Aunque
a dosis bajas, la exposición continuada a sustancias químicas, a
radiaciones o a mohos pueden acabar sensibilizando el organismo,
apunta la autora, que añade que en el caso de fetos, bebés, niños,
personas mayores y quienes padecen sensibilidad química múltiple,
fatiga crónica o electrosensibilidad los efectos de esta toxicidad
pueden ser mayores.
ENVIADO
POR: ECOTICIAS.COM / RED / AGENCIAS, 09/07/2014
El
ambiente en el que vivimos, trabajamos y nos relacionamos presenta
múltiples retos para su habitabilidad. Las herramientas y productos
que nos facilitan las actividades del día a día pueden también ser
fuente de tóxicos que hay que saber gestionar con mucho cuidado.
Aspectos como la luz, la limpieza o los materiales de los que nos
rodeamos en el hogar plantean elecciones que afectan a nuestro
bienestar.
Según
explica a Infosalus Elisabet Silvestre, especialista en
biohabitabilidad y salud ambiental y autora de 'Vivir sin tóxicos'
(RBA, 2014), "los hábitos más cotidianos y sencillos pueden
ser relevantes para mantener en equilibrio el cuerpo y la mente. Como
consumidores podemos actuar en nuestras decisiones, optando por
productos y también con hábitos más saludables".
Aunque
a dosis bajas, la exposición continuada a sustancias químicas, a
radiaciones o a mohos pueden acabar sensibilizando el organismo,
apunta la autora, que añade que en el caso de fetos, bebés, niños,
personas mayores y quienes padecen sensibilidad química múltiple,
fatiga crónica o electrosensibilidad los efectos de esta toxicidad
pueden ser mayores.
"Aplicar
el control ambiental es una potente y eficaz receta de salud: no
dejes entrar al enemigo en casa", continúa Silvestre, que ha
preparado para Infosalus un decálogo con los 10 puntos para
minimizar los agentes tóxicos presentes en la vida cotidiana.
LOS
10 CONSEJOS PARA VIVIR SIN TÓXICOS
1.
Ventilar
Un
gesto tan sencillo como abrir las ventanas cada día, ayuda a renovar
el aire y evita que se concentren sustancias nocivas en el aire del
hogar, así como el gas radón, un gas nocivo que puede llegar desde
el subsuelo sobre el que se edifican las viviendas.
2.
Que entre el sol en casa
"Donde
entra el sol, no entra el médico" reza el refrán. Deja que el
sol entre en casa y toma el sol a diario unos 20 minutos. Es la mejor
receta para regular el reloj biológico interno, mantener el sistema
inmunológico y el sistema nervioso en buena forma. En las ciudades,
encerrados en edificios todo el día, hay personas con síntomas de
"hambre de luz", de falta de exposición solar, que se
manifiesta con malhumor, apatía, dificultad concentración o
alteraciones sueño.
3.
Luz artificial
"Vivimos
encerrados en edificios e incluso de día se utiliza la iluminación
artificial. El cambio de una bombilla puede producir grandes
beneficios en el estado de salud", señala Silvestre. Aunque no
todas las bombillas son iguales para nuestros cerebro. En las zonas
de día, busca las que mejor reproducen la luz del sol, pide
bombillas de espectro completo o de IRC (índice de reproducción
cromática >90%). De noche emplea luces tenues y de luz más
cálida y rojiza, como la de las antiguas incandescentes, así el
cerebro se prepara para conciliar el sueño. Evita las azuladas que
lo mantienen despierto.
4.
Evitar los 'malos humos'
El
humo del tabaco, la combustión de biomasa, estufas y calderas
deficientes contribuyen a mermar la calidad del aire interior, el que
respiras. Especialmente si hay niños en casa, si fumas hazlo en el
exterior. Opta por estufas cerradas y revisa de forma regular las
calderas y estufas.
5.
Materiales saludables
Si
reformas, si compras un mueble, si pintas las paredes del dormitorio,
puedes estar introduciendo sustancias químicas nocivas al ambiente
interior. Pinturas, barnices, colas, muebles o alfombras pueden
esconder sustancias derivadas del petróleo, compuestos clorados
(como el PVC) o bromados (como los productos anti-llama) que llegan
al interior del cuerpo.
6.
Limpiar sin ensuciar
La
gran paradoja es que de forma habitual se realiza una higiene regular
y casi excesiva y aunque se limpian las casas de microorganismos se
las ensucia con sustancias tóxicas. Con el hábito de limpiar
regularmente se aplican diferentes productos químicos y de esta
forma se incorporan de forma silenciosa productos nocivos al
ambiente. Opta por detergentes de "química verde" o mejor
con certificadoecológico y tendrás la casa limpia, sin incorporar
otros tóxicos.
7.
Contacto con la naturaleza
Vivir
en contacto con la naturaleza es fuente de salud. Hacer toma de
tierra permite regular el bioelectromagnetismo corporal. Anda
descalzo, en contacto con la tierra, practica el "earthing".
En casa, revisa la toma de tierra del edificio. Y rodéate de
plantas, además de aportar belleza son buenos purificadores
naturales del aire y reguladoras de la humedad ambiental.
8.
Cosmética y ropa
Mima
la primera piel, tu piel, todo aquello que le apliques, acaba pasando
al interior del cuerpo. Asegúrate de que los cosméticos y los
productos de higiene personal estén libres de sustancias irritantes,
alérgenas o nocivas. Formalhehidos, parabenes, ftalatos y triclosán
son nombres de productos que deberíamos evitar. También la segunda
piel, la ropa, mejor si es de fibras naturales, evita las sintéticas
y apúntate a la moda sostenible.
9.
Alimentación
Somos
lo que comemos, los alimentos nos aportan las piezas fundamentales
para construir y mantener en forma todas las células del organismo.
Cuerpo y emociones van de la mano de los alimentos que ingerimos.
Opta por frutas y verduras que no contengan pesticidas y por pescado
de pequeño tamaño, tienen un menor contenido en metales pesados
como el mercurio. Cocina a temperatura no muy alta, evitarás la
formación de sustancias tóxicas. Elimina los recipientes de
plástico para calentar o guardar alimentos calientes, las sustancias
del plástico acaban pasando al alimento por el calor y son
ingeridas.
10.
Tecnología
Evita
estar expuesto 24 horas al día a los campos eléctricos de la
instalación de casa, equipos electrónicos y sus campos
electromagnéticos y a los sistemas de comunicación inalámbrica.
Aplica el principio de precaución y buenas prácticas de 'higiene
energética'. Opta por tecnología con cable y durante el descanso
nocturno evita la exposición a las radiaciones naturales y
artificiales. Instala un desconectador automático de la electricidad
y no tendrás campo eléctrico mientras duermes; desconecta móvil,
routers y wifi por la noche y no mermarás el equilibrio el
organismo, especialmente el de los más pequeños de la casa.
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