martes, 18 de febrero de 2014

Cuando la moda es tóxica

17/2/14

OPINIÓN de Noemi Portela Prol.- En las grandes industrias mundiales es frecuente encontrar un gran número de sustancias tóxicas. Sin embargo, y aunque en menor proporción, en nuestros hogares también existen algunas. Detergentes, pilas, productos de limpieza o cosmética e incluso prendas de ropa son algunos de los objetos que por la forma de elaboración, distribución, uso, almacenamiento o eliminación pueden resultar peligrosos para el ser humano; y dejar una huella permanente en el medio ambiente.

Las sustancias químicas presentes en nuestro hogar son en ocasiones un foco de peligro. El uso inadecuado de cualquier producto que contenga algún elemento tóxico puede resultar dañino para nuestra salud y el entorno. Consejos como el de conservar los envases en lugares frescos y secos o no mezclar estos productos con otros son solo un aviso de lo perjudiciales que pueden resultar. A la hora de desechar el producto también se debe tener especial precaución, para así evitar que permanezca durante años en el entorno y lo contamine.

Sin embargo, no es necesario que el producto llegue a nuestras manos, el daño ya ha sido ocasionado antes. Es el caso de la industria textil. Un informe detectó grandes cantidades de sustancias tóxicas en los ríos chinos como las anilinas, que pueden pasar el proceso de depuración y llegar a la naturaleza. Su procedencia, diversas fábricas del sector. El problema reside en la desinformación, y es que se desconoce el tipo de sustancias que se usan y se vierten en las aguas del país. Un claro peligro que tiene como resultado la contaminación de hasta un 70% de lagos, ríos y embalses del gigante asiático.

La alarma causada por estos datos desencadenó el estudio Puntadas Tóxicas. El oscuro secreto de la modaen el que GreenPeace analizó hasta un total de 141 artículos de ropa de veinte marcas distintas de reputación internacional. En ellas se encontraron residuos químicos peligrosos tanto en el proceso de elaboración como en el lavado. Y es que algunos de ellos al degradarse crean nuevas sustancias que provocan alteraciones hormonales, dificultan la respiración en mamíferos y resultan cancerígenas. Es el caso de la marca española Zara, cuyos artículos tenían presentes tanto sustancias que alteran las hormonas como los elementos cancerígenos.

Las prendas para la lluvia de diversas marcas deportivas merecen una mención especial. Para lograr su objetivo, repeler el agua, estos tejidos contienen el ácido perfluorooctanoico, una sustancia potencialmente peligrosa que afecta a la disminución de la fertilidad y genera problemas en el sistema inmune. Además, cuando es liberada en el medio ambiente, no se degrada y se mantiene en el entorno de forma permanente. Como consecuencia, entra en la cadena alimentaria hasta llegar a nuestro cuerpo y al de otros organismos.

La falta de transparencia y el hecho de que todas las fábricas del lugar viertan sus residuos a una misma depuradora impiden encontrar culpables. Sin embargo los tintes, colorantes, antiadherentes, disolventes, repelentes y demás productos químicos, y tóxicos, se siguen usando con consecuencias devastadoras para el medio ambiente, la salud de los seres humanos y la de otros animales. Por ello, la propia ONG GreenPeace decidió realizar una campaña de concienciación que pronto tuvo sus frutos y marcas como Marks & Spencer, Levi ’s, Inditex, Puma o Mango se unieron a la iniciativa. Su objetivo consiste en ‘descontaminar’ sus prendas de ropa a medio plazo, hasta el año 2020, y pedir transparencia a sus fábricas de producción en el uso de sustancias químicas.

Las alternativas existen. Una prueba de ello es la marca textil H&M que desde el año 1995 lleva a cabo un proceso de sustitución de sustancias tóxicas por otras inocuas. Su último reto ha sido eliminar de sus productos el ya mencionado ácido perfluorooctanoico. La información es otro paso necesario para evitar el desastre, conocer las características de los vertidos es primordial para evitar una contaminación irreversible.

Por último, las grandes empresas del sector han de entender que el medio ambiente, y las personas, están por encima de la producción masiva y barata. El valor incalculable de la responsabilidad ambiental.

