miércoles, 12 de octubre de 2011

La re­vo­lu­ción trans­gé­nica y más bio­tec­no­lo­gía por venir

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De cuando la co­mida dejó de ser lo que siem­pre ha­bía sido… o cómo se in­dus­tria­li­za­ron los alimentos…
lo ex­plica muy bien la lla­mada «Re­vo­lu­ción Verde», y sus gran­des in­ven­cio­nes para eli­mi­nar el ham­bre en el mundo. La se­lec­ción ge­né­tica, los mo­no­cul­ti­vos y la uti­li­za­ción ma­siva de pes­ti­ci­das, her­bi­ci­das y  fer­ti­li­zan­tes sen­ta­ron las ba­ses de un mo­delo pro­duc­tivo en el que la rica y fér­til va­rie­dad de se­mi­llas fue sus­ti­tuida por el mo­no­po­lio de los OGMor­ga­nis­mos ge­né­ti­ca­mente modificados.


Los trans­gé­ni­cos.

Maíz in­sec­ti­cida

Maíz trans­gé­nico Bt de Monsanto.
  • Lo «cru­za­ron» con una bac­te­ria [Ba­ci­llus thu­rin­gien­sis (Bt)] para que pro­du­jera una proteína.
  • Esa pro­teína mata al gu­sano ba­rre­na­dor: el prin­ci­pal pro­blema del maíz.
  • Pero per­ju­dica a otros in­sec­tos be­ne­fi­cio­sos que ayu­dan con­tro­lar otras plagas.
  • Se acu­mula en los sue­los de cul­tivo, re­du­ciendo su fertilidad.
So­bre su in­ca­pa­ci­dad  para eli­mi­nar el ham­bre en el mundo se al­ber­gan ya po­cas du­das, a pe­sar de que al­gu­nas vo­ces acre­di­ta­das, ame­na­zan con que gran­des desas­tres aso­la­rán a la hu­ma­ni­dad si una nueva re­vo­lu­ción verde trans­gé­nica no se rea­liza. Lo que más que una ame­naza es una pe­li­grosa reali­dad, es que ac­tual­mente se di­se­ñan cul­ti­vos para para ser fu­mi­ga­dos. Enca­sos tan ejem­pla­res como el del maíz, es el pro­pio ce­real el que fun­ciona como tal in­sec­ti­cida, ani­qui­lando toda po­si­bi­li­dad de vida a su alrededor.

Maíz re­sis­tente a herbicidas

Maíz trans­gé­nico HT, fa­bri­cado por Mon­santo y por Bayer.
  • Es to­le­rante a her­bi­ci­das em­plea­dos para evi­tar hier­bas ad­ven­ti­cias que com­pi­ten con el maíz.
  • Pero las plan­tas ter­mi­nan ha­cién­dose re­sis­ten­tes, te­niendo que au­men­tar el uso de agrotóxicos.
  • Y el glu­fo­si­nato de amo­nio, pre­sente en el maíz T25 de Ba­yer, es de alto riesgo para los ma­mí­fe­ros (Au­to­ri­dad Eu­ro­pea para la Se­gu­ri­dad de los Alimentos).
Desde que los trans­gé­ni­cos apa­re­cie­ron son mu­chos los es­tu­dios que han in­ves­ti­gado los po­si­bles per­jui­cios que es­tos pro­duc­tos pue­den pro­vo­car, la cues­tión es su fia­bi­li­dad. Se­gún la Re­vista En­vi­ro­men­tal Scien­ces Eu­rope, lo que ex­plica que la ma­yo­ría de los ali­men­tos trans­gé­ni­cos pa­sen to­dos lo con­tro­les es pre­ci­sa­mente la corta du­ra­ción del tiempo de me­di­ción de los efec­tos, en­tre 30 y 90 días, en los es­tu­dios que se lle­van a cabo, y ade­más son fi­nan­cia­dos por las pro­pias cor­po­ra­cio­nes que con­tro­lan este mercado.

Las pa­ten­tes.

A par­tir de 1930 se con­ce­dió a los agri­cul­to­res la po­si­bi­li­dad pa­ten­tar se­res vi­vos, pero sólo du­rante una ge­ne­ra­ción. Es en los años ’70 cuando un in­ge­niero que tra­ba­jaba para la Ge­ne­ral Elec­trics, con­si­gue que se le per­mita pa­ten­tar una bac­te­ria abriendo la puerta a la pa­tente de la vida.

