La
madrileña cuenta cómo se vive con la barrera de las radiaciones
María
Conde PONTEVEDRA
/ LA VOZ 26/10/2011
Haberme
echado colonia por la mañana es motivo suficiente para hacer esta
entrevista por teléfono. Fijo, por supuesto. Delante de Minerva
Palomar solo caben móviles apagados y ni rastro de inalámbricos.
Esta madrileña de 42 años fue noticia hace meses al convertirse en
la primera mujer en España en lograr vía judicial una incapacidad
permanente reconocida por hipersensibilidad electromagnética. En su
caso, esta dolencia va unida también a la sensibilidad química.
Pero a pesar de todas las barreras que se le interponen, ella no
quiere renunciar al mundo tecnológico del siglo XXI. Ayer viajó en
avión a Pontevedra con su traje especial y su mascarilla, para
participar en un acto organizado por la Asociación Pola Defensa da
Ría.
¿Cómo
se vive el día a día con este mal? «Pues evitando todo lo que
pueda los agentes químicos y las ondas electromagnéticas -explica-.
Paso mucho tiempo en casa, tengo purificadores de aire y los niveles
de radiación son bastante bajos, gracias a la ayuda de mis vecinos,
que han desconectado el wifi y algunos inalámbricos. Y salgo a la
calle con ropa especial, fabricada para protección ante microondas,
de metal, que tiene un porcentaje muy alto de plata en el hilo, y con
un velo en la cabeza». El atuendo lo completa con mascarilla y una
especie de burka del mismo material de su ropa en el que se envuelve
para protegerse, como tuvo que hacer ayer en el avión. Reconoce que
ha tenido rachas de no querer salir, porque a todo hay que unir las
risas de quienes la miran. «Pero una vez me vi reflejada en un
escaparate y empecé a partirme de risa por cómo iba», confiesa.
«No quiero vivir encerrada -afirma Minerva- Quiero estar comunicada.
Pertenezco a esta era, y no estoy en contra de la tecnología. Pero
si hay problemas para la salud o riesgos potenciales que están
alertando a los científicos, deberíamos tenerlos en cuenta y
empezar a ver alternativas».
A
pesar de la colaboración vecinal, reconoce que va a tener que
cambiar de casa porque inquilinos del edificio van a instalar
interfonos para bebés. «Lo han estado probando y ya me he puesto
malísima -afirma-. Si la gente pudiera medir la contaminación
electromagnética sabrían lo que estamos manejando. No es lo mismo
que algo tenga uno que cien mil intensidad de algo. Intentaré
conseguirles uno ecológico, pero ¿mañana qué va a ser? Noto que
todo va en aumento. Por ejemplo, desde hace cuatro o cinco años la
gente está sustituyendo los teléfonos fijos por inalámbricos». Y
explica que este es el peor aparato que se le puede poner delante.
«Hay gente que tiene enfrente una antena de telefonía móvil y les
preocupa -subraya-, pero si vas a medir, los niveles impresionantes
los da el inalámbrico de su casa. Si yo llego a un sitio y hay uno
me tengo que ir».
El
móvil lo mantiene, aunque siempre apagado, algo que tiene que pedir
a quienes le acompañan. «Si alguien habla por el móvil, empiezo a
sentirme mareada y entro en un estado de confusión. Me quedo
pálida».
minerva
palomar primera incapacitada por hipersensibilidad electromagnética
«Hay
profesores de instituto que no pueden estar en un aula porque han
puesto wifi»
Los
síntomas de Minerva empezaron en el 96, de un día para otro. Se
quedó literalmente sin fuerzas y comenzaron a hacerle pruebas de
todo tipo. Su primer diagnóstico fue fibromialgia, luego síndrome
de fatiga crónica, «entre medias la electrosensibilidad y después
la sensibilidad química».
Hace
seis años emprendió la batalla para conseguir la incapacidad
permanente. Lo ha logrado en el tercer juicio -en los anteriores no
contaba con los informes médicos de la electrosensibilidad que
«costaron un dineral»- y en mayo de este año llegaba la sentencia
a su favor. ¿Es un precedente para nuevos casos? «Dudo que pronto
los haya porque los tiempos de la justicia son muy largos, pero que
hay mucha gente afectada, sí; que estoy en contacto con ellos, sí
-explica Palomar-. Y hay personas muy desesperadas. Te hablo por
ejemplo de profesores de Universidad que se están jubilando o
profesores de instituto que no tienen edad para prejubilarse y que no
pueden estar en un aula porque en todas han puesto wifi». «A mí me
ha tocado experimentar los efectos negativos muy rápido, pero estoy
en contacto con oncólogos que, a nivel personal, reconocen que están
aumentando los tumores cerebrales en gente joven -señala-. Otra cosa
es que no se pueda cuantificar el riesgo, pero que es inocuo creo que
nadie te lo va a decir».
2 comentarios:
Quisiera obtener una copia completa de la sentencia de incapacidad por electrosenisibilidad de Minerva Palomar.
http://seguridad-wireless.blogspot.com/
Hola Pedro, le envió este mensaje a Minerva y que sea ella la que se ponga en contacto contigo.
Gracias por visitar el blog
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