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Febrero 2014
Piden
una regulación más estricta de los disruptores endocrinos
Los
Ministerios de Sanidad, Agricultura e Industria, bajo cualquier color
político, se despreocupan de la salud de la población. Su pasividad
ha llevado a la Sociedad Española de Salud Pública y Administración
Sanitaria (SESPAS), que reúne a 12 sociedades científicas y 3.800
médicos y científicos, a exigir a la ministra de Sanidad, Ana
Mato, y a las autoridades de la Unión Europea que actúen contra el
daño de los pesticidas en la población. “Estamos viviendo las
consecuencias de la pérdida de calidad democrática, lo que se
traduce en la inactividad de las sociedades (cómplices de intereses)
que tienen que defender la salud de la población”, señala
Idelfonso Ramírez, presidente de SESPAS. Esto explica, a su juicio,
la pasividad de las agencias europeas que, en lugar de velar por los
ciudadanos, se someten a las presiones del lobby químico que frena
la regulación y la implantación de políticas para reducir riesgos.
SESPAS
pide a la ministra Ana Mato y a la Comisión Europea una regulación
más estricta de los disruptores endocrinos por la amenaza que
suponen para la salud de la población. Los disruptores endocrinos
son productos químicos componentes de multitud de productos de uso
diario. Su incorporación al organismo humano puede producir
problemas de salud reproductiva (infertilidad, malformaciones
congénitas), tumores y otras enfermedades en órganos
hormono-dependientes (mama, próstata, testículo, tiroides),
enfermedades metabólicas (diabetes, obesidad), enfermedades
inmunológicas y alteraciones en el desarrollo del sistema
neurológico, entre otras. Además de los efectos directos en la
salud humana estos contaminantes tienen efectos negativos en el medio
ambiente.
“La
defensa de la salud de la población no está entre las
preocupaciones de los ministerios. Únicamente se puede hacer una
excepción con el Ministerio de Medio Ambiente de Cristina Narbona
que firmó el Convenio con Estocolmo sobre contaminantes orgánicos
persistentes. Pero una vez aprobado en Consejo de Ministros nunca
salió del cajón”, denuncia Miquel Porta, catedrático de Salud
Pública de la Universidad Autónoma de Barcelona y portavoz de
SESPAS. Porta hace extensiva su denuncia a las consejerías de las
comunidades autónomas a las que también acusa de pasividad. “Tras
largos debates en la UE parece que por fin hemos conseguido que los
toxicólogos dejen de despreciar a los expertos en epidemiología
clínica. Se impone la obligación de realizar análisis por la
exposición ambiental de los trabajadores”, señala Nicolás Olea,
catedrático de Radiología de la Universidad de Granada.
“Aunque
los pesticidas no son la única causa, queremos manifestar
públicamente nuestra voluntad de hacer frente a los peligros de
estos productos. Parece que hay una asociación positiva entre la
exposición ocupacional a los pesticidas y ciertas enfermedades en
adultos: Parkinson, cáncer de próstata y algunos cánceres
hematopoyéticos (linfoma no Hodgkin, mieloma múltiple)”,
advierten 1.200 médicos de Francia y el Caribe que alertan del
daño de los pesticidas en la salud de los ciudadanos en una
declaración efectuada el 31 de enero. En el manifiesto que suscriben
solicitan el reconocimiento de nuevos cuadros de enfermedades
profesionales agrícolas cuya aparición está relacionada con la
exposición a los pesticidas. Además exigen al Estado francés y a
la Unión Europea que demuestren que han tomado las medidas de
seguridad pertinentes.