Cuando la  in­dus­tria de los pes­ti­ci­das com­pró la in­dus­tria de las se­mi­llas, se co­men­za­ron a pa­ten­tar tanto las mo­di­fi­ca­das como las no mo­di­fi­ca­das. El único lí­mite fue que no es­tu­vie­ran pre­via­mente pa­ten­ta­das. La con­se­cuen­cia in­me­diata el mo­no­po­lio del mer­cado ali­men­ta­rio, ya que una vez pa­ten­ta­das han ido re­ti­rando de cir­cu­la­ción to­das aque­llas va­rie­da­des no de­pen­dien­tes de los pes­ti­ci­das y fertilizantes.
Se­gún el Grupo ETC, a prin­ci­pios de la dé­cada de los ’80 exis­tían en el mundo más de 7.000 em­pre­sas se­mi­lle­ras que pro­du­cían para el mer­cado co­mer­cial; nin­guna de ellas lle­gaba al 1% del mer­cado. Al­gu­nos datos:
  • De las mi­les de com­pa­ñías de se­mi­llas e ins­ti­tu­cio­nes pú­bli­cas de me­jo­ra­miento de cul­ti­vos que exis­tían treinta años atrás, ahora sólo que­dan diez trans­na­cio­na­les que con­tro­lan más de dos ter­cios de las ven­tas mun­dia­les de se­mi­llas que es­tán bajo pro­pie­dad intelectual.
    Mapa que muestra el nivel de penetración de los transgénicos en el planeta.
    Pe­ne­tra­ción de los trans­gé­ni­cos en el mundo.
  • De las do­ce­nas de com­pa­ñías de pla­gui­ci­das que exis­tían hace treinta años, diez con­tro­lan ahora apro­xi­ma­da­mente el 90% de las ven­tas de agro­quí­mi­cos en todo el mundo.
  • De unas mil em­pre­sas bio­tec­no­ló­gi­cas emer­gen­tes hace 15años, diez tie­nen ahora los tres cuar­tos de los in­gre­sos de esa industria.
  • Y seis de los lí­de­res de las se­mi­llas son tam­bién seis de los lí­de­res de los pla­gui­ci­das y la biotecnología.
  • En los últi­mos treinta años, un pu­ñado de com­pa­ñías ga­na­ron el con­trol de una cuarta parte de la bio­masa anual del pla­neta (cul­ti­vos, ga­nado, pesca, etc.) que fue in­te­grada a la eco­no­mía del mer­cado mundial.
Esto sig­ni­fica, en la prác­tica, dar a las cor­po­ra­cio­nes el po­der de con­tro­lar el desa­rro­llo de la vida en la Tie­rra. Por­que quien con­trola las se­mi­llas con­trola la co­mida y por tanto la vida.

Mo­ra­to­ria Trans­gé­ni­cos… o la ba­lada de los lobbys.

El pa­sado año, tras doce de mo­ra­to­ria, la UE au­to­rizó en Eu­ropa cinco or­ga­nis­mos ge­né­ti­ca­mente mo­di­fi­ca­dos, uno co­rres­ponde a una va­rie­dad de pa­tata, teó­ri­ca­mente para usos in­dus­tria­les; y más re­cien­te­mente  la UE quiere im­por­tar maíz y soja trans­gé­ni­cos con una pe­queña can­ti­dad de otros trans­gé­ni­cos que ni se han ana­li­zado ni se han apro­bado en la UE. Son ejem­plos cla­ros de lo que viene siendo un pro­lon­gado co­que­teo en­tre la in­dus­tria y la política.
Un ejem­plo es el caso es­pa­ñolCris­tina Gar­men­dia, la Mi­nis­tra de Cien­cia e In­no­va­ción, ha sido pre­si­denta de «ASE­BIO» —el lobby pro­trans­gé­nico más po­tente de Es­paña fi­nan­ciado, en­tre otras gran­des mul­ti­na­cio­na­les del sec­tor, por Mon­santo—, es fun­da­dora de la em­presa «Ge­ne­trix» que aglu­tina a mu­chas de las com­pa­ñías es­pa­ño­las de bio­tec­no­lo­gía, y pre­si­denta de la fun­da­ción «In­bio­med» (fi­nan­ciada con di­nero pú­blico) de­di­cada a la in­ves­ti­ga­ción ge­né­tica con fi­nes farmasanitarios.
De aquí hasta abajo, pa­sando por Di­rec­to­res Ge­ne­ra­les, Je­fes de Ga­bi­nete, cien­tí­fi­cos del CSIC, etc. se ex­plica el por qué del gran afán de la In­dus­tria so­bre la sa­lud y la ali­men­ta­ción de las per­so­nas y su nuevo es­ce­na­rio, la bio­tec­no­lo­gía, ac­tual­mente con­ver­tida en “in­ge­nie­ría ge­né­tica extrema”.
Como to­das las bio­cien­cias está im­pul­sa­das por la tec­no­lo­gía de la in­for­ma­ción o la bio­in­for­má­tica– aná­li­sis del ma­te­rial bio­ló­gico a tra­vés de la compu­tación. Sólo com­pren­diendo el con­cepto de con­ver­gen­cia en­tre tec­no­lo­gías y ca­pi­tal se puede ob­te­ner una idea apro­xi­mada de la di­men­sión del po­der cor­po­ra­tivoEsta con­fluen­cia está dando lu­gar a acuer­dos glo­ba­les en­tre mer­cado y go­bier­nos para con­quis­tar los dos ter­cios de bio­masa que aun que­dan por mercantilizar.
Mien­tras tanto los gi­gan­tes de la ge­né­tica agroa­li­men­ta­ria di­cen que si la agri­cul­tura se ve ame­na­zada por con­di­cio­nes cli­má­ti­cas ex­tre­mas lo que ne­ce­si­ta­mos son «ge­nes re­sis­ten­tes» que pue­dan so­por­tar­las. Y en lu­gar de cues­tio­nar o cam­biar las es­truc­tu­ras que pro­vo­can y en­quis­tan la po­breza y la de­sigual­dad, mu­chos go­bier­nos con­ti­nuan si­tuán­dose del lado de las em­pre­sas para re­for­zar las mis­mas po­lí­ti­cas que las cau­san. (Fuente: Grupo Etc)

