.
Costes económicos
La medidas para prevenir la exposición
a productos químicos neurotóxicos en el desarrollo ahorrará miles
de millones de euros al año en toda la UE. Los déficits del CI,
para un individuo y durante toda su vida, son costosos. Por ejemplo,
se ha estimado que la pérdida de un único punto de CI se asocia con
una reducción global media de ingresos del 2.39%.(13) Cuando esto es
observado para la gran población de la UE, las pérdidas son
sustanciales. También hay costes considerables para la sociedad,
incluyendo los costes de la prestación de servicios médicos y de
apoyo a las personas con deterioro de la función cerebral causadas
por productos químicos. Tales costes se han estimado en los
EE.UU.,(14) y equivalen a unos 52,6 millones de dólares anuales ( 39
millones de euros). Esta cifra incluye las pérdidas de ingresos
atribuibles a la exposición al plomo y el tratamiento y atención de
los trastornos neuroconductuales causados por otras exposiciones
químicas. Para la UE (25) el número de niños nacidos en 2005 fue
de 4,8 millones, en comparación con alrededor de 4 millones en los
EE.UU.. Incluso si hay un mayor gasto en servicios médicos y de
apoyo en los EE.UU. en comparación con Europa, los costes de los
efectos del plomo y otros productos químicos neurotóxicos en la UE
es probable que asciendan a decenas de miles de millones de euros
cada año. Por otra parte, este cálculo ignora la angustia y el
sufrimiento de los niños y los padres afectados, y las repercusiones
financieras que estos a menudo conllevan.
La posibilidad de que los productos
químicos también puedan interferir con el proceso normal de
envejecimiento y contribuir a los déficits de memoria en la vejez
también debería ser una preocupación.(15) Con una población cada
vez más envejecida esto también podría tener repercusiones
económicas y sociales enormes.
Pruebas inadecuadas de los productos
químicos y sobreestimación de los “niveles seguros”
Por desgracia, sólo unos pocos
productos químicos han sido alguna vez analizados en lo que respecta
a su capacidad para hacer descarrilar el desarrollo cerebral.(16) Los
actuales métodos de análisis son costosos y consumen tiempo, y es
necesario desarrollar mejores métodos para identificar los productos
químicos con propiedades neurotóxicas en el desarrollo. Gran parte
de la prueba pueden no ser adecuada para predecir las consecuencias
humanas de la exposición de bajo nivel a largo plazo. Por ejemplo,
los efectos neurotóxicos de la exposición prenatal o temprana al
plomo, a los PCB o al metilmercurio en los seres humanos se producen
con niveles de ingesta aproximadamente tres órdenes de magnitud
inferiores a los previstos a partir de datos de roedores, y de hecho
puede que no exista ningún “nivel seguro”.(17) Esto significa
que los métodos actuales de evaluación de riesgos, que partiendo de
ensayos en ratas y ratones extrapola los datos a los seres humanos,
pueden sobreestimar los “niveles seguros” para los seres humanos
y, por tanto, dejar a la población desprotegida.(18)
Ignorando las señales de alarma
Además, aún cuando se ha demostrado
que los productos químicos tienen propiedades neurotóxicas en
experimentos con animales, las medidas regulatorias no aparecen
rápidamente. Tomemos el ejemplo de deca-BDE (difenileter
decabromado), que se utiliza como retardante de llama. Un estudio
realizado en Suecia en ratones informó en 2003 que el deca-BDE
causaba efectos en el desarrollo cerebral.(19) En 2006, otro estudio
de un laboratorio en los EE.UU. también mostró que el deca-BDE
podía causar efectos sobre la función cerebral en roedores.(20)
Pero cuatro años después, de que apareciera la preocupación sobre
sus efectos neurotóxicos durante el desarrollo, el uso de esta
sustancia en productos de consumo sigue siendo generalizada.
Conclusiones
Se necesita una regulación con un
enfoque de mayor precaución de los productos químicos con
propiedades neurotóxicas en el desarrollo. Tal medida reguladora
necesita emplear muchos más "factores de evaluación" o
"factores de seguridad" que los que normalmente son
aplicados al extrapolar los niveles de seguridad en los seres humanos
a partir de la información obtenida en estudios con roedores. La
necesidad de mayores factores de seguridad se ve subrayada por la
experiencia pasada.
Por otra parte, podría mejorar la
salud pública si se eliminara la exposición a los productos
químicos con propiedades neurotóxicas en el desarrollo siempre que
fuera posible, especialmente teniendo en cuenta los datos emergentes
que indican que puede no haber niveles seguros. Los seres humanos
pueden ser particularmente sensibles debido a la complejidad del
cerebro humano y a que su desarrollo cerebral se produce durante un
largo período. Además, más productos químicos deben someterse a
análisis de sus efectos en el comportamiento y la función cerebral.
Se requiere un esfuerzo considerable para desarrollar pruebas
adicionales para identificar productos químicos que pueden hacer
descarrilar el desarrollo cerebral.
