Premios 'Príncipe de Asturias' Investigación
"La crisis económica me afecta, y mucho; se hace tremendamente difícil lograr ayudas"
LINDA WATKINS
Bioquímica y fisióloga estadounidense, investigadora del dolor crónico
Oviedo, Eduardo GARCÍA
-¿Todos estamos asociados a un dolor, ese talón de Aquiles que nos acompaña toda la vida?
-Así es.
-¿Y cuál es el suyo?
-A mí me duele el corazón cada vez que tengo que plantearme el papeleo para lograr fondos para proseguir mis investigaciones.
Linda Watkins (Virginia, Estados Unidos, 1954) es bioquímica y fisióloga. Es profesora del departamento de Psicología y del Centro de Neurociencia de la Universidad de Colorado-Boulder. Miembro de las más importantes asociaciones internacionales sobre neurociencia y dolor, recogerá mañana el premio «Príncipe de Asturias» de Investigación Científica y Técnica junto a David Julius y Baruch Minke.
-¿La crisis también afecta a una investigadora de primerísima línea internacional?
-Me afecta, y mucho. En primer lugar se ha vuelto tremendamente difícil lograr ayuda de institutos de investigación y del sector privado para investigaciones de ciencia básica. Yo trabajo en cuatro compuestos concretos de fármacos para el dolor y me esfuerzo en lograr que al menos dos de ellos sean algún día una realidad práctica. Antes de la crisis, todo el mundo me decía que mi investigación era fantástica; ahora me dicen que mi investigación sigue siendo fantástica, pero que vuelva en otro momento. Hay mucha terapia nueva y es difícil conseguir que las grandes compañías farmacéuticas se comprometan. En ocasiones la financiación llega justamente de las pequeñas firmas. Nosotros hemos formado una empresa investigadora en el momento justo en que la economía mundial se vino abajo.
-¿Cuánto necesita?
-Siete millones de dólares.
-Seguro que lo tiene más fácil en los Estados Unidos que en España.
-No lo sé. Si los consigo, será el primero en saberlo.
-¿Es consciente de que lidera una investigación que entronca con una de las grandes preocupaciones de la Humanidad: quitar el dolor?
-Sí, y soy capaz de imaginar un futuro sin dolor, sería algo maravilloso. Pero el dolor normal es muy bueno porque nos ayuda a sobrevivir. Están documentadas personas capaces de no sentir dolor alguno, gente que pone la mano sobre el fuego y que percibe el olor de la carne quemada, pero nada más.
-¿Ausencia de dolor, igual a peligro de muerte?
-Desde luego. La ausencia de dolor nos vuelve vulnerables a las enfermedades y a las infecciones. El problema está cuando el dolor se equivoca de camino, por decirlo de alguna manera. Y estamos hablando de dolores que en ocasiones son tan intensos que llegan a impulsar al suicidio. Nadie merece una cosa así.
-Es sorprendente que el área del cerebro que se activa ante el dolor físico sea la misma que ante el dolor emocional.
-Esto puede deberse a que el dolor no es unidimensional, sino que es un aspecto sensorial más como los afectos, las emociones, el miedo, la desesperanza o la ira. Sensaciones que son capaces de producir dolor.
-¿El dolor está, por tanto, en el cerebro?
-No. En el cerebro están las emociones, pero el dolor sensorial nos llega a través de la médula espinal. Pisas un clavo y ese dolor llega a través de las neuronas a la médula. De alguna forma esas neuronas «hablan» y son capaces de modular el dolor de forma dramática.
-¿Podemos crear un dolor, sentirlo aunque físicamente no exista?
-A través de las emociones se puede amplificar el dolor que después percibe el cerebro. Y al revés: unas emociones muy fuertes logran que nos olvidemos de ese dolor. Se llama analgesia inducida por el estrés. Hay personas con una enorme capacidad para «olvidarse» de sus dolores. No es mi caso.
-¿Por qué un estado emocional vulnerable nos deja más indefensos ante el dolor y a la enfermedad?
-Porque el sistema inmunológico comunica directamente con el sistema nervioso central. Cuando sufrimos una gripe, la mayor parte de lo que nos ocurre se está creando en el cerebro, no en el resto del cuerpo. Conocemos muy bien las vías que utiliza nuestro sistema inmunológico para «hablar» con el cerebro.
-¿Se llegará algún día a lograr un medicamento único contra cualquier clase de dolor?
-Yo creo que no se puede crear un solo modelo. Otra cosa es que los experimentos con animales hayan dado resultado; la terapia no ha fracasado en este sentido, pero hay patologías, como la fibromialgia o los dolores derivados de los herpes, frente a las cuales ni siquiera contamos aún con modelos animales.
http://www.lne.es/sociedad-cultura/2010/10/21/veces-dolor-equivoca-camino-vuelve-cronico-nadie-merece-cosa/983422.html
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