domingo, 10 de febrero de 2013

STEVIA ¿Edulcorante "bio"?

¿Por qué la stevia no se permite como edulcorante ecológico en la UE? La planta Stevia rebaudiana y sus extractos, como los glucósidos de esteviol, se están volviendo muy populares en el mundo como un edulcorante sustitutivo del azúcar en productos procesados.

Desde noviembre del 2011 los glucósidos de esteviol están permitidos por el Reglamento (CE) nº 1131/2011 como edulcorantes naturales. Sin embargo, no se permite el uso del glucósido de esteviol en alimentos ecológicos aunque provenga de plantas de estevia de cultivo ecológico. Esto se debe a que el aditivo glucósido de esteviol (E940) no se ha incluido en el Anexo VIII del Reglamento (CE) nº 889/2008 La decisión, o para ser más precisos, la falta de decisión en esta materia es controvertida y hay elaboradores y comercializadores que sienten que están siendo discriminados en el mercado porque elaboradores de otros países pueden utilizar la estevia en productos elaborados ecológicos y también pueden utilizarla los elaboradores convencionales en la UE.

Hasta ahora no se permitía ningún edulcorante en los alimentos ecológicos porque todos eran de origen sintético. Sin embargo, el sector ecológico está muy interesado en la producción de alimentos sin azúcar y la estevia parece la solución, pues es la única fuente natural de sabor dulce con cero calorías que se conoce actualmente. En principio, añadir un nuevo aditivo natural en el Anexo VIII del Reglamento no debería suponer ninguna dificultad, pero la cuestión de la estevia no es tan simple, ya que hay que tener en cuenta diferentes aspectos cuando se aborda el tema.

DIFICULTADES

Debido a diversas dificultades en la forma de extraer el producto de las hojas de estevia, tales como el sabor fuerte que los extractos acuosos de estevia podrían tener, y otras dificultades referentes a su aplicación, se hace necesaria la producción de glucósidos altamente purificados. El problema es que el proceso para la obtención del glucósido requiere el uso de resinas de intercambio iónico que no encajan bien con los principios ecológicos. Como factores atenuantes para defender el uso de este ingrediente puede decirse que, actualmente, el nuevo Reglamento (UE) nº 203/2012 para el vino ecológico permite el uso de resinas de intercambio iónico en la producción de concentrado de uva rectificado; aunque esto debe revisarse en agosto del 2015. Además, el impacto de las resinas de intercambio iónico en un producto depende del tipo de ión de intercambio utilizado. En el caso de los glucósidos de esteviol no se añaden iones al producto, las molécula simplemente son capturadas y luego liberada

Otro factor que complica el asunto aún más es que, si la estevia y los extractos de estevia son vistos como un nuevo alimento, han de seguir el procedimiento de autorización de acuerdo con otro reglamento europeo, el Reglamento (CE) nº 258/97. Se trata de un largo proceso y la decisión sobre si la estevia es o no un nuevo alimento debe tomarse a nivel nacional.

Actualmente, en Alemania no se considera un nuevo alimento en alimentación convencional. Sin embargo, algunos Estados Miembros consideran a la estevia y sus estractos como un nuevo alimento y automáticamente están prohibidos tanto en alimentación convencional como ecológica. Como consecuencia de esta política, en Alemania se pueden utilizar las hojas y los extractos acuosos de estevia de producción ecológica (no los glucósidos de esteviol) mientras productos similares que contienen estevia no pueden producirse en otros países de la UE.

El caso de la estevia se está discutiendo actualmente; se ha discutido en el SCOF (Comité Permanente de Agricultura Ecológica) de la UE y varios países han pedido a la Comisión Europea que incluya los glucósidos de esteviol en la agenda del Grupo de Expertos de Asesoramiento Técnico en Agricultura Ecológica (EGTOP).

Hay varias posibilidades sobre lo que puede pasar al final con el uso de la estevia como aditivo en la alimentación ecológica: podrá ser aprobado o no; y si se aprueba puede que sea con o sin restricciones. Una de las posibles opciones podría ser la autorización del glucosido de esteviol en el Anexo VIII con la condición específica de "procedente sólo de cultivo ecológico", lo que animaría el cultivo ecológico de estevia para proveer a la industria de elaboración de productos ecológicos.

Nuria Alonso. The Organic Standard. Nº 140 Diciembre 2012 http://www.organicstandard.com/

Fuente: http://vidasana.org/noticias-vidasana/stevia-edulcorante-bio.html

La contaminación afecta el peso de bebés recién nacidos

Cada vez más niños nacen bajos de peso debido a los altos niveles de contaminación en todo el mundo. Ésta es la conclusión de un estudio sin precedentes sobre la relación entre la contaminación del aire y los recién nacidos.

