domingo, 31 de julio de 2011

Las clases altas empeoran la sanidad pública y la salud de las trabajadoras

Conferencia completa en: http://saludcomunitaria.wordpress.com/2011/07/28/conferencia-de-vicenc-navarro-en-el-congreso-semfyc-2011-dsg11/
Patricia Escartín para AraInfo - Achenzia de Notizias d´Aragón Para Kaos en la Red 29-7-2011 a las 11:50 286 lecturas
www.kaosenlared.net/noticia/clases-altas-empeoran-sanidad-publica-salud-trabajadoras
 
El pasado miércoles 8 de junio estuvo en Zaragoza Vicenç Navarro, en la conferencia inaugural del 31º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. En su intervención dio datos sustanciosos sobre el Sistema Nacional de Salud y, a través de los mismos, planteó una crítica al argumento que se utiliza para justificar recortes sustanciales del gasto público sanitario, aduciendo que tal gasto es excesivo y mayor que el que la economía puede sostener.

He querido hacer un resumen de algunas de las cosas de las que habló, unidas a los datos extraídos de otro artículo del propio Vincenç Navarro publicado a comienzos de este año y que versaba sobre los recortes sanitario(http://blogs.publico.es/dominiopublico/2971/los-recortes-del-gasto-sanitario) y otras reflexiones propias y ajenas.

En el Estado Español, un 10% de la población adulta trabaja en los servicios del Estado de Bienestar: Sanidad, Educación, Servicios Sociales...El promedio de la UE-15 (el grupo de países de nivel de desarrollo económico semejante al nuestro) es el 15% (en Suecia cerca del 25%). Si en aquí tuviésemos el mismo porcentaje que en Suecia, habría 5 millones más de trabajadores públicos, por lo que tenemos un déficit de 5 millones de empleados; si pensamos en las cifras de desempleo que se manejan actualmente, ya hay algo que no funciona bien... España es uno de los estados de la UE-15 que gasta menos por habitante en sanidad pública, en cuanto a gasto y en cuanto a empleo.

El mensaje que se envía desde algunos partidos parlamentarios es el de que “gastamos más de lo que tenemos”. Sin embargo, este es un argumento vacío de fundamento, puesto que en el Estado Español, se gasta mucho menos de lo que correspondería por riqueza económica. Así lo muestran los datos: España tiene el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita equivalente al 94% del PIB del promedio de los países de la UE-15. Y en cambio, el gasto público sanitario per cápita es sólo del 79,5% del promedio. Si fuera el 94%, España se gastaría 13.700 millones de euros más de los que se gasta en Sanidad. Esto que quiere decir que riqueza hay, pero el Estado no la recoge. Y ahí está la raíz del problema; los ingresos al Estado (en su totalidad, es decir, central, autonómico y local) son de los más bajos de la UE-15. Suponen el 34,5% del PIB, de lejos el más bajo de la eurozona (44,4%) y de toda la UE (44%).

Esto se explica, según el propio Vincenç Navarro, porque la carga impositiva en España ha dependido siempre, exageradamente, de las rentas del trabajo. Y cuando éstas descienden, en parte como resultado del elevado desempleo y en parte por el descenso de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta nacional, los ingresos al Estado caen en picado. En otros países, las rentas del capital y las rentas de los grupos más pudientes contribuyen más al fisco que en España, donde, además, el fraude fiscal es enorme. Y ahí está el problema, en este enorme poder de clase que también explica que la reducción del déficit del Estado se esté haciendo a base de reducir el gasto público (incluyendo el sanitario), en lugar de aumentar la progresividad fiscal. Un trabajador de la manufactura en España paga en impuestos el 74% de lo que paga su homólogo en Suecia. Un empresario, sin embargo, paga sólo un 38% de su homólogo sueco.

Si España tuviera la misma política fiscal que Suecia, ingresaría 200.000 millones de euros más, lo que supondría acabar con el déficit, generar empleo público y acabar con la abusiva tasa de paro. La política fiscal actual, favorece a unos sectores sociales frente a otros en lugar de redistribuir los impuestos como alternativa (aumentando los de los más ricos).

Las desigualdades sociales y la salud

Otro concepto a señalar es “el descubrimiento del impacto de clase social del Sistema Nacional de Salud”: frente a la estratificación social en clases altas, bajas y una gran masa de clase media, habría que hablar de clase trabajadora, burguesía, pequeña burguesía, clase media...Hay estudios que demuestran que la salud de las personas está íntimamente ligada a la dimensión socioeconómica; esto es, personas con menores recursos económicos tienen menor esperanza de vida , lo que se traslada a los lugares en que viven: una persona de un barrio empobrecido, vivirá hasta 10 años menos que una persona que vive en un barrio de alto nivel socioeconómico.
 
En cuanto al uso del Sistema Sanitario, el 30-35% de la población utiliza la sanidad privada y el resto la pública, con una tendencia clara desde las instituciones de privatización del sector público mediante diferentes estrategias. La actual, tiende a desgravar el aseguramiento privado a fin de aumentar el espacio privado, pero no como alternativa a la sanidad pública, sino dentro de ésta. En lugar de crear nuevos centros privados, el modelo al que se tiende ahora es el de aprovechar la calidad del personal y la infraestructura públicas, introduciendo espacios privados. Como ejemplo, en el Hospital Clínic de Barcelona, hay una zona de consultas privadas gestionadas por la empresa Barnaclínic o el caso de la Casa Amparo de Zaragoza, residencia pública municipal que ha privatizado su tercera planta, dedicada a la atención de grandes dependientes, es decir, personas que requieren de más cuidados.

