A
propósito de una charla que recientemente ha tenido lugar en la sede
de la Asociación
de Vecinos de Benimaclet,
el mensaje que se ha pasado a difundir al barrio es el siguiente: “No
uséis colonia ni jabones con perfumes y, a poder ser, lavad la ropa
sólo con agua”.
La
asociación se solidariza así con la personas con hipersensibilidad
química y
recomiendan a todos los residentes a facilitar la vida a los
afectados, al tiempo que animan a “dejar
de usar estos productos con perfume a
mejorar nuestra salud y la gente que nos rodea”.
Son
500.000
personas las afectadas y reconocidas en toda España.
Pero según los cálculos de la Asociación
Estatal de Afectados por los Sindromes de Sensibilidad Química
Múltiple, Síndrome de Fatiga Crónica y Fibromialgia y para la
defensa de la Salud Ambiental (ALTEA),
“hay un 20%
de ciudadanos sin diagnosticar”
y todavía es más complicado hacer una estimación de cuántos
existen por comunidades autónomas o ciudades.
Cuando
la
colonia llega a matar y
el simple hecho de respirar
obliga al aislamiento,
no hay soluciones suficientes para afrontar el día a día pero todas
las buenas intenciones son bienvenidas. Así lo ha expresado a VLC
News Cristo Bejarano,
presidenta de la entidad estatal mencionada y también afectada. De
este modo, la iniciativa de Benimaclet es recibida con agrado y
aplauso.
Los
expertos apuntan que existe una inconcreción de las causas que
originan el síndrome. También ocurre que hay tantas posibilidades
como afectados y la carencia de aspectos comunes aumenta la
dificultad a la hora de ser considerado enfermedad. Así, la
Sensibilidad Química Múltiple se presenta como un conjunto
de síntomas vinculados a diversos agentes y componentes que se
encuentran en el medio ambiente (como
plaguicidas, vapores de pintura, perfumes,productos de limpieza,
tinta recién impresa, etc) y que se producen por una exposición a
niveles tolerados por la mayoría de las personas.
“Nos
rodea química constantemente, la comemos, la respiramos, la
absorbemos por la piel… Cada
día estamos en contacto con más de 100.000 productos químicos.
Así que podéis imaginar la complicación que se nos presenta,
habiendo infinidad de casos y grados”, comentó Bejarano. Sumarle
la electrosensibilidad supone “tener
el mínimo número de electrodomésticos cerca, ni móvil y, por
supuesto, ni red inalámbrica alguna”,
añadió.
La
enfermedad del silencio, de la soledad y la burbuja. ALTEA ha lanzado
esta semana un manifiesto, unida a otras entidades de afecciones no
reconocidas, muy significativo: “el
holocausto sumergido contra los enfermos invisibles”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario