CIENCIA
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Investigando gracias a la caridad
Un 'cerebro' anti-fibromialgia depende
de la tómbola a falta de fondos públicos
- Los enfermos apoyan con actos benéficos al investigador Mario Cordero
- Lo hacen para que no deje de buscarles una cura
- No recibe ni un céntimo del Estado pese a sus logros internacionales
- Cuando acabe en septiembre la beca de La Caixa, emigrará a EEUU, lamenta
Eduardo
del Campo | Carlos Márquez (vídeo)
|
Sevilla
Actualizado
lunes
01/04/2013
La mínima mesa de trabajo del
investigador Mario D. Cordero en el laboratorio del Departamento de
Citología e Histología Normal y Patológica (estudio de células y
tejidos orgánicos) de la vieja Facultad de Medicina de Sevilla la
preside una foto pegada al cristal de la ventana. Es el retrato del
histólogo y premio Nobel español Santiago Ramón y Cajal
(1852-1934), sobre una famosa cita suya: "Se ha dicho hartas
veces que el problema de España es un problema de cultura. Urge, en
efecto, si queremos incorporarnos a los pueblos civilizados, cultivar
intensamente los yermos de nuestra tierra y de nuestro cerebro,
salvando para la prosperidad y enaltecimiento patrios todos los ríos
que se pierden en el mar y todos los talentos que se pierden en la
ignorancia".
¿Qué diría Ramón y Cajal si
resucitase y viera ahora que, tras el gran salto adelante de la
ciencia y la educación de su país, se está retrocediendo hasta
límites lastimosos debido a/con la excusa de la crisis? ¿Qué diría
si supiera que un científico como Mario Cordero, de 36 años, que
publica en revistas internacionales estudios sobre el origen genético
y las posibles terapias para la fibromialgia (enfermedad que afecta a
entre el 3 y el 5% de la población española), está abocado a
emigrar a Estados Unidos porque aquí no recibe ni un céntimo del
Estado para investigar?
¿Qué diría si supiera que depende de
tómbolas y donaciones de los pacientes y que en septiembre se
le acaba la beca de dos años de La Caixa con la que ahora sobrevive
con 1.200 euros al mes? ¿Qué
diría si supiera que como él hay miles?
Su reacción contra los recortes en la
ciencia sería demoledora. Sus palabras de ayer aún valen hoy:
¡salvad los ríos que se pierden en el mar! Cordero ha comprobado
que el gen AMPK está relacionado con la fibromialgia (caracterizada
por un dolor físico intenso y difuso), lo que facilitará usar ese
gen como diana terapéutica. Ha probado también que la
coenzima Q10 beneficia a muchos de los enfermos. Y está
desarrollando dos nuevos ensayos clínicos con pacientes, en el
hospital de Puerto Real y a nivel europeo.
Su trabajo peligra no por falta de
ideas, sino por asfixia económica. Si no obtiene un sueldo después
de septiembre, no le quedará más remedio que emigrar, lamenta. Como
tantos. "España tiene un gran potencial científico",
dice, pero "después de todo el dinero que ha invertido en la
formación de los investigadores, el fruto se lo llevarán otros
países".
Trabaja en este departamento dentro del
grupo de investigación
Biopatología y Estrés Oxidativo, con ocho miembros que estudian
la relación entre la oxidación de las células y el cáncer, la
depresión o la fibromialgia. En este último campo, Cordero
investiga solo. Cuenta con la ayuda puntual de sus compañeros, pero
carece de ayudantes fijos.
El director del grupo, Manuel de Miguel
Rodríguez, dice que no les han concedido nada en las convocatorias
de investigación del Gobierno central y de la Junta, y lamenta que
les perjudica ser un grupo nuevo y pequeño, cuando debería ser al
revés: para que se consolide tendrían que regarlo. A falta de
dinero público, intentan
obtener financiación de empresas y entidades privadas
y donaciones de particulares, para lo que De Miguel ha creado la
asociación por el Fomento de la Investigación en Cáncer y
Mitocondriopatías (Foicam).
Sin dinero para anticuerpos
En el caso de la fibromialgia, Cordero
se sostiene gracias a las donaciones de la federación andaluza de
enfermos. En el último acuerdo le dieron 6.000 euros para el año.
"Es mucho esfuerzo para ellos y muy poco dinero para la
investigación", dice. Enseña un aparato para identificar
proteínas que ha dejado de usar por falta de los 600 euros
que cuestan los anticuerpos necesarios para cada tanda de unas 20
pruebas.
El sábado 16 de marzo, la asociación
de enfermos y familiares celebró una gala en San Juan de
Aznalfarache para recaudar fondos con los que Mario pueda seguir
buscándoles una cura. Una de las fuentes de ingresos de la fiesta
fue una tómbola. La investigación de una enfermedad con cientos de
miles de afectados (el 70%, mujeres), pendiente de una humilde
tómbola benéfica.
Y antes era peor. Mario dice que hasta
hace poco el trato a las enfermas de fibromialgia "era horrible"
en los centros sanitarios. Se las trataba "de neuróticas,
depresivas", como si se inventaran su dolor. Ahora "hay más
comprensión" y no se discute su existencia, aunque su causa,
con un gran componente genético, aún no se haya precisado.
Pero el hecho de que carezca de financiación hace sospechar que
persiste parte de la incomprensión despectiva de antaño.
Calculan que para que el grupo
funcionase a pleno rendimiento necesitarían entre 30.000 y 40.000
euros al año para fungibles, sin contar el dinero para renovar
aparatos y hacer más contratos: no de expertos internacionales, eso
es soñar, sino de alumnos predoctorales y mileuristas.
Ahora se apoyan en algunos estudiantes.
Pero no están siempre disponibles. Hay fines de semana en que De
Miguel se lleva de ayudante a su hijo de 14 años. Para que le
sostenga los ratones mientras él les inyecta células para su
estudio contra el cáncer.
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