A nadie se le escapa que estos procesos de privatización no harán sino aumentar las desigualdades en salud a imagen y semejanza de otros sistemas sanitarios como es el estadounidense, en que hay unos 45 millones de personas sin acceso a la asistencia sanitaria por carecer de suficientes recursos económicos.

Por otro lado está la cuestión del género. La carencia de escuelas de infancia públicas, de ayudas a la dependencia, implica que es la mujer quien cubre estas deficiencias. Las mujeres de 35 a 55 años de nuestro país sufren 3 veces más enfermedades debidas al estrés que el promedio estatal. También tenemos la fecundidad más baja del mundo, debido probablemente a la precariedad laboral. Además, si la tasa de empleo de la mujer española se igualase a la sueca, habría 3 millones más de empleadas.

El porqué de esta situación

Vivimos en una dictadura durante 40 años, que tuvo muy poca sensibilidad social y fue enormemente represiva. España se gastaba entonces el 14% del PIB en gasto social (frente a un 22% en el resto de Europa). La instauración de la “democracia” hizo aumentar este gasto, aunque seguía quedando atrás respecto al resto de países europeos. Estas diferencias influyeron en la integración en el euro. El Tratado de Maastrich exige que el déficit del Estado no sea superior al 3%; para ello, sólo hay dos vías: disminuir el gasto público o aumentar los impuestos y entonces, como ahora, se elige la primera vía. El euro, por tanto, se ha hecho a costa del Estado de Bienestar, a costa de los y las trabajadoras públicas.

A esto hay que añadir lo antes mencionado: la privatización, la expansión de las compañías aseguradoras, la gestión privada de lo público...El modelo biomédico se ha consolidado como el centro y el modelo sociosanitario ha quedado olvidado.

Ya desde la Organización Mundial de la Salud, la Comisión de Determinantes Sociales ha afirmado que los determinantes sociales de salud, la desigualdades sociales, matan. En palabras de Vincenç Navarro: “Nosotras sabemos quién mata. Nuestra responsabilidad, como ciudadanía y como cuerpo profesional, es educar a la ciudadanía para que sepan lo que está ocurriendo”. El Estado de Bienestar y la Sanidad Pública están en un estado de amenaza.
No sólo eso, Europa tenía menos desempleo que EEUU hasta mediados de los 80-90, hasta la implantación del euro, en que se cambian las tornas. También disminuye la base salarial: las rentas del trabajo han ido disminuyendo en toda la UE, más en España. De ahí el endeudamiento de las poblaciones. Como consecuencia, el estrés ha aumentado en la clases trabajadoras y con éste, sus enfermedades relacionadas. En cambio, las rentas del capital han seguido aumentando. Los beneficios de las grandes empresas han seguido aumentando a pesar de la crisis (por poner un ejemplo, la empresa Inditex aumentó su beneficio un 68% en el primer trimestre de 2010). Esto produce que la polarización social sea cada vez mayor. El Estado Español, junto al griego y el portugués, son de los menos redistributivos de la UE. España es uno de los países con las mayores desigualdades de renta de la UE. Hay mayores desigualdades sociales, lo que en salud supone un aumento de la mortalidad, más en las clases más desfavorecidas, sobre todo niños y ancianos.


La respuesta

Dado que existe una relación clara entre políticas económicas, culturales, sociales y la salud de la población, todo lo que estimule la participación aumentará la calidad de vida. Hay determinantes sociales, económicos, laborales, ambientales, que influyen de forma clara en la población, sobre todo en las más vulnerables: infancia, adolescencia, vejez.

La posibilidad de participación mejora la calidad de vida de las personas y tienen mejores indicadores de bienestar los lugares en que se permite la involucración de la sociedad que aquéllos que no dejan participar.

Quizás habría que enfatizar en cambios en estilos de vida (alimentación, tabaco...), pero no sólo esto. En la línea de algunos comentarios de Carlos Taibo o el recientemente fallecido Ramón Fernández Durán, tendremos que luchar contra las sociedades tan complejas, coercitivas y dependientes en las que vivimos. Respetar la tierra y el agua que nos dan de comer. Primar la vida social y el ocio creativo, la sobriedad y la sencillez. Exigir un reparto del trabajo y una Renta Básica para la ciudadania. Huir de las grandes infraestructuras y de las megaciudades. Recuperar la vida local. Defender lo público, pero socializado y autogestionado.

Y todo ello, sin caer en el olvido. Es por esto que me gustaría terminar este artículo y estas reflexiones con el final de la ponencia de Vincenç Navarro en la Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza; un bonito y personal recuerdo a todas esas personas que han luchado en el Estado Español por conseguir una democracia verdadera: “algunos de nosotros luchamos muchísimo (...)nos fusilaron, nos torturaron, nos encarcelaron, nos exilaron...y lo haríamos de nuevo, luchar por la democracia en este país. Ahora estamos en una situación en que lo poco que tenemos nos lo están quitando.(...) Ahora es su tiempo, su generación. Agiten, hagan un documento, informen a la sociedad que lo que está ocurriendo es inaceptable, porque afecta a la calidad de la población y la vida de sus pacientes. Espero que lo hagan. Muchas gracias”.

http://saludcomunitaria.wordpress.com/2011/07/28/conferencia-de-vicenc-navarro-en-el-congreso-semfyc-2011-dsg11/

Fuente: http://www.kaosenlared.net/noticia/clases-altas-empeoran-sanidad-publica-salud-trabajadoras

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