lunes, 5 de octubre de 2015

Castellón sustituye un herbicida químico por vinagre en parques y plazas

  • El consistorio impulsa el uso del ácido acético, un producto natural no tóxico
  • Sirve también para descalcificar las conducciones en goteos y como desinfectante
La Concejalía de Sostenibilidad Ambiental de Castellón ha sustituido el glifosato, un herbicida químico, por vinagre en la fumigación contra la maleza en plazas de uso público y parques. "El ácido acético concentrado es un producto natural, no tóxico, que se utiliza como herbicida orgánico en agricultura ecológica mientras sea derivado de productos naturales y no químicos", ha explicado la concejala responsable del área, Sara Usó.

Esta medida se enmarca dentro de la apuesta de la Concejalía de Sostenibilidad Ambiental por el uso de productos naturales en aquellos lugares de elevada utilización ciudadana como son parques y plazas. Además, recuerda Sara Usó, "la UE, mediante la directiva marco para un uso sostenible de los plaguicidas, insta a las distintas administraciones a que velen porque se minimice o prohíba el uso de plaguicidas en zonas específicas".

Entre estas zonas, se encuentran los espacios utilizados por el público en general, o por grupos vulnerables, como los parques, jardines públicos, campos de deportes y áreas de recreo, recintos escolares y campos de juego y los espacios cercanos a los centros de asistencia sanitaria.

El ácido acético que ya se está utilizando en plazas y parques de la ciudad tiene una concentración del 20% frente al 5% del vinagre de uso doméstico. El ácido acético al 20% es un producto ecológico y biodegradable que se está utilizando como herbicida de contacto en las plazas y parques del centro, Rafalafena, Auditori, parque del Meridiano, el parque Botánica Carmen Albert -zona Raval Universitari-, en Geólogo Royo, etcétera.

Además de su uso como herbicida de contacto, otras propiedades del vinagre blanco de alcohol puro (ácido acético al 20%) son la limpieza de los sistemas de irrigación, descalcificando las conducciones en goteos, la desincrustación de las precipitaciones calcáreas en los goteros además de que funciona como desinfectante de suelo y sustrato, es acaricida y fungicida natural.

El ácido acético se ha comenzado a aplicar en plazas y parques desde hace dos semanas "por lo que si alguien nota olor a vinagre que no se preocupe, que se trata del nuevo herbicida que estamos utilizando para controlar la maleza, un producto natural no tóxico", ha apuntado la concejala de Sostenibilidad Ambiental, Sara Usó.

La Unión Europea rechaza el cultivo de los alimentos transgénicos

Por Redacción el 03 de octubre de 2015
Cultivos transgénicos. / FAO  
Las superficies plantadas con transgénicos se sitúan principalmente en Estados Unidos (63%), Argentina (21%), Canadá (6%), China (4%), Brasil (4%) y Sudáfrica (1%).

¿Son los alimentos transgénicos dañinos para la salud? No hay una respuesta definitiva con respecto a esto. Lo que sí hay es una posición clara desde la Comisión Europea la cual ha fallado el rechazo a los cultivos transgénicos en la UE bajo la nueva legislación comunitaria.

En el resto del mundo, las superficies plantadas con transgénicos se sitúan principalmente en Estados Unidos (63%), Argentina (21%), Canadá (6%), China (4%), Brasil (4%) y Sudáfrica (1%).

Los alimentos transgénicos, aquellos modificados genéticamente, que más priman en Europa son el maíz y la soja. Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), “en los países en los que se han introducido cultivos transgénicos en los campos no han observado daños notables para la salud o el medio ambiente. (…)Sin embargo, que no se hayan observado efectos negativos no significa que no puedan suceder.”

El amplio consenso es que los efectos medioambientales de las plantas transgénicas deberían ser evaluados a través de procedimientos de evaluación de base científica, analizando cada cultivo individualmente a través de una comparación con sus homólogos convencionales.

Está incertidumbre sobre los beneficios o peligros de los alimentos transgénicos se extienden a la salud humana. Hay quienes apuntan a que estos alimentos pueden mejorar la calidad nutricional, pero no hay estudios definitivos. De hecho, hasta el momento, once países de la UE (Austria, Croacia, Francia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, los Países Bajos, Polonia, Alemania y Chipre) y cuatro administraciones regionales (Valonia, Bélgica y Escocia, Gales e Irlanda del Norte, en el Reino Unido) han notificado formalmente a la Comisión su intención de prohibir los cultivos transgénicos bajo las nuevas normas de la UE.

Según Greenpeace, España es el único Estado miembro que permite el cultivo de transgénicos a una escala importante (unas 132.000 ha 2014 según las estimaciones del MAGRAMA y unas 83.000 ha según la información de las CCAA) lo que le aleja cada vez más de la tendencia dominante en la UE en esta materia. Sin embargo, comunidades autónomas como el País Vasco, Asturias, Islas Canarias, Islas Baleares y Galicia aprobaron en el pasado resoluciones para prohibir el cultivo de transgénicos y otras, como Cantabria y Castilla y León (la primera productora de maíz de España), siguen sin sembrar este tipo de maíz.

Para los agricultores, uno de los efectos positivos de cultivar este tipo de semillas transgénicas es que son más resistentes, lo que les permitiría una mejor producción. Además, el uso de pesticidas también se reduje con las semillas modificadas.

Matias Llorente, secretario general de Ugal-Upa, declaró a leonnoticia.com que "Estados Unidos produce toda la carne con combluterol y antibióticos prohibidos en Europa. Entrarán a un coste más inferior. Y luego después todos los productos que tienen maíz, cereales y transgénicos, que están prohibidos en nuestro país. Estamos haciendo un convenio de mercado con Estados Unidos para que esto pueda llegar libremente a nuestros puertos en los próximos años. ¿A qué jugamos?".

Según información publicada en el periódico The New York Times, más del 90% del maíz, la soja y el algodón cultivados en Estados Unidos son modificados genéticamente a través de procesos biotecnológicos.

Mientras tanto, desde Greenpeace, abogan por la prohibición de cultivos transgénicos en España pero aún no se habla de la llegada de estos productos del extranjero. “De cara a las próximas elecciones generales, animamos también a que los partidos políticos incluyan la prohibición de cultivos transgénicos y una apuesta decidida por la agricultura ecológica en sus programas electorales”, ha declarado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España.