Los
productos químicos tóxicos pueden ser los desencadenantes del
reciente aumento de discapacidades del desarrollo neurológico en los
niños, como autismo, trastorno de hiperactividad y déficit de
atención y dislexia, según un nuevo estudio de la Escuela de Salud
Pública de la Universidad de Harvard (HSPH, por sus siglas en
inglés) y la Escuela de Medicina de Icahn en Monte Sinaí, ambas
instituciones en Estados Unidos. Los investigadores demandan una
nueva estrategia mundial de prevención para controlar el uso de
estas sustancias.
MADRID,
16 (EUROPA PRESS)
Los
productos químicos tóxicos pueden ser los desencadenantes del
reciente aumento de discapacidades del desarrollo neurológico en los
niños, como autismo, trastorno de hiperactividad y déficit de
atención y dislexia, según un nuevo estudio de la Escuela de Salud
Pública de la Universidad de Harvard (HSPH, por sus siglas en
inglés) y la Escuela de Medicina de Icahn en Monte Sinaí, ambas
instituciones en Estados Unidos. Los investigadores demandan una
nueva estrategia mundial de prevención para controlar el uso de
estas sustancias.
"La
mayor preocupación es el elevado número de niños que se ven
afectados por daño tóxico para el desarrollo del cerebro en
ausencia de un diagnóstico formal. Sufren reducida capacidad de
atención, retraso en el desarrollo y bajo rendimiento escolar. Los
productos químicos industriales están emergiendo como posibles
causas", destaca el autor del estudio Philippe Grandjean,
profesor adjunto de salud ambiental en la HSPH.
El
informe, que se publica en la edición digital de este domingo de
'The Lancet Neurology', da seguimiento a una revisión similar
realizada por los autores en 2006 que identificó cinco productos
químicos industriales como "neurotóxicos para el desarrollo"
o sustancias químicas que pueden causar déficits cerebrales. El
nuevo trabajo ofrece resultados actualizados sobre los productos
químicos y añade información sobre seis recién reconocidos:
manganeso, fluoruro, clorpirifós y DDT (pesticidas),
tetracloroetileno (un disolvente) y los éteres difenil polibromados
(retardantes de llama).
El
estudio esboza los posibles vínculos entre estos neurotóxicos
recientemente reconocidos y los efectos negativos para la salud en
los niños. Por ejemplo, alerta de que el manganeso se asocia con
disminución de la función intelectual y alteración de las
habilidades motoras; los disolventes están vinculados a la
hiperactividad y el comportamiento agresivo y ciertos tipos de
pesticidas pueden causar retrasos cognitivos.
Grandjean
y el coautor Philip Landrigan, decano de Salud Global en Monte Sinaí,
también prevé que muchos más productos químicos que la docena
identificada o los identificados como neurotóxicos contribuyen a una
"pandemia silenciosa" de déficits neuroconductuales que
está erosionando la inteligencia, alterando los comportamientos y
dañando a las sociedades.
Según
estos científicos, el control de esta pandemia es difícil debido a
la escasez de datos para orientar la prevención y la enorme cantidad
de pruebas necesarias para la regulación gubernamental. "Muy
pocos productos químicos han sido regulados como consecuencia de su
neurotoxicidad en el desarrollo", escriben los autores del
trabajo.
Estos
investigadores consideran crucial controlar el uso de estos productos
químicos para proteger el desarrollo del cerebro de los niños en
todo el mundo. En concreto, proponen pruebas obligatorias de
productos químicos industriales y la formación de un nuevo centro
de intercambio internacional para evaluar el potencial neurotóxico
para el desarrollo de los niños de los productos químicos
industriales.
"El
problema es de alcance internacional y la solución debe de ser
también internacional", afirma Grandjean. "Contamos con
los métodos establecidos para poner a prueba productos químicos
industriales para los efectos nocivos sobre el desarrollo del cerebro
de los niños. Ahora es el momento de hacer que las pruebas sean
obligatorias", concluye.
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