Los niños que nacen bajos de peso tienen
más riesgo a morir en el primer año.
Foto: Thinkstock  
El trabajo publicado en Environmental Health Perspectives revisó más de tres millones de nacimientos en nueve países de todo el mundo.

"Estamos hablando de una contaminación de partículas más finas que un cabello, que emiten los autos, algunas calefacciones y plantas generadoras de energía", dijo Rachel Morello-Frosch, una las autoras del trabajo.

Los niños que nacen bajos de peso tienen más riesgo a morir en el primer año. Si bien la mayoría sobrevive, éstos son más propensos a desarrollar enfermedades de alto riesgo -cardiovasculares y diabetes- al alcanzar la adultez.

El equipo de investigadores estudió los datos proporcionados por las agencias de contaminación en Norteamérica, Suramérica, Europa y Asia. A partir de estas cifras estimaron la contaminación a la que pueden estar expuestas las embarazadas en cada región, lo que compararon con los registros de nacimientos, según explicó la especialista de la Universidad de California.

Estudios previos ya han determinado la relación entre la contaminación del aire, las mujeres embarazadas y los riesgos en bebés.

Consistencia mundial

Esta investigación determinó que hay una consistencia en los datos a nivel mundial que apuntan a que la relación entre el peso del recién nacido y la contaminación es directamente proporcional: a más exposición, menor es la media de peso en bebés.

"Lo que más me sorprendió de los resultados es la relación consistente entre la contaminación del aire de las partículas finas y el alto riesgo de nacer bajo de peso", señaló Morello-Frosch.

Según el estudio, por cada incremento de 10 microgramos de partículas por metro cúbico hay un aumento del riesgo de entre el 3% y el 10%.

"Desde el punto de vista individual puede parecer una diferencia insignificante, pero cuando estamos hablando de una población expuesta, entonces se trata de un posible cambio general en el peso de neonatos, con un aumento en el número de bebes bajos de peso", advirtió la especialista.

Por su parte, el profesor Tracey Woodruff, co-autor del estudio, informó que lo "realmente significativo de la investigación es que se trata de niveles de contaminación del aire a los que prácticamente todo el mundo está expuesto".

"En regiones como China, que tiene los niveles de contaminación más altos en el mundo, los partos se podrían estar viendo afectados", explico Rachel Morello-Frosch.

Efecto en millones

La investigadora señaló que si bien se ha comprobado una relación entre el feto y la contaminación, todavía no se sabe con certeza cómo las partículas finas afectan al bebé. Morello-Frosch especula que se podría deber al estrés oxidativo que afecta tanto a la madre como al feto.

Los especialistas sugieren la implementación de regulaciones que busquen disminuir los niveles de contaminación en todo el mundo

Este tipo de estrés se origina por un desequilibrio entre las especies reactivas al oxígeno y la capacidad del sistema biológico a desintoxicar esos reactivos con rapidez.

"Pero esto es sólo una teoría que no ha sido probada", aclara la investigadora.

Los especialistas sugieren la implementación de regulaciones que busquen disminuir los niveles de contaminación en todo el mundo.

Tony Fletcher, del departamento de Epidemiología Ambiental de la escuela de Medicina Tropical del Londres, declaró que "el estudio es de excelente calidad y las conclusiones son claras".

"Si bien el efecto promedio en cada bebé por separado es pequeño, y no debe alarmar a futuros padres, para toda una población estos pequeños riesgos se suman entre millones de personas".

La contaminación por mercurio en el agua se puede detectar con un móvil

La contaminación por mercurio, un problema que afecta especialmente a los países en desarrollo, supone un riesgo para la salud humana, ya que se acumula en el cerebro y los riñones, provocando a largo plazo enfermedades neurológicas. Sus fuentes de emisión son los vertidos de la industria y la minería, sobre todo la extracción artesanal de oro.

Ahora, un equipo de la Universidad de Burgos ha desarrollado una técnica para detectar la presencia de este metal nocivo en el agua "de forma barata, rápida e in situ", según explica a SINC José Miguel García, uno de los autores. Los detalles se publican en la revista Analytical Methods.

El método consiste en introducir en el agua durante cinco minutos una fina lámina creada por los investigadores. Si se torna roja, es señal de que hay mercurio. "Los cambios se aprecian a simple vista, y cualquier persona, sin conocimientos previos, puede saber si un recurso hídrico está contaminado con mercurio por encima de unos límites determinados", señala el profesor García.

Además, si se fotografía la lámina con una cámara digital, como las de los móviles o las tabletas, se puede saber la concentración de este metal. Solo hace falta un software de tratamiento de imagen -el equipo ha usado el programa GIMP de acceso abierto- para ver las coordenadas de color. Después, se compara el resultado con unos valores de referencia. El sensor del mercurio es la rodamina, un compuesto fluorescente.

