Por:
Ana
Martinez Nebot |
29 de marzo de 2013
En
España, existen varias cooperativas que comercializan electricidad
de fuentes renovables a precio de mercado. Nadie puede garantizarte
que los electrones que consumes sean limpios (porque en las redes se
mezclan con electrones de otras procedencias), pero sí que los
kilovatios verdes que pagas se producen y se suministran (y alguien
los disfruta). No es la panacea. Pero es un paso más para
incrementar la producción de electricidad renovable y caminar hacia
un modelo energético más limpio y democrático. Un modelo
energético al servicio del medioambiente y de los ciudadanos.
Por
conciencia y por economía. Siempre he defendido y propiciado el
aprovechamiento de las energías del entorno. Para disfrutar de una
vivienda más sana, más grata y más barata de mantener, adquirí un
ático orientado al sureste. Y unos años después invertí los
ahorros en una rehabilitación de cierto cariz bioclimático. Aislé
la piel de mi casa (paredes, suelo, fachada, techo y cubierta) para
interponer una barrera a las inclemencias exteriores, y abrí los
espacios al sol y al viento para calentarlos y ventilarlos de forma
más natural (y reducir los equipos de climatización al mínimo).
Con la intención de generar electricidad a partir del sol, proyecté
una nueva galería invernadero que, al mismo tiempo que regulaba la
temperatura interior, permitía la ubicación en su cubierta de
placas fotovoltaicas.
Al empezar a vivir en un piso de alquiler,
postergué el consumo de energía verde para cuando tuviera casa
propia (y pudiera instalar placas fotovoltaicas o una minoturbina
eólica). Y mi contribución al medio ambiente quedó relegada casi
al uso racional del agua y al reciclaje de los residuos.Todo cambió
hace un mes. Gracias a Pep
Puig
(Vic, 1.947). Este doctor en ingeniería industrial por la UPC (además
de miembro de la Ong
Alternativa Verde y
presidente de Eurosolar
España,
entre otros cargos), amplió mi perspectiva del consumo energético
verde más allá del autoconsumo. Me hizo ver que con sólo cambiar
de compañía eléctrica podía incrementar, y de forma inmediata, la
producción de electricidad verde. Y defender, de paso, otro
modelo energético.
En
la entrevista que le hizo Jaume Barberà en el programa Singulars,
Puig proponía una alternativa energética verde al alcance de todos.
Tras realizar un análisis exhaustivo del actual sistema eléctrico
español (oligopoly
según Jordi Évole),
donde explicaba
el porqué el recibo de la luz no para de subir (entre 1999 y 2013 ha
sufrido un incremento del 74,69%, pasando de tener una de las tarifas
más bajas de la UE a la una de las más elevadas, según Eurostat),
el déficit de tarifa se engrosa y, paradójicamente, las grandes
corporaciones eléctricas (Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Endesa, HC
y E.On) incrementan sus beneficios cada año. Puig
instaba “a crear un sistema eléctrico totalmente descentralizado y
al servicio del ciudadano”. Y “con un acto tan sencillo como
dejar de ser clientes de los oligopolios y pasarnos a cooperativas
que ya comercializan electricidad verde al 100% en España”.
¿Qué
son las cooperativas de electricidad verde?
Básicamente,
son empresas que comercializan
(y, a veces, producen) kilovatios procedentes exclusivamente de
fuentes renovables (como el sol, el viento, el agua, el calor
geotérmico, las olas, las mareas o la biomasa). Aunque
estas entidades pueden adquirir electricidad en el mercado general (y
a los grandes oligopolios energéticos), todas avalan el origen
renovable de toda la electricidad que comercializan y producen (con
certificados de la Comisión
Nacional de la Energía, CNE).
Pero hay más. En las cooperativas, los consumidores forman parte de
la empresa (son socios). El objetivo no es sólo apostar por una
energía limpia y renovable sino promover un modelo energético
compartido con los ciudadanos (abierto y participativo). ¿Un nuevo
orden mundial de la energía? ¿O una idea antigua que vuelve a
emerger?, me pregunté.
¿Se
trata de un fenómeno nuevo?
Pese
a que hablar de cooperativas eléctricas suene moderno (y en cierto
modo lo sea) su historia se remonta a casi una centuria. Las
cooperativas energéticas nacieron en Europa en las primeras décadas
del siglo XX, asentándose principalmente en Dinamarca, Alemania y
Reino Unido, para
resolver el suministro de luz en los pueblos apartados de las
primeras grandes redes eléctricas. En España, antes de la Guerra
Civil, se alumbraron más de 2.000 entidades. De aquellas pioneras
resisten unas 20 entidades (15 de ellas en la Comunidad Valenciana):
San Francisco de Asís (Crevillente), Algimia de Alfara, Catral,
Biar, Callosa de Segura, Castellar, Guadassuar, Alginet, Chera, Sot
de Chera, Vinalesa, Meliana, Museros, Almenara y El Serrallo
(Castellón). Estas cooperativas -algunas con alto porcentaje de
renovables- venden la electricidad entre un 15 y un 30% por debajo
que las compañías convencionales. Y cada vez más tienden a
invertir en instalaciones renovables o de cogeneración (como las
cooperativas de nueva planta). El caso más destacado es la de San
Francisco de Asís (que ha derivado en el actual grupo Enercoop).
