La presidenta de la Liga Reumatológica Asturiana, Manuela García, repasa las necesidades de un colectivo que convive con el dolor todos los días de su vida.
-¿Cómo están los enfermos asturianos? ¿Hay suficientes médicos?
-En Asturias tenemos más de 200.000 personas que padecen las diversas patologías reumáticas. Las más conocidas por el público, puesto que son más de 200, son la artritis, la osteoporosis, la espondilitis, la fibromialgia y la artrosis. Todos los enfermos de cualquier patología sufren, pero nosotros somos enfermos crónicos que convivimos con el dolor todos los días, padecemos limitaciones y perdemos calidad de vida. En muchos casos la gente sana no entiende lo que puede ser para nosotros abrir una puerta, por ejemplo, ni lo que significa vivir con dolor a diario.
-La sociedad piensa que las enfermedades reumatológicas afectan únicamente a los mayores.
-Sí, pero hay que empezar a descartarlo. De hecho, creemos que al niño y a la persona mayor no se la mira casi cuando acude a su médico de Atención Primaria por un dolor. Y en realidad hay un campo de sufrimiento enorme, especialmente en el caso de los niños. Los pediatras desconocen los síntomas de una artritis infantil, por ejemplo, y eso conlleva a un diagnóstico erróneo y más sufrimiento.
-¿La climatología de la región les afecta más?
-No hay más enfermos reumáticos en Asturias que en Canarias, solamente sufrimos más el dolor. El enfermo, con el calor y el buen tiempo está mejor, pero en las zonas más secas se sufre menos, los brotesse producen menos a menudo y el dolor no es tan agudizado.
-¿Se están detectando más casos ahora de gente joven?
-Sí. Hay que desechar la idea de que estas patologías afectan a enfermos mayores, porque hay niños, bebés y adolescentes. A la asociación vienen muchos jóvenes con casos de espondilitis y artritis, quizá porque ahora se hacen los diagnósticos más eficaces y certeros. La espondilitis afecta más a los varones, pero la gran mayoría de los enfermos son mujeres.
-¿Qué ha conseguido la Liga Reumatológica Asturiana desde su creación?
-Llevamos once años luchando y trabajando. Tenemos Unidades de Reumatología, pero seguimos sin formación adecuada en Atención Primaria. A los pacientes se nos quita del medio con antidepresivos y antiinflamatorios. Un exceso puede acabar en la hospitalización, que supone mucho más gasto que si el médico estuviese formado, fuese capaz de tener una conexión con la Unidad de Reumatología para adelantar diagnósticos y no dar por hecho que nuestro dolor se quita con antiflamatorios.
-¿Qué necesitan los enfermos reumatológicos?
-Somos los últimos enfermos de la Sanidad. Hay cero investigación, se colapsan las consultas de reumatología y seguimos pidiendo formación en atención primaria, conexión con las Unidades de Reumatología y, desde luego, un apoyo psicológico.
-¿Por qué opina que son los últimos de la Sanidad?
-Porque no se puede esperar más de dos meses para hacer una resonancia, y en ocasiones es bastante más de ese tiempo. No puede ser, el enfermo está desatendido, se espera lo que no está escrito. Si alguien llega por un problema en un tobillo o en un tendón tiene que esperar ocho meses para que le pueda ver el fisioterapeuta. Eso es por la organización, y además los profesionales no pueden ejercer como es debido porque no tienen tiempo ni medios.
-¿Creen que los conocimientos en Atención Primaria sobre estas patologías son insuficientes?
-Sí, por no tener una formación adecuada ni tener una conexión con las Unidades de Reumatología. Aquí en Asturias los hay muy buenos, que también saben que en ocasiones no pueden hacer más. En cinco minutos no se puede ver a nadie, ni ofrecer un diagnóstico adecuado. No se puede atender a 48 pacientes en un día, aunque haya enfermos con quejas que no son lógicas. Desde la asociación siempre procuramos decir que si una persona acude al médico de cabecera todos los días al final el médico le va a dar fármacos para quitarle de delante. Y creo que cada persona es la responsable de su salud.
-¿Las personas que llegan a la asociación comentan que no les escuchan?
-En la Liga Reumatológica Asturiana somos 2.500 enfermos y nuestra junta directiva está formada por personas afectadas y vemos escarnios por la falta de atención.
-¿El entorno y las situaciones personales tienen un efecto en estas patologías?
-Sí, sin duda. Cada vida es un mundo. Aquí hay mucho dolor, la vida es muy problemática y si a eso se añade una enfermedad... En algunos casos, por ejemplo la fibromialgia, si el enfermo tiene estrés el dolor se triplica. Por eso, desde la asociación recomendamos técnicas para aprender a relajarse y manejar sus problemas. Las asociaciones estamos para apoyar, escuchar, asesorar y orientar a qué médico tienen que ir y darles esos asesoramientos jurídicos, psicológico para que los usen, aunque muchos de los enfermos no hacen todo lo necesario para recuperarse.
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