En la membrana se incluye un compuesto orgánico fluorescente, la rodamina, como sensor del mercurio. "La rodamina es insoluble en agua -comenta el profesor-, pero la anclamos químicamente a una estructura polimérica hidrofílica, de tal forma que cuando se introduce en el agua, se hincha y las moléculas sensoras se ven forzadas a permanecer en el medio acuoso e interactuar con el mercurio".

La composición exacta de la lámina se puede ajustar a los parámetros deseados. En concreto, los investigadores la han calibrado para que cambie de color si se superan los límites establecidos por la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) de Estados Unidos: 2 ppb (partes por mil millones) de mercurio divalente -Hg(II), una de las formas más reactivas- en aguas destinadas al consumo humano.

Los investigadores -que también han desarrollado el método para otros elementos como el hierro o el cianuro- consideran que el agua que bebemos en España "es de excelente calidad gracias a unos controles muy eficientes", por lo que la técnica en nuestro país se podría emplear para detectar mercurio en vertidos puntuales o para estudiar su presencia en los peces.

UN PROBLEMA GLOBAL


Un reciente estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) refleja que gran parte de la exposición humana a este metal tóxico se produce a través del consumo de pescado contaminado.

El informe, denominado Evaluación mundial sobre el mercurio de 2013, ha analizado por primera vez el mercurio que se libera a ríos y lagos de todo el mundo. La extracción de oro a pequeña escala y la combustión de carbón para generar electricidad parecen estar detrás del aumento de las emisiones en los países en desarrollo.

Respecto al mar, en los últimos cien años se ha duplicado la cantidad de mercurio en los primeros cien metros de profundidad de los océanos del planeta. Las concentraciones en aguas profundas también han aumentado hasta un 25%.

Para detener la contaminación global con este metal, más de 140 países aprobaron en Ginebra (Suiza) la puesta en marcha de la Convención de Minamata, una nueva normativa internacional vinculante bautizada con el nombre de la ciudad japonesa donde murieron cientos de personas en los años 50 intoxicadas con mercurio.

Fuente: http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.aspid=55737

Estorninos para medir la contaminación química

7 FEBRERO 2013 · DAVID SANZ

Algunos animales tienen un sexto sentido para reconocer los lugares medioambientalmente sanos. Otros muchos no aguantan la contaminación química proveniente de las actividades humanas. En definitiva, plantas y animales son el mejor indicador de una naturaleza limpia y saludable.

Sin embargo, a pesar de las señales que nos manda la naturaleza, el ser humano se niega a aprender (o se niega a cambiar de actitud). Hace ya medio siglo que una bióloga estadounidense llamada Rachel Carson denunció que el empleo de pesticidas y otros productos químicos tenía efectos letales sobre algunos animales. Aunque el asunto se ha reglamentado, la contaminación química está muy lejos de desaparecer.

Este tipo de compuestos persisten en el ambiente y se acumulan y sus efectos pueden ser muy dañinos para las personas y para el resto de seres vivos. Un equipo internacional de investigadores, dirigidos por la Universidad de Amberes, ha analizado la presencia de compuestos organohalogenados en huevos de dos tipos de estorninos (pinto y negro) y en tres continentes (Europa, Norteamérica y Australasia).

La investigación tiene por objeto monitorizar la cantidad de contaminación que persiste en el ambiente mediante el análisis de los huevos de estas aves, ya que presentan algunas ventajas, como que habitan lugares muy diferentes por todo el planeta, utilizan cajas para ubicar sus nidos, lo que facilita recoger muestras, ocupan una posición relativamente alta en la cadena trófica, pues se alimentan de invertebrados del suelo y, por tanto, pueden acumular dosis elevadas de esos compuestos organohalogenados.


La investigación encontró que las concentraciones medias de bifenilos policlorados (PCB) en los huevos fueron muy variables: las más bajas se encontraron en Australia y las más elevadas en Estados Unidos. Este resultado no es de extrañar, ya que la mayor parte de las mezclas comerciales de PCB se producen y se usan en Estados Unidos. En Europa, hay concentraciones elevadas de este compuesto en localidades urbanas de Italia y Polonia.

Químicos que permanecen décadas en el ambiente

En el caso de los éteres difenílicos polibromados (PBDE), las concentraciones de Canadá son superiores al resto de países.

Por último, para los insecticidas organoclorados (DDT), las concentraciones fueron muy bajas en Francia y muy elevadas en Nueva Zelanda. En este último país, el DDT se usó de forma masiva entre 1950 y 1968 para controlar los insectos de los pastizales. En Europa, se encontraron concentraciones por encima de la media en localidades de Polonia y Croacia.

En la mayoría de países desarrollados, el DDT se prohibió hace más de 25 años. Sin embargo, continúa en el medio ambiente. La naturaleza, en ocasiones, tarda décadas o, incluso, siglos, en asimilar la contaminación producida por el ser humano.