicos de la Universidad de Arkansas demostraron que el desarrollo de las raíces, la formación de nódulos y la fijación de nitrógeno son inferiores en algunas variedades de soja Roundup Ready, especialmente en condiciones de sequía o en campos de baja fertilidad. Esto se debe a que la bacteria simbiótica que fija el nitrógeno en la soya, la Bradyrhizobium japonicum, es muy sensible a la sequía y al Roundup.


También cabe destacar el encarecimiento de la producción al pagar por las semillas, cuando tradicionalmente el agricultor guardaba granos de las cosechas anteriores, hoy se ve obligado a comprar semillas nuevas para cada cosecha, mas los agrotóxicos, mas todo el combustible para la siembra, el regado, la cosecha, el almacenamiento, y luego la distribución inflando todavía mas el precio del grano.

Entonces como va alimentar al mundo si los pobre no pueden comprarla.

El segundo punto es mas de lo mismo, se produce mas carne, huevos etc. pero también a un costo mayor, por lo tanto no hacemos mas que obtener un producto mas caro.

El tercer punto es verdad a medias, ya que al agregar estas características parecen olvidarse de otras como el sabor, un tomate transgénico no sabe para nada como un tomate tradicional ¿a que no? además de que me sirve a mi que el tomate dure mas tiempo si ese tiempo se la pasa viajando miles de kilómetros pasando por un montón de intermediarios antes de llegar a nuestras mesas y encareciendo el producto, no seria mejor que se produjera localmente, dando trabajo a la gente de mi comunidad.

El cuarto punto es el disparate mas grande de todos, por que básicamente no hay estudios, los transgenicos no pasan mayores controles, no hay estudios reales sobre el impacta en la saludo ni humana ni animal, realmente no sabemos nada al respecto.

Uno de los principales argumentos que da esta industria es el hecho de que no será ya necesario utilizar tantos agroquímicos como en el caso de la soja tradicional, donde deben combatirse las malezas con un cóctel de varios agroquímicos diferentes. Esto es una verdad a medias.

Si bien las ventas de los agroquímicos en general bajaron y disminuyó notablemente su aplicación, las ventas del herbicida Round Up subieron estrepitosamente y por supuesto también su aplicación.

Existe un sólido consenso entre los expertos del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) de que es mala idea y podría ser muy perjudicial para los agroecosistemas la aplicación masiva de un solo herbicida.

Esto genera un fenómeno llamado presión selectiva que puede activar el crecimiento desmesurado de malezas resistentes al glifosato.

Y estas malezas ya están apareciendo en nuestros campos.

Esto además puede llevar a un incremento en el nivel promedio de residuos de insecticida y herbicida en los alimentos y puede tener un efecto negativo en los insectos beneficiosos y la vida silvestre.
Hay otras amenazas derivadas del uso comercial de la ingeniería genética con fines agrícolas.

Por ejemplo, a muchos cultivos transgénicos se le han incorporado genes de una bacteria llamada Bacilus thuringiensis (Bt),que existe naturalmente en el suelo y que sintetiza una toxina que mata larvas de insectos. Esta toxina natural, hoy apropiada por las corporaciones biotecnológicas, puede matar a insectos útiles, generar que otros insectos desarrollen resistencias, o integrarse al suelo por intermedio de los restos de los vegetales (esto generaría efectos adversos en los organismos del suelo, y podría moverse a través de las cadenas alimentarias).

El estudio más importante, para determinar las consecuencias en la salud y el medio ambiente de un alimento transgénico, fue efectuado por el Dr. Arpand Pusztai, en el Instituto Rowett de Escocia. Las pruebas de laboratorio en ratas alimentadas con patatas transgénicas, mostraron debilitamiento del sistema inmunológico, desarreglos en el desarrollo de órganos internos, interferencia en el crecimiento de ratas jóvenes y cambios en la estructura y función intestinal.

El Dr. Stanley Ewen, histopatólogo consultante en el Grampian University Hospitals Trust (Aberdeen - Escocia), citó información que profundiza en las consecuencias gastrointestinales de ratas alimentadas con patatas transgénicas y narró efectos en el hígado de ratas femeninas, alimentadas con soja transgénica. Pruebas en ratones con patatas transgénicas portadoras de la toxina Bt, revelaron problemas en la parte inferior del intestino delgado (ileón).