¿Por
qué surgen hoy las cooperativas?
Ya
no se trata de hacer llegar la luz donde no hay, sino de que esa
'luz' sea limpia y renovable. Y de que las infraestructuras
energéticas estén al servicio de la sociedad (en lugar de quedarse
en manos de unos pocos). Éstos son los dos grandes retos que
fomentan y persiguen las nuevas cooperativas verdes que
surgen en los años 90 en diferentes países europeos. Aunque las
asociaciones españolas tienen todavía un carácter casi testimonial
(han asomado hace apenas tres años), siguen la estela de modelos tan
afianzados en el mercado como Ecopower
(Bélgica),
Enercoop
(Francia)
o Greenpeace
Energy (Alemania).
Se trata de iniciativas que atizan el candente debate
de la energía,
en la misma línea de defensa ambiental que propuestas como Ecooo
Plataforma
por un nuevo modelo energético.
Los últimos datos revelan que lo verde avanza. Las
energías renovables suman ya el 44,3% de la demanda eléctrica del
país, y gracias a ellas, las emisiones de CO2
del
sector eléctrico han aminorado en enero de 2013 un 58,5% respecto a
2.012. ¿Conseguiremos avanzar hacia donde queremos, y necesitamos, a
partir de incentivar el crecimiento de las renovables?
¿Qué
cooperativas de energía verde destacan en España?
1. Grupo
Enercoop.
Alicante.
Con sede en Crevillent (Alicante), es la firma matriz de un grupo
cooperativo que procede de la Cooperativa Eléctrica Benéfica San
Francisco de Asís creada en 1.925 para ofrecer electricidad a las
empresas de la región, en especial del sector textil. En la
actualidad, Enercoop reúne a varios socios productores,
distribuidores y comercializadores de energías renovables y de
cogeneración para seguir suministrando electricidad verde a la
población alicantina a un precio menor. La tarifa que aplica a sus
kilovatios verdes (procedentes tanto de sus minihidráulicas o su
huerta fotovoltaica como del mercado mayorista) es entre un 13 y un
15% inferior a las oficiales.
2. Som
Energia.
Cataluña y España.
972 183 386 (o "Somos energía" en catalán). Es la primera
cooperativa de producción y consumo de energía verde en España y
el segundo distribuidor nacional de electricidad 100% renovable
después de Gesternova
(una
sociedad anónima que comercializa kilovatios verdes desde 2005
procedentes de los productores de Energías Renovables, Appa).
Som Energia se constituyó en 2010, a partir de una convocatoria vía
email de Gijsbert Huijink, un holandés afincado en Catalunya
(profesor en aquel momento de la Universitat de Girona) y de un
centenar de alumnos y exalumnos. Cuenta con sus propias plantas de
energía solar fotovoltaica y una central de biogás.
3.
GoiEner.
Pais Vasco.
Aunque se presenta en 2011 en la comarca guipuzcoana del Goierri,
esta cooperativa sin ánimo de lucro se registra legalmente a finales
de 2012. Al entender las cooperativas como entes locales que impulsan
las economías del entorno, GoiEner comercializa energía verde
exclusivamente en Euskadi. Eso sí, ayuda a impulsar cooperativas de
ámbito local en toda España.
4.
Zencer. Andalucía
y España. 902
750 736. Acaba de llegar al mercado. Creada en Fuengirola (Málaga),
opera en el mercado eléctrico desde enero de 2013. Se trata de la
primera cooperativa de consumidores y usuarios de energía eléctrica
en Andalucía, pero está acreditada para suministrar energía verde
a toda España.
¿Cómo
contratar electricidad verde?
Los
trámites son sencillos y vía web.
Hay
que empezar por darse de alta como socio (abonando unos 100 euros,
que son reembolsables si te das de baja, y que da derecho a cinco
contratos de luz) y después rellenar el contrato de suministro
adjuntado el último recibo de la luz. Nada más. Ni cambios en la
instalación ni sobrecostes en el precio de la energía. En la
mayoría de las cooperativas, el precio del kilovatio verde es
el mismo que el regulado por el gobierno (o tarifa de último
recurso, TUR).
Para cotejar importes, se pueden utilizar algunos comparadores 'on
line' (Comparatarifas.es,
Eligetuenergia.com
o
Comparador
de la CNE).
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