El nuevo escenario.

La bio­tec­no­lo­gía es la tec­no­lo­gía ba­sada en la bio­lo­gía, es­pe­cial­mente usada en agri­cul­tura, far­ma­cia, cien­cia de los ali­men­tos, me­dioam­biente y medicina.
Den­tro de ella existe: la bio­tec­no­lo­gía roja, la blanca la verde y la azul. La roja es la que se re­fiere a pro­ce­sos mé­di­cos, nue­vos fár­ma­cos. La verde la que se re­fiere a pro­ce­sos agrí­co­las, como los tras­gé­ni­cos. La re­la­ción en­tre am­bas es de su­po­ner si se tiene en cuenta que seis de las gran­des far­ma­ceú­ti­cas han ad­qui­rido y creado em­pre­sas de semillas.
Se­gún Gre­gory Stock, bio­fí­sico y em­pre­sa­rio de bio­tec­no­lo­gíain­vi­tado re­ciente en el pro­grama de di­vul­ga­ción cien­tí­fica Re­des:
«Es im­por­tante que com­pren­da­mos la enor­mi­dad de los cam­bios que es­tán ocu­rriendo hoy en día para dar­nos cuenta del tipo de trans­for­ma­ción que va­mos a pre­sen­ciar,
por­que real­mente es­ta­mos en un mo­mento de tran­si­ción, y no so­la­mente es un mo­mento de tran­si­ción en la his­to­ria de la hu­ma­ni­dad; es un mo­mento de tran­si­ción en la his­to­ria de la vida… em­pe­za­mos a con­tro­lar los pro­ce­sos de la vida y em­pe­za­mos a con­tro­lar nues­tro pro­pio fu­turo evolutivo».
A con­ti­nua­ción y por re­su­mir una cues­tión de na­tu­ra­leza tan com­pleja es de re­sal­tar lo que  Stock ar­gu­menta en fa­vor de las apli­ca­cio­nes de la biotecnología:
«Pen­sando en cier­tos ti­pos de in­ter­ven­cio­nes far­ma­co­ló­gi­cas, (como el pro­zac) sin duda es me­jor te­ner un buen amigo. Pero tam­bién es ver­dad que las in­ter­ven­cio­nes ac­tua­les son bas­tante ru­di­men­ta­rias: pro­vo­can mu­chos efec­tos se­cun­da­rios y no aca­ba­mos de en­ten­der to­da­vía nues­tro fun­cio­na­miento, el fun­cio­na­miento del ce­re­bro hu­mano, de la mente hu­mana… pero con­forme va­ya­mos ad­qui­riendo esos co­no­ci­mien­tos todo cam­biará; creo que lo­gra­re­mos crear cóc­te­les de fár­ma­cos que re­crea­rán cier­tos es­ta­dos emo­cio­na­les desea­bles. ¡Y eso sí que será un reto enorme! Ahora de­ci­mos que es me­jor te­ner un amigo, ¿pero qué pa­sa­ría si pu­dié­ra­mos to­mar una pas­ti­llita que nos lo diera todo, to­das las sen­sa­cio­nes be­ne­fi­cio­sas que nos da un amigo… y fuera fa­ci­lí­sima de to­mar, sin las mo­les­tias de for­jar una amis­tad o lo que sea?».
¿A al­guien le re­cuerda esto a «Un mundo fe­liz» de Al­dous Huxley?.
Fuente: http://cusamaco.eu/?p=2761