Un informe presentado a la FDA, anterior al año 1999, descubría daños en el estómago de ratones femeninos, alimentados con tomates transgénicos Flavr Savs. En pruebas efectuadas a la soja transgénica RR, se detectó una reducción considerable de fitoestrógenos. Y en los estudios del maíz transgénico Chardon LL, se observaron diferencias significativas en grasa, fibras y proteínas, respecto a la contraparte natural.

Patrice Courvalin, Director de la Unidad de Agentes Antibacterianos del Instituto Pasteur, se adentra en otro de los riesgos: resistencia a antibióticos. El problema médico sería grave. Muchos antibióticos podrían quedar neutralizados por las bacterias patógenas. Advierte que las posibilidades y mecanismos de intercambio de material genético entre organismos es inmensa.

Bacterias patógenas podrían asimilar el gen transgénico de resistencia, en el aparato digestivo, a través de un alimento transgénico que lo contenga. También por las bacterias de los campos, una vez la planta transgénica se descompone. Courvalin cita genes de resistencia, utilizados ya por las multinacionales. El gen blaTEM-1, se inserta en un maíz transgénico de la empresa Novartis y es capaz de generar la penicilinasa, que puede degradar las penicilinas (penicilina G, ampicilina, amoxicilina, etc...).

En el año 2002, en la Universidad de Newcastle se realizaron las primeras pruebas en humanos, demostrando que después de una sola comida, material transgénico había sido adquirido por las bacterias del intestino, en tres de las siete personas con colostomía que participaron del ensayo. Contrariamente a lo que dice la ciencia corporativa y privada, el material transgénico no pudo ser eliminado en el aparato digestivo humano. Dicha persistencia, también permitiría que los genes transgénicos se pudieran transferir a la sangre y al genoma de células de mamíferos, con el riesgo de cáncer.

En Filipinas, personas que viven cerca de campos de maíz transgénico, tuvieron diversos problemas, coincidiendo con la época de mayor presencia de polen en el ambiente. Terje Traavik, director del Norwegian Institute for Gene Ecology, detectó que las muestras de sangre contenían los anticuerpos que el organismo genera, ante la presencia de la toxina Bt, que es la que contiene el maíz transgénico Bt11.

En Reino Unido, el York Nutritional Laboratory denunció años atrás, un aumento del 50% de alergias relacionadas a la soja. En Irlanda, el Irish Doctors' Environmental Association, detectó un incremento de alergias en niños, también relacionadas con la soja.

En los tres casos expuestos, no hay pruebas exactas de que el maíz y la soja transgénica, sean la causa de afectaciones y alergias; pero existen sospechas, que deberían inducir medidas preventivas e investigaciones profundas. Sobretodo, porque investigaciones realizadas por Tayabali y Seligy, detectaron que la toxina Bt11 y sus subespecies, producían toxicidad en células humanas expuestas.

Algunos tecnócratas, alegarán que el aerosol Bt utilizado en agricultura biológica, también produce dicha toxicidad. Pero omiten que solo puede afectar a quién lo aplica, si éste no toma las precauciones adecuadas. Y si se limpia bien la cosecha que se roció con Bt, se eliminarán las bacterias y sus esporas. Sin embargo, las cosechas transgénicas, llevan las toxinas Bt en cada una de sus células, por lo que la ingestión de éstas es inevitable. Además, se pueden propagar con el polen, contaminar otras cosechas y plantas silvestres y acabar filtradas en nuestra dieta, sin enterarnos (claro ejemplo, el del maíz Starlink).



Y esto por no hablar de otros temas como la perdida de biodiversidad, la erosión de los suelos producida por este tipo de monocultivo, la desforestación ocasionado por este modelo económica que demanda cada vez mas tierras para cultivo, la muerte indiscriminada de insectos como las abejas y bacterias beneficiosas para el suelo, la aberración mas grande de todas que es permitir que empresas estén patentado la vida, como se puede permitir patentar una semilla, que esta ahí desde antes que el hombre, esta bien que se patente una técnica o un gen en si desarrollado por la industria pero una semilla, creo que caemos en un dilema ético, pero claro en este mundo manda el dinero.

