domingo, 4 de febrero de 2018

El ICS indemnizará a la trabajadora de un CAP, que enfermó por fumigaciones

Barcelona, 1 feb (EFE).- El Instituto Catalán de la Salud (ICS) abonará una indemnización de 160.000 euros a una antigua trabajadora de dos Centros de Atención Primaria (CAP) de Barcelona por las lesiones y secuelas físicas que le causó la exposición a las fumigaciones con biocidas.

En una sentencia, dictada en mayo del 2017, el TSJC (Tribunal Superior de Justicia de Cataluña) reconoció a la mujer la incapacidad permanente con origen laboral y obligó al ICS a abonar un recargo del 50 % sobre el importe de esta prestación.

Ahora, los representantes de la trabajadora, abogados del Colectivo Ronda, han llegado a un acuerdo extrajudicial con la compañía aseguradora del ICS para que abone a la víctima una cantidad de 160.000 como indemnización por daños y perjuicios derivados de las problemas de salud que le ocasionaron estas prácticas de fumigación.

La trabajadora prestó sus servicios en el CAP Lope de Vega de Barcelona, entre los años 1989 y 2003, periodo en el que se "realizaban aplicaciones sistemáticas de productos insecticidas" a los que ella estuvo expuesta.

Según la sentencia del TSJC, el ICS fue responsable de una "falta de medidas de seguridad" de los trabajadores de estos CAP, ocasionada por una "exposición reiterada a productos químicos" que provocaron "un grave cuadro clínico" en esta trabajadora en cuestión.

Esta situación, explica el colectivo, no cambió con su traslado al CAP Ramon Turró, donde se evidenció que los trabajadores también convivían con estos productos químicos.

La resolución de entonces recogía las conclusiones de un informe efectuado por técnicos del Centro de Seguridad y Salud de Barcelona, que detectó que existía una exposición a los organofosforados.

Estos agentes son considerados los principales activos de los insecticidas más peligrosos para el organismo humano y se encuentran retirados del Registro de Plaguicidas del Ministerio de Sanidad, por lo que su uso como insecticida está prohibido en ambientes interiores, según indicó este sentencia.

Las múltiples exposiciones a bajas dosis de organofosforados provocaron en la trabajadora un "grave cuadro clínico" conformado por Sensibilidad Química Múltiple, fibromialgia y fatiga crónica, quedando incapacitada de manera permanente.

Ahora, la trabajadora recibirá 160.000 euros por parte de la compañía aseguradora del ICS en concepto de daños y perjuicios, a causa de las enfermedades que sufre y que le impiden desempeñar su trabajo. EFE

Un estudio alerta sobre vertidos de zinc y arsénico al mar desde los fosfoyesos

La investigación concluye que esta situación amenaza las condiciones ambientales del litoral, por lo que urge restaurar las balsas
Vista aérea de la ciudad de Huelva y las balsas de fosfoyesos en
las marismas / Cadena SER
SANTIAGO GONZÁLEZ Huelva 29/01/2018

Un trabajo de investigación del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Huelva señala a las balsas de fosfoyesos como responsables del vertido de grandes concentraciones de zinc y arsénico con capacidad de alcanzar el Océano Atlántico.

El estudio, denominado ‘efectos de la mezcla del agua de mar en la movilidad de los lixiviados de fosfoyesos’ y publicado recientemente en la revista de divulgación científica internacional ‘Marine Pollution Bulletin’, concluye que esta situación amenaza las condiciones ambientales del litoral onubense, por lo que es urgente adoptar medidas efectivas de restauración en las balsas.

El artículo extrae los argumentos de la tesis doctoral realizada por Eugenia María Papaslioti, dirigida por el profesor Rafael Pérez López. En el trabajo participan investigadores del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, el CSIC, la Universidad de Huelva y la de Granada.

Rafael López sostiene que el proyecto de clausura de las balsas previsto por la empresa, no terminaría con el proceso de lavado al que se están viendo los contaminantes allí presentes. "Habría que hacer algún tipo de canal perimetral o barrera impermeable que impidiese la entrada de agua del estuario. Es lo que está ocurriendo con las balsas 1 y 4, que ya están restauradas, y los contaminantes se filtran al estuario".

En declaraciones a la SER, López ha indicado que este artículo supone un paso más en el grado de conocimiento que se tiene del impacto que producen las balsas. Un espacio afectado por filtraciones que ya han sido constatadas y que están provocando que los lixiviados contaminados lleguen hasta el estuario y posteriormente al océano.

La contaminación minera es el principal problema de contaminación del estuario de la ría de Huelva, pero las balsas de fosfoyesos, según la investigación, aportan cantidades significativas de arsénico y Cadmio, hasta un 16 y un 13 por ciento del total que llega a la ría. De hecho la pluma de contaminación procedente del estuario de Huelva, debido principalmente al aporte del drenaje ácido minero procedente de las viejas minas, alcanza hasta el Estrecho de Gibraltar. Este estudio incorpora además que parte de esos aportes contaminantes proceden de las balsas de fosfoyesos.

El siguiente paso de este trabajo sería realizar un muestreo en el estuario. López afirma que su Departamento ha recibido "un proyecto de investigación del Ministerio para ver la movilidad de los contaminantes, no solo de las balsas de fosfoyesos, sino también los procedentes de las zonas mineras, para ver que contaminantes se transfieren al Océano Atlántico".

El trabajo simula lo que ocurre con los lixiviados cuando llegan al estuario. Diversos contaminantes se quedan disueltos y esto les permite desplazarse gracias al flujo mareal.

Objetivos

Hay contaminantes presentes en la Balsas, como el aluminio, hierro, cromo, plomo y uranio, que precipitan sobre el fondo y dejan de estar disueltos en el estuario. Sin embargo hay otros, como el cobalto, niquel, cobre, Zinc, arsénico, cadmio y antimonio, que se quedan en disolución. Entre el 80 y el 100 por cien de estos últimos materiales no precipitan al fondo y se mantienen disueltos.

El objetivo del estudio es simular y evaluar el comportamiento de contaminantes como Al, As, Cd, Co, Cr, Cu, Fe, Ni, Pb, Sb, U y Zn, cuando los lixiviados se lanzan a la costa sometidos al agua de mar, y los procesos geoquímicos que toman después estas soluciones.

Los apilamientos de fosfoyesos contienen aguas subterráneas altamente contaminadas que se retienen en profundidad por la superficie del pantano, forzándolos a fluir lateralmente y llegar al borde del apilamiento. Estas fugas contaminadas ácidas emergen, formando los llamados flujos de salida, que son hasta hoy en día una continua fuente de contaminación en el estuario. Otra fuente de contaminación es el agua almacenada en la superficie de los apilamientos, conocida como agua de proceso.

La investigación concluye que los planes de restauración no son suficientes para prevenir que los lixiviados procedentes de los fosfoyesos lleguen al estuario. Las balsas son responsables de importantes cantidades de contaminantes que llegan a la ría.

Estos hallazgos enfatizan la necesidad de adoptar planes de restauración eficientes con el fin de gestionar con éxito la contaminación por fosfoyeso en el estuario de Huelva, y, lo que es más importante, evitar que estas aguas residuales lleguen al estuario.