Un
estudio europeo liderado por el Centro Helmholtz para la
Investigación Ambiental de Leipzig (Alemania) alerta del riesgo que
representan los pesticidas y otros químicos industriales para los
ecosistemas de agua dulce a escala continental. Los resultados de
esta investigación advierten de la necesidad de establecer medidas
de protección que mitiguen los efectos de dicha contaminación.
La presencia de químicos en el agua
está relacionada con la actividad
de las áreas agrícolas urbanas
situadas río arriba / Duncan Creamer
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Los químicos orgánicos artificiales,
como los pesticidas o algunos productos aplicados en procesos
industriales, contribuyen a la pérdida local de la biodiversidad de
agua dulce, según un estudio europeo liderado por el Centro
Helmholtz para la Investigación Ambiental.
Las amenazas que suponen estos
productos para los organismos de agua dulce ya habían sido
estudiadas, pero únicamente a pequeña escala. En cambio, los
efectos producidos a niveles espaciales mayores eran desconocidos
hasta el momento.
Una
investigación, publicada en el último número de la revista PNAS,
representa la primera evaluación de los riesgos que estos productos
químicos orgánicos provocan a escala continental.
Para realizar el estudio los
científicos examinaron datos sobre calidad del agua de más de 4.000
puntos de monitorización de los 28 países de la UE y cuantificaron
el riesgo que plantean para los peces, los invertebrados y las algas
en cada una de las zonas.
“Se
utilizaron estas especies ya que se consideran representativas de los
principales grupos de organismos en los ecosistemas de agua dulce”,
explica a Sinc Egina Malaj, investigadora principal del proyecto. “El
deterioro de cada lugar –añade– se calculó comparando las
concentraciones del producto químico monitorizado en los umbrales de
riesgo que se establecieron”
Los principales contribuyentes al
riesgo químico son los pesticidas
Los resultados desvelan que los
productos químicos orgánicos ejercen efectos letales para los
organismos en un 14% de las zonas analizadas y efectos crónicos en
el 42% de las ubicaciones.
Los autores también encontraron que
los pesticidas, los hidrocarburos aromáticos policíclicos, los
retardantes de llama bromados y los ingredientes de pinturas
antiincrustantes representan los químicos con mayores riesgos de los
223 productos controlados en los puntos de estudio. La presencia de
estos químicos está relacionada con la actividad de las áreas
agrícolas y urbanas situadas río arriba.
“Los
principales contribuyentes al riesgo químico son los pesticidas y
esto es sorprendente cuando se consideran los extensos marcos
normativos existentes que tratan de proteger el medioambiente de esta
contaminación”, puntualiza Malaj.
Riesgos
subestimados
Los científicos observaron que el
riesgo de efectos letales, agudos y crónicos a largo plazo aumenta
con el número de productos químicos ecotoxicológicos –con
efectos en los seres vivos– analizados en cada sitio. Advierten de
que su estudio solo incluye un subconjunto de estos productos
químicos, por lo que esta evaluación probablemente minimiza el
riesgo real.
La subestimación se relaciona con los
compuestos ecotoxicológicos, ya que la mayoría de los programas de
vigilancia no los incluyen
“La subestimación principal se
relaciona con los compuestos de importancia ecotoxicológica. La
mayoría de los programas de vigilancia no incluyen estos químicos,
por lo que el riesgo real de estos productos en el medio ambiente
podría ser mayor. Estos compuestos deben ser incluidos en los
programas de monitoreo. Por otra parte, los programas de vigilancia
en Europa deberían identificar e incluir en su evaluación otros
compuestos problemáticos tales como productos farmacéuticos o
productos de cuidado personal, que hasta ahora han sido ignorados”,
comenta la investigadora.
Los expertos apuestan por la prevención
de la contaminación, el diseño de productos de acuerdo con los
principios de la química verde y el análisis del ciclo de vida de
los químicos para hacerlos más seguros. “Hemos demostrado que la
contaminación química es un problema a gran escala y, como tal,
requiere de estrategias de mitigación complementarias que van más
allá de las tecnologías de tratamientos de aguas residuales”
subraya Malaj.
Contaminación
del agua dulce en España
La
investigadora quiso resaltar la situación en España: “Los
sistemas de control españoles son relativamente amplios y densos.
Sin embargo, nos dimos cuenta de que las cifras reportadas en la base
de datos
tenían algunas inconsistencias en relación con el límite informado
de cuantificación –la concentración más pequeña que se puede
cuantificar de forma fiable por los métodos de análisis–”.
Esta incertidumbre, junto con el bajo
número de compuestos ecotoxicológicos registrados, podría
subestimar el riesgo químico en las cuencas de los ríos españoles,
según la científica.
Referencia
bibliográfica:
Egina
Malaja, Peter C. von der Ohea, Matthias Groted, Ralph Kühnee, Cédric
P. Mondyf, Philippe Usseglio-Polaterag, Werner Bracka, and Ralf B.
Schäferb. “Organic chemicals jeopardize the health of freshwater
ecosystems on the continental scale” PNAS
www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1321082111
Fuente:
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