Otra cuestión que la prensa calla es por ejemplo la reciente crisis en Alemania de la ya famosa E. Coli probablemente fuese causada por alimentos transgénicos, ya que precisamente esta bacteria es la encargada de introducir el gen "extraño" en la semilla, lo que se hace es bombardear las semillas con las bacterias que contienen pegado por así decirlo el gen, durante este bombardeo estas rompen la estructura celular de la semilla transfiriendo así el material genético deseado, bien pudo tratarse de semillas modificadas, las que generasen la contaminación ya que estas se manejan sin ningún tipo de precaución y no están sometidas a los mismos controles por ejemplo que un medicamento, por tratarse de simple alimento, según las leyes actuales.


La solución esta bastante clara al menos para mi no pasa por la biotecnología en la producción sino por una producción ordenada, local utilizando de forma estratégica y responsable los recursos naturales, exigiendo a la gente un consumo responsable, hoy tenemos la información para conseguir cultivar hasta en climas extremos y sabemos como volver suelos estériles en fértiles sin necesidad alguna de tóxicos y demás.

Basta ver ejemplos de permacultura y comercio justo basado en producción ecológica, y desarrollo de la comunidad que se están llevando a cabo en Africa actualmente.

Y por otro lado los transgénicos actualmente generan pobreza, cada ves menos gente trabaja en el campo, por culpa de toda esta tecnología continúan creciendo los cinturones de pobreza de las grandes ciudades sobre todo en latinoamerica, África y Asía  obligan a una producción dependiente de combustibles fósiles en cantidad lo que no solo encarece, sino que representa un problema ambiental por emisiones, y uso de un recurso no renovable, y como si eso fuera poco nos obligan a consumirlos queramos o no, ya que los etiquetados son de risa, y muchos productos como el pan envasados, yogures etc, por no hablar de los productos carnicos, o la leche o los huevos procedentes de animales alimentado con transgénicos.

Como conclusión final los Transgénicos son una gran mentira para hacer mucho dinero unos pocos a costa de la humanidad y del planeta, contra lo que tenemos que rebelarnos y luchar.

Bibliografia:

http://www.nodo50.org/ecologistas/99/transgenicos/lista.htm 
Sin autor. “Alimentos modificados genéticamente”, http://es.scribd.com/doc/92133173/alimentos-transgenicos

www.cfvarela.org. documentos/alimentos_transgenicos.htm, Acosta Sariego, José Ramón. “Alimentos transgénicos”, http://html.rincondelvago.com/alimentos-transgenicos_3.html

http://www.biotech.bioetica.org/i11.htm Autor: Grupo Ecologistas en Acción. “Sobre la manipulación genética de los alimentos" 

http://milksci.unizar.es/transge/transge.html Autor: Grupo de profesores del Area de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Zaragoza. “Alimentos transgénicos”  Sin Autor. “La ingeniería genética: Los riesgos” 

La Paradoja de los Transgénicos en Argentina. Por Lilian Joensen-Mae-Wan Ho
Soja Natural y Soja Transgénica. Por Dr. Luis Gorostiaga. luisgorost@ciudad.com.ar
Articulo escrito por Raúl Mannise para ecocosas.com

Greenpeace encuentra sustancias químicas peligrosas en perfumes

La asociación ecologista ha presentado su informe Eau de Tóxicos que analiza el contenido químico de 36 marcas de perfumes

Reportaje

La mayor parte de los perfumes existentes en el mercado tienen en su composición sustancias químicas potencialmente peligrosas. Así lo demuestra el informe Eau de Tóxicos que ha presentado Greenpeace.

Eau de tóxicos
La mayor parte de los perfumes existentes en el mercado tienen en su composición sustancias químicas potencialmente peligrosas. Así lo demuestra el informe Eau de Toxines que ha presentado Greenpeace . 34 de las 36 marcas analizadas contienen sustancias peligrosas (ftalatos y almizcles sintéticos) cuya inocuidad no ha sido probada. Estos perfumes pueden aumentar nuestra exposición a estas sustancias facilitando su penetración en nuestro organismo. Estos químicos no se degradan con facilidad y algunos pueden acumularse en los tejidos del cuerpo humano. Además evidencias científicas indican que podrían tener efectos no deseados en la salud.

El estudio Eau de Tóxicos ha analizado en 36 marcas de conocidos perfumes la presencia de dos tipos de sustancias químicas artificiales potencialmente peligrosas; los ftalatos y los almizcles sintéticos. La práctica totalidad de los perfumes y colonias analizadas loscontienen.

Estudios ciencíficos han demostrado que los ftalatos penetran rápidamente a través de la piel y se distribuyen por el cuerpo con cada exposición. El cuerpo convierte este compuesto químico en monoetil ftalato. Se cree que esta sustancia está detrás de posiblesalteraciones del ADN espermático y en la restricción de la función pulmonar en los hombres.

Por su parte los almizcles sintéticos se pueden concentrar en los tejidos de los seres vivos. Además, algunos pueden alterar el sistema hormonal de los peces, anfibios y mamíferos y exacerbar los efectos de la exposición a otras sustancias químicas.

Los niveles más altos se han encontrado en las aguas de colonia Eternity for Woman de Calvin Klein con 22.299 miligramos por kilo (es decir 2,2 por ciento de ftalatos del peso total) y en Le Mâle de Jean Paul Gaultier con 9.884 miligramos/kilo (casi un 1 por ciento del peso total). En cambio, Vanderbilt, de Gloria Vanderbilt, tiene niveles no detectables de cualquiera de los ftalatos analizados.

Respecto a los almizcles artificiales estudiados, las muestras que contenían los niveles más elevados pertenecen al perfume Le Baiser Du Dragon de Cartier (45.048 mg/Kg que equilvale a un 4,5 por ciento del peso total) y a White Musk de The Body Shop (94.069 mg/kg que equivale a un 9,4 por ciento del peso total). Por contra, los niveles más bajos se encontraron en la muestra de la colonia Puma Jamaica Man de la marca Puma.

San Valentín es uno de los momentos de mayor venta de perfumes del año. Una fecha que puede acabar convertida en una exposición masiva a tóxicos a través de los cosméticos: "Regalar un perfume o llevar puesta un agua de colonia debería ser una sensación agradable y no una fuente de exposición a sustancias químicas peligrosas que entran en nuestros cuerpos" ha declarado Sara del Río, responsable de la campaña de tóxicos de Greenpeace.

La legislación actual no evita la exposición de las personas a estos químicos contenidos tanto en los cosméticos como en una amplísima variedad de otros artículos de consumo. Además las empresas rara vez advierten de la presencia de estos químicos en el etiquetado de sus productos.

Sin embargo, una parte de la solución puede llegar a través de REACH, la legislación que la Unión Europea está debatiendo para regular el uso de estas sustancias químicas. REACH podría pedir a la industria la eliminación progresiva de las sustancias químicas sospechosas de ser nocivas para la salud y su sustitución por alternativas más seguras. Sin embargo, la propuesta está sufriendo una fuerte presión por parte de la industria química y del Gobierno de Estados Unidos.

Este informe pone de manifiesto la imposibilidad de cuantificar la exposición humana a estas sustancias químicas y, en consecuencia de determinar cuáles son los riesgos y cuál el nivel "aceptable" de exposición. Por esta razón una legislación sobre sustancias químicas, para que realmente proteja a la salud y el medio ambiente debe fundamentarse en la sustitución de las sustancias peligrosas y no en su control.

"Todos merecemos un futuro sin tóxicos" advierte Sara del Río. "Exigir la sustitución obligatoria de las sustancias químicas peligrosas a través de la legislación REACH es nuestra mejor oportunidad para conseguir ese futuro"

Oficial sueco admite que los ‘Chemtrails’ tóxicos son reales y no una salvaje teoría de conspiración

Esos largos y blancos flujos de niebla persistente, comúnmente nublados, lanzados en el cielo azul por aviones sin identificación no son sus típicas estelas, dice el líder del Partido Verde sueco Pernilla Hagberg. Según ha informado el periódico sueco Katrineholms Kuriren, Hagberg, el primer líder político que se pronuncia sobre el tema, ha admitido abiertamente que estos rastros de inusuales nubes, que no logran disiparse como las estelas normales hacen, son en realidad una mezcla tóxica de productos químicos, virus y metales que denominan colectivamente como “chemtrails.”

Según Hagberg, las fumigaciones son un esfuerzo conjunto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU. así como el gobierno sueco en su propio país, para modificar las condiciones atmosféricas mediante esfuerzos deliberados de pulverización de aerosoles. Además se incluye en esta “peligrosa” mezcla de aerosoles diversos componentes químicos, virus y fragmentos virales y metales como el aluminio y el bario, que ya se ha demostrado que se acumulan en los suministros de agua y los suelos de todo el mundo. (http://chemtrails.cc/)

Las estelas normales, que se componen de simple vapor de agua se disipan rápidamente después de la emisión de los motores a reacción, son muy diferentes de las estelas químicas, que gradualmente cubren todo el cielo en un mar de color blanco. El siguiente video, elaborado por FreeTruth Show, un programa de radio con sede en YouTube, contiene algunas imágenes de como estas estelas químicas suelen verse en el cielo:


“Es genial ver a un político atraer la atención pública a este problema y ayudar a aumentar la credibilidad de esta causa en la medios principales”, escribe JG Vibes para The Hub Intel sobre la admisión pública de Hagberg. “Desafortunadamente, este es un problema político que requiere de muchas soluciones de carácter no político”.

¿Rociar los cielos para salvar el planeta?

Curiosamente, las Naciones Unidas (ONU) y Bill y Melinda diversos grupos respaldados por la Fundación Gates recientemente se han visto obligados a admitir que fumigaciones de este tipo se llevan a cabo, y que las partículas emitidas no son contrails normales. Pero la excusa de por qué las fumigaciones de estelas químicas se está haciendo es que de alguna manera va a salvar al planeta de los devastadores efectos del llamado “calentamiento global”, que siempre está presente, teoría pseudocientífica del medio ambiente que a menudo se utiliza como justificación para todo tipo de extravagantes propuestas políticas. (http://www.globalresearch.ca).

En el caso de los chemtrails, todo es para bloquear el sol con el fin de bajar la temperatura media de la tierra, cambiando deliberadamente los patrones climáticos con el fin de compensar la supuesta pérdida por derretimiento de los casquetes polares, ha sido utilizado como excusa para tratar de legitimar la siembra de nuestros cielos con una cornucopia de venenos. Y si es reelegida para un nuevo mandato, Hagberg dice que seguirá en la lucha contra tales esfuerzos chemtrailing en su propio país, que según ella han sido cooptados por el gobierno sueco.

Asegúrese de revisar el documental ¿Qué están rociando en el mundo? 

(http://www.whatintheworldaretheyspraying.info/), así como su secuela, ¿Por qué el mundo está siendo rociado? (http://www.whyintheworldaretheyspraying.com/), para aprender más sobre el fenómeno chemtrail global. Ambas películas de larga duración también se puede encontrar para ver gratis en YouTube.


La cadena de alimentos está contaminada.

El veneno nuestro de cada día” es el título del último libro de la periodista francesa Marie Monique Robin quién se hiciera muy conocida luego de la publicación de un estudio anterior cuyo título era “El mundo según Monsanto”, donde denunciaba las maniobras de la transnacional que acaba de anunciar la construcción de nuevas plantas de producción en Argentina. En el nuevo libro, que de alguna manera es continuación del anterior, declara que: "la cadena de alimentación está contaminada""La cadena de alimentación está contaminada", mantiene la periodista francesa especializada en agroalimentación Marie-Monique Robin, que acaba de publicar en España el libro “Nuestro veneno cotidiano”, una investigación sobre las sustancias químicas que llegan a nuestro plato.

En el nuevo libro esta investigadora analiza con detalle las moléculas químicas a las que estamos expuestos en nuestro entorno y en nuestra alimentación. Las analiza, según explica en una entrevista a Efe, partiendo de "lo más simple y de lo menos discutible", como las "intoxicaciones agudas y después crónicas de los agricultores expuestos directamente a los pesticidas" hasta llegar a lo más complejo: los efectos a dosis pequeñas de los residuos de productos químicos que "todos tenemos en el cuerpo".

Dos años de investigaciones por Asia, Norteamérica y Europa, testimonios de expertos, multitud de informes de miembros de agencias de regulación alimentaria y estudios científicos avalan este nuevo trabajo, en el que la periodista sostiene que miles de moléculas químicas han invadido nuestra alimentación desde la Segunda Guerra Mundial y que "solo un diez por ciento de ellas ha sido estudiadas seriamente"

"Esta invasión química está vinculada al desarrollo de la sociedad de consumo, que ha provocado la salida al mercado de miles de productos de consumo corriente cuya fabricación o transformación se basa en unos procesos químicos cuya toxicidad está muy mal evaluada", según la periodista.

Una crítica que realiza Robin tras analizar el sistema de evaluación de los productos químicos tal como lo practican las agencias de reglamentación nacionales o europea, como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que se basan en el principio de Paracelso, el médico suizo del siglo XVI que afirmó que solo la dosis hace el veneno.

Inspirándose en este principio, según cuenta la autora, las agencias de reglamentación desarrollaron una norma llamada ingesta diaria admisible (IDA), que "es la dosis de veneno químico que se supone que podemos ingerir cada día sin enfermar".

Esta IDA es "un engaño que no protege a los consumidores, sino a los fabricantes", según la autora de “El mundo según Monsanto”, un ensayo sobre esta multinacional de semillas transgénicas a la que acusa de practicas "mafiosas".

¿Y cómo afecta esta "invasión" a nuestro cuerpo? Para responder a esta pregunta Robin parte por explicar qué son lo que los científicos llaman "perturbadores endocrinos", una clase de productos químicos particularmente peligrosos, moléculas químicas que son hormonas de síntesis o que imitan la acción de las hormonas naturales.

"Están en todas partes, como el bisfenol A en los biberones, en los recipientes de plástico duro o en las latas de conservas, los taflatos en los plásticos blandos o el PFOA en las sartenes antiadherentes (teflón), los cosméticos, los detergentes, y, por supuesto, los pesticidas", según la especialista.

En el caso de estas moléculas, según la periodista, no es "la dosis la que hace el veneno", sino el momento de exposición. "La epidemia del cáncer no se debe al envejecimiento de la población. Las estadísticas demuestran que la tasa de incidencia aumenta en todas las franjas de edad, tanto en los jóvenes como en las personas mayores. Por lo tanto, estamos ante una auténtica 'epidemia', por retomar las palabras de la OMS", según Robin.
Esta epidemia, a su juicio, se debe al "medio ambiente y al modo de vida", como dice que le explicó Christopher Wild, director del Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés), que depende de la OMS.

En los últimos 30 años, tal y como señala, el índice de cáncer ha aumentado más de un 40% y el incremento de enfermedades como la leucemia y los tumores cerebrales en niños ha sido aproximadamente del 2%.- Además, en los países desarrollados, también se han multiplicado los problemas de origen neurológico (Parkinson y Alzaheimer) y las disfunciones en la reproducción.

Ante esta situación, Robin urge a tomar medidas para prohibir estos "perturbadores endocrinos", que "tienen además la capacidad de interactuar en nuestros organismos a unas dosis extremadamente bajas", como un residuo de pesticidas que se encuentra en una fruta o verdura

Mientras se espera a que se retiren del mercado cientos de moléculas "extremadamente tóxicas, lo mismo que muchos pesticidas", habría que informar, según Robin, a las mujeres embarazadas para que eviten todos los alimentos procedentes de la agricultura química o los productos transformados de la industria agroalimentaria, o los cosméticos no biológicos (en particular los desodorantes).

¿Qué podemos hacer para liberarnos de esta contaminación química?: Robin lo tiene claro, fomentar una transición generalizada a la agricultura biológica". "Hay que comer productos bio, y sobre todo los niños más pequeños", concluye. Ecoportal.net