Alertan de una 'pandemia silenciosa' de trastornos en niños por tóxicos químicos

SEGÚN UN ESTUDIO PUBLICADO EN THE LANCET

17/02/2014 - M.G.
  • Estiman crucial el control de estos químicos para para proteger el desarrollo del cerebro de los niños en todo el mundo.
  • Piden la creación de un organismo internacional de control y la obligatoriedad de pruebas para los productos químicos.
Los productos químicos tóxicos usados en la industria y presentes en el día a día de millones de personas pueden estar detrás del aumento de diagnósticos de problemas de desarrollo neurológico en niños, que derivan en casos de autismo, trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), dislexia y otros trastornos cognitivos.

Todo apunta a que los productos químicos industriales que dañan el cerebro en desarrollo se encuentran entre las causas conocidas de este aumento de la prevalencia de discapacidades del desarrollo neurológico, que afectan a millones de niños en todo el mundo.

En 2006, un grupo de investigadores realizó una revisión sistemática con la que identificaron cinco productos químicos industriales potenciales neurotóxicos para el desarrollo: Plomo, Metilmercurio, Bifenilos policlorados, Arsénico y Tolueno.

Desde 2006 , los estudios epidemiológicos han documentado seis productos químicos adicionales como neurotóxicos, cuya incidencia se muestra en un nuevo estudio llevado a cabo de forma conjunta entre la Harvard School of Public Health (HSPH) y la Icahn School of Medicine at Mount Sinai, que habla de una verdadera pandemia silenciosa.

Pandemia.(Del gr. πανδημία, reunión del pueblo).1. f. Med. Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región.

En el nuevo trabajo, publicado en la revista The Lancet Neurology, los investigadores reclaman de manera urgente una estrategia mundial para la prevención y control del uso de estas sustancias.

Daños en el desarrollo cerebral


Philippe Grandjean, profesor adjunto de salud ambiental en el HSPH, destaca que la mayor preocupación de los autores del estudio es "el elevado número de niños afectados por el daño causado por tóxicos en el desarrollo cerebral, y que carecen de un diagnóstico formal. Sufren la reducción de su capacidad de atención, retraso en el desarrollo, y bajo rendimiento escolar. Y los productos químicos industriales están tomando fuerza entre las posibles causas".

El nuevo informe es la continuación de un trabajo similar realizado por los autores en 2006, en el que ya se identificaron cinco productos químicos industriales como "neurotóxicos del desarrollo", o sustancias químicas que pueden causar déficits cerebrales.

El nuevo estudio ofrece resultados actualizados sobre los efectos de productos químicos nocivos, y añade información sobre seis de ellos:

1- Manganeso.
2- Fluoruro
3- Clorpirifós (pesticida usado para controlar las plagas de insectos)
4- DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano, un pesticida)
5- Tetracloroetileno (un disolvente )
6- Éteres Difenil Polibromados ( retardantes de llama).

En el estudio se esbozan los posibles vínculos entre estos neurotóxicos recientemente reconocidos y los efectos negativos para la salud en los niños, entre ellos destacan los siguientes:

El manganeso se asocia con la disminución de la actividad intelectual y alteración de las habilidades motoras; Los disolventes están vinculados a la hiperactividad y al comportamiento agresivo; Ciertos tipos de pesticidas pueden causar retrasos cognitivos.

Aunque denuncia la especial incidencia de los citados seis tóxicos, Philippe Grandjean como coautor del trabajo también estima posible que haya muchos más productos químicos además de la docena de conocidos neurotóxicos, que estarían contribuyendo a una "pandemia silenciosa" de déficits neuroconductuales, que estarían erosionando capacidades intelectuales, alterando los comportamientos y dañando a las sociedades.

Pero, y en esto insiste el trabajo publicado en The Lancet Neurology, el control de esta pandemia es difícil debido a la escasez de datos que existen para orientar las campañas de prevención y la enorme cantidad de pruebas necesarias para que se pueda acometer una regulación del uso de estas sustancias por los gobiernos.

Los autores dicen controlar el uso de estos productos químicos es crucial para para proteger el desarrollo del cerebro de los niños en todo el mundo. Para lograr este objetivo, los autores del trabajo proponen que se instauren pruebas obligatorias para los productos químicos industriales. Además estiman conveniente la formación de un organismo internacional que evalue los productos químicos industriales y su potencial neurotoxicidad e incidencia en el desarrollo.

"El problema es de alcance internacional, y la solución debe de ser también internacional", señala Grandjean, que pone el acento en que, ya que se cuenta con las herramientas necesarias "para poner a prueba los productos químicos industriales y sus efectos nocivos sobre el desarrollo del cerebro de los niños, es el momento de convertir dichas pruebas en obligatorias".