Por último, señales tempranas de
alarma deberían dar lugar a alguna rápida respuesta política, como
las restricciones provisionales hasta que se realicen investigaciones
adicionales, lo que estaría en línea con el principio de
precaución.
Recomendaciones específicas sobre las
medidas para reducir y eliminar definitivamente la exposición a
neurotoxinas con efectos en el desarrollo
La UE y los
gobiernos nacionales de toda Europa deberían:
- Formular
rápidamente y asegurar la difusión más amplia posible de consejos
para que los grupos vulnerables puedan limitar su exposición a
productos químicos con propiedades neurotóxicas en el desarrollo
conocidas o sospechosas;
- Asegurar, a través de la aplicación del
reglamento REACH y sus exámenes de la legislación,
- la más
fuerte protección posible de la salud pública y el medio ambiente,
incluyendo un enfoque en la neurotoxicidad en el desarrollo;
- Promover
la gestión racional de productos químicos y el control, tanto a
nivel internacional en el SAICM, (21) como bilateralmente a través
del desarrollo y la política comercial con países fuera de la
UE;
- Proteger a los niños contra los déficits en la función
cerebral, iniciar y aplicar una mayor precaución en toda la
legislación de productos químicos y foros de política mediante la
previsión de que los umbrales para los efectos neurotóxicos en el
desarrollo pueden ser inexistentes en los seres humanos. Al menos
existe una necesidad de factores de seguridad mucho más amplios que
los actualmente empleados cuando se trata de estudios en animales;
- Dedicar suficientes recursos
financieros y de otros tipos para desarrollar con rapidez mejores
métodos de detección y análisis para identificar los productos
químicos con propiedades neurotóxicos en el desarrollo;
- Dar
prioridad a proyectos de investigación para proteger a los grupos
vulnerables, como los bebés, los niños y las mujeres embarazadas,
sobre todo teniendo en cuenta las dosis de exposición a sustancias
químicas, el momento y la duración de la exposición, la exposición
procedente de múltiples fuentes (por ejemplo, alimentos, aire, agua)
y los efectos combinados de múltiples sustancias químicas (es
decir, el efecto cocktail);
- Asegurar que los proyectos de
monitorización de contaminantes en los seres humanos, vinculados con
la investigación en curso para evaluar los hitos del desarrollo
críticos en estos niños monitorizados (y también en la etapa de
madurez),sean suficientes para recoger los efectos sobre el
desarrollo del cerebro en la población.
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) debería:
- Apoyar, colaborar y coordinar los mecanismos y
actividades entre las organizaciones de investigación y sus
organismos de apoyo para aportar la mejor evidencia científica a la
gestión de sustancias químicas internacional y nacional;
- Difundir los resultados de
investigación relacionados con los productos químicos y sus
impactos sobre la salud humana;
- Sensibilizar a los grupos
vulnerables como los niños, las mujeres embarazadas y las mujeres en
edad fértil sobre los productos químicos con propiedades
neurotóxicas en el desarrollo y sus efectos en la salud.
Los
profesionales de la salud pueden:
- Contribuir a una sólida
implementación del reglamento REACH a nivel nacional, presentando
observaciones, experiencia y asesoramiento sobre los productos
químicos y los problemas de salud a los responsables políticos, los
grupos ecologistas que trabajan en el campo, y el
público;
- Identificar y promover la investigación científica
y clínica que contribuye a la identificación de los productos
químicos con propiedades neurotóxicas de desarrollo.
Referencias
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Environ Health Perspect.110(7):721-728. La Academia Nacional de
Ciencias de los EE.UU. estima la fracción de trastornos
neuro-conductuales que pueden atribuirse a factores ambientales.
Consideraron que el 3% fueron causados directamente por exposiciones
ambientales tóxicas, y otro 25% causado por la interacción entre la
susceptibilidad genética y los factores ambientales, definidos de
manera muy amplia. En los EE.UU., un grupo de científicos estima
entonces que dentro de este 28% causado total o parcialmente por
factores ambientales, un 10% está al menos parcialmente causada por
exposición a sustancias tóxicas, sin incluir alcohol, tabaco o
drogas de abuso. En cuanto a retraso mental (excluyendo los efectos
del plomo), parálisis cerebral y autismo, concluyeron un coste de
alrededor de 9,2 millones de dólares por año para la parte causada
por sustancias químicas tóxicas de origen humano en el medio
ambiente. La estimación incluye las visitas al médico,
medicamentos, hospitalización, dispositivos de asistencia, el
tratamiento y la rehabilitación, cuidados de larga duración,
modificaciones domésticas y de automóviles, servicios de educación
especial, atención domiciliaria y pérdidas de productividad debido
a la morbilidad. Para el plomo, Landrigan y sus colaboradores
estimaron que el costo en los EE.UU. era de 43,4 millones de dólares
por año para los niños de 5 años a lo largo de su vida, sobre todo
debido a la pérdida de ingresos.
15 Schantz SL, Gasior DM, Polverejan E,
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19 Viberg H, Fredriksson A, Jakobsson
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20 Cressey MA, Reeve EA, Rice DC,
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Teratology. 